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CAPÍTULO XI

              CAPÍTULO XI

Lo evadió por dos días mientras su cabeza era un caos, Carmel había intentado llevarla al comedor pero se negó para no encontrarlo y así no confirmar sus sospechas.
La noche había caído pero le era imposible conciliar el sueño, una tormenta amenazaba afuera haciendo que se levantara a merodear los pasillos. Llegó a la biblioteca para pasar por muchos libros sin que ninguno llamara su atención para ser leído.
Caminó hasta el final del estante encontrando una escena aterradora. Allí estaba la ventana abierta de par en par y solo a unos metros un enorme lobo negro parecía sufrir. Lentamente el lobo tomaba forma humana hasta quedar el joven Duque en su lugar con la camisa rasgada, pantalones un poco estirados y sin zapatos. Por tal escena y sin darse cuenta volteó un libro llamando la atención del joven, que la miró con unos brillantes ojos.
Desvió la mirada un poco asustada y aunque quisiera irse no podía, el joven se acercó peligrosamente tomándola del brazo.

—Que...

Fue interrumpida por sus labios, estaba recibiendo un beso apasionado y no podía detenerlo hasta que se detuvo por si mismo.

—Humana, eres como el Llamado de la Luna —susurró en su oído —tus ojos tienen el don de desnudar hasta los secretos más oscuros...

Sus palabras la hacían estremecer remplazando el miedo por un fatídico deseo, como si se tratasen de palabras mágicas.
Un ruidoso trueno sonó y la lluvia cayó, fue cuando reaccionó. Retrocedió con prisa regresando a su habitación.

—¿Que acaba de suceder? —susurró colocando la espalda en contra la puerta

Tocó sus labios, sentía un leve ardor por como la había tomado y luego suspiró.

Despertó por los cantos de los pájaros en su ventana, algo muy bonito pero era la primera vez que sucedía. Se frotó los ojos notando que el día había llegado y no solo eso, parecía que había dormido de más.

—Señorita, buenos días —saludó Carmel desde la puerta

—Buenos días —se sentó bostezando

—El joven la espera para almorzar

—¿Almorzar? —se confundió

—Si, durmió toda la mañana saltandose el desayuno

—Rayos —se levantó dirigiéndose al baño —de todos modos quisiera comer aquí

—El joven pidió que vaya, quiere hablar con usted

Se detuvo un momento recordando la noche anterior y sus mejillas ardieron.
Luego de alistarse se dirigió al comedor con nerviosismo, ¿de que querría hablar?
Tomó su asiento evitándolo.

—¿Que sucede? —preguntó con seriedad

—Nada —negó tomando agua

—¿Porque me evitas?

—Es más que obvio —murmuró para si misma

—No lo es para mi —respondió y lo miró

—Bueno tu... Yo... —intentó decir

—¿Tu y yo? Es por el festejo, no quieres ir conmigo ¿cierto? —se miraron mutuamente

—¿El festejo?

—Lo hubieses dicho y Alexandre te hubiese llevado ese mismo día —dijo comiendo un poco

—¡No! No es eso. Es otra cosa, ¿no lo recuerdas?

—¿Exactamente?

¿Se estaba burlando de ella? Eso parecía o realmente no lo recordaba. Un momento pensó en no decírselo pero no pudo evitarlo.

—Anoche... —dijo con lentitud para que comprendiera

—¿Anoche?

—Te vi en la biblioteca, como te convertías de lobo a humano —expresó en tono bajo

—¿Que? —dejó de comer —¿te hice daño?

—No, estoy bien pero...

—¿Pero?

—¿No recuerdas nada?

—No, a veces es complicado. Disculpa

Se levantó y se fue con prisa. Luna comió un poco para luego llamar a Carmel.

—¿Podemos hablar? —dijo mientras caminaban a una parte solitaria del jardín

—¿Que sucede señorita? —la miró preocupada

—Anoche vi al Duque convertirse —respondió en tono bajo

—¿Como? ¿sabe lo que es? ¿esta bien? ¿le hizo daño? —la revisó completamente

—Estoy bien —la detuvo —lo descubrí leyendo el libro pero no creí poder ver algo así

—¿El libro? —se confundió —¿de cual habla?

—El que tiene por titulo, V el Quinto Heredero

—Pero el joven lo quitó hace tiempo de la biblioteca, ¿como lo encontró?

