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✨Especial No. I✨

2da Parte.

✒ACTO CUARTO✒

🎭ESCENA V🎭

Una vez recuperada la silla, el juguito, la paciencia y la cordura, Luck opinó que era hora de continuar con el ensayo para terminar el bendito día. Solo le quedaban unas cuantas escenas más.

Cruzó sus piernas y acomodó su boina francesa con elegancia. Revisó la hora en su celular y buscó en el libreto a quiénes necesitaban para aquel momento.

Y volvió a palidecer.

—¡Lark! —gritó, y el chico alzó la cabeza por encima de la montaña de ropa que había en el escenario—. Necesito que seas otra mujer.

El castaño resopló, sacudió sus cabellos y se acercó al borde de la plataforma.

—¿Quién?

—La Reina Gertrudis, la madre de Hamlet —Luck juntó ambas manos y realizó un puchero—. Por fisssss...

La verdad era que Lark no tardó mucho en aceptar, así que Luck pudo suspirar con  tranquilidad cuando le vio asentir.

Ya casi todo estaba listo.

—¡Bien chicos, a sus posiciones! Vamos, que estamos en las últimas —aplaudió, llamando la atención de todos—. Escena V, charla entre Horacio y la Reina. O sea, Beremis y Lark entran en escena. ¡Vamos allá!

Los mencionados subieron y se encontraron uno frente a otro. El director se extrañó cuando vio a Beremis con tanta ropa puesta con el calor que hacía en aquel día, pero no dijo nada más que no fuera:

—¡Acción!

—No me interesa hablarle —empezó su Majestad.

—Pero es que insiste en verle, está en un estado penoso —dijo Beremis. 

¿Beremis? No, ¿qué le sucedía a su voz?

Luck arrugó el ceño por su cambio de tono. Algo raro estaba pasando con Bere.

—¿Qué quiere? —continuó Lark, rodando los ojos.

—Habla mucho de su padre, de las crueldades de este mundo. Balbucea y se golpea el pecho... —Algo no estaba para nada bien con él—. Se ofende, pronuncia absurdeces. Y quien le escuche piensa que...

Porque ese sencillamente no era Beremis.

—¡Demonios! —Se levantó Luck y le tiró al chico un zapato—. ¿Qué haces ahí? ¡No es tu turno, Trey! 

El usurpador, sobándose el hombro por el reciente golpe, miró asombrado al intento de director y luego a la Reina.

—¡Lark! ¡Dijiste que me ayudarías a cambiar de forma! —protestó.

—Pero, ¿por qué? —se hizo el loco—. Si nunca me trajiste mi café.

—Diablos, se me olvidó...

—¡Ya, ya, ya, ya, dejen de hablar idioteces! —ordenó Luck, cruzándose de brazos—. Y díganme de una vez en dónde está Berem... ¡Cosme, por Dios! No te me aparezcas más así.

El fantasma se encogió de hombros, como si no acabara de provocarle casi un paro cardíaco al muchacho.

—Hace quince minutos informó que iría al baño —contestó este—. ¿Crees que le ha pasado algo? —se llevó una mano al mentón, preocupado.

—Oh, por Dios... ¡Vamos!

Los tres chicos corrieron mientras que el cuarto voló hacia la dirección de los baños que se encontraban al final de los pasadizos de aquel teatro abandonado.

En lo que se perdieron por tantas vueltas en el laberinto a lo intro de Scooby-Do, Cosme tuvo una pequeña charla con el fantasma de la ópera.

Y cuando notó a sus compañeros gritar por la desubicación, rodó los ojos. Se les apareció, Luck emitió un grito a lo niña y les empezó a guiar hacia los baños seguido de las quejas de Trey tipo: «¿No pudo haber hecho esto antes?»

Los chicos llegaron a su destino, y lo primero con lo que se encontraron fue un inmenso olor nauseabundo que los recibió. 

—O el Bere se murió, o nos quiere matar a todos —Lark se tapó la nariz.

Los otros le imitaron, excepto Cosme que comenzó a perseguir una mariposa negra. El nene no sabía la trágica leyenda acerca de estas.

—¿Beremis? —llamó Luck, luego de tantas súplicas a Trey para que él fuera el primero en entrar. Pero no pudo conseguirlo y como todo un pendejo/valiente, lo hizo él—. ¿Estás aquí?

