Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 20. Podrido

No podía creer que el hombre que estaba sentado a mi lado fuera mi padre. Se sentía tan extraño, él era un completo desconocido para mí.

Hace apenas unas horas antes lo había conocido, después desatarme de esa silla, restregó mi cara contra su pecho mientras murmuraba melosamente:

—Ya mí niñita, ya estas a salvo, papi acabó con los hombres malos.

Incómodo.

Cuando me soltó, Dragus había desaparecido. Los cuerpos inertes de los dos hombres estaban en nuestros pies, uno estaba decapitado y mi padre tenía el dorso de la mano derecha manchada de sangre.

Al salir de esa bodega, vi a Gigi bailando, vistiendo sólo una diminuta tanga y tacones. Toda ella estaba cubierta en sangre.

—Soy una rosa —gritaba y reía en medio de los cadáveres— Mírenme todos soy una hermosa rosa roja... Ámame desgraciado —pisó la cara de un hombre con su tacón y le sacó un ojo.

Cada pasillo estaba lleno de sangre y restos humanos desmembrados. Habían masacrado a todos. Yo estaba en completo de Shock por ver a mi... (me costaba decir la palabra padre) que no me fijé demasiado en los detalles.

A la salida de esa... ¿fábrica? nos esperaba un cadillac "bestia" (la limusina tanque) y un chófer taciturno que puso una manta sobre mí y nos abrió la puerta.

Dentro del espacioso auto, ya se encontraban Richard y Dragus. Richard al verme suspiró aliviado, pero Dragus parecía perdido en su mundo. En cuanto Gigi entró, nos largamos de ese lugar.

En estos momentos veía a mi padre charlar animosamente con Richard, ambos reían y se ponían al día como los mejores amigos, perecía que la sangre que los cubría no les importaba. Miré a todos. Sí, lo que pensaba, todos estábamos llenos de sangre, incluso el silencioso chófer. Maldición ¿qué pasaba con ellos? Acababan de asesinar a docenas de hombres y estaban como si nada.

—No puedo más— dijo Gigi revolviéndose en el asiento— voy a masturbarme ¿alguien me acompaña?

Todos la miramos, pero nadie pareció sorprendido.

—Si lo vas a hacer, ve allá atrás —respondió mi padre— no quiero que mi niñita vea tus modos.

Odiaba que me llamara así, no era su maldita niñita, ni siquiera lo conocía... Aunque, esto no impedía que sintiera mucha curiosidad por él y no dejaba de preguntarme qué tipo de hombre era.

Tal vez cuando era niña me arropaba por las noches o jugaba conmigo a la pelota, quizá jugábamos a que él era mi príncipe, porque viéndolo bien, parecía ser un caballero refinado, de esos que viven en grandes mansiones y beben vino por las tardes admirando su gran riqueza. Definitivamente, él no parecía el tipo de hombre que juega con niños, él se veía como el hombre que pide a sus sirvientes que se ocupen de sus hijos, sí ese papel le quedaba mejor.

Tenía el cabello y los ojos castaños, era alto y esbelto. Viéndolo detenidamente, Dragus se parecía -en complexión- a él. En otras palabras, mi padre también era guapo, sin mencionar que lucía joven para tener dos hijos casi adultos.

—¿Quiénes son estos malditos? —gritó Gigi desde atrás.

—Yo los puse ahí —contestó Richard.

—Puedes correrte encima de ellos— dijo mi padre.

—Veamos si alguno me sirve, este parece un perro sarnoso y este... —silencio— este no está mal.

—Creo que a uno de ellos lo conoces —dijo mi padre, Gigi no contestó.

Giré la cabeza para ver de quienes hablaban. Eran dos hombres amordazados, a uno lo reconocí de inmediato -Nishim-. No pude ver el rostro del otro.

—Sí, creo haberlo visto en algún lado —dijo Gigi después de unos segundos —pero no recuerdo donde.

—Es Vincent Gerard, comandante de la división de tácticas terrestres. Perdón, era el comandante hasta que decidió abandonarnos ¿No es así Jerry?

Jerry se retorció furioso y balbuceo algo.

—No, no me suena— dijo Gigi —una teniente coronel no tiene porqué recordar a sus subordinados.

¿Teniente coronel? Eso si estaba fumado.

—¿Porque están con nosotros? — pregunté.

—El hindú es un regalo para ti —contestó mi padre— para que lo mates, y el otro... ya veremos qué hacer con Jerry.

Los lloriqueos de Nishim aumentaron tanto que no me dejaban pensar con claridad. La cabeza me daba vueltas, había pasado por tanto (el descubrimiento de lo que era, una familia de asesinos, la paliza que me dieron, mi padre aparece) y ahora querían que yo, torturara a un hombre como venganza.

Quería huir, no soportaba esto.

—No quiero a estos hombres cerca —grité— desháganse de ellos.

—No después de lo que te hicieron —intervino Richard sombríamente— lo pagarán muy caro.

—Tranquilízate mi niñita —dijo mi padre y puso una mano sobre mi hombro —nos desharemos de ellos pronto, lo prometo.

De repente una voz brutal salió de la parte delantera del auto.

—Señor Lefebvre, la policía.

Mierda, la policía.

—Lo sé Weston —respondió tranquilamente— detente.

¿Qué se detuviera? ¿Se había vuelto loco? Cinco personas cubiertas de sangre, una chica hecha mierda y dos amordazados, no, eso no pintaba nada bien.

—¡¿Te has vuelto loco?!... Wesly —dije al chófer —arranca el auto como si te persiguiera el diablo.

