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CAPITULO XVI

CAPÍTULO XVI

No le dieron de comer ni beber absolutamente nada y no era como si le importara, su malestar era peor. La noche hizo su presencia y sudaba frío, el amarre era demasiado  brusco, cerró los ojos intentando soportarlo y pudo escuchar una conversación.

—¿Es la chica que enviaste como sacrificio? —escuchó a alguien pero no supo quien

—Si pero supongo que no es inocente, debió saber algo por eso las barreras no se abrieron —respondió el calvo, conocía su voz

—No estés seguro de ello, has que hable. No pudo sobrevivir por su cuenta. Algo sucedió

—¿Porque no lo haces tu mismo? Serás el más beneficiado

—No contradigas, de lo contrario todos morirán aquí sin recibir nada...

Abrió los ojos pero no vio a nadie, al parecer se había dormido y el campamento estaba tranquilo. Se movió con lentitud, sentía que moría lentamente por el dolor y empeoró cuando fue desatada y tomada con fuerza.

—Camina —dijo el calvo con enojo

La llevó un poco más alejada de los demás donde la tiró en medio de las hierbas.

—¿Que es lo ultimo que recuerdas? —le apuntó con un arma —¡habla!

—¿Lo ultimó? Recuerdo a un idiota ordenando que me lleven a ser devorada por unas bestias, creo que eras tu —sonrió sin ganas

—¿Muy graciosa? —guardó el arma —ahora me divertiré yo —aflojó su cinturón

—Matame, por favor matame —pidió negando

—Eso me estimula —sonrió

Cerró los ojos con fuerza esperando que no sucediera y solo escuchó un gruñido seguido de un grito. Abrió los ojos encontrándose con aquel hombre destrozado y el campamento despertando.
Observó a todos lados mientras Raquel la distinguía a la distancia.

—¡Asesinen a ese demonio! —ordenó y dispararon contra ella

Como pudo corrió cubriéndose entre los árboles y se vió obligada a entrar de nuevo a aquel lugar. Sus piernas flaquearon haciendo que cayera en el sendero de las bestias.

—Prefiero morir aquí —murmuró sin poder soportarlo

Escuchó el aleteo acercándose acompañado de un aullido, cerró los ojos esperando algo que no llegó. Se sobresaltó al sentir unas manos en sus brazos y se sorprendió al verlo.

—Tu...

—Lo siento

V estaba ante ella con el torso descubierto y pantalones rasgados,pero lo que más llamó su atención fueron sus ojos brillantes, aún más intensos por algunas lágrimas.

—Lo siento —la abrazó

—¿Que es esto? —lo empujó con la pocas fuerzas que tenía

—Te lo explicaré, vamos

—No qui...

Despertó en una cueva, por lo que pudo distinguir, con un poco de alivio corporal. Se sentó encontrándolo sentado en la entrada, afuera llovía con fuerza.

—¿Donde estoy? —llamó su atención

—En el bosque, estas segura

—¿Segura de quien? —se frotó en cabello —V, ¿que demonios sucede?

—Me vi obligado a hacerlo —se acercó —me han traicionado y pronto habrá guerra entre los territorios

—¿Que? —se confundió —¿que tengo que ver con eso?

—Tienes mucho que ver —le tomó la mano para colocarle un anillo —eres mi compañera

—No digas eso luego de lo que hiciste —comenzó a llorar

—No necesitas saber mas de lo que sabes, solo que enfrentaré a mis hermanos por ti. Ya no puedes escapar de este lobo, Luna...

—Soy como el llamado de la luna que desnuda hasta los secretos más oscuros —completó sin pensar

—¿Como lo sabes?

—Me lo dijiste el día que te vi en la biblioteca. De cualquier modo, el lobo siempre está conmigo. Solo que uno me protege y el otro me asesina lentamente

V negó para después besarla con lentitud y dulzura, por primera vez no tenía prisa y podían decir que esa cueva se inundó de un peligroso amor. De todos modos la lluvia caía de forma incesante por todo el territorio.
Al amanecer regresaron al palacio donde no solo los esperaba Carmel sino también Alexandre.