—¡Luck, ayúdame! —le respondieron de uno de los cubículos y el director corrió despavorido hacia él—. ¡Me han encerrado aquí adentro!

Luck retiró la palanca que le habían puesto contra la puerta, y Beremis salió verde por el hedor que casi le ahoga.

—¿Quién te ha encerrado?

El dulce asfixiado miró a Luck con los ojos abiertos justo como dos intensas lunas, y ambos voltearon hacia la entrada en un movimiento de cámara lento que me costó súper barato, por cierto.

Allí se encontraban dos hombres y un fantasma observándoles con una sonrisa en sus rostros. Cosme flotaba entre ambos, Lark tomaba un café (Vaya usted a saber cómo dada la peste que había) y Trey se encargaba de sostener el picaporte.

Lark habló:

—Ahora es...

—Nuestro turno —continuó Cosme.

—El teatro es nuestro y por tanto, haremos lo que queramos. ¡Buajajajajjajajajaja! —Rió macabramente sexy y dio un portazo, encerrándolos en aquella cámara de gas.

Ni Hitler se pasó tanto.

Beremis soltó la respiración, y luego la volvió a contener cuando una peste peor invadió a sus fosas nasales.

Miró a Luck, quien traía cara de espanto ante aquella repentina revolución.

—¿Te cagaste o qué? —bromeó el Bere para animar el ambiente.

Solo que, no contaba para nada con la respuesta tan aguda que su compañero le brindó.

—Si, lo siento...

🎭ESCENA VII🎭

—... tu hermana, ha muerto ahogada —Cosme deja de interpretar a la Reina y cambia a Laertes—. ¿Ahogada? ¿Cómo ha pasado? —Va hacia la derecha nuevamente para tomar el lugar de Gertrudis—. Verás, sobre un arroyo...

—¡Quítate, es mi turno ahora! —protesta Lark, empujando a Trey antes de que se siente.

—¡No, pero si yo llegué antes! —se incorporó este y no permitió que Lark se sentara en la silla del director—. ¡Quedamos en que primero la probaría yo!

—¡Me has engañado!

—... y las flores cayeron junto con ella al río lloroso —pronunciaba Cosme con sentimiento, ajeno a la batalla que se estaba llevando a cabo frente a sus narices.

Estaba tentando recitar algunos párrafos de Juego de Tronos por si la pelea entre aquellos dos continuaría solo por un trozo de madera para poner el trasero.

Pero, neh... siguió con su hermosa interpretación de Hamlet.

—Pero sus vestidos, cargados de agua, no tardaron mucho en arrastrar a la pobre con sus melodías a un fango de muerte.

—¡Estoy ciego, estoy ciego! —exclamó Trey, corriendo por todos lados y chocando con los muebles debido a que Lark le había inhibido de aquel sentido—. ¡Regrésame mi vista!

—Chale, fue divertido mientras duró —Lark refunfuñó y le permitió ver nuevamente a Trey, quien enseguida le localizó con ira en sus ojos—. Protégeme, María...

— ... ¿así que ahogada? —se escuchó decir a Cosme.

—¡Te voy a matar!

Y Trey se lanzó a Lark. Y Lark detuvo a Trey. Ambos comenzaron a forcejear mientras se jalaban de las greñas y Lark soltó un grito de puro terror cuando Trey consiguió romperle una manga de su camiseta de una marca que tú y yo nunca podremos comprar ni en sueños.

Fue ahí cuando el ilusionista vio feo a Trey.

Bien, bien feo.

—Ahogada, ahogada... —prosiguió Cosme con un leve asentimiento.

*Mientras tanto en la Cámara de Gas...*

Luck se rompió una uña intentando abrir la pared, y si no fuera porque Beremis le golpeó con el papel higiénico casi se nos queda sordo ante sus llantos.

La víctima en su defensa confiesa, que le dolió mucho.

—¿Y por la ventana? —comentó, ojeando el baño—. Ah, no. No hay ventana.

—Pues estamos bajo tierra, ¿qué esperabas? —el Bere estaba a punto de perder la paciencia.

Y el olfato.

—Entonces, ¿es mentira eso de que siempre hay una luz al final del túnel? —cuestionó inocentemente, viéndose el meñique que había sufrido de un desmembramiento.

