Fortuna
—Dime algo, Baekkie, ¿te pagan extra por poner adornos en los días festivos? —preguntó Jongdae, cepillando sus cabellos entre sus dedos en el look rebelde que últimamente Sehun le veía usar. No había hecho mucho sobre su natural cabello rizado, pero ahora era más corto. Sehun creía que se veía bien—. Porque si es así, pásame uno de esos.
Baekhyun terminó de pegar con cinta adhesiva transparente un corazón rojo cruzado por una flecha en la puerta de su oficina, antes de girarse hacia ellos.
—¿Qué? No, claro que no, ¿por qué habrían de hacer eso? —preguntó, dejando lo que hacía para descansar sus manos sobre sus caderas.
—Y entonces, ¿por qué siempre que hay algo que celebrar eres tú quien está poniendo cosas por toda la oficina? —interrogó de nuevo el castaño.
—Ah, bueno —murmuró el recepcionista, ahora concentrado en pegar un par de corazones más pequeños de forma nada simétrica, pero que inesperadamente lucía bien alrededor—. Yo lo hago porque me gusta.
—¿Estás diciendo que haces esto gratis? —preguntó Jongdae con incredulidad.
—Ajá.
Baekhyun terminó con la última de las decoraciones y dejó la cinta caer en la canasta de mimbre que colgaba de su antebrazo. Se alejó y observó su trabajo. Entonces asintió satisfecho con el resultado. Sehun lo apoyaba secretamente.
—Vaya, se ve que tienes mucho tiempo libre. Deberías buscarte una pareja o algo —sugirió su asistente, levantándose para estirar las piernas después de un periodo relativamente largo de estar sentado.
Baekhyun se giró, visiblemente indignado.
Sehun lo vio caminar en dirección al castaño, así que se relajó, dejando por un momento lo que hacía para ver lo que a continuación pasaría. Esto sería divertido.
—Para tu información, Dae, yo sí tengo una pareja, ¿ok? Y es muy, muy amorosa, conmigo. Mira —dijo elevando su brazo para mostrarle con orgullo la pulsera de pequeñas piedras azules de plástico que descansaba sobre su muñeca—. He aquí la prueba.
Jongdae miró a Sehun sobre el hombro de Baekhyun, antes de regresar la vista al más bajo. El recepcionista sonreía ampliamente, con el pecho en alto.
—Ahm, ¿y esa pulsera significa que...? —Baekhyun bufó con gracia, como si esperase justamente que esa pregunta fuera formulada.
—¿Que no es obvio? Significa que mi persona amada pasó todo su día de descanso haciendo esta cosita tan bonita para mí —dijo en tono enseñador. Sehun incluso juraría haberle visto suspirar—. En fin, como es costumbre, cada San Valentín les doy chocolates, y bueno, no quiero hacer lo mismo que los dos años anteriores, así que hoy les voy a dar... ¡TA-DA! —dijo alejándose del escritorio de Jongdae, moviéndose para que ambos pudieran ver lo que trataba de enseñarles.
Tanto Sehun como Jongdae se inclinaron hacia él.
Ahí, en medio de la oficina y alzando su canasta, les enseñó el contenido. Sehun vio dentro y seguidamente al rostro del recepcionista. Baekhyun le instó con un movimiento de cabeza a que tomara lo que ahí había. Sehun arqueó una ceja en su dirección.
—¿Qué? —preguntó finalmente el recepcionista.
—¿En serio?
—¿Qué tiene?
—Son galletas de la fortuna —Evidenció.
—Pero no son cualquier galleta de la fortuna, no —Aclaró Baekhyun—. Estas tienen un mensaje especial del día del amor y la amistad.
—¿De verdad? —escuchó que Jongdae preguntaba con curiosidad a su lado.
—Las descubrí en un interesante puesto ayer mientras compraba los adornos nuevos —admitió Baekhyun, entusiasmado—. Vamos, vamos, tomen una.
Sehun extendió su mano y tomó la galletita. El envoltorio crujió en su mano. Jongdae hizo lo propio, e Incluso Baekhyun se decidió a sacar una.
El recepcionista fue el primero en abrir la suya, sin siquiera preocuparse por terminar reduciendo a migajas su galleta; parecía más interesado en ver lo que su fortuna revelaría.
Extendió la tira de papel y paseó sus ojos por lo ahí escrito.
—"Vale más un diamante con defecto, que un pedrusco sin ninguno" —Leyó—. Uhm, supongo que es algo realista.
El recepcionista giró el rostro, como si de repente hubiera captado algo sumamente interesante a su lado. Pero Sehun no pudo evitar mirar a sus mejillas sonrojadas.
Baekhyun carraspeó para desviar la atención de él.
—Y bueno —habló en su dirección—. ¿Qué dice tu fortuna, Sehun?
Abriendo su propia galleta, Sehun la partió en dos y tiró del pedazo de papel fuera. Entonces leyó:
—"Amar es una locura, a menos que se ame con locura".
Baekhyun murmuró algo parecido a un "aww" y seguidamente se llevó una mano al corazón.
—Ah, qué bello es el amor. No me sorprende que ese sea tu mensaje de San Valentín, después de todo, eres del tipo romántico —exclamó Baekhyun, haciendo a Jongdae reír disimuladamente —Si Luhan estuviera aquí, lo confirmaría.
Baekhyun asintió repetidamente, dando por sentada su afirmación.
Cuando Sehun cruzó miradas con su asistente, este fingió toser y dejó de reír. Que ellos se llevaran bien con su esposo, no hacía que mágicamente a Sehun le gustara llevar su vida privada al trabajo.
—¿Qué hay de la tuya, Dae? —indagó Baekhyun, para varear. Jongdae debía saber que no tenía más opción que leer la suya.
