Tras haber recibido la aprobación de los padres de ambas familias, los cuatro enamorados se sintieron muy emocionados, lo que los motivó a besarse entre sí sin pensarlo, aunque al darse cuenta solo se sonrojaron y separaron por la pena, pero acercaron sus cabezas, apoyando una contra la otra. Al acabar con la comida, Dingo se percató que ya estaba oscureciendo, así que se despidió de sus nuevos amigos, su hermana y de su amada, dándole un último beso y deseándole buenas noches, con lo que se va y todos los demás entran en la casa, aunque Kodi percibe un rastro muy disperso en el viento, pero debido a que Dakota lo llama él ignora sus pensamientos.

???: Vaya momento tan conmovedor, y que gran error, jajaja

A la mañana siguiente Nunivat se disponía a salir a verse con Dingo, pero este la sorprende apareciendo en la puerta de su casa...

-Nunivat: (Sorprendida) Dingo, ¿Qué haces aquí?

-Dingo: Dado que ya somos novios y tú familia ya sabe de lo nuestro, pensé en sorprenderte e invitarte a pasear por un lugar que tiene un lugar especial en mi corazón.

-Nunivat: (Encantada) ¡Vaya! Que hermosa sorpresa, no sabía que fueras tan romántico.

-Dingo: (Sonrojado) Eh... Bueno... ¿Te gustaría venir conmigo?

-Nunivat: Me encantaría.

Con eso los dos se fueron al lugar secreto de Dingo, caminaron por un par de minutos en un recorrido especial que Dingo llevaba planeando desde hace unos días, atravesando varios lugares muy hermosos, lo que tenía a Nunivat maravillada...

-Nunivat: Mi amor, esto ha sido maravilloso.

-Dingo: (Con una mirada confiada) Y aún falta lo mejor del recorrido.

-Nunivat: No sé cómo lo vas a superar.

-Dingo: Espera y lo sabrás. Ya estamos cerca.

En eso él se adelanta un poco, le cierra los ojos a Nunivat y, tras pasar unos arbustos, le dice que los abra...

El lugar era majestuoso, un pequeño prado con un sinfín de capullos de mil colores floreciendo en la base de una montaña con una cascada que daba origen a un riachuelo de aguas cristalinas, todo iluminado por la radiante luz del sol que junto a la humedad del ambiente producían el arcoiris mas bello que podía verse en todo aquel bosque, lo que dejó a Nunivat sin palabras...

-Dingo: (Intrigado y algo preocupado) ¿Qué pasó cariño? ¿No te gustó?

-Nunivat: (Todavía sorprendida) ¿Estás bromeando? ¡Es hermoso! Gracias por traerme aquí amor, es bellísimo.

-Dingo: (Aliviado) Que bueno que te gustó, pero... (Con los ojos iluminados) No es nada en comparación a ti.

-Nunivat: (Alagada) Ah... Que tierno eres, pero ¿Cómo conoces este lugar? Como me dijiste que tenía un lugar especial en tu corazón.

-Dingo: Eso lo dije porque este lugar es de mis mejores recuerdos.

-Nunivat: Ah ¿Sí?

-Dingo: Sí, este prado lo conocí con mi madre cuando era pequeño y es de los pocos recuerdos que tengo de ella, pero todos los años en primavera vengo aquí para recordarla y no sentirme solo (baja la mirada).

-Nunivat: (Con voz dulce) Ya no estás solo, y nunca más lo estarás (apoya su cabeza en su cuello).

En eso Dingo alza su cabeza, mira a Nunivat y le da un beso que ella corresponde. Después de eso, al verlo más animado, ella se aleja un poco a oler una flor que acababa de florecer, Dingo se le queda viendo y ve la luz del sol reflejarse sobre su pelaje gris, dándole un brillo excepcional y causando unos matices que la hacían verse más bella que de costumbre, ¿Sería solo la luz? ¿O es que se había enamorado más de lo que creía?, esas preguntas se repetían dentro de su cabeza haciéndolo caer en una especie de trance, lo que confundió un poco a Nunivat, pero al verlo calmado no le dio mayor importancia, retándolo a una carrera hasta la cima de la montaña, lo que él aceptó con gran alegría, llegando en segundo lugar, no por ser lento ya que había demostrado su velocidad en varias ocasiones, sino para así no perderla de vista ni por un segundo, al llegar vieron la puesta del sol, aunque la mirada de él solo se enfocaba en su amada, notando todos los matices que le daba la luz y como su mirada transmitía paz.