Beremis apoyó la cabeza contra la puerta, aunque luego se separó rápidamente por si las moscas.

—Espera... —murmuró y comenzó a buscar algo en sus bolsillos.

—No, definitivamente esto no es pera —comentó Luck, tapándose la nariz y saliendo de uno de los cubículos—. Alguien ha soltado un oso muerto. Me apuesto a que fue Trey con tanto pollo frito.

Beremis sonrió cuando encontró lo deseado y lo sacó para mostrárselo a su compañero.

Si la mente de Luck hubiese pensado eso...

¡Pervertidos!

—¡Mira! ¡Una hebilla! —anunció—. Con esto...

—¡Gracias, ya tenía calor! —se acercó Luck y se la arrebató para intentar ponérsela en el cabello, sin éxito alguno—. ¿Cómo funciona esto?

Bere hizo otra facepalm cuestionándose cuántas se había hecho en el día.

—No es para ti, Luck. Es para abrir el picaporte a lo CSI —explicó, y el chico asintió, comprendiendo. Oremos—. Que suerte que Therra la perdiera aquel día.

—¿Y por qué tienes una hebilla de Therra, eh? —Luck preguntó, enarcando las cejas con una sonrisa fanfarrona.

Beremis tragó en seco, y solo pudo rascarse la nuca con nerviosismo y girarse para comenzar a trabajar en su plan.

—Vamos a salir de aquí en unos segundos —insertó la hebilla en la cerradura, ignorando el tema anterior. 

—Oye, Bere. ¿Y si mejor llamamos a la policía? —sugirió Luck, con el teléfono en su mano.

El chico estuvo a punto de suspirar aliviado, claro hasta que...

—¿En serio pretendes que la policía venga hasta acá? —preguntó. Luck asintió con obviedad—. ¿Y qué crees que pasaría si Cassidy los llegara a ver?

El director casi vuelve a hacer del número dos.

—Noooooo, pero.... Si será culpa de aquellos tres —contestó indeciso.

—¿Y te va a creer? —se cruzó de brazos con el ceño fruncido.

—A mí tal vez no, pero a ti si.

—¿Por qué a mí?

—Porque de todos nosotros, pareces ser el más normal. Eres como el equilibrio entre aquellos y yo, el punto medio en el que ella puede apoyarse para saber la verdad —confesó Luck, con una mueca—. Y sé que te pidió que nos supervisaras así que no te hagas, chismoso.

—Y por tal motivo, también tendré problemas con ella por haber permitido todo esto —dijo, acariciándose la sien con frustración—. Así que guarda ese teléfono y prepárate. Que de que nos saco de aquí, lo hago.

Beremis inspiró hondo e inició de vuelta con su labor.

Luck en ese instante que le miraba, no pudo evitar sentirse orgulloso de él y supo cómo podría ayudarle.

—Bien. Haz eso que mientras yo, —comenzó a tantear en su celular— pondré la música de Misión Imposible para inspirarte y con el papel higiénico me haré unos pompones.

Y Beremis no se dio otra facepalm porque se quedaría sin cara y su autora me demandaría por entregarle a su hijo con una futura cita al cirujano plástico.

✒ACTO QUINTO✒

🎭ESCENA I & II🎭
(Creo, ya ni sé)

Las cosas habían cambiado un poco.

En realidad, puede que demasiado si contábamos la extraña imagen que se estaba presentando en el escenario en aquel momento.

—¡Ah! ¡Esta joven que nos ha calumniado a todos! —entonaba Trey—. Dado el modo de su muerte ha profanado el oficio de difuntos. No podemos hacer mucho...

—De su carne brotarán violetas puras y sin manchas. Cruel sacerdote, ella será un ángel y tú arderás en el averno.

—¡Flores, flores, que no os escucho! —Bailaba Trey alrededor del entierro, moviendo su sotana y acomodándose los lentes de sol cada vez que brincaba—. ¡Flores para honrar a la víctima!

Los papeles eran confusos. Ninguno de los tres chicos sabía que estaban haciendo con sus vidas exactamente.

Y la situación era la siguiente.

