EPÍLOGO

Luna despertaba como cada mañana en los últimos 7 años, bostezó para luego tomar una relajante ducha. La noche anterior había sido tranquila y la casa estaba solitaria.
Preparó su desayuno y se sentó a pensar en lo que había sucedido, cualquiera estaría confundido pero ella finalmente había sido curada. Se sentía completamente bien y revitalizada. Tenía tiempo para muchas cosas, después de su renuncia no regresó al periódico pero si hacía algunos trabajos a la distancia. Tampoco regresaba a la ciudad muy seguido excepto por cosas sumamente necesarias.
Sonrió al escuchar unos pasos apresurados en el jardín y salió para encontrarse con un niño correteando muy feliz.

—¡Cariño! —lo llamó y el niño corrió a ella

—¡Mami! —la abrazó con fuerza

Él niño tenía 5 años, cabello oscuro y ojos claros.

—Cris, mi bebé pequeño ¿donde está tu padre? —le acarició el cabello

—Ahí —sonrió señalando a un joven que llegaba con una expresión molesta

—¿Volviste a correr cuando te dijo que no lo hicieras? —asintió riendo —luego hablaremos, dime ¿como les fue?

—Muy bien

—Bien, ve a tu habitación iré en un momento para ducharte

El niño corrió feliz y saludó a su padre de pasada.

—Tu hijo es un salvaje —suspiró

—Nuestro hijo —corrigió —y lo salvaje lo sacó de ti —sonrió para besarlo en los labios —está aprendiendo como lo hice yo en su momento, ten paciencia. En la próxima los acompañaré

—Los niños son más difíciles. Jamás creí ser padre

—Por favor Marco, sólo acepta esta realidad. Muchas cosas han cambiado, solo mirame

—Eres la mejor parte de todo —sonrió con picardía —necesitamos tiempo a solas

—Tambien lo creo...

—¡Estoy listo! —interrumpió el niño gritando y Luna sonrió

—Ve a darle una ducha y luego hablamos —le guiñó un ojo

—No, ese niño de arriba es tu hijo haste cargo —se fue a la cocina

—No importa, aún así eres un excelente padre —subió

Encontró al niño escondido, le dió un baño mientras bostezaba con cansancio.

—Listo, duerme un poco —besó su frente

—¿Papá está molesto? —preguntó con inocencia

—No... —se detuvo frotándose el estomago —solo debes obedecerlo un poco más —sonrió

Después de unos minutos el niño quedó completamente dormido y bajó para encontrarse con su compañero.

—Necesito alimentarme —susurró abrazándolo por detrás con un poco de fuerza

—Lo sé, ha pasado tiempo. También lo necesito pero no podemos llevar a nuestro hijo —giró para mirarla

—Y no podemos dejarlo con cualquiera

—A menos que... —pensó un momento

—¿Que?

—Haré una llamada —la besó y se alejó con su móvil

No supo con quien habló pero se veía de humor, por la noche  cenaron como una familia normal mientras el niño hacía algunas bromas a su padre.

—Es increíble como se parece a ti, de niño debiste ser igual —sonrió mirándolo

—No, era más tranquilo. Se parece a mi pero tiene tus ojos e inquietud —suspiró

—No fui inquieta —se molestó

—No lo fuiste pero lo eres ahora

—Deja eso —dijo en tono bajo mirando al niño que estaba distraído

Otro día comenzaba y el hiperactivo niño corría por el jardín ante los ojos de sus padres.

—Crece muy rápido —mencionó Marco con tranquilidad

—Es normal, lo que sucede es que un día lo tienes en brazo y al otro corre sin control —sonrió levantándose

Se detuvo al observar un auto acercándose y el niño corrió hacía ella, lo tomó en brazos y miró a su compañero.

—¿Quien es? —se acercó

—Ya verás —sonrió

De aquel auto bajó alguien que recordaba muy bien acompañado de una joven también conocida.

—Bienvenido —se acercó Marco

—Gracias hermano —se abrazaron —señorita Luna —se acercó

—¿Mami quien es? —preguntó el niño abrazándola

—Hola Alexandre, cuanto tiempo —sonrió —Maria jamás creí que... —negó

—Luna, es una larga historia pero es un gusto verte de nuevo —sonrió mostrando sus colmillos

—Cris —Marco tomó al niño —él es mi hermano, Alexandre. Es tu tío

—¿Tio? —sonrió

—Tengo un sobrino —le tomó la mano

—Esta fría —se quejó y sus padres sonrieron

Entraron a la casa donde pudieron explicarles la sitúacion más cómodamente.

