CAPÍTULO XVII
CAPÍTULO XVII
Despertó totalmente desorientada, solo veía un techo blanco y escuchaba lo que parecían ser ¿sirenas?
—Despertaste —dijo una voz femenina con alivio
—¿Dra Jonhson? —preguntó con temor —¿como es que...
—Un chico te trajo anoche, tuviste una crisis pero estas estable
—¿Chico? ¿crisis? —se sentó con cuidado
—Estas en el hospital Luna, ¿no recuerdas que pasó?
Lo único que recordaba era lo más obvio pero no coincidía con lo que decía la doctora.
—Te haré estudios neurológicos, posiblemente la enfermedad tomó el sistema nervioso —escribió en su libreta
—Espere, estoy un poco confundida. Digame, que sucedió y como llegué aquí. Por favor
—Un chico te trajo anoche, dijo que te encontró en tu departamento inconsciente incluso tenías un corte en el brazo —la señaló —al caer rompiste algo y te lastimaste. Te ingresamos y administramos medicamentos, haré el seguimiento ha avanzado más de lo esperado en tres días —negó
—¿Tres días?
—La última vez que nos vimos fue hace tres días, ¿no lo recuerdas? —se preocupó
—Claro que lo recuerdo, perfectamente. Solo que parece que fue hace mucho tiempo —sus ojos se cristalizaron
—La neblina lupica se ha intensificado
—Hableme del chico, ¿dijo su nombre?
—Si era...
Se vió interrumpida por un toque en la puerta y alguien entró.
—Es él, Lucas tu novio —sonrió
—Ex novio —corrigió
—Podemos reconsiderarlo Luna —besó su frente
—¿Dra puedo irme? —la miró
—Estas débil y debo realizar un seguimiento...
—Sabe mi condición, por favor
—Bien, te extraeré sangre para unas pruebas y luego podrás irte
Asintió. Le extrajeron dos muestra para poder analizar y luego poder irse en compañía de Lucas.
—Luna, ¿porque no me lo dijiste? —preguntó preocupado sentándose en una cafetería
—¿Para que?
—Eramos pareja, ¿por esto terminamos?
—No, el hecho que hayamos terminado no tiene nada que ver con esto. Te dejé en claro el porqué —intentó mantener la calma
—No quiero terminar, justamente por esto te fui a buscar y te encontré así. Comencemos de nuevo, te acompañaré en esto —intentó tomarle la mano
—¿Lo cerezos no florecieron? —desvió la mirada
—Falta un mes, pero por favor Luna...
—Lucas, estoy muriendo ¡entiende! Y no quiero nada contigo, no siento nada por ti. ¡Dejame de una vez!
Salió con prisa de la cafetería ante la mirada de los presentes, no le importó. No comprendía lo que sucedía, ¿porque estaba ahí?
Caminó observando las personas con confusión, todos parecían en su vida habitual hasta que corrió para llegar a su departamento.
Se encontró con todo en orden excepto por un jarrón roto al lado del sofá, al parecer era cierto. Pero todo lo que había sucedido no podía ser solo su imaginación.
Sé sentó derramando unas lágrimas sin poder aceptarlo, frotó sus manos y se maldijo mentalmente.
—¿Porque me quité el anillo? Eres una tonta —rompió en llanto —V, encuentrame por favor
Tomó una ducha y se quedó mirando en el espejo, su apariencia era deplorable. No parecía la chica del día anterior. Se cambió para recostarse un momento, solo quería estar allí sin hacer nada pero el sonido de su móvil la molestó.
—¿Donde está? —lo buscó y encontró debajo la cama —¿si?
—Buenas noches Luna, soy la Dra Jonhson —respondió del otro lado
—Hola, digame
—Llamaba por tus resultados, no creí que sucedería esto pero...
—Por favor, digalo
—La enfermedad ha dado una reacción negativa reduciendo el tiempo de vida. De seis meses se estima solo tres
Quedó en silencio ante la noticia, ¿como era posible? Algo parecía estar mal, vivía en un sueño y al despertar la esperaba el infierno.
—¿Luna?
—Estoy aquí, entiendo —respondió con calma
—Podemos arriesgarnos a un tratamiento pero conoces las consecuencias
—No, es suficiente —cerró los ojos —muchas gracias por lo que hizo este tiempo Dra, posiblemente no nos volvamos a ver pero se lo agradezco
—No digas eso, y como digo siempre. Cualquier cosa, no dudes en buscarme
—Lo sé, adiós —colgó
Por una semana no salió del departamento, ignoró completamente las llamadas de Lucas como así también del trabajo. Necesitaba estar sola y pensar, debía haber alguna forma de regresar no podía haber sido solo un sueño.