Cosme se hallaba supuestamente tumbado en el suelo (sospechamos que imitando a la fallecida Ofelia)

Lark había creado la ilusión de un sujeto echándole tierra al fantasma como si se tratase de un día de playa y estaban jugando con la arena (creemos que hace del afectado Laertes)

Y Trey vestido de sacerdote mientras bailaba y repartía las flores alrededor de los dos más la ilusión de Lark (No tenemos ni idea de a quién diablos estaba interpretando)

Sin embargo, la pachanga no les duró mucho porque Luck y Beremis llegaron corriendo.

Ambos mantenían la respiración agitada, y fue Luck quien abrió los ojos enormemente y maldijo a todos los ancestros del Lusho.

—¡Mi obra maestra! ¡Noooooo! ¿Qué hacen? ¡La están arruinado! —gruñó, apretando los puños y dando grandes zancadas para aproximarse—. El Willy debe estar odiándome por su culpa, malas personas. ¡Oh maestro! Perdóneme, le he fallado.

Los traidores dejaron de hacer el tonto y voltearon a verle. Aunque Lark todavía seguía con la ilusión de enterrar al Cosme y este observaba todo desde el suelo. 

—¿Quién es este que vocea su dolor con tanto ímpetu y hechiza a los planetas con su angustia, dejándolos suspensos como a oyentes asombrados? —recitó Trey las palabras de Hamlet que milagrosamente se había aprendido.

Era obvio que buscaba enojar al Lucky.

—Ojalá te dé piojos —masculló este.

—¡Qué mal rezas! Quítame esos dedos de la garganta, pues, aunque no soy impulsivo ni colérico, en mí hay algo peligroso que más te vale temer. ¡Quítame esa mano! —sonrió Trey con picardía, recibiendo miradas extrañas de sus compañeros.

Sobre todo de Luck, que ni siquiera le estaba tocando. Pero aceptó que estaba realizando una magnífica actuación.

—Ahora si te buscaste una ahorcada —pronunció Luck, y si no fuese porque Beremis le agarró de los hombros se hubiera lanzado contra Trey, quien sonreía sexymente.

—Cálmate, Luck —susurró Beremis.

—¡Pelea, pelea! —pidió el ilusionista.

—¡Lark, sácame la tierra! Esto se pone bueno... —ordenó el fantasma.

Fue cuando Luck con un movimiento brusco se separó de Beremis y de las compras sacó una barra de pan duro. Se dio cuenta entonces, que les habían estafado, pero no le interesó mucho.

Y recordando la única frase que se había memorizado de toda la obra, se armó de valor.

—Por esta causa lucharé con él hasta que mis párpados dejen de moverse —Y eso era todo. Lo otro sí lo improvizó—. Recuperaré tu honor, maestro Willy. ¡En guardia!

Beremis se le acercó aterrorizado.

—¿¡Estás loco o qué!? ¡Trey, ni se te ocurra hacerle caso!

—¡Por el amor de Dios, si! —exclamó Lark—. ¡Hazlo!

Cosme iba a hablar, pero el enterrador imaginario le tiró tierra a la boca.

Trey cogió una de las flores de plástico que había estado lanzando, de preferencia la más larga y que notaba con buena resistencia. Esas flores que vendía la señora de la esquina duraban más que un Nokia.

Luego, agarró el borde de su sotana y en un movimiento súper veloz, desgarró parte de esta para moverse mejor, mostrándole a todos una pequeña imagen de sus piernas. 

Escuchó un chiflido a sus espaldas y solo pudo rodar los ojos, pero se puso en guardia cuando visualizó a Luck subir las escaleras y ponerse frente a él.

—¿Vamos? —cuestionó una última vez para estar seguro.

Luck asintió y sus dedos se aferraron a la barra de pan.

—¡Vamos! —Y se lanzó para atacarle.

El pan chocó contra el hombro de Trey, permitiendo que migajas aterrizaran al suelo como pequeños soldados caídos. La flor de Trey golpeó los cabellos de Luck, no creando ningún efecto por la cantidad de pelo que le protegía el cerebro.

Ambos comenzaron a moverse por todo el escenario en una rarísima danza que parecía de todo menos una lucha de hombres. Tal vez de idiotas sí, pero de hombres para nada.

—¡Paren ya! —suplicó Beremis, pero ni caso.

Trey empujó a Luck contra un maniquí que tumbó los percheros del vestuario que Lark se pasó noches enteras seleccionando.

—¡Ya basta! —Y este reaccionó al ver tal terrorífica escena—. ¡Se están pasando!