Al caer en cuenta de la hora se fueron de regreso a la casa de ella, hablando del magnífico día que habían tenido juntos, riendo y recordando también cómo había cambiado la relación de ellos, de desconocidos a amigos, de amigos a interés romántico, y posteriormente novios, olvidando todos los problemas que alguna vez los afligieron. Al llegar a su casa, se despidieron entrando ella, aunque se regresó a la entrada para verlo irse, dándole algo de risa el comportamiento que adquirió Dingo, pues pasó de irse a toda velocidad a irse lentamente con un paso que se asemejaba a un baile tarareando un vals, brincando cuál cachorro emocionado.

Ya cuando Nunivat se disponía a dormir se encuentra con Dakota, que le pregunta por su día al verla tan risueña y algo perdida en sus pensamientos, teniendo una sonrisa algo tonta...

-Nunivat: (Suspirando de alegría) Fué, maravilloso... Nunca pensé que Dingo pudiera llegar a ser tan romántico.

-Dakota: (Siendo algo hilarante) Esto es incómodo, me está matando la curiosidad, pero a la vez no quiero preguntar, me parece raro que salgas con el hermano mayor que hace poco descubrí que tenía.

-Nunivat: (Con algo de sarcasmo) Que extraño, justo estaba pensando lo mismo, si averiguar sobre tu día con Kodi o no preguntar porque sales con mi hermano.

Tras decir esto, ambas terminan riendo hasta que no pueden más, creándose un silencio momentáneo debido a la falta de oxígeno, pero al recuperarlo comienza la conversación nocturna sobre el día que habían tenido. Comienza Nunivat, que le relata a Dakota todo lo que había ocurrido y cómo se dio cuenta de lo romántico que es Dingo, a pesar de su siempre seria apariencia con la cuál reflejaba que todo le daba igual aunque no fuera cierto, pues le había mostrado el lugar más especial que conocía, expresando el completo enamoramiento que tenía hacia ella con unas dulces palabras. Pero Dakota no se quedaba atrás, pues Kodi le dio un día muy especial también (comienzan los recuerdos)...

Se fueron a pasear desde temprano, pasaron tiempo hablando hasta que decidieron jugar un rato al escondite para "probar" las habilidades de rastreo de Kodi, al poco tiempo de empezar él halló a Dakota, siendo turno de esta para buscar, tardando un rato porque Kodi era experto en ocultar su rastro, llevándola hasta un floreado campo donde ella perdió el rastro, dándole la oportunidad a Kodi de acercársele por la espalda, tomándola por sorpresa, y cuando ella se dio cuenta de que era él se fijó en que en su hocico había una orquídea muy hermosa que le colocó sobre la oreja izquierda...

-Kodiak: (Con los ojos iluminados) Para mi gran amor, la mejor flor del lugar, (con una pequeña sonrisa) aunque no se compara contigo.

Esto causó que Dakota se sonrojara, respondiéndole sin una sola palabra, dándole un beso que él correspondió sin pensarlo dos veces, y al separase ella vio como sus ojos reflejaban amor puro, lo que le demostró que había tomado la decisión correcta al aceptarlo como novio. Después de eso se fueron a ver el atardecer en un lago, hasta que decidieron que ya era hora de irse a la casa (terminan los recuerdos).

Al terminar de conversar vieron un lado desconocido de sus hermanos y de ellas mismas, uno que solo salía cuando estaban juntos, lo que causaba que todos se preguntaran internamente si acaso era posible que ese amor creciera tanto en tan poco tiempo, hallando la respuesta prontamente debido a que con solo pensar en sus parejas terminaban soñando despiertos a pesar de estar algo alejados entre sí, quedando con una mirada perdida solo deseando verse de nuevo al día siguiente, y al reaccionar cada uno de ellos se fueron a dormir deseándole buenas noches y dulces sueños a sus parejas a la distancia.

