Capitulo ocho: La Luna mira al Loco. Se miran.
Hace muchos, muchos años.
Moon Hikari:
Yo no quería estar solo. Me daba miedo la soledad. A veces miraba a mi tío y pensaba en lo solo que estaba. Nos tenía a mi hermano y a mí, pero había perdido todo lo demás.
A su hermano, a su cuñada y a sus padres.
Él me contaba mucho sobre ellos. Mi mamá había sido como su hermana mayor, una gran amiga. Hablaba cosas muy lindas de ella. Mamá era muy simpática, alegre y optimista.
Me hubiera gustado conocerla. ¿Se puede extrañar a alguien sin nunca haberlo conocido? Yo extraño a mamá, pero nunca la conocí. Lo único que sé de ella es lo que mi tío me contó, tengo construida una imagen basada en relatos de otra persona.
Papá era más complicado. Tenía una mirada menos idealizada de él, aun así le tenía cariño. Un cariño fraternal mucho más difícil de expresar.
Mi tío estaba muy solo. Trabajaba hasta tarde en su cantina, cocinando y volvía a casa cansado. Se iba a su cama y dormía mucho. Arreglaba su moto durante las tardes y yo lo miraba.
En muchos sentidos quería parecerme a él y en otros me aterraba hacerlo. Como el hecho de ser solitario. Yo no quería estar solo y sabía bien que estaba destinado a vivir en soledad.
Lo sabía porque nadie iba a poder entenderme. No por lo menos en donde vivía.
Y mi yo pequeño no podía ni imaginar una vida alejada de ese barrio. Le era imposible soñar con irse. Toda la vida que podía concebir estaba ahí. Y ahí no había nadie para estar con él.
Ni Benjamín ni ninguno de sus amigos.
Si pudiera ir al pasado y decirle una sola cosa probablemente le diría a ese preadolescente que la soledad no es tan terrible como parece.
El patio casi siempre estaba vacío, porque algunos días hacía demasiado frío para estar afuera. Yo siempre me sentaba ahí, jugando con palitos o mirando el cielo gris.
—¿Otra vez solo?
Levante la mirada con rapidez, dejando los palitos a un lado. Jake me observaba desde arriba. Tenía el labio inferior lastimado, un corte acompañado con un moretón que había perdido un poco el color, pero que seguía ahí, pintando su rostro. Estaba serio, mordiendo un palito de helado.
—¿Qué te pasó en la cara? —pregunte, en voz bajita.
El, como si le acabara de preguntar algo completamente prohibido, se alteró, frunciendo el ceño y mirando a los costados.
—¿Y a ti qué te importa? —escupió el palito al piso.
Yo simplemente me encogí de hombros, volviendo a jugar con las ramitas. El seguía ahí, parado. Era una situación verdaderamente incómoda.
Jake se terminó sentando junto a mi, apoyando su rostro sobre sus rodillas. Ninguno de los dos nos miramos durante varios minutos. Solo voltee a verlo un par de veces, notando como él seguía con la mirada perdida. En ese tiempo, tras aceptar el trato con la tarea, nos encontrábamos más seguido.
Aprendí dos cosas de Jake en ese periodo. La primera era que Williams era muy impulsivo. Tenía reacciones que parecían no tener sentido. Podía molestarse de un segundo a otro sin motivo aparente. Otra cosa que aprendí es que no era tan desagradable estar con él.
Casi siempre nos quedábamos en silencio. No es como si fuésemos a tener una conversación ni nada así. El solo se callaba, mirando a la nada y yo me sentaba al lado. De vez en cuando me molestaba, diciendo que mi sombrero era feo. Pero a mi no me molestaba porque en realidad lo decía con una sonrisa.
Pensé que quizás tener un amigo era algo así.
Claro que cuando estábamos en la escuela él no me miraba y no hablaba conmigo. Su grupo de amigos seguía molestándome, pero el nunca se involucraba. Solo miraba a otro lado y se quedaba callado. Luego en el lago me preguntaba si estaba bien. Yo nunca sabia que decir.
También me di cuenta que Jake no se parecía en nada a Benjamín. Tampoco me hacían sentir lo mismo. Ambos me generaban cosas, pero no de la misma manera.
Jake era más complicado. En el tiempo donde nos hicimos más cercanos me di cuenta que tenía otros matices además de esa mirada seria y fría. Algunas veces hacía chistes, o intentaba hacerlos, aunque no tenían gracia.