—¡No! —negó Trey, siendo estampado contra la pared por Luck y luego empujado hacia las cajas con decoraciones de cristal—. ¡Debemos seguir hasta el final!

Se levantó furioso y le tiró la flor que nunca le llegó por la mala puntería. Luck se burló, pero dejó de hacerlo cuando se dio cuenta de que no le quedaba nada de pan entre las manos.

Ambos se miraron.

Todos se miraban, sospechando que terminarían con aquella locura en ese instante. 

Pero no.

En vez de eso, comenzaron a recorrer el escenario en busca de su próxima arma cuando Luck encontró una escoba y Trey saltó encima de él con un rodillo.

—¡Lark! —gritó Cosme, pero todos seguían al pendiente de la pelea—. ¡Te estás pasando con estooooooooo...! —Y su voz se fue apagando a medida que el enterrador continuaba echándole tierra.

Hasta que lo cubrió por completo.

Y fue el primero en caer.

—¡Cosme! —nombró Beremis desesperado, captando la atención del ilusionista y ordenándole con la mirada que dejara de usar su habilidad que ni cuenta se había dado.

Lark así asintió, mientras los otros todavía luchaban a lo estúpidis.

Sin embargo, cuando fue a detener la ilusión saltaron frente a él los guerreros y cuando Trey fue a golpear a Luck con el rodillo, accidentalmente el objeto chocó contra la cabeza de Lark, noqueándolo.

—¡Lark, Cielo Santo!

Siendo el segundo en caer.

Entonces, el rodillo impactó contra la escoba, intentando empujar a Luck. Trey le agarró por los hombros y le dio media vuelta para descolocarlo.

Luck en ese momento pensó que retrocediendo conseguiría una mejor ventaja, pero no reparó en el cuerpo demayado de Lark y sus pies le hicieron tropezar de espaldas, convirtiéndose en el tercer caído.

Y finalmente, concediéndole el título de vencedor a Trey.

—¿Lo ves? —se giró lentamente hacia Beremis, elevando los brazos y tirando el rodillo con la respiración sexymente agitada—. ¡He ganado!

El pacífico chico, que estaba estático en el público, le miraba sin decir nada. El pobre, tanta estupidez en un mismo lugar ya le había afectado el habla. 

—Quiero que relates mi historia... —prosiguió Trey, pensando en las últimas palabras del Hamlet—. Y a mi causa a cuantos la ignoran —Ya, esa era toda la frase—. ¡Merezco ser reconocido! ¡Mi madre, mi creadora, mi hermano, estarán más que orgullosos de mí! ¡Porque yo soy...!

Pero Trey no se percató del pequeño tornillo que sobresalía de la plataforma y que los bordes rotos de su vestido de sacerdote se habían enganchado a él, por lo que enseguida perdió el equilibrio y cayó de bruces al suelo.

Cumpliendo la profecía del Willy, y siendo el cuarto en caer, justo como el príncipe protagonista.

Se creó un silencio absoluto.

Beremis observaba todo el desastre, el caos. A sus amigos revolcados como si tuvieran resaca y suspiró pesadamente. Luego, comenzó a caminar hacia las escaleras para llegar hasta el centro de la plataforma.

Juntó sus manos por encima de su abdomen. El panorama a su atrás era curioso, pero le cedía el protagonismo con gracia.

Alzó la mirada hacia el público inexistente, y pronunció las palabras que hubiera tenido que decir al final si la obra hubiese culminado bien.

Aunque aquello se parecía bastante a la idea original.

—Ha estallado un noble pecho. Buenas noches, buen príncipe; que cánticos de ángeles te lleven al reposo.

Y también, añadió el discurso del príncipe Fortinbrás, uniéndolo con el de Horacio en un hermoso monólogo.

—Esta sangre pregona matanza. Muerte altiva, ¿qué festín preparas en tu celda infernal, que con tal violencia hieres a la vez a tantos príncipes? Permitid que cuente al mundo, pues lo ignora, todo cuanto sucedió. De este modo sabréis de actos lascivos, sangrientos e inhumanos, castigos fortuitos, muertes casuales y otras que se deben a engaños y artificios; y, por último, de intrigas malogradas vueltas contra sus autores. Todo esto fielmente os contaré.