—Estaba en los estantes y luego en una mesa

—Entonces sabe la verdad,¿no teme? —frunció levemente el ceño

—Claro que no, aunque debería. No lo sé

—¿Porque? Usualmente todos se atemorizan y usted no solo sabe la verdad, sino que lo vio transformarse

—Solo mirame,estoy a las puertas de la muerte y solo sé que no me iré por sus manos. Mi destino ya está escrito, ¿porque habría de temerle? Pero ese no es el punto —se frotó un poco la frente

—Digame

—Él no recuerda nada, anoche me vió e incluso se acercó pero no lo recuerda

—Suele pasar, es algo instintivo que rara vez le sucede —quedó pensativa

—¿Y que significa  el llamado de la luna? —preguntó un poco confundida y Carmel se sorprendió

—El llamado de la luna es algo tan primitivo e instintivo que no puede negar, es como decir, no puedo negar lo que soy y lo que siento —sonrió con serenidad —eso es lo que el joven dijo alguna vez, fueron sus palabras

—Vaya, algo que no puede negar —murmuró lo último

—Si, pero no se preocupe. Aunque el libro diga muchas cosas, él jamás hizo daño —bajó la mirada —él no eligió ser así

—¿A que se debe su condición?

—Tanto él como el joven Alexandre, no son hijos de la reina. Es por eso que no reciben el titulo de príncipes —sonrió con tristeza

—¿No? —se sorprendió —¿entonces...

—Carmel —la interrumpió V —¿puedes atender unas cosas?

—Claro, con permiso señorita —se retiró dejando a Luna con la palabra en la boca

—Si quieres saber algo deberías preguntarmelo directamente, ¿no crees? Dijiste que seriamos amigos, ¿o luego de anoche te arrepientes?

Con solo mencionar eso sus mejillas ardieron sin control.

—¡No! —se alteró —solo creí que no querrías hablar de ello

—Bien, puedes ser directa conmigo —hizo una seña para que lo siguiera

—Si insistes —caminaron por el jardín cruzando un guardia —por cierto, ¿Carmel es la única mujer aquí? Solo he visto guardias en el palacio

—Si, Carmel y tú son las únicas aquí

—¿Porque?

—Ya lo dije, no me gustan las mujeres

—¿No te sientes solo? —no recibió respuesta —¿nunca te has enamorado?

Tampoco respondió y se incomodo por su propia pregunta, ¿porque preguntaba eso?

—Lo hice... —respondió despues de un momento —solo una vez

—¿Y donde está ella?

—No pertenecía a mi mundo, se encuentra más allá de mi alcance —respondió en tono bajo

—Al parecer aún sientes mucho por ella, debió ser alguien muy hermosa —sonrió levemente

—No lo sé, jamás la vi

—¿Que? —se detuvo sorprendida —¿que quieres decir?

—No puedo juzgar su belleza porque jamás la vi como tal. En realidad ella...

—¿Ella? —insistió

—Era un espíritu, así que jamás la vi ni toqué —la miró un momento

—¿Como puedes decir que te enamoraste?

—Allí está la gran diferencia entre un humano y yo, los humanos se dejan llevar por la belleza exterior. Yo me enamoré de su esencia, de su espíritu. No necesitas ver o tocar para amar realmente. Al igual que la distancia

—Vaya —sonrió —que romántico

—¿Romantico? —enarcó una ceja y Luna asintió

—Lo dijiste bien, los humanos se enamoran de la belleza exterior. Muchas veces sin conocer lo interior, tú te enamoraste de un espíritu. Es lo más romántico que he escuchado

—Tu forma de pensar es curiosa, quizá los humanos no sean tan malos —continuó caminando

—No todos lo son —caminó a su lado

—¿Que hay de ti? ¿alguna vez te has enamorado?

—No lo llamaría así pero, un par de días antes de llegar aquí terminé con mi novio. Aúnque no lo llamaría amor

—¿Porque?

—Luego de tu historia, la mía es lamentable

—Dilo

—Nada, solo que teníamos el mismo empleo, trabajábamos juntos. Comenzamos a salir pero nunca consolidamos la relación quiero decir —se avergonzó —estabamos muy ocupados, el empleo era muy demandante. Por un lado él es muy competitivo y codicioso. Por el otro yo descubrí mi enfermedad y todo cambio. Dejó de importarme y sirvió para saber que nunca lo amé, me gustó, lo quise pero no puedo llamarlo amor

—¿Y antes de él?

—Tampoco, a los 19 años tuve que hacer todo por mi misma y no podía darme tiempo para tal cosa. Siempre tuve la visión para mi carrera y futuro

—¿Tampoco tienes amigos?

—Los tuve en la facultad pero nos separamos, como todos. Cada uno tomó su camino, hizo su vida. La mayoría se casó y formó su familia —sonrió levemente

—Muchas veces nuestras propias decisiones nos llevan a estar donde estamos

—Lo sé

—Ya que estarás aquí el resto de tu vida —sonrió levemente —puedes compartir tus preocupaciones conmigo. ¿Lo dije bien?

—Muy bien —levantó un pulgar —pero sonó como una propuesta, cuidado —intentó molestarlo

—Sigue soñando, si la cazadora lo supiera te sacaría los ojos —rió levemente y Luna se sorprendió

—Tu me protegerás, lo sé —continuó caminando

Así la relación tomo otro rumbo sin que fuesen conscientes completamente, un par de días se vieron seguido platicando de diversas cosas y disfrutando de la compañía del otro.











Que pasó aquí?????
(´・_・')

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