Capitulo uno: A la Luna le va mal en el amor (NO CORREGIDO)
Hace muchos, muchos años.
Moon Hikari:
La primera vez que me enamoré tenía trece años.
Bueno, creo que amor es una palabra demasiado grande y fuerte. Al igual que matar o morir. Así que mejor podemos decirle... "Sentir algo"
Él iba a mi clase. Tenía trece años al igual que yo. Era bajito, de pelo oscuro al igual que el mío y sonreía. Sonreía por cualquier tontería.
Yo me sentaba alejado de la gente, principalmente porque nadie me incluía en sus grupos. Los entiendo. Yo tampoco me hubiera incluido.
Pero un día él llegó. Se acercó y me preguntó mi nombre. Yo no sabia que responderle y estuve casi por salir corriendo, por suerte él habló antes. Sonriendo. Yo solo pude mirar su sonrisa.
—Yo me llamo Benjamín...
Estiró su mano. Yo hice lo mismo. Nos dimos un apretón, serio, como los adultos.
Al chico le gustaban los ninjas, hablar sobre libros y chismes. Era un gran sabio que tenía toda la información existente y por existir. Y puedo decir con orgullo que me la compartía a mi. A nadie más.
—¿Quieres venir a mi casa?
Me giré a verlo, confundido. Nunca me habían invitado a ninguna casa.
—Le conté de ti a mi madre. Me dijo que podría invitarte.
Asentí con la cabeza. Al día siguiente le dije la idea a mi tío, quien estaba feliz de que yo hiciera amigos así que no dudo en decir que si. La casa del niño era grande, gigante, como una mansión. Su cuarto tenía un televisor enorme y una cama gris.
Entonces se volvió costumbre. Cuando terminábamos el colegio su madre pasaba con el auto y nos venía a buscar a ambos. A veces me llevaba a mi casa y otras dormía con él.
Y tengo que confesar que cuando las luces se apagaban y el cerraba los ojos yo lo miraba. Solo lo observaba un ratito en silencio, antes de irme a dormir. También cuando jugaba al fútbol, lo miraba correr y patear la pelota.
Por eso fui al baldío ese día. Quería verlo jugar. Pero él no fue.
Lo importante de la historia sucede unas semanas antes de la historia del baldío.
—¡Corre! ¡Corre!
—¡Estoy corriendo!
—¡Corre más rápido entonces!
Doblamos una esquina con la rapidez de un auto de carreras, corriendo por el largo pasillo del colegio. Habíamos salido antes de gimnasia y estábamos intentando llegar primero que todos a los vestuarios. Los vestuarios se usaban luego de la clase, cuando terminabas sudando y tenias que bañarte. También eran los baños para hombres de la escuela.
Lo logramos. La puerta se abrió, haciendo un ruido parecido al que hacen las ratas. El dio un paso antes, indicándome que entrara (ya que no había nadie)
—Ven, Moony.
Fui detrás de él. Como pasaba siempre él se cambió primero. Yo no pude evitar mirarlo. Mi rostro se tiño de rojo y desvié la mirada.
—¿No te cambias?
Señalo mi ropa, la cual se encontraba frente a mi. Me daba vergüenza. Demasiada. Porque no nos parecíamos en nada. El podía ser de los más bajos de la clase pero seguía siendo... no lo sé. Seguía siendo más lindo que yo.
De todas formas me cambié. Dándole la espalda. Si lo pienso ahora me siento bobo. Él jamás me hubiera visto.
Entonces las cosas se arruinaron. Quizás es porque cuando nací, las estrellas estaban acomodadas de cierta manera, y eso hizo que mi futuro se convirtiera en esto. O no es destino, y yo mismo arruine todo.
Lo bese.
No se como, no se porque y no se por cuanto.
Lo único que sé es que él me empujó. Prácticamente me arrodille rogándole que no le dijera a nadie.
Que bobo de mi parte. La gente nunca cumple sus promesas.
Como acto de venganza llegaron los problemas. Golpes, murmullos, insultos y cosas pintadas en las paredes. Yo solo miraba al piso, y me di cuenta que no estaba pasando nada.
Un día (ya varias semanas después del incidente del baño) un grupo de chicos me agarró a la salida del colegio.
Uno de esos era un tal Jake Williams. Una especie de líder de la mafia en la escuela. Me dejaron un ojo violeta, como los chicles que comíamos en la casa de él. El. Quien también estaba viendo todo, sin hacer nada. Me levanté en silencio cuando ya se habían ido, caminado hasta la puerta principal.
Entonces alguien me llamó. Era su madre.
—¿Quieres que te llevemos a casa?
Mire su cara, que decía muy clarito "no entres al auto". Pero lo hice de todas formas.
—¡Moon! ¿Qué te pasó en la cara? —preguntó su madre, escandalizada.
Gire a verlo. Ninguno sonreía.
- Me golpeé contra la puerta de mi cuarto.
Desde ese día me va mal en el amor.
...Y la historia oficialmente empezó. Y empezó fuerte.
¿Qué opinan de este principio? ¿De Moon?
No tengo mucho que decir, porque recien es el primer cap pero espero que les guste esta historia, yo estoy muy feliz <3
En fin, abrazos para Moon chiquito...🤧🌟
Ya se viene más sobre el y sobre Jake, que recien empieza!!! 💃🏻
BESOOOOSSSS
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