»Cuatro capitanes portarán a Hamlet marcialmente al catafalco, pues, de habérsele brindado, habría sido un gran rey. Su muerte será honrada con sones militares y ritos de guerrero. Llevaos los cadáveres. Esta escena, más propia de batalla, aquí disuena.

Beremis bajó el mentón, seguido de un cerrar de ojos.

Y así culminó la obra.

Fin.





O eso fue lo que creyeron todos.

—¿Me extrañaron chiquibeibis?

¡No'mbre si la bachata se formaría ahora!

Cassidy llegó tomando un refresquito de uva mientras tarareaba una canción de Marilyn Mason porque se levantó de buenas.

Beremis alzó la cabeza. Trey alzó la cabeza. Luck alzó la cabeza por encima del cuerpo de Lark que también alzó la cabeza. Y la ilusión terminó y Cosme salió abriendo los ojos emocionado.

—¡Voy a vivir! —gritó, pero en cuanto advirtió a Cassidy con la boca abierta y desparramando el refresquito al suelo se retractó—. Voy a morir.

—¡Pero si ya estás muerto! —obvió Trey, tapándose con las manos la abertura de su sotana que le daba buena vista al público de sus piernas.

—Si, pero...

—¡LUCK... DICHA... FORTUNA!

El fantasma de la ópera y el espíritu del palco número diez se encerraron en el sótano al grito de la dueña del teatro.

El nombrado le miró atento, sonriendo nerviosamente y saludando con la mano.

—Holiwis...

—¿Que has hec...? ¿Qué ha pasad...? ¡Mi teatro! —llora ella acercándose y observando el desastre que había en el escenario.

Vidrios rotos. Muebles tirados. La ropa en el suelo. Comida por doquier. Un foco roto. Un rodillo por la ventana ¿Cómo había llegado eso hasta allí?

Ojeó a los chicos y todos sintieron el peso de su mirada decepcionada. Hasta Trey consiguió sentirse avergonzado de que su acosadora le apreciara de aquel modo.

Terminó por visualizar a Luck y se cruzó de brazos.

—¿Y bien? Estoy esperando una explicación.

Luck se levantó, ayudando también a Lark en el proceso. Chequeó a sus compañeros y se aclaró la garganta.

Y cuando habló, fue tan rápido que ni siquiera le dio tiempo a nadie de asimilarlo.

—Estábamos ensayando como tú no habías ordenado porque el estreno de Hamlet es en unos días. Pero entonces todo se descontroló y ya no sabía cómo hacer. Primero Cosme, luego Lark, luego yo, luego Trey, luego Beremis, el fantasma de la ópera, el espiritu del palco, la comida. Luego Bere estuvo encerrado en el baño. Hubo una batalla de escoba vs rodillo. Lark le coqueteó a Cosme. Cinco ratas me persiguieron y casi escalo el monte Everest. Me creció el bigote, tuve mi trasero pegado a la silla de...

—¡Alto ahí! —detuvo Cassidy levantando los brazos—. Un momento, casi no entiendo nada —Y es cuando Luck puso los ojos en blanco y casi vuelve a repetirlo todo—. ¡No, quieto! Me refiero a que... ¿Cómo? ¿Hamlet? ¿De que estás hablando? Pero si iban interpretar a "Los Tres Mosqueteros" —contó ella con el ceño fruncido.

Y Luck sintió las miradas furiosas de sus compañeros.

Rió nervioso y no volteó, porque notaba las inmensas ganas asesinas que comenzaron a desarrollar contra él.

Lo cierto era que él deseaba debutar como director y dramaturgo, por lo que cambió los papeles de "Los Tres Mosqueteros" por "Hamlet XD" Iba a ser su tributo a su maestro Willy... ¡Wonka!

¡Al fin! ¡Llevo queriendo decirlo desde que apareció por primera vez!

—Pero bueno, eso no viene el caso. Después lo discutiremos —señaló ella, llevándose una mano a la sien—. A ver, entonces. ¿Quién tiene la culpa de todo esto? —cuestionó, un poco más calmada.

Mentira, pero estaba aplicando psicología para aquellos diablillos. Si se estaba reventando de la ira.

Luck suspiró, de nuevo tendría que asumir las consecuencias de su irresponsabilidad e incompetencia. Ya estaba acostumbrado de todos modos, por lo que fue a asumir la culpa.

Cuando Beremis dio un paso al frente y expresó:

—Yo soy el culpable.

