Una tarde de verano, antes del ocaso una conejita paseaba por el campo, tenía una caperuza roja y una diadema de orejas de conejo sobresalía sobre esta caperuza, la conejita vestía además unos pantalones rosas apretados que sobresaltaban su sensual cuerpo además de un suéter también rosa, el movimiento de sus caderas y muslos al caminar atraía las miradas lascivas de todos los animales del bosque, los búhos, los venados, incluso a conejos machos, estos últimos corrían detras de la sensual conejita, pero el esfuerzo de los conejos por llamar su atención era inútil, un aullido a lo lejos ahuyento a todos los animales presentes.

Los conejos machos corrían a sus madrigueras, las aves volaban espantadas y los venados saltaban a lo profundo del bosque, menos la conejita, está sabía que tenía que llegar a su destino, el aullido no fue suficiente para intimidarla y con todo su valor está retomo su camino, a lo lejos una figura fornida la veía a lo lejos, el lobo ya le había echando ojos a la conejita, el rebote de su sensual trasero y la pequeña colita en forma de algodón despertó algo en el lobo, algo que no le permitiría que ningún otro depredador le quitaría, el lobo sigiloso y astutos siguio la conejita detrás suyo.

La conejita paro a la orilla de un lago que estaba a unos metros de distancia, el sol comenzaba a agitarse y la luna parecía mostrarse más temprano de lo usual, la mano de la conejita agitó las aguas y cuando las aguas se calmaron la conejita miro de nuevo su reflejo en. Agua pero esta vez con un lobo detrás de ella.

La conejita quería gritar pero el miedo no la dejaba, el lobo no se inmutó ni un segundo ni aparto la mirada de la conejita. Esta última miro al lobo con más detenimiento, el tenía un buen cuerpo y el cabello largo, sus ojos no dejaban de mirar a los de la conejita, esto al principio la aterraba pero poco a poco ella comenzó a notar que no eran como los ojos de los antiguos depredadores de los que la conejita había escapado, no, estos eran ojos de deseo.

El lobo se agacho para estar cara a cara de la sensual conejita, esta última quiso dar un pequeño salto del susto, pero la calma del lobo la hizo seguir ahí en el suelo, su corazón comenzó a acelerarse cuando el lobo se acercó poco a poco a su cara.

Cuando se dió cuenta el lobo acariciaba su rostro con delicadeza pues el lobo pese a su fuerza era brusco y torpe, y la conejita delicada, las miradas de ambos chocaron, el pequeño corazón de la conejita latía con rapidez , más que eso, el corazón de ambos parecía sincronizarse, hasta el punto donde ambos pudieron por solo sus latidos y respiraciones

La respiración rápida de la conejita hizo que el lobo aumentará la suya, esa misma respiración de adrenalina que tenía antes de cazar.

Kyaaa-grito la conejita cuando el lobo le saltó encima, solo para volver sus miradas, la manos de la conejita parecían querer detener al lobo pero está también sintió el duro cuerpo de lobo, este era muy diferente del de los conejos machos. La conejita acarició más tiempo el cuerpo del lobo, cuando se dió cuenta pudo ver una sonrisa traviesa en la cara del lobo, no se sabe si era la adrenalina o el cuerpo del lobo había despertado también el apetito de la conejita.

El lobo sin titubear se acercó poco a poco a la conejita para robarle un beso, la conejita estaba confundida pero también comenzaba a gustarle, el lobo paro en seco el beso solo para notar como la conejita había cerrado los ojos durante el beso, el ver cómo la conejita seguía extendiendo sus labios pese a que el lobo dejaba de mirarla hizo que el lobo dejara escapar una sonrisa burlona y traviesa, la coneja algo molesta se aparto del lobo dándole la espalda cruzando los brazos haciendo bochorno pues no le gustaba que le jugarán ese tipo de bromas.

El lobo se rió un poco pero le encantaba ver esa parte de la conejita, y ese se acercó hacia ella por detrás abrazándola mientras está con bochorno lo apartaba.