—"El amor tocará a tu puerta. Cuando llegue, ábrele".
—Wow, mira nada más qué gran fortuna es esa, eh— se burló Baekhyun, picando al castaño en las costillas.
Jongdae se quejó débilmente por sus inofensivos golpes, pero Baekhyun no pareció darse cuenta.
—Sí, sí. Bueno, tampoco es para emocionarse tanto —Jongdae río nerviosamente, antes de llevar la galleta hasta su boca—. No es literal que vaya a pasar taaan pronto —dijo agitando su mano desinteresadamente.
Pero incluso cuando lo hacía ver como un hecho sin importancia, Sehun le vio sonreír esperanzado.
Personalmente, no creía demasiado en la fortuna de las galletas, pero Luhan aseguraba que alguna vez sacó una que recitaba que su "gran amor le miraría a través de un par de ojos negros". Una descripción bastante ambigua, si le preguntaban, pero que su esposo defendía fielmente.
"Ella tuvo razón, Sehun. Mira, te encontré a ti" diría él, acariciando sus mejillas.
Sehun sonrió ante el recuerdo de su obstinado amor. Y de nuevo, recordó lo que su propia galleta había dicho hoy.
—Hey, Baek. ¡Baek! —Se escuchó una voz conocida de repente. Jongdae se aproximó, ya que estaba más cerca. Al abrir, el rostro inquieto de Minseok buscando al mencionado fue revelada.
Baekhyun soltó una carcajada cuando Jongdae se atragantó con su galleta. Sehun le dio una palmadita en la espalda.
—Hey, ¿qué hacen ustedes dos aún aquí? —preguntó, frunciendo el ceño, obviamente refiriéndose a Sehun y Jongdae—. ¿No se supone que ya deberían haberse ido hace unos —Miró a su reloj—, 10 minutos?
Sehun miró al reloj colgado en la pared sobre la puerta, el de forma de gato que movía los ojos y la cola. Jongdae lo había traído de su tiempo de pasante.
Minseok tenía razón. Era un buen momento para comenzar a guardar sus cosas e ir a casa.
—Terminábamos un trabajo —respondió Sehun, viendo cómo Jongdae tomaba agua del dispensador a su lado, aún incapaz de hablar.
El castaño asintió, concordando con Sehun. Minseok se limitó a soltar una risilla antes de dirigirse a quien originalmente buscaba.
—Baek, Chanyeol está como loco buscándote, dijo que se supone que solo "irías y volverías con tu bolso". Ya ha sacado su motocicleta del estacionamiento.
—Oh, ¡rayos!, olvidé que ya nos íbamos —maldijo en voz baja, antes de salir disparado de la oficina. A medio camino se detuvo y regresó hacia ellos—. Ten, Min, te encargo continuar con mi acción sin fines de lucro —Y tras eso, dejó la canasta en manos del agente de ventas— ¡Reparte amor por mí!
Su voz desvaneciéndose a medida que dio vuelta en el pasillo.
—Pero, Baek, yo no... —Pero Baekhyun ya se había ido y no lo escuchó, desde luego.
Minseok suspiró resignado. Baekhyun nunca escuchaba.
Sehun le dio una mirada comprensiva, Minseok se encogió de hombros y, alzando la canasta, la señaló antes de salir de la oficina. Ahora tenía un trabajo más que hacer.
—¿Nos vamos ya? —preguntó finalmente a Jongdae. El castaño asintió, y tras guardar el trabajo y apagar sus computadoras, ambos salieron.
De camino hacia las dobles puertas de cristal, se despidió de su asistente, quien corrió en dirección a un grupo de compañeros reunidos cerca del área de descanso. Al parecer, Minseok había tomado la palabra de Baekhyun.
Escuchó a Jongin recitar:
—"Puedes encontrar tesoros donde otros no ven nada".
El hombre moreno revoloteó sus pestañas hacia su jefe, pero Kyungsoo solo viró los ojos, dándole la espalda. Sin embargo, Sehun le vio sonrió discretamente.
Entre el grupo, vio otro par de rostros conocidos, todos congregados alrededor de Minseok. El hombre maniobraba con la canasta de un brazo al otro, al mismo tiempo que manos llovían de todas direcciones para tomar una galleta.
—La mía dice "Habrá un romance feliz para ti dentro de poco" —Zitao golpeó de forma insistente el hombro de Minseok, aparentemente emocionado. El de ventas se sobó la zona afectada, haciendo una mueca de dolor.
—Ah, qué extraño, la mía dice exactamente lo mismo —añadió el contador, Yifan, cerca de ellos.
—Ja, nadie tan listo como yo, que tomé dos —escuchó que Junmyeon alardeaba.
Instintivamente Sehun negó, era tan típico del hombre.
Su amigo miró la primera fortuna.
—¡Sí! —Celebró—. "Hay un nuevo romance para ti en el futuro".
—¿Y la segunda? —cuestionó Minseok, interesado.
—Ah —el tono decaído de Junmyeon en esta ocasión—: "Ignora la galleta anterior".
Jongdae se carcajeó a sus espaldas, a medida que Sehun retomaba su camino y los iba dejando atrás.
Aún llevaba su fortuna dentro del bolsillo del pantalón. Sehun pensó en lo que decía y no pudo negar que tenía sentido.
¿Así que él realmente amaba con locura a Luhan? Eso tenía que ser cierto.
Si no, ¿por qué más estaría tan ansioso de llegar a casa? ¿De ver el hermoso rostro que hacía que cada cosa en su vida valiera la pena?
Encendiendo su auto, se alejó del trabajo. Su belleza rubia esperaba en casa por él, y Sehun solo podía pensar en cuánto deseaba abrazarlo en estos momentos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro