4.-Confesiones
Así transcurrieron unos meses, Nunivat iba a verse todos los días con Dingo y pasaban horas hablando, mientras que Kodi y Dakota pasaban horas y horas conociéndose, paseando y hablando, haciendo que Kodi perdiera toda preocupación por lo que hacía su hermana. Entre más tiempo pasaban juntos, cada uno de ellos notaba la presencia de un sentimiento mutuo que sin duda iba creciendo, veían el tiempo pasar más rápido estando juntos, sentían sus corazones palpitar con más fuerza al oírse y sus ojos se iluminaban al verse.
Kodi y Dakota se volvieron más unidos, hablaban de todo entre sí, hasta de sus mayores temores, mientras que a Dingo le empezó a preocupar ese sentimiento por Nunivat, pues le había tomado mayor aprecio del que creía posible, pero recordaba con gran pesar lo que le había pasado a su familia por su culpa y no quería que esa situación se repitiera con ella. Nunivat se dio cuenta de la preocupación de Dingo así que conversó con él.
-Nunivat: (Preocupada) ¿Te pasa algo Dingo? Te noto algo extraño
-Dingo: (Deprimido) No es nada, solo estoy algo pensativo.
-Nunivat: ¿En qué?
-Dingo: En mi pasado.
-Nunivat: (Sorprendida) Vaya.
-Dingo: Es que... Todavía me asechan algunos recuerdos.
-Nunivat: Ya veo, pero ¿Desde cuándo volvieron?
-Dingo: Hace poco, verás, cuando conversaba contigo hallaba paz, pero últimamente... Te veo y me llegan los recuerdos
-Nunivat: (Triste) Entiendo, lo mejor será que me...
-Dingo: ¡No! Por favor, no me malinterpretes, es que contigo volví a sentir lo que en mucho tiempo llegué a olvidar.
-Nunivat: (Intrigada) ¿Qué cosa?
-Dingo: Sentí que tenía una familia, he llegado a sentir por ti...
-Nunivat: (Emocionada) ¿Qué, qué cosa?
-Dingo: Amor... Me he enamorado de ti sin remedio, y tengo miedo, de que mi pasado se repita y te pierda a ti también.
-Nunivat: ¿A qué te refieres con "a ti también"?
-Dingo: Me refiero a mi familia, mis padres y hermana, creo que los perdí y no quiero perderte a ti también.
-Nunivat: (Con ternura, pena y alegría) Dingo, no me vas a perder.
-Dingo: ¿Cómo estás tan segura?
-Nunivat: Por que yo también te amo.
-Dingo: ¿Enserio?
-Nunivat: Sí tontito, ¿Porqué crees que venía a verte a diario?
-Dingo: Eso explica mucho, y me alegra que sea así, pero ¿Qué pensarán tus padres y tu hermano cuando se enteren?
-Nunivat: Podemos averiguarlo.
-Dingo: ¿Cómo?
-Nunivat: Puedo invitarte mañana para que comas con nosotros y con nuestros amigos, así te presento y les digo.
-Dingo: (Con inseguridad) No lo sé, ¿Y si no soy lo que esperaban de mí o para ti?
-Nunivat: (Con voz calmada) No lo eres... Eres más de lo que esperarían de ti, o de lo que esperarían para mí, y se alegraran de que seas parte de nuestra familia.
-Dingo: Está bien, si tú lo dices confío en ti, solo dime a qué hora nos encontramos y en dónde.
-Nunivat: ¡¿Enserio?! ¿Qué te parece aquí al mediodía?
-Dingo: Perfecto, aquí te estaré esperando.
Con eso Dingo se retiró, anhelando la llegada del día siguiente para verla, aunque algo preocupado por lo que diría la familia de Nunivat. En cambio, Nunivat estaba sumamente feliz, pues sus sueños se estaban cumpliendo, siempre había soñado con enamorarse de alguien valiente, inteligente y audaz que la amara y valorara tanto como ella a él, y Dingo era todo lo que esperaba y más. Mientras que ella soñaba despierta en ese pequeño prado que le había dado tanta alegría, de repente se escucharon unos pasos en los arbustos, a lo que ella se quedó asustada.
-Nunivat: (Asustada) ¿Qui... Quién es?
???: Tranquila, soy yo.
-Nunivat: Ay, Kodi, no me asustes así.
-Kodiak: Perdona hermana, no fue mi intención. Una pregunta ¿Eso es lo que me ocultabas?
-Nunivat: (Nerviosa) ¿Qué cosa?
-Kodiak: No te hagas, que te estás viendo con el lobo que nos salvó cuando llegamos.
-Nunivat: Yo, no...
-Kodiak: No lo niegues, lo escuché todo, debiste decirme.
-Nunivat: (Molesta) ¡¿Qué, me estuviste espiando toda la tarde?!
-Kodiak: No fue mi intención hermana, verás, esta mañana me disponía ir a patrullar con Dakota, pero cuando íbamos a salir (comienzan los recuerdos)...
-Kodiak: Hola Dakota, ¿Te sientes bien? Te noto algo cansada.
-Dakota: Ay Kodi, lo que pasa es que no pude dormir en toda la noche por que tuve un sueño de lo más extraño, y no pude conciliar el sueño pensando en eso.
-Kodiak: Ah vaya, no me lo imaginaba.
-Dakota: Bueno, mejor (bostezo) nos vamos.
-Kodiak: Antes de irnos, déjame hablar con tus padres unos minutos.
-Dakota: Está bien, solo no te vayas a tardar.
