Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO VII

                  CAPÍTULO VII

Por dos días no salió de la habitación por no estar segura de que el duque estuviera por allí, solo asomaba la cabeza a la puerta y la volvía a cerrar.

—Idiota, idiota. Si lo descubre te asesinara, eres una idiota —se insultó a si misma

Abrió la ventana pero no podía ver más que el bosque. Suspiró pero algo llamó su atención, al parecer el jardín trasero estaba cerca y podía reconocer la voz de Carmel pero no escuchar la conversación. Se estiró tanto para espiar  que casi cayó del balcón.

—Rayos, que torpe me siento —negó —el libro

Recordó el titulo y salió sigilosamente sin que nadie la viera, aunque nunca había guardias en esos pasillos.
Buscó en el estante sin poder encontrarlo así que tomó otro. Al acercarse a una mesa lo encontró pero no había nadie en aquel salón.

—¿Quien pudo dejarlo aqui? —con la mirada desviada lo tomó discretamente aunque sentándose en el mismo asiento.

Quedó sin expresión al notar que no contenía absolutamente nada o eso creía al pasar unas cuantas paginas.

—¿Quien hace estas cosas? —se fastidió y llegó al comienzo —V, el quinto hijo y heredero del emperador. Instinto salvaje, una bestia sin igual. Ganaba batallas con sus propias manos...

Leyó todo con atención mientras en su rostro reflejaba sorpresa y preocupación, todo parecía escrito en contra del Duque mostrándolo como una amenaza para sus hermanos mayores, los tres príncipes.

—Humano sin igual cuando está en calma —debía estar su retrato pero la hoja había sido arrancada —bestia salvaje cuando la luna hace su llamado

Observó la imagen siguiente, un enorme lobo negro de ojos rojos. Inconscientemente lo acarició y lo comprendió, eso solo significaba una cosa. El Duque era un Hombre Lobo.

—Acabas de firmar tu sentencia —susurró en su oído

Había quedado tan sorprendida y perdida en sus pensamientos que no lo había escuchado entrar.

—Yo... —tragó grueso sin moverse de su lugar

—¿Tu?

—Es un buen libro —sonrió nerviosa cerrándolo —¿va asesinarme? Porque en mi defensa diré que aún no conozco su rostro —expresó rápidamente

—Eres astuta —parecía que sonreía —te veré esta noche y lo discutiremos

—¿Es-esta noche?

—Si, levantate por la izquierda

Comprendió y así lo hizo, de ese modo no lo vería. Al estar de pie solo salió corriendo directamente a su habitación.

—Es un hombre lobo —cubrió su boca —estoy muerta —chilló

Tomó un baño y se puso un vestido diferente que Carmel había llevado.

—Se ve muy bonita, el Duque la espera para cenar —sonrió

—¿Porque? ¿será mi última cena? —preguntó con preocupación

—¿Ultima cena? —rió —no lo creo, vamos. Al joven no le gusta esperar, pero antes debe utilizar esto —mostró la venda

—De acuerdo

Fue guiada hasta el comedor o eso quería creer y tomó asiento.

—Puedes comer a gusto —escuchó al Duque y aclaró la garganta

—Se lo agradezco —asintió

La cena fue demasiada silenciosa, solo con el ruido de los cubiertos y la copa. No podía ocultarlo, estaba nerviosa.

—Acompañame a un lugar —la tomó del brazo y no tuvo opción

—¿A donde vamos? —se atrevió a preguntar

—Ya lo verás

—Lo sabía me decapitará, ¿cierto? —se detuvo

—Dependerá de ti

Caminó a paso moderado pero se detuvo al sentir escalones.

—Toma mi brazo para que no caigas

Asintió palpando el brazo del Duque para tomarlo sin ejercer fuerza, cuando tropezó se vió obligada a aferrarse a él. Las escaleras parecían no tener fin y parecía una tortura, tenía pensado expresarlo de esa manera pero parecían haber llegado a destino. Lo dedujo por una leve brisa fresca.

—Respondeme algo —lo escuchó un poco adelantado

—Diga

—¿Que enfermedad tienes?

Esa pregunta la sorprendió haciendo que quede en silencio.

—¿No responderás?

—Creí que no quería saber al respecto

—Solo responde

—Tengo algo llamado lupus, también conocida como la enfermedad del lobo. Es un poco irónico —murmuró lo último

—¿Enfermedad del lobo? ¿cuan grave es?

—Me lo detectaron hace cinco meses, no había prestado atención a los síntomas. Estoy en una fase avanzada, solo con unos meses de vida

—A eso te referias con, soportar un poco más —lo sintió acercarse

—Así es —retrocedió por instinto

—¿Me tienes miedo?