A la mañana siguiente todos despertaron con la intriga de qué nueva emoción les haría experimentar el día, aunque para Dingo fue una mañana muy peculiar, ya que apenas se despertó escuchó a algunos animales desesperados y asustados, por lo que fue a toda prisa a inspeccionar el área en la que escuchó el alboroto, pero al llegar solo vio a los animales que seguían asustados pero que al investigar no sabían la causa del alboroto, aunque habían desaparecido algunos líderes de las manadas de la zona norte, lo que le causó confusión, pero decidió irse con Nunivat.

Ese día lo pasaron juntos los cuatro, lo que le permitió a Dingo y a Kodi tomarse confianza al ver el buen comportamiento y respeto que demostraban el uno a la hermana del otro, causando que llegaran a verse casi como hermanos al poco tiempo. Ese día fue de juegos, todos pasaron el día en competencias, paseando y charlando como si tuvieran todo el tiempo del mundo, quedándose en espera de la salida de la luna en esta ocasión, comenzando un aullido tan armonioso y dulce como una canción, pues las notas que cada uno alcanzaba formaban una perfecta unión con las de sus compañeros, este tiempo juntos los unió más como una familia, la que se habían vuelto.

Al volver a la casa, los adultos y el pequeño Nok los esperaban con ansias pues les habían preparado una comida especial a "los enamorados", como les decían, lo que los sonrojaba ligeramente, ya para Dingo era algo tarde, por lo que quiso retirarse para ir a su casa, pero no contaba con la insistencia de Yukón y Kitok, lo que hizo que se quedara aunque con algo de pena, pues no quería llegar a parecerles una carga. Tras terminar la cena ya se iba a despedir pero, las familias tenían otros planes, usando la excusa de lo tarde que era lo "invitaron" a quedarse, aunque parecía más una imposición, lo cual aceptó sintiéndose algo obligado pero tranquilo, porque eso demostraba que les caía muy bien...

Le tocó dormir en la habitación de Kodi y Nok, aunque a la hora de acostarse no lograba conciliar el sueño debido a lo que había ocurrido temprano, Kodi se dio cuenta y le pregunto a Dingo qué pasaba...

-Dingo: Estoy algo preocupado.

-Kodi: ¿Por qué? ¿Pasa algo malo?

-Dingo: (Dudoso) No lo sé.

-Kodi: ¿Entonces?

-Dingo: Verás, hoy en la mañana, antes de venir a encontrarme con ustedes, hubo mucha agitación en el bosque...

-Kodi: Sí, lo escuché, ¿Y?

-Dingo: Cuando llegué y averigüé qué pasaba, nadie lo sabía, pero faltaban algunos de los líderes de las manadas y nadie los vio irse.

-Kodi: Eso sí es extraño, pero ¿Por qué no lo dijiste antes?

-Dingo: Es que no quería que Nunivat y Dakota se preocuparan demás, ya tienen mucho con sus propias preocupaciones como para venir yo a estresarlas más.

-Kodi: Cierto, además del estrés que cargan los adultos, y que tampoco es bueno andar asustando al pequeño Nok.

-Dingo: Sí, tienes razón...

-Kodi: Pero, ¿Cómo haremos si tú no estás? Los adultos no son tan ágiles y los demás no tenemos tu astucia...

-Dingo: Cierto... Aunque, eso me da una idea.

-Kodi: ¿Cuál?

-Dingo: No queremos que se enteren, pero tampoco que corran peligro si no estoy cerca...

-Kodi: ¿Entonces...?

-Dingo: Entonces, podría enseñarte algunas técnicas de defensa para que así cualquiera de los dos pueda defender a los demás.

-Kodi: (Pensando un minuto) Me parece buena idea, pero ¿Cómo me vas a enseñar sin que se den cuenta?

-Dingo: Lo haré cuando estemos desocupados, comenzando mañana tras patrullar.

-Kodi: Me parece bien, pero entonces tenemos que aprovechar de dormir.

-Dingo: Estoy de acuerdo, nos vemos en la mañana.

-Kodi: Está bien, que descanses.

Con eso ambos se fueron a dormir, muy pensativos en ese misterio, buscándole la lógica, lo que para nada lograron, conciliando Kodi el sueño tras meditar en eso un rato, mientras que Dingo estaba pensando en qué sería lo primero que le enseñaría a Kodi y qué le habría pasado a esos líderes, preguntándose si lograrían mantener a salvo a sus familias, quedándose dormido después de un rato, teniendo un sueño algo extraño e inquietante...