—Lamento lo que pasaste Luna, pero bienvenida a la familia —miró el anillo y asintió —¿descubriste a los traidores?

—Fue planeado hace mucho tiempo, principalmente por la cazadora. Lo trataremos adentro, Carmel cuida bien de ella —miró a Luna

—No se preocupe —asintió

Fueron hasta la habitación donde tomó un baño con ayuda de Carmel.

—Señorita, ¿le hicieron daño? —preguntó en tono bajo

—No, estoy bien —respondió del mismo modo

—Pero estas marcas...

—Eso —se apenó —V no controla muy bien su fuerza —sonrió avergonzada

—Oh, lo siento. No debí preguntar —se sonrojó y rió

—Preparame ropa liviana por favor, no pretendo salir de la habitación.

—Claro, necesita descansar

Se cambió y se recostó en la cama, Carmel estaba apunto de salir cuando regresó.

—Felicitaciones por su compromiso, el joven la escogió como su única compañera —sonrió Feliz y se retiró

Al quedar sola se miró el anillo, era un bonito brillante celeste, jamás había visto nada igual y recordó los cerezos azulados. A juzgar por el tiempo ya habría pasado tal espectáculo, en su momento estaba emocionada por presenciarlo pero no se pudo.
Carmel llevó sus comidas a la habitación y en todo el día no vió a V. Por la noche no podía conciliar el sueño por lo que se levantó para observar por la ventana, aquella habitación si tenía una bonita vista que daba al jardín  primaveral. Aunque algo llamó su atención, allí había unos hermosos cerezos rosas bien florecidos hasta el día anterior, pero estaban totalmente secos.

—¿No puedes dormir? —preguntó a sus espaldas mientras la abrazaba

—No —suspiró

—¿Tienes frío?

—No

—¿Estas molesta?

—No —respondia de un modo autómata

—¿Quieres que lo hagamos? —besó su cuello

—No

—¿Segura?

—¿Que? —reaccionó

—¿En que piensas?

—Solo observaba los cerezos, ¿porque están así? —los señaló

—Porqué pronto florecerá el azulado y para eso deben morir ellos, es un auto sacrificio

—¿Cuanto dura? —frunció el ceño

—Uno o dos días

—¿Y luego?

—Los cerezos habituales resucitan, ese es su ciclo. Representa la leyenda de un antiguo amor entre dioses a los que se les fue prohibido, ella sacrifica su existencia para que él regrese aunque sea un día a conceder deseos para todo aquel que lo necesite.

—Vaya, eso no existe en mi mundo —se sorprendió.

—Hay mucho que no hay, pero el cerezo coincide en ambos. No creo en esas cosas pero si es una bonita historia. Por eso cuando florezca, pide un deseo. Él que más quieras y se te concederá, sabes a lo que me refiero

—¿Puedo curarme? —giró para mirarlo

—Muy posiblemente —sonrió —así serás mi compañera eternamente —le tomó la mano

—¿Esto es un compromiso? —se refirió al anillo

—Solo para hacerlo formal, hace tiempo estas ligada a mí

—¿Planeaste esto o solo sucedió? —lo abrazó

—No te negaré que al verte sentí atracción como ninguna pero no podía solo tomarte —susurró —decidí esperar

—¿En realidad nunca me hubieses dejado ir?

