Un año mas
Observando cuidadosamente a su alrededor, Sehun aspiró una fuerte bocanada de aire antes de suspirar.
Desde su sitio, en una ventajosa posición en la esquina de la mesa, podía tener un claro vistazo de todos los presentes. Demasiados rostros sonreían en su dirección mientras que él trataba con todas sus fuerzas de devolver el gesto, ya que no quería parecer grosero, ni nada. Menos estando frente a sus suegros.
Cada año, él y Luhan tomaban turnos para pasar las fechas festivas con las respectivas familias de cada uno. El año pasado, por ejemplo, habían celebrado con la familia de Sehun así que por ende, en esta ocasión era el turno de los Xi.
Sehun se sentía un poco incómodo por que, aunque su esposo legalmente llevara su apellido, eso no quitaba que ahora mismo se hallara como el único y solitario Oh sentado a la mesa. Nunca había sido un gran fan de las demostraciones sentimentales, así que a él simplemente se le hacía muy difícil estar rodeado de tantos bellos rostros y acogedoras sonrisas.
Ya hasta sentía su cara rígida por tratar de mantener un apropiado gesto alegre para complacer así a su adorado rubio. Y no es por que estuviera aquí en contra de su voluntad, por el contrario, él los consideraba como su propia familia.
Habían estado cenando hasta hace solo unos minutos. Ahora, con el estómago lleno, todos se hallaban enfrascados en una amena charla, solo a la espera de que el año llegara a su final.
Lanzando su mirada a través del resto, continuó con la demostración de su "alegría", que no era del todo falsa.
Girando su rostro, se encontró ahí con la perfecta figura de Luhan, permaneciendo justo a su lado. Él estaba volteado y conversaba aleatoriamente con la tía que tenía a su costado, o con algún primo que se hallara en frente.
Riendo de forma inevitable al ver a su amado soltar carcajadas llenas gozo, volvió su atención a la adorable mujer a su lado. La madre de Luhan preguntaba sobre su trabajo y le comentaba sus planes de tomar un crucero por las islas caribeñas con su esposo. El hombre, sentado al lado de su mujer, tiraba cautelosas miradas en su dirección, mas bien concentrado en lo que su amada hija le decía.
Sehun asintió en su dirección y su suegro le devolvió el tranquilo saludo. Ah, como adoraba secretamente a ese hombre. Después de todo, era el único que era medianamente parecido a él. El sujeto era calmado y silencioso, aunque poseía facciones suaves como casi todos los miembros de esta familia. Aún con su edad, el padre de Luhan se mantenía fuerte y conservado.
Sonrió ante el repentino pensamiento de que Luhan iba a envejecer muy bien. Solo bastaba echar una mirada a sus suegros y al resto para notar que ellos se tomaban los años mejor que cualquier otro.
Incluso podría alardear de la suerte que tenía. Nada podría reemplazar la dicha que sentía ahora, mientras convivía con la familia de su esposo, que si bien no eran tan energéticos y vivaces como el mismo rubio, eso no quitaba el encanto que él ya sabía que estaban acostumbrados a derrochar.
Todos ellos juntos eran como un pequeño ejercito de buenas vibras.
Sehun amaba a sus padres, claro que lo hacía. Pero él también debía admitir que le agradaban los Xi, todos ellos eran como una extensión de Luhan o mas bien, su amado esposo lo era.
La señora Xi le dedicó una maternal sonrisa antes de extender su mano y acariciar el dorso de la mano que Sehun tenía sobre la mesa. La mujer echó una mirada discreta a su lado y viendo que su hijo se hallaba inmerso en una divertida plática con su hermana, se volvió a Sehun antes de decir:
—Estoy muy feliz de que hayan venido, Sehun.
—Es un placer, señora —sgradeció, regalándole una sonrisa que había salido desde lo profundo de su ser.
La madre de Sehun era una increíble mujer pero ella jamás fue muy cariñosa. De alguna forma, los gestos de su suegra traían regocijo a su pecho, como aquellos toques cálidos de sus dedos.
—Puedo ver que estás cumpliendo con tu palabra —murmuró.
Sehun la miró con confusión.
—¿Mi palabra?
—Sí, ¿o debo recordarte aquella tarde, el nervioso chico que vino a tocar a nuestra puerta...?
Sehun elevó una mano a la altura de su boca y agitó la otra con la intención de detenerla en su habladuría. Sintiendo a la sangre volar hasta sus mejillas, Sehun deseó que un enorme agujero se abriera bajo sus pies y se lo tragara.