Cuando íbamos al lago yo casi nunca me metía. El a veces lo hacía. Se sumergía y nadaba en el agua fría. Yo, desde la orilla, lo miraba.
El no era más lindo que Benjamín, pero la forma en la que se movía, en la que actuaba y hablaba era más adulta. Había algo en eso que me gustaba. Supongo que se debe a que yo también tuve que crecer más rápido. Sentía en eso algo que nos conectaba.
Jake salía del agua y se lanzaba junto a mí, con los brazos abiertos y el pelo mojado. Era raro, porque no parecía incomodarle que estuviera junto a él. El no decía nada. Solo se cruzaba los brazos sobre el pecho y contaba en voz baja la cantidad de estrellas que veía. Cuando su piel se secaba se ponía otra vez la ropa y se iba, sin decir adiós.
Yo volvía a casa y me acostaba en mi cama, tapándome con todas las mantas. Antes de dormir pensaba en él. Me pegaba por hacerlo, pero no podía evitarlo.
Me acostumbre a tenerlo cerca. Me gustaba que fuera algo que pasara siempre. Yo sabía que luego de la escuela iba a verlo. Aunque no habláramos de nada. A veces solo nos mirábamos. Me gustaba eso. Me gustaba verlo y que me mirara.
—Toma. —dijo, golpeando mi hombro.
Jake sacó de su bolsillo una pulsera naranja. Era mía, o bueno, me la había hecho mi hermano como regalo de cumpleaños. Mire mi muñeca, donde siempre la tenía.
—¿Tú como...?
—Se te cayó en el lago el otro día. Suerte que me di cuenta. Si que eres estúpido, eh.
Me regañó con un tono burlón y me lanzó la pulsera. Yo la agarre e intente ponérmela, pero usando una sola mano era casi imposible. Se me cayó varias veces y volví a agarrarla, intentando atarla.
Jake soltó un suspiro y con fuerza me la quitó de las manos.
—Ni eso sabes hacer... —murmuró, agarrando mi muñeca.
Ató la pulsera sin delicadeza, haciendo un nudo ajustado que me dejó la piel roja. Mientras lo hacía yo lo mire. Cómo fruncía el ceño para concentrarse y apretaba los labios, frustrado.
Él levantó la mirada un segundo y me encontró mirándolo. Espere alguna respuesta agresiva. Quizás un grito o peor aún, un golpe. Pero él solo se quedó callado. Nos miramos sin decir nada.
En un momento pasó a ser algo así como una competencia. Un concurso de miradas.
Él tenía el rostro serio pero pude distinguir que sutilmente se relajaba. Esa misma expresión seria dejó de ser molestia y pasó a ser algo más. No se que, pero enojo no era.
Solo una mirada calma.
Pude notar como dudaba, sus ojos se movían por todo mi rostro, inseguros. Miro mi cabello también, durante varios segundos.
Yo en cambio solo observe sus pupilas, sin pestañear.
Hasta que Jake miró hacia abajo, perdiendo la competencia. Yo sonreí, inocentemente. No se cuanto tiempo estuvimos jugando a eso, pero mis ojos ardían por no haberlos cerrado. Pestañee varias veces, limpiando las lágrimas con mi mano. Solté una risita nasal.
Jake seguía mirando hacia el pasto cuando note que una sonrisa tiraba de sus labios. Quizás fue imaginación mía, pero sus ojos parecían desconectados, como si esa sonrisa no fuera decisión suya. Estaba luchando por hacerla desaparecer.
Levantó la mirada con lentitud. La seguridad característica de Williams se esfumó. Pensé que iba a desmayarse o algo así, porque parecía completamente perdido.
—¿Estas... bien?
Jake se incorporó de golpe y fue entonces cuando me agaché más, con miedo a algún golpe. El, sin siquiera percatarse de esto comenzó a caminar, otra vez hacia la escuela. Lo vi alejarse, confundido.
Mire mi pulsera, apretada y sonreí un poquito.
AYAYAYAYA. No se q decir, otra vez JAJAJA
Que piensan??? quiero saber TODO!!
¿Qué opinan de Jake? 🎩✨
¿De Moon? 🌑✨
Si tienen preguntas o comentarios --->
😭✨ SU COMPETENCIA DE MIRADAAAAS!! Son más lindos.
¿Alguna vez sintieron como les empezaba a caer bien alguien con el cual tenían mala relacion?
Igual, ya van a conocer mejor que fue de Moon, Jake y su historia completa. ♥♥
Besos!!!!!
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