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8.-Problemas

Con esas situaciones cada vez más seguidas, Dingo y Kodi estaban pasando por demasiado estrés. Por un lado, las desapariciones ya eran críticas, quedaban muy pocos líderes que ya estaban aterrados, incluso Yukón y Kitok estaban enterados, pero les pidieron a Dingo y Kodi que guardaran silencio y que hicieran lo posible por cuidar a las familias, pero por el otro lado, Dakota y Nunivat estaban cada vez más a la defensiva imaginándose lo peor, no trataban casi con Dingo y Kodi, pasaron de estar cada segundo del día juntos, a estar reunidos solo en las comidas, sin dirigirles la palabra. Ya los pobres se sentían contra la espada y la pared.


Uno de esos días, se fueron a entrenar como era costumbre tras el patrullaje, pero no fue muy productivo...


-Kodi: ¿Qué haremos Dingo?

-Dingo: No tengo ni idea hermano, no me puedo concentrar en nada.

-Kodi: Tenemos que hacer algo, ya casi ni nos tratan, pero no podemos decirles por petición de nuestros padres...

-Dingo: Lo sé, lo sé.

-Kodi: Y, ¿Si les decimos?

-Dingo: Tú mismo lo dijiste, no podemos hacerlo. Sería causarles un mayor estrés.

-Kodi: ¿Mayor que el que ya tienen con nosotros? No creo que sea posible. Yo soy desconfiado, pero creo que no llego al grado de desconfianza que nos tienen.

-Dingo: Sí, me lo imagino. Creo que nos va a tocar decirles si queremos salvar nuestras relaciones.

-Kodi: Estoy de acuerdo, ¿Pero cómo?

-Dingo: Creo que se me ocurre algo...


Ese día no entrenaron, solo se quedaron hablando sobre cómo decirles sin que se enteraran sus padres y sin causarles preocupación a ellas. Mientras tanto, en una montaña algo alejada del lugar...


-Nunivat: (Triste) ¿Qué haremos? Siento que los estamos perdiendo.

-Dakota: (Deprimida) Lo sé, no nos quieren decir qué ocurre y tengo miedo de lo que pueda ser.

-Nunivat: No quisiera pensar lo peor pero no se me ocurre más nada...

-Dakota: Sigo sin creer que sean posible eso.

-Nunivat: Pero ¿Cómo saberlo?

-Dakota: Tengo una idea...

-Nunivat: ¿Cuál?

-Dakota: Mañana de seguro harán lo mismo de siempre, se irán a "patrullar" y nos dejarán en la casa...

-Nunivat: ¿Y...?

-Dakota: Y entonces, los seguiremos para eliminar cualquier duda.

-Nunivat: No quisiera hacerlo, pero no veo ninguna otra opción.

-Dakota: Yo tampoco.


Con eso se fueron a su casa, aunque Dingo y Kodi llegaron más tarde de lo usual, lo que las preocupó más aún, poniéndolas más a la defensiva. En un momento dado los dos se fueron a la habitación para hablar a solas, pero no sabía que ellas los siguieron y estaban escuchando...


-Dingo: ¿Ya arreglaste todo?

-Kodi: Sí ¿Y tú?

-Dingo: También.

-Kodi: ¿Crees enserio que funcione?

-Dingo: (Serio) Tiene que, es la única carta que nos queda si queremos que todo continúe como antes.


Esas breves palabras las confundieron más, pensando lo peor. Pasó el día con algo de dificultad, pues ellas seguían actuando fríamente, mientras que ellos solo daban lo mejor en su último esfuerzo por arreglar todo. A la mañana siguiente Dingo y Kodi se fueron con algo de prisa, lo que alertó más a Dakota y Nunivat, que los siguieron sin que se dieran cuenta, llegando al lugar donde hace unas pocas semanas todos habían entonado la melodía más hermosa de todas, pero que ahora no les era más que un agrio recuerdo. El lugar estaba decorado, y los chicos expresaban su inquietud...


-Kodi: Espero que esto resulte...

-Dingo: Yo también.

-Kodi: ¿Crees que nos crean?

-Dingo: Bueno...

-Nunivat: (Alterada) ¿Por qué no lo haríamos?

-Dakota: (Alterada) ¿Será por su actitud tan evasiva?

-Dingo: (Nervioso) Ca... Cariño

-Kodi: (Sorprendido) ¿Qué hacen aquí?

-Dakota: Pues por su comportamiento tan peculiar decidimos averiguar por nosotras mismas qué pasaba con ustedes dos

-Dingo: Ah, ¿Sí?

-Nunivat: Sí, y a decir verdad no nos agrada nada esta situación

-Kodi: Lo sabemos, queríamos evitar problemas...

-Dingo: Pero creo que nos metimos en uno mayor.

-Dakota y Nunivat: Sin duda.

-Dingo: Creo que es mejor decirlo...

-Nunivat: (Molesta) Pues creo que sí.

-Kodi: De acuerdo, pero necesitamos que esto no se lo digan a nadie.

-Dakota: (Molesta) Primero escuchamos y luego decidimos

-Dingo: Verán...


En ese momento Dingo y Kodi les explicaron completamente la situación a Dakota y Nunivat, exceptuando la petición de los padres, lo que las sorprendió pero no las calmó...