El mocoso se sorprendió mucho. Bere le dedicó una mirada significativa y regresó hacia Cassidy.

—Yo también soy culpable —acompañó Cosme, posicionándose al lado de Luck, quien le miraba igual de asombrado.

—Toda la culpa es mía —Lark levantó la mano y se puso al lado de los chicos.

Trey se mantuvo un rato asimilando lo que estaban haciendo, hasta que sonrió y caminó hasta estar junto a sus compañeros.

—Yo soy el culpable de todo —proclamó.

Y yo salí demandada por la película cuyo nombre no recuerdo por utilizar esa escena tan gloriosa con música épica de fondo y todo. 

Yeah beibe.

A Luck se le salieron los mocos por aguantar el llanto. Se había enternecido por todo lo que aquellos chicos que había conocido solo porque Cass no paraba de hablar de ellos, habían hecho por él.

Le estaban ayudando, apoyando, como amigos.

Que lindo wey...

Cassidy les observaba a todos estupefacta, y luego también sonrió. Descruzó sus brazos y suspiró aliviada.

Aquellos niños eran maravillosos, eso si. No lo podía negar.

Pero, pero, pero...

—Bueno, así que como todos tienen la culpa tendré que hablar con sus padres para que ellos vean el castigo que les darán.

Y todos palidecieron ante aquello que había dicho.

Y se desmayaron internamente.

Y casi corren hacia los baños.

—Mis padres fallecieron —se apresuró a Lark.

—¡Y yo no puedo ver a mi familia! —también añadió Cosme.

Cassidy solo se carcajeó.

—Porque estás hablando de esos padres... —comentó Trey.

—¿Verdad? —Y Beremis cuestionó.

Ella solo volvió a sonreír, llevando una mano hacia su cadera y apoyando todo su peso en un solo pie.

Dándole todo el aspecto de una Badass.

—No, mis niños —Se peinó el cabello y lo movió divinamente—. En cinco minutos Tony, Zero, Celi y Crazy estarán aquí con nosotros.

Definitivamente tendrían que ir al baño.

—Me...

—Cago...

—En...

—Todo —murmuraron en perfecta sincronía.

Y fue cuando se sintieron las risas de Luck que todos despertaron de su horror. 

—¿Primera vez castigados? —Y se agarró la tripa de tanto reír—. ¡Oh, pobrecillos! Yo por lo menos sé que me hará Cassidy solo con mirarle a la cara. Ya me ha castigado tantas veces —Y volvió a estallar en carcajadas.

Pero se calló en cuanto la voz de su autora habló.

—Oye, Lucky... —llamó ella, poniéndose las gafas de sol que había robado de Trey en algún momento que ni tú ni yo sabemos—. Recuerda que siempre eres la excepción de la regla cariño. Y sabes lo que eso significa, ¿verdad?

Los pelos se le pusieron de punta, y no había sido Cosme de nuevo el que le traspasó como la última vez.

Negó con la cabeza pausadamente.

—Nuestra Sra. Fortuna y Lusho también vienen en camino, beibe. 

Un chillido virginal resonó por todo el teatro.

—Mierda.

💙💙💙💙💙💙💙💙

Ejem... Ejem... *se atora* ¡Ejem!

¿Y?

¿Que les pareció?

¡No, no me digan! O bueno, si... díganme. ¡No me digan, no! Ay ya, está bien díganme porque me estoy muriendo aquí por sus opiniones.

Yo dije que por supuesto y era más que obvio que no serían iguales, pero espero que les haya gustado chicos. En verdad.

Esto al principio iba a estar escrito como un guión para teatro, pero luego decidí que no porque el guión (que es el mismo también para cine aunque menos descriptivo) pues eso, que no iba a poder contar todas las locuras que sucedieron aquí.

¡Y con esto finalmente inauguramos a mi teatro! Aunque necesite de reparaciones y de los Cazafantasmas, pero está espectacular. ¡Y, oh! Que casualidad. Ese es su nombre.

¡Bienvenidos al Teatro "Spectacular, Spectacular"!

Y pos si, inspirado en mi amor por el musical: Moulin Rouge!

Otra cosita, no estoy segura, pero creo que todos los especiales (no serán tantos aclaro) serán en este teatro.

Por cierto, si lo notaron...