—Entonces, ¿quieren que seamos su niñera por dos días para que puedan alimentarse? —preguntó con una media sonrisa

—Exactamente, pero no serán dos días. Solo hasta que estemos satisfechos —respondió su hermano y Luna asintió

—Bien podremos hacerlo —miró a Maria y sonrió

—Si, pueden irse sin preocupaciones. Lo llevaremos a la mansión

—Será lo mejor

—Pensabamos que quedarían aquí, él no ha salido mucho. Aún necesita controlarse

—No te preocupes, nuestra casa también está alejada de los humanos. No habrá problemas, servirá para distraerse

La pareja se miró un momento meditando su decisión.

—Tenemos que explicárselo —Luna se levantó seguida de su compañero

—Lo traeremos en un momento, no tardaremos

Subieron para encontrar al niño jugando.

—¿Cris? —sonrió su madre y el niño devolvió el gesto

—¿Si? —amplió su sonrisa al ver a su padre detrás

—Tenemos que hablar contigo de algo...

—¿Te gustaria ir con tus tios un par de dias? —interrumpió Marco y Luna suspiró con paciencia

—¿Porque?

—Bueno...

—Verás... —lo interrumpió mirándolo dando a entender que ella lo haría —¿recuerdas lo que hiciste y porque te fuiste dos noches atrás con tu padre?

—Si —asintió

—Nosotros necesitamos hacer lo mismo para estar saludables —acarició sus manos —pero no será tan rápido porque hace tiempo que no lo hacemos, por eso te quedarás con tus tíos. Aunque si no quieres, no iremos

—No quiero que papá y mamá estén mal, me iré con mis tíos —sonrió feliz

—Prepararé tus cosas —se levantó para preparar una mochila

Una vez teniendo todo listo bajaron, Marco con el niño en brazos.

—Jamas creí verte así hermano, no perdieron el tiempo —sonrió con picardía —aunque era técnicamente imposible

—Supongo que cuando Luna cambió, también esa posibilidad

—Muchas cosas han cambiado excepto tu tacto —reclamó la nombrada

—Vaya —rió Alexandre y miró a Maria —ya deberíamos irnos

—Cariño obedece a tus tíos y no hagas travesuras —dijo Luna besando la frente de su hijo

—Controlate, sé un buen niño. Iremos por ti en cuanto Regresemos —siguió Marco

—¡Lo haré! —respondió el niño con entusiasmo

—Ven conmigo pequeño —Maria lo tomó en brazos y Alexandre su mochila

—Por cierto —Marco alejó a su hermano —tengan cuidado de que no se moleste, ha comenzado con sus primeras transformaciones pero escucha, por precaución que no se moleste

—Lo entiendo, es como tu de pequeño —sonrió —disfruten de su cacería

Se despidieron dejando a la pareja a solas.

—Luego de alimentarnos, haremos otra cosas que hace tiempo no —susurró en el oído de Luna

—Muy bien lobo salvaje, vamos de una vez —sonrió halándolo

Ambos cambiaron el color de sus ojos por unos brillantes. Luna de color café y Marco de color celeste mientras se transformaban y dirigían al bosque para comenzar con su cacería.

Luna había soportado la transformación después de la mordida y aunque haya desaparecido la enfermedad, el lobo aún la acompañaba. Uno era su compañero y el otro lo tenía dentro, solo que el segundo necesitaba alimentarse.
En el cruce de barreras Marco había cambiado un poco, podía comer comida normal como siempre pero también debía ingerir un poco de sangre para mantenerse fuerte. El lobo debía alimentarse como tal.
Tanto ellos como su hijo eran de los primeros de su clase y posiblemente pronto habrían muchos más como ellos.

Fin...

Hola, hola por aquí!!! Aquellos que me leyeron, a los que pueden hacerlo en algún momento y los que no también XD...

Bueno agradezco a los que se tomaron unos minutos para leer esta historia corta, me siento satisfecha por el resultado (҂⌣̀_⌣́)

En especial a Sil_CyK  Por todos tus comentarios
♡´･ᴗ･'♡

Aquí termina “El llamado de Luna” pero puede haber un capitulo extra-especial, quien sabe (◍•ᴗ•◍)❤

En fin, gracia y adiós!!!
*Procede a retirarse lentamente y correr rápidamente* (҂⌣̀_⌣́)