Cielos, que buena memoria tenía esa mujer.
—Prometiste que lo harías muy feliz y puedo ver... —exclamó, mientras se inclinaba levemente sobre su asiento y miraba a la mano que él tenía entrelazada con la de su esposo, sobre la mesa, mientras el mas bajo seguía distraídamente hablando, ignorante de la pequeña charla que estaba sosteniendo con su madre—, que no lo has olvidado.
Sonriendo con aprobación, ella le dedicó una mirada satisfecha antes de girarse para llamar la atención del resto. Dejándole a él con muchas cosas que pensar, recuerdos lloviendo de vuelta a su mente.
Una débil presión en su mano le hizo voltear solo para encontrarse con ese adorable par de ojos que le miraban fija y tranquilamente.
Cuando Luhan vio que tenía su atención, se acercó mas hasta él, descansando contra su costado. Su hermoso esposo apoyó su cabeza contra su cuello mientras llevaba sus manos aún entrelazadas a la altura de sus labios y depositaba un suave beso sobre ellas.
—Te amo, Sehun.
Murmuró y por un solo instante él ignoró que hubiera mas personas viéndole y ladeó el rostro hasta dejar un beso contra la frente de su esposo.
—También te amo, Luhan.
Escuchando la risilla discreta de su amado rubio, decidió que no iba a levantar la mirada pues no se sentía preparado para afrontar la avalancha de miradas que con seguridad se hallaban posadas sobre ellos.
Muchas veces su suegra le había dicho que no era su intención incomodarlo pero que el verle actuar tan "dulce" con su hijo hacía que instintivamente miraran con admiración.
"Es solo muy lindo verlos interactuar. Luhan siempre ha sido cariñoso pero tú, sin embargo, parecías mas del tipo frío", le había dicho en alguna ocasión su cuñada.
La señora Xi fue la que pidió la atención de todos. Así que después de proporcionarle una copa a cada uno, se disponían a dar el brindis. El conteo en su reloj marcaba solo unos minutos mas para la finalización de este año. Una pequeña canasta en el centro se hallaba repleta con racimos de uvas.
A su lado, Luhan se removió entusiasmado mientras se ponían de pie. Esta era su parte favorita, el rubio era muy apegado a sus creencias de que podía pedir deseos o cosas por el estilo.
Su esposo le había confesado que cuando era un adolescente, incluso salió a correr por toda su cuadra, arrastrando maletas, supuestamente para que en el próximo año viajase mucho. El rubio se entercaba en decir que es por eso que había viajado y que la oportunidad de intercambio que se le había presentado en la escuela no habría sucedido de no ser por su ritual.
En fin, creencias suyas.
Sehun era mas de la clase de persona que cree que las oportunidades se crean y que no caen mágicamente del cielo. Mirando hasta su lindo esposo, sonrió al ver que ya había arrasado con la mitad de sus uvas.
Viendo hasta el racimo que el rubio había puesto en sus manos antes, suspiró. "Hazlo por Lu", se dijo a sí mismo, mientras comenzaba a comer las suyas.
Observó como Luhan se detenía antes de llevar una uva a su boca, seguramente pensando en el deseo que iba a pedir a continuación. Y así continuó hasta que acabó con las 12.
Mirando hasta la última uva que descansaba sobre su palma, Sehun tuvo un repentino recuerdo. Algo que Luhan le había dicho.
"Lo creas o no, te conocí gracias a mi deseo de año nuevo. Yo lo sé" le aseguró su amado.
Luhan ahora había acabado con sus uvas y miraba satisfecho hasta el resto de su familia, Sehun llevó la última pieza hasta su boca.
"Deseo estar al lado de Luhan por muchos años mas"
Un poco mas alejado, su suegro sonreía en su dirección, con su esposa pegada a su lado, su brazo sobre los delicados hombros de ella.
Asintiendo al hombre, atrajo mas cerca a Luhan.
—Feliz año nuevo, mi amor.
—Feliz año, cariño~
Incapaz de luchar contra el impulso, se inclinó hasta que sus labios estuvieron presionados sobre los de su esposo. Lo besó con ganas, con amor y con ternura. Los párpados de su amado rubio cerrados, simplemente disfrutando del fugaz contacto.
Un año mas.
Luhan estaba a su lado por un año mas, pensó con felicidad.
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