-Kodiak: Tranquila, ya vengo.
Kodiak busca a los padres de Dakota...
-Kodiak: Buenos días.
-Yukón: Buenos días Kodi.
-Kiona: Buenos días Kodi, ¿Qué se te ofrece?
-Kodiak: Es que quería conversar con ustedes, Dakota se encuentra algo cansada porque no pudo dormir, así que pensé que sería bueno que ella se quedara a descansar y yo me encargaba del patrullaje hoy.
-Yukón: Gracias por tu disposición Kodi, pero no quisiera abusar e tu gentileza.
-Kodiak: No señor, no es ningún abuso, sería un placer hacerlo.
-Yukón: De acuerdo, que te vaya bien.
Kodiak vuelve con Dakota...
-Kodiak: Volví Dakota, y te tengo una sorpresita.
-Dakota: ¿Y cuál es?
-Kodiak: Fíjate, hablé con tus padres y les comenté que te sentías cansada y me dijeron que podías quedarte a descansar mientras yo voy a patrullar-
-Dakota: Ay, Kodi, no...
-Kodiak: Eh, no voy a aceptar un no como respuesta, tu quédate a descansar, yo voy a patrullar, y si quieres cuando regrese pasamos un rato juntos.
-Dakota: Está bien, acepto tu propuesta, pero apenas llegues me avisas.
-Kodiak: Lo prometo. (Terminan los recuerdos)
-Kodiak: Con eso me fui a patrullar, a mitad de camino hallé tu rastro, lo seguí y te encontré con ese lobo, me dio curiosidad y me enteré de todo, y no creo que sea tan malo lo que sientes, ¿Por qué no me lo dijiste?
-Nunivat: (Apenada) Es cierto, tal vez debí decírtelo, pero ¿Por qué ya no actúas tan desconfiado?
-Kodiak: A decir verdad también tengo un secreto que confesar.
-Nunivat: Ya lo sé, Dakota y tú, se notaba, te has vuelto mas tranquilo y pasas mucho tiempo con ella.
-Kodiak: Sí, pero no sé cómo decírselo.
-Nunivat: Sé sincero, por lo que he notado le caes muy, muy bien, creo que te va a aceptar.
-Kodiak: ¿Enserio?
-Nunivat: Pues claro, me dijo ya hace tiempo que le caías muy bien.
-Kodiak: Vaya, entonces será mejor ser decidido de una vez por todas y le diga, al igual que hizo mi hermana (sonrisa sutil)
-Nunivat: (Sonrojada) Sí, este, mejor nos vamos, pero no les vayas a decir a mamá y papá.
-Kodiak: Está bien, con la condición de que no le digas a nadie mi secreto.
-Nunivat: Me parece bien, yo les diré cuando me parezca mejor.
-Kodiak: Estaba pensando eso mismo, mejor me voy que tengo que ver a Dakota.
-Nunivat: Está bien... Solo, trata de no darle largas a hablar de tus sentimientos con ella.
-Kodiak: No lo haré (se va).
Nunivat se queda pensando de nuevo en cómo les diría a sus padres, mientras que Kodiak pensaba en cómo decirle a Dakota lo que sentía, con temor a ser rechazado, pero recordó lo que su hermana le contó, lo que le dio ánimo y valor, decidiéndose a confesarse con Dakota. Cuando va llegando a la casa se sorprende al escuchar repentinamente una voz conocida detrás de él...
???: Ya era hora de que llegaras, te estaba esperando.
-Kodiak: Ah, eres tu Dakota.
-Dakota: Sí, te tardaste más de lo que pensaba.
-Kodiak: Es que me encontré con Nunivat y estuve hablando con ella un rato en un prado muy bonito.
-Dakota: (Nerviosa, pensando que todavía no sabía el secreto) Ah, que bueno, eh... Quería hablar contigo
-Kodiak: Yo también, es algo muy importante, y quisiera que camináramos un rato para así decírtelo.
-Dakota: Está bien (intrigada).
Mientras caminaban...
-Dakota: Y, ¿Qué querías decirme?
-Kodiak: Verás, cuando te conocí me parecías muy curiosa y arriesgada, a decir verdad, no pensé que nos llevaríamos bien, pero...
-Dakota: (Intrigada) Pero... ¿Qué?
-Kodiak: Pero me he dado cuenta de que me caes muy bien, he aprendido mucho de ti en este poco tiempo, he dejado de ser tan desconfiado, y más que eso, (siente volver sus inseguridades) debo confesarte algo que no sé cómo lo tomes.
-Dakota: Me imagino, yo también tengo algo que confesarte.
-Kodiak: A ¿Sí?
-Dakota: Sí, ¿Qué te parece si lo decimos juntos?
-Kodiak: Está bien.
-Kodiak y Dakota: 1, 2... 3.
-Kodiak y Dakota: Tú me gustas. Espera, ¡¿Qué?!
-Kodiak: ¿Desde cuándo?
-Dakota: Lo mismo digo.
-Kodiak: Supongo que comenzó cuando hablamos e la primera vez que fuimos a patrullar juntos.
-Dakota: Vaya...
-Kodiak: (Cabizbajo y triste, pensando lo peor) Me lo imaginé.
-Dakota: Yo he sentido lo mismo desde hace tiempo y no sabía como decírtelo
-Kodiak: (Emocionado) Ja, entonces que bueno que te lo confesé...
-Dakota: Sí (le pega la cabeza del hombro a Kodi y este corresponde).
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