-Dakota: ¡¿Cómo es posible que no nos hallan contado esto?!

-Nunivat: Es que enserio es increíble, ¿No pensaron que por no saber corríamos más riesgo?

-Dingo: Lo entiendo corazón...

-Kodi: No queríamos hacerlas sentir así mi cielo...

-Dakota: Ah ¿Sí? Vaya con ustedes dos.

-Nunivat: ¿Dónde quedó tu regla de no guardar secretos?

-Dingo: Mi amor, por favor...

-Nunivat: Nada de por favor, ni mi amor...

-Dakota: Ni mi cielo, ni cariño, ni nada...

-Nunivat: Si guardaron ese secreto, ¿Qué más nos podrían ocultar?

-Kodi: Por favor déjennos explicar...

-Dakota: No, hasta aquí llegué yo...

-Nunivat: Y yo igual, adiós.


Con eso se fueron, dejando a los chicos algo confundidos, pero con un mal presentimiento. Se quedaron un rato pensando, pero decidieron irse a la casa. Al llegar ven a las chicas jugando con Nok, pero al verlos les dan la espalda. Luego de eso cada uno trató de hablar con ellas por separado, recibiendo una y otra vez la misma respuesta, "Todo terminó". Al conversarlo se dieron cuenta que hablaban muy enserio, lo que los deprimió completamente.


Desde ese momento perdieron la chispa que los caracterizaba, todo se les complicaba y no tenían ánimo de nada, salían muy temprano y volvían muy tarde en la noche, lo único que los animaba un poco era pasar algo de tiempo con Nok, pero al terminar ese tiempo, todo volvía a ser igual y nada les importaba, comían una sola vez al día y en cantidades que solo los soportaba ese día. Pasaban todos los días entrenando hasta el agotamiento, tirados en el campo recordando los buenos momentos con gran tristeza e incluso aullando de dolor, produciendo el sonido más deprimente y desgarrador de todos.


Sin duda estaban en grave estado, pero para las chicas no era más fácil. Aunque se hacían las duras cuando los veían, en realidad estaban deprimidas, pasaban todo el día recordando lo bonito que fue todo mientras duró, afligiéndolas el pensar en lo que pudo ser, pero temiendo que los secretos se pudieran salir de control.


Los adultos se dieron cuenta de esto, así que decidieron hablar con ellos. Kitok y Yukón fueron con los chicos mientras que Kiona y Sabaka hablaban con las chicas.


-Yukón: Hola chicos ¿Qué pasa?

-Dingo: (Cabizbajo) Nada.

-Kitok: ¿Seguros?

-Kodi: (Cabizbajo) Sí papá, solo... Algunos problemas.

-Kitok: Ya veo, ¿Por qué no vamos a hablar y así nos explican?

-Dingo: Supongo que está bien.


-Sabaka: ¿Cómo están chicas?

-Nunivat: Bien mamá.

-Kiona: Que bueno, pero las hemos visto algo decaídas estos días.

-Dakota: Es cierto, pero es que tuvimos algunos problemas.

-Sabaka: ¿Por qué no nos cuentan?


En ese momento se pusieron a conversar, las chicas les expusieron sus disgustos, penas e inseguridades ante esa situación, lo que intrigó y sorprendió a las madres. Mientras tanto los chicos expusieron el problema, recalcando el hecho de que tuvieron que decirles a ellas lo de las desapariciones aunque no querían hacerlo, pensando que era la única forma de salvar sus noviazgos, esto incomodó a los padres, pero lo entendieron por que sabían lo enamorados que estaban y que lo que menos querían era que todo acabara. Cuál fue la sorpresa de los adultos al enterarse de que todo había acabado entre los jóvenes, eso solo les dio pena a los adultos, que por fin entendían la situación de los últimos días y se decidieron a ayudarlos sin que estos lo supieran, comenzando con algunos consejos y algo de ánimo...


-Sabaka: ¿Y cómo las hizo sentir el terminar con ellos?

-Nunivat: A decir verdad, muy mal.

-Dakota: Fatal...

-Kiona: Y ¿Por qué no hablan con ellos?

-Dakota: No sé si podría confiar en ellos de nuevo...

-Sabaka: (Con voz dulce) Ay pequeñas... Si supieran cuantos secretos nos guardan sus padres...

-Kiona: Son muchos, pero confiamos en ellos y sabemos que lo que hacen es por nuestro bien y por quenos aman...

-Sabaka: Esa es la confianza que deben tenerles a ellos. Inténtenlo.


Al terminar esa conversación, todas se abrazaron y acordaron darles una segunda oportunidad, lo que animó un poco a las chicas, que ya querían verlos para hablar con ellos. Mientras tanto Yukón y Kitok no podían hacer más que tratar de animar a Dingo y a Kodi, diciéndoles que todo se iba a arreglar, y aunque les lograron levantar un poco el ánimo, les pidieron que los dejaran solos un rato, querían quedarse un tiempo más a pensar y hablar. Los dos adultos aceptaron, así que se fueron dejándolos en aquel prado, un poco más animados y con algo de esperanza, pero sin embargo, concordaron con que debían hacer algo distinto a lo planeado para ayudarlos a resolver esa situación y que así la familia volviera a estar unida.

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