—Estoy muriendo, ¿porque le temería? Solo retrocedí por impulso

—Muy bien —susurró desde atrás —puedes considerarte afortunada, seré amable contigo en tus últimos meses de vida —comenzó a desatar la venda

—No quiero que lo haga por pena, si es así, prefiero que sea una bestia —lo detuvo

—Toma lo que te ofrezco mujer, ya no puedes regresar a tu mundo así que solo tomalo —la quitó completamente

Lo primero que vió fue el cielo estrellado, estaba en el techo del palacio. Se acercó a la orilla para observar mejor el territorio, no había mucho más allá del palacio pero aún así era una vista única.
Sonrió levemente dudando en girar, finalmente lo hizo convenciéndose de que no era peligroso.
Allí encontró a un joven extremadamente atractivo, cabello oscuro y ojos claros que parecían brillar en compañía de la luna. Fuera de su belleza, aquellos ojos reflejaban un vacío que no había visto en nadie.

—Usted...

—Soy el Duque del quinto territorio pero puedes llamarme V —se acercó para observarla mejor

—Definitivamente ya no tendré oportunidad de salir de aquí, pero no importa —sonrió —me gusta estar aquí —volvió su vista a los jardines

—Ahora puedes sentirte libre de pasear todo lo que quieras, Carmel siempre te acompañará

—Se lo agradezco

—No me hables con tanta formalidad, lo detesto

—Como quieras —dudó —¿lo del libro es verdad?

—Lo será si así quieres creerlo

—No es una respuesta

—Tiene la misma implicancia —colocó sus manos en el bolsillo del pantalón

—Bien —murmuró bostezando

—Vamos, es tarde —se dirigió a las escaleras

Lo siguió por detrás sin poder ocultar su sonrisa, parecía una niña encantada con aquel chico y era extraño. Por otra parte se sentía aliviada por el hecho de continuar con vida, aunque eso implicara que no regresaría a su casa.
V la acompañó hasta el pasillo de su habitación, asintió en agradecimiento y se encerró en su habitación.

—No te emociones, no sonrías así y controlate —sintió sus latidos —esto no parece real. Has visto tantas cosas como reportera, ¿porque reaccionas así ante él? No eres así

Se recostó con confusión por como se sentía pero, tendría más días por delante.

Al día siguiente despertó un poco cansada, conocía bien la razón pero estaba de buen humor. Carmel la buscó para que desayunara con V

—Me alivia saber que las cosas entre ustedes están bien. Ya conoce al joven —dijo con una sonrisa

—Tambien a mi, sigo viva. Es una buena señal

—Lo es, además el joven es muy atractivo. Podría ablandar su corazón —expresó con libertad

—¿Que dices? Admito lo primero pero no me Comprometo a lo segundo —suspiró —no soy buena en esas cosas

—Puedo ayudarla si quiere

—No, claro que no. No quiero nada de eso —respondió un poco incomoda

Parecía que Carmel quería emparentarla con el Duque pero por más atractivo que fuese, no estaba en sus planes algo como eso.
Llegó al comedor y la mirada del joven se clavó en ella.

—Buenos días —saludó evitando su mirada

—Son buenos para ti, toma asiento —señaló y lo hizo

—¿Algun problema?

—¿De casualidad Carmel dijo algo que no debía?

—No —frunció el ceño

¿Era posible que haya escuchado la breve conversación? Quizás si o quizá lo hacia para molestarla.

—Bien —comenzó a comer

—¿Te molestaría si continúo leyendo el libro? —lo imitó

—No, de todos modos sabes lo que sucede. Has lo que quieras

—No tienes porque ser grosero —se concentró en su comida

—¿Grosero? —no respondió, solo lo ignoró

Al terminar se levantó y con su permiso de dirigió a la biblioteca para tomar el mismo libro.
Así confirmó sus sospechas, allí confirmaba que era una bestia feroz y sin escrúpulos, un hombre lobo con todas las letras. Pero por otro lado, absolutamente todo estaba basado desde un punto rencoroso, parecía que lo habían escrito con odio hacia el Duque.
Suspiró observando los retratos de la familia y ver que él no estaba ahí, eso la hizo sentir un poco de pena. Negó a sí misma, debía estar asustada pero sentía pena.
Desde que estaba ahí no había compartido mucho con él pero no parecía ser la bestia que mencionaba el libro, sino todo lo contrario. Entonces recordó su mirada vacía.

—A veces la verdad va mucho más allá —murmuró dejando el libro en su lugar

Salía a paso lento pero se detuvo tomándose el pecho, había descansado suficiente de aquel dolor punzante y regresar de repente la hizo temblar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro