Recuerdo la vez que nos conocimos, fue aquí en este lago. Lo recuerdo muy bien. Para ser exacto estabas a ocho pasos de esta banca donde estoy sentado. Ese día vestías un vestido blanco de flores, rosas, eran rosas rojas. Te quedaba tan hermoso, bueno, a ti todo se te veía hermoso, eras hermosa, tu cuerpo tan suave y perfecto me enloquecía.

     Esa tarde le lanzabas migas de pan a cinco patos que nadaban. El sol hacía que tu cabello castaño brillara aún más. Eras la estrella que iluminaba mi vida. Decidí acercarme y saludarte, cuando lo hice me sonreíste con esa sonrisa tan resplandeciente que solo tú tenías, esa que tus labios rosados y dulces como la miel acompañaban. Cuando miré tus ojos cafés supe que había encontrado al amor de mi vida y estoy muy seguro de que tú sentiste lo mismo. Esa hermosa conexión que no sé cómo describirla, solo sé que fue los más bello que sentí y que sentiré.

Ese día iniciaron los años más felices de mi existencia. Cuatro años con tres meses y veinte días, eso duró mi felicidad. Cada vez que recuerdo uno de esos maravillosos días me es imposible evitar que las lágrimas salgan de mis tristes ojos.

     Esta banca era nuestro lugar favorito, siempre que veníamos a este parque nos sentábamos aquí y le dábamos de comer a los patos y a sus crías, sí, ya no eran cinco, eran docenas.

     Recuerdo que cuando alguien estaba en la banca, primero alimentábamos a las lindas aves y si aún seguía ocupada nos quedábamos parados mirando el azul lago y los árboles que se hallaban al otro lado. Cuando por fin desocupaban nuestro trono de madera, corríamos a él agarrado de las manos y luego reíamos a carcajadas. ¿Por qué no reí por más tiempo? pensé que te tendría para toda la vida.

     El último día de mi felicidad fue el 25 de junio del 2020, el día que un virus me apartó de ti para siempre, el maldito Covid-19. Ahora vivo en esta banca, paso la mayor parte del tiempo aquí mirando el lago y a los patos, recordando los hermosos momentos que pasamos. Deseando con todas mis fuerzas que esto sea solo una pesadilla y que al despertar te vea durmiendo a mi lado.

     En esta horrible pesadilla me he convertido en El Loco de la Banca. Sí, así he escuchado que me dice la gente.