—Eso es correcto

—¿Si el deseo no funciona? No tengo mucho tiempo, es cruel para ti

—Entonces solo disfruta de este tiempo —se separó para mirarla —así no te irás con remordimientos y yo quedaré con los mejores recuerdos

—Debería estar furiosa contigo pero me dices estas cosas, me controlas por completo

—Y tu a mí, Luna eres mi ser más preciado —confesó seguido de un beso

Otra noche de amor pasó para ambos, las siguientes no fueron diferentes. De día paseaban por los alrededores y cabalgaban, no se separaban en ningún momento y por la noche tomaban la habitación.
Poco a poco Luna se sintió extraña y con malestar más no quería decir nada para no preocupar. Después de todo el tiempo pasaba rápido y el cerezo no florecía.
Sobre aquello llamó su atención el tiempo, al parecer florecían de diferentes modos o en diferentes tiempo.

—Algo está sucediendo —dijo V observando la intensa luna desde el jardín

—¿Algo malo?  

—Lo descubriré —comenzó a inquietarse —no querrás ver esto, ve adentro

—Estaré bien, quiero verlo

V se frotó el cabello con dolor demostrando que algo surgía de su interior y en parpadeo el lobo emergió, aquel lobo enorme y oscuro pero no poseía ojos rojos sino un intenso color celeste al compás de la luna.
Se acercó a él para acariciarle la cabeza, él la miró.

—Ten cuidado —sonrió

Frotó levemente su cabeza en el brazo de Luna para luego alejarse y liberar un aullido, así lo vió alejarse en dirección al bosque. Aquella noche durmió sola.

Aquella noche no regresó por el día tampoco y  al atardecer un mal presentimiento la había invadido.

—Señorita —Carmel corrió hacia ella con una nota en mano

—Carmel, ¿que sucede? —preguntó preocupada

—El joven le envió esto, lea con prisa —le entregó

Abrió la nota leyendo con atención.

«Luna, la guerra que te mencioné a comenzado. Éste mundo no es seguro para ti, toma mi caballo y él te llevará a un lugar. No te preocupes, cuando termine con esto iré por ti»

—¿Que? —miró a Carmel

—Con prisa señorita, pronto llegaran —la haló hasta el establo —el unico que lo monta es el joven pero...

—Está bien —la abrazó y luego se quitó el anillo —que esto sirva de garantía, que me encuentre para dármelo de nuevo

—Entiendo —lo tomó —cuidese, los guardias de los príncipes son despiadados

—Confío en él —se refirió a V y luego miró al caballo

Se acercó para acariciarlo, el animal estaba en total calma esperando ser montado. Ya no usaba vestidos y era más sencillo hacerlo, subió y miró a Carmel.

—Nos vemos —sonrió levemente

El caballo comenzó a galopar adentrándose en el bosque que pronto sería cubierto por la oscuridad de la noche.

—Solo tu sabes a donde ir, confío en tu buen juicio —susurró acariciándolo

Bajó la velocidad en un sendero rocoso donde logró escuchar el choque de espadas y gritos desesperados. Intento ignorarlo pero una flecha rozó su brazo, el caballo se asustó y cabalgó. Eran perseguidos por dos guardias también a caballos pero fueron derribados por V, se miraron un momento y entendió. Le estaba diciendo que se fuera, asintió y el caballo emprendió su viaje sin detenerse.
No tenía idea de donde estaban, el silencio era un tanto tenebroso en aquel oscuro lugar. Solo mantenía la vista al frente y de un momento a otro se detuvo con inquietud.

—¿Llegamos? —lo acarició —no tengo idea de donde estamos...

Una intensa luz la cegó haciendo que se cubriera los ojos y el caballo huyera.

—Espera

Estaba completamente sola y no tenía idea en donde. Miró hacía la luz, parecía un lago. Se acercó lentamente cuando sintió una extraña lluvia, cuando alzó la vista supo que no lo era. Caían pétalos rosados con un perfume simple pero agradable, le recordó al aroma de las flores favoritas de su madre, según su padre.
Intentó caminar pero sus pies estaban pegados al lago, los pétalos desaparecieron y algo la haló hasta la profundidad.










¿Que pasó aquí? ヽ(´ー`)┌

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