El lobo prometió no hacerlo de nuevo si la conejita mostraba más expresiones asi. La conejita de sonrojo pues no estaba acostumbrada a mostrar su buen libido así alguien que acababa de conocer.

El lobo no pudo resistirse y comenzo a besar el cuello y nuca de la conejita.

Luego de eso el lobo la volteo hacia el y recargando sus fuertes manos en el trasero de la conejita la cual dejo escapar un sonido de sorpresa, el lobo la subió encima de él para ahora seguir besándola.

Entre besos la conejita sentía como el lobo acariciaba su espalda para después sentir como el lobo tocaba su trasero, el cual ahora besaba el cuello de la conejita.

Poco a poco los besos se iban volviendo más lascivos, hasta el punto donde la conejita comenzaba a mover con ternura sus caderas.

El lobo prosiguió a desvestir a la conejita, primero iniciando por el suéter y luego por los pantalones, dejando a descubierto a la sexy conejita en ropa interior.

La conejita se cubría un poco sonrojada cosa que encendió aún más al lobo el cual prosiguió a quitarse el la camisa pues disfrutaba enseñar su cuerpo entrenado.

La conejita disfrutaba acariciar el fornido cuerpo del lobo y este así vez disfrutaba de todos los rincones de la conejita, el lobo le daba besos a todas las partes del cuerpo de la conejita.

Su cuello, sus brazos, su pecho, sus piernas todo, cuando dejo sus labios para el final el lobo noto como la conejita movía sus caderas con más intensidad, el lobo noto la mirada extasiada de la conejita y supo que ya era el momento.

Mientras la besaba, sus manos acariciaban los rincones íntimos de la conejita, poco a poco hasta que por cada dedo que entraba la conejita iba dejando escapar un gemido más fuerte que el anterior

Quiero devorarte-susurro el lobo al oído de la conejita, la cual intercambiando miradas con el lobo asintió, y el lobo se bajó el pantalón.

Este último iba a proseguir con la ropa interior pero la conejita lo detuvo y con sus respiraciones cortas y profundas que exponían la adrenalina antes del acto, esta bajo poco a poco la ropa interior del lobo, dejando ver su grueso y duro miembro.

La conejita lo miraba con sorpresa pues este palpitaba cono un corazón, y está lo probó, la conejita fue la primera en devorar al lobo dejándolo entrar a su boca poco a poco

El lobo ya había disfrutado de la boca de la conejita pero no de esta manera, la conejita lo lamía con mucha lascivia dejándolo lo suficientemente lubricado para continuar.

El lobo continuo recostando lentamente a la conejita, sosteniendo su mano, pues el quería hacer esto con el mayor cariño posible.

El lobo introdujo su miembro lentamente a la conejita, cada embestida dejaba escapar un gemido de la conejita motivándolo a aumentar la intensidad.

La cosa se va poniendo más caliente y el lobo siendo un poco más brusco le da la vuelta a la conejita y comienza a montarla, apretando su trasero, la conejita deja escapar varios gemidos pidiéndole al lobo ser un poco más brusco.

El lobo toma de las caderas a la conejita y comienza a aumentar las embestidas, seguido de eso toma del cabello a la conejita mientras nalguea su sensual trasero que el lobo sostiene con mucho deleite

La lujuria de apodera de la conejita y está ahora es la que le pide al lobo recostarse y comienza a montarlo, ahora la conejita tiene el control, la coneja ahora gime con mucho ímpetu, el placer es tal que ahora es el lobo el que deja escapar leves gemidos pero por orgullo no quiere ser escuchado tan fuerte.

El lobo acaricia los pechos de la conejita y está a su vez mueve las caderas con más intensidad, sabe que está apunto de alcanzar el punto y arañaba la espalda del lobo pues este quiere hacerlo mientras la abraza.

La conejita deja rasguños en la espalda del lobo mientras esté con prisa saca su miembro y deja salir su esencia y fluidos en todo el cuerpo de la conejita, marcando la cómo suya.

Juntos terminan recostándose, llenos de sudor, fluidos y pesadas respiraciones, mientras la conejita reposa sobre el pecho del lobo quien desde ahora se promete a proteger a su preciada conejita.