Muchas de las escenas fueron inspiradas realmente en Hamlet. O sea apropiadas que me vinieron como anillo al dedo.

Ejemplo, el monólogo de Hamlet que pronuncia Cosme, es muy acertado dada su situación. También cuando recita la muerte de Ofelia mientras Trey y Lark se pelean. Trey estaba tirando flores justo como la Reina Gertrudis a la tumba de Ofelia. Y la batalla final entre Luck y Trey, oh vaya eso fue glorioso. O sea, en verdad.

Esta última escena fue difícil (todo en realidad si quería representar a Hamlet) Pero al final todo salió como en la verdadera historia.

La batalla entre Luck (Leartes) y Trey (Hamlet) Horacio/Beremis intentando calmarlos. Cosme cayendo primero justo como la Reina Gertrudis. Luego Lark (Como el Rey Claudio) a manos de Trey (Hamlet) Luego cae Luck (Laertes) y finalmente Trey, como el potagonista de la novela. Je, al final si pudo interpretarlo.

Y finalmente Beremis, interpretando a Horacio y a Fortinbrás (Que sí sucede en la obra original. Y no me había dado cuenta de que había seleccionado a Beremis y fue como ¡paff! Una casualidad maravillosa)

Quiero que sepan que adoré trabajar con los cuatro chicos. Son encantadores de verdad.

Mándenme la sartén sino les gustó.

A Trey, denle una hermosa oportunidad porque ese niño es magnífico. Solo que se puso demasiado en el papel del loco Hamlet. Celine, sabes que lo amo.

Y Beremis es una dulzura que me hace morirme de ternura, gracias Crazy por darle la vida. Que si no fuera por él... bueno igual todo se volvió un desmadre.

Y Lark, querría estarlo abrazarlo todo el tiempo y quiero que lo conozcan, de mi querido Tony. Se enamorarán. (Le pedí a mi Larky matrimonio y aceptó, como amigos claro. Juntos formamos el shipp Crack, me parece)

Y a Cosme, ese fantasmita que se ha ganado mi estómago. Zero, es hermoso. Y quiero guardarlo en una cajita para que nadie más le haga daño.

Y no piensen que le di más protagonismo a uno o a otro. Todos fueron protagonistas hoy. Todos y cada uno de ellos.

¿¿¿Y yo qué???

cállate que trataste súper mal a mis chicos.

Se lo merecían.

¿Y Beremis que te atendió y todo, malagradecido?

Ah, pues él no se lo merecía.

¡Luck!

Ya, ya, ya no me regañes. Y dales la sorpresota.

¡Pero si ya la puse en multimedia!

Oh, si lo había olvidado.

Verán. Una de las siete Artes que mencioné en mi biografía se trataba de la pintura. Si bien no soy una profesional, ni pienso considerarme una, pues me gusta intentar crear dibujillos para las historias. Y pues, quise hacer uno para El Lusho es de mi madre.

¡Aclaro de nuevo que no soy una profesional y que lo mío no es colorear, por eso está en blanco y negro!

Así que allí está y espero que les guste. Y si no la notaron vayan a verla de nuevo uwu.

Ay que penita...

Owowoowowowow... se me reventaron dos hue...

¿¡Dos qué!? ¿Lark siguió enseñándote malas palabras?

¡Es que si! ¡Mira! ¡Se me acaban de romper dos huevos, mujer! Quería desayunar huevos revueltos y terminé haciendo un desastre...

Vaya, Luck... Con los caros que están, mijo. Espero que me los pagues con el dinero de las entradas del espectáculo.

Emmm... jejeje...

*Y huye el degenerado como cabra que se sentó en un hormiguero*

Bueno amigos, hemos llegado al final de este Especial para comenzar de vuelta con la historia. Luego de un tiempo, tengo preparado otro para nuevas personitas que también se lo ganaron por amar esta locura de novela. ¿Pueden esperar, verdad?

*Sonríe con los ojos cristalizados*

Y que sepan que nunca me cansaré de decirlo...

Gracias.

Por estar aquí, por estar para mí, por confiar en mí...

Simplemente gracias.

Hoy no me despido anormalmente, solo agradecida y sintiéndome feliz por los lectores más fantásticos que puede tener una persona.

Millones de besos y éxitos porque se lo merecen de todo brazo y cadera,

💜Cassidy K. N💜

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