Hace muchos, muchos años.

Moon Hikari:

Yo quería verlo. Quería pedirle disculpas.  Quería rogarle que volviéramos a ser amigos. Quería ser su amigo, de verdad. 

No sabía porque lo había besado. Tenía que haberlo sabido, por más confianza que teníamos él jamás iba a sentir lo que yo sentía. Tampoco entendía qué me pasaba, que sentía, porque era así.

Porque había querido besarlo.

Lo había arruinado, lo sabía. No sé porque pensé que quizás, si me disculpaba otra vez iba a perdonarle. Mi rostro seguía doliendo, pero el color violeta se había ido.

Mi tío se enojó mucho al verme, porque pensó que me había metido en una pelea. Yo le dije que no, que yo no golpee a nadie. Pero él no me creyó.

Al final fui al baldío. Pero él no estaba. De todas formas me senté a verlos jugar. Me gustaba hacerlo. Ellos jugaban bien. A mi me daba vergüenza, porque las únicas veces que jugaba nadie quería ser de mi equipo. O me golpeaban para que cayera. Una vez hasta me sangró la nariz porque uno de los chicos me metió el pie. Nadie dijo nada, porque según ellos no había sido falta.

Por eso mismo me quedé sentado simplemente. Aunque me aburrí, porque no estaba siendo un partido divertido. Y además no estaba él. Yo quería verlo a él, no a ellos.

Solo me quede dibujando en la tierra formas y rostros. Los escuche. Los escuche decir cosas entre ellos. Pero en ese momento era demasiado tonto como para darme cuenta que no eran cosas bonitas.

Una patada salió mal y casi me golpea en el rostro. Por suerte pude atajarla. Entonces los mire. Todos llenos de tierra, frustrados y mirándome. A mi.

Me levanté, con la intención de devolverles la pelota y me detuve antes de entrar a la cancha. Entonces llegó el.

Jake Williams.

El mismo que me había golpeado hacía unas semanas. Me había agarrado del pelo y se había reído. Mucho. A carcajadas.

Su rostro era serio. Tenía el pelo muy corto, marrón. Una cicatriz en la ceja y esos ojos marrones que siempre te miraban con desprecio.

Era alto. Más que yo.

Solo baje la cabeza, sin decir nada.

—Dámela.

—Toma... —susurré, entregando la pelota.

El me la sacó de la mano y la tiró hacia la cancha. Me dio la espalda. No hizo nada. Yo me volví a sentar, limpiando la tierra de mis pantalones. Hoy en día pienso que debería haberme ido. Era muy inocente y tonto, demasiado ciego para darme cuenta de que nadie me queria ahi.

Y me di cuenta unos minutos después, cuando, por alguna razón dejaron de jugar al fútbol. Todos me miraron, menos Jake Williams. Él no me mira. Me gritaron algo. No recuerdo qué pero no respondí. Me quedé callado, dibujando en la tierra.

Mi tío me había dicho eso. Que no debía responder cuando gritaran. Lo último que querías en un barrio como el nuestro, era problema con los demás.

Uno de los chicos se acercó y me empezó a hablar. Yo no le respondí. Pateó la tierra y no solo destruyo mi dibujo, también me llenó la cara de tierra. Me levanté, intentando limpiarme.

Otro chico me agarró del brazo. Hablaban. Hablaban mucho pero no recuerdo sobre qué. Lo único que podía pensar es que quería irme.

Los chicos le gritaron a Jake Williams que viniera. El solo se acerco y sin pensar me golpeo el rostro. Pero un golpe real, como hacen los adultos cuando pelean.

Luego de eso solo recuerdo que se alejó, sin decir nada. Los demás siguieron. Me tiraron del pelo con fuerza y se reían. Se reían.

Yo lloré. Lloré y las lágrimas se mezclaron con la sangre que salía de mi nariz. Y con la tierra del piso.

Me gritaban cosas. Cosas. Más que cosas era una cosa. Una en particular. Y esa cosa estaba relacionada con lo que pasó en el baño.

Llore más. En algún punto dejé de luchar porque pensé, internamente, que ellos tenían razón. Lo que decían era verdad. Entonces ¿por qué debería decirles que no?

O siquiera defenderme, si el problema en realidad era yo.

Al final supongo que se terminaron aburriendo. Se fueron y me dejaron ahí. Tirado.

Me abracé a mi propio cuerpo. Porque me dolía la panza, los brazos, las piernas y la cabeza y todo. Y no podía parar de llorar.

Jake Williams se quedó ahí. Cuando todos se fueron él siguió parado al lado mio.

—¿Por qué no hiciste nada?...

Recuerdo que lo dijo bajito. Enojado. No se si conmigo o con el. Se agacho al lado mio.

—¿Por qué no les pegas? ¿¡Por que no les dices que se callen?!

No entendí su pregunta. No entendía porque él, que me había golpeado hablaba sobre los demás como si ellos tuvieran la culpa. Lo mire y note que su rostro estaba rojo, enfurecido.

—Porque tienen razón... — dije, o más bien solloce.

Entonces él se fue. Me dejo solo. No me golpeó otra vez, no dijo nada. Solo se guardó las manos en los bolsillos y se fue.

Ese día conocí a Jake Williams.

NO ODIEN A JAKE. 😭😭

JAKSJAKJS PORFA, ESPEREN UN POCO Y LUEGO PIENSEN LO QUE QUIERAAAAN!!

Amo iniciar las historias a mil con todas las emociones en los primeros capítulos MUAJAJAJ >:)

Estos cap van a ser más cortos comparados a los de NHSCM, asi que voy a actualizar más seguido! probablemente los domingos de tardecita o los lunes <3

Pense en actualizar Notas Mentales los viernes, NHSCM los sabados y esta los domingos o lunes, asi tenemos seguida de cap y pueden leerlos el finde :D

Un abrazo enorme, les quiero ✨💋