Una noche salió rumbo al bar donde había escuchado aquella conversación, pero no encontró aquellos hombres ni en el callejón. Pidió un trago que le fue entregado por la misma joven que le había dado la información.
—Disculpa —la detuvo
—¿Si?
—Hace dos semanas atrás estuve por aquí —asintió —tuvimos una breve conversacion sobre unos hombres que buscaban un equipo
—No, creo que me confunde. Quizá fue con otra chica —negó
—Dos hombres corpulentos, tu me diste información sobre lo que buscaban. Lo recuerdo perfectamente —insistió
—Disculpe pero si hubiese sido así, lo recordaría. Usted vino hace dos semanas pero solo estuvo sentada ahí, eso es lo que recuerdo. En ningún momento hablamos
—Esta bien, ¿pero por aquí no han venido hombres así? Uno alto y calvo —intentó describir
—No, personas así solo vienen por un trago por las noches pero ninguno con esa descripción —negó
—De acuerdo, gracias
La joven se retiró e intentó beber el trago pero sus manos temblorosas se lo impedían. Regresó al departamento para tumbarse en la cama, no sin antes notar la enorme luna llena.
—Soy tu llamado, ¿donde estas? —murmuró —el tiempo se me va más rápido y no comprendo lo que sucede
Se acomodó intentando dormir mientras su mente revivía cada momento que había pasado con él, con Carmel y en el palacio.
Por semanas buscó información de manera obsesiva sobre el imperio o algo relacionado, no tuvo éxito. En ningún momento había visto o dicho la ubicación del lugar, no podía buscar en el mapa. Solo podía observar las incontables fotografías de islas para encontrar la indicada, cosa que tampoco pudo.
Cada día lloraba con frustración al no poder dar con el paradero del lugar hasta que recordó a Maria. Era doctora y recordaba que su mochila llevaba su apellido.
—Maria Gutierrez —buscó en internet —aquí está, médico especialista en cirugía —leyó
Encontró en número del hospital donde debía estar trabajando y llamó.
—¿Hola?
—¿Si? ¿En que podemos ayudarle? —respondieron del otro lado
—Si, quería saber sobre la Dra Maria Gutierrez por una cita
—Dra Maria Gutierrez, médico especialista cirujana, espere un momento —dijo y podía escuchar el tecleo de la computadora —lamentablemente no es posible, la Dra tomó sus vacaciones
—¿Cuando?
—Hace tres semanas y tiene previsto regresar en tres más pero podemos programar cita con otro médico, todos son muy buenos
—No, esta bien. Gracias —colgó
Maria era hermana de Rachel así que debía saber algo pero tampoco estaba, el tiempo era un poco coincidente a lo ocurrido.
Pensó un momento y cerró la computadora con resignación, no tenía más ideas de como o donde buscar. Tomó el artículo de los cerezos azulados que hubiese presentado a su jefe y lo tiró a la basura.
—Podría pedir el deseo pero de que serviría vivir, solo tu me diste motivos para continuar —susurró al aire
Durante los próximos días su condición había empeorado, apenas y podía levantarse de la cama. El florecer ocurriría en un día más y debía ir al trabajo.
Con mucho esfuerzo se levantó vistiéndose casual y con una gorra, su semblante parecía de un cadáver.
Llegó al edificio con un papel en mano yendo directamente a la oficina de su jefe.
—Nuestra reportera estrella se dignó en aparecer —parecía de buen humor —¿traes una buena historia? El florecer será mañana
—No...
—Espera, espera —la interrumpió —quizá no seas despedida, alguien compró el periódico así que demos una buena impresión para no ser despedidos —sonrió
—¿Quien?
—Alguien llamado Marco... —buscó unos papeles
—¿Sabe que? No me interesa, solo le traje esto —puso el papel sobre la mesa
—Es tu carta de renuncia —la miró
—Hasta aquí llegué
Salió sin decir más, en el elevador se tuvo que sostener por el mareo y al llegar abajo salió tan de prisa que chocó con alguien.
—Lo siento —se disculpó sin mirarlo
Este capitulo dolió como golpe al dedo chiquito
(^~^) ╥﹏╥
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