El chófer se detuvo.

La patrulla de policía aparcó detrás de nosotros y salieron un par de uniformados.

—¿Qué ocurre oficial? — preguntó mi padre. Nishim comenzó a lloriquear mas alto.

—Revisión de rutina— dijo el policía poco amable.

Nos recorrió a todos con la mirada. Cerré los ojos esperando a que nos apuntara con su arma, pero no lo hizo. El chófer le pasó unos papeles y después de leerlos dijo:

—¿Son americanos? ¿Qué los trae a Tirupati?

¿Por qué estaba tan tranquilo, acaso no escuchaba el fuerte llanto de Nishim? ¿o es que no veía la sangre en nuestros rostros? ¿Qué demonios pasaba con el maldito policía?

—Mi hermosa familia y yo hacemos turismo —dijo mi padre— Tirupati es un lugar hermoso. ¿No lo crees querida?

—Claro que si amor, aun mejor que Mumbai —respondió Gigi que ya se encontraba a mi lado con una bata puesta, el pecho del oficial se hinchó —nuestros hijos se divirtieron mucho.

Richard sonrió, Dragus seguía con la mirada perdida y yo me límite a no mostrar mi rostro magullado.

El policía regresó las hojas y dijo:
—Tengan cuidado señores Smith, en esta zona hay una banda delictiva muy peligrosa.

—Lo tendremos en cuenta oficial.

Fue todo. Nos dejó ir.

—¿Acaso el sujeto era ciego y sordo? —dije —es que no vio toda esta sangre, y el llanto de ese maldito era para morirse.

—Somos especiales, querida —respondió Gigi— ya deberías saberlo.

Yo no veía nada de especial en nosotros para que la policía nos dejase ir estando en esas condiciones.

Después de un largo trayecto en la carretera, Wesly volvió a detener el auto en un lugar desierto, bajó -todos lo seguimos, excepto Dragus que seguía sonámbulo- y dejó caer a Nishim levantando una gran cortina de polvo.

—Gracias Weston— dijo mi padre, el hombre no contestó —ven mi niñita, ocúpate de tu regalo que me costó mucho que Richie no lo matara.

Me acerqué mecánicamente al hombre que lloraba en el suelo. Estaba hecho un asco, lágrimas y mocos cubrían su cara, incluso se había orinado y cagado del miedo. La seguridad y fiereza que tenía cuando me golpeó se había esfumado, el hombre que estaba frente a mi temblaba y suplicaba a todos sus dioses. Sabía que era hombre muerto.

Mi padre desató las sogas que lo amarraban y Nishim intento huir, lo detuvo de una patada en la cara.

—Bien cielito, es todo tuyo, mátalo muy lentamente.

Me acerqué a Nishim, él al verme abrazo mis pies y comenzó a besarlos pidiendo misericordia. Recordé al hombre que me había amenazado, secuestrado, me había molido a golpes y tratado de vender como prostituta.

Mierda ¿por qué no podía sentir odio por él?

—No puedo matar a este hombre.

—Escúcha, princesa —intervino Richard sacudiéndome suavemente de los hombros —este hombre es un criminal. Su muerte hará un mundo mejor. Solo... mátalo.

—¿Quién eres tú para decidir eso? —dije exasperada— cuando este hombre muera uno nuevo tomará su lugar. Es un maldito mundo podrido, al igual que ésta maldita familia podrida.

Alguien me abofeteo.

—Cállate chiquilla —ordenó mi padre apretando los dientes— y cuida tu lengua, hablas igual que ese maldito hombre.

—Tal vez ese maldito hombre tenga razón —no sabía a qué hombre se refería.

Mi padre volvió a levantar la mano para golpearme, pero Richard se interpuso entre los dos y recibió la bofetada.

—Anthony, disculpa a Stella, ella se está adaptando. Aun no es consciente de sus palabras.

Mi padre estaba rojo y respiraba ruidosamente. Después de ver la marca de su mano en la cara de Richard pareció recuperarse, casi se veía arrepentido pero lo ocultó con una sonrisa.

—Sí, lo siento —me miró apenado— lo siento mi niñita, pero debes aprender que nuestra familia jamás se insulta, jamás se le desea mal. Jamás... Escúchame —dijo acariciando la mejilla que me había golpeado —por esta vez Weston se ocupara de este hombre, pero la próxima vez lo harás tú ¿Entendido?

No. No lo entendía.

Weston no esperó ni un segundo después de escuchar esta declaración. Tomó al hombre del suelo y puso ambas manos en la apertura de su boca separándola de arriba a abajo. Levantó a Nishim hasta tenerlo a su altura, los pies del desgraciado hindú se sacudían mientras gritaba más alto conforme su mandíbula se separaba, sus ojos se desorbitaron y sus huesos tronaron. El cráneo de Nishim se abrió como lata de sardina dejando caer su gelatinoso cerebro al polvoriento suelo. En ese instante Wesly dejó caer el cuerpo como si fuese un costal de basura. Tenía las manos cubiertas de sangre, pero en su rostro no había expresión alguna.

Creo... creo que en ese momento me desmayé.

Cuando abrí los ojos me encontraba de vuelta en el cadillac, era de noche. Dragus y Gigi dormían, y mi padre charlaba con Richard en voz baja.

—...no sabe nada aún, pero creo que Rux sospecha algo— susurró mi padre.

—Entonces ella...

—Esperemos que no, por ahora estemos tranquilos, lo único que saben es que tú y Dragomir están en una misión en Corea del Norte y ambos están muriéndose de tanto sexo.

Richard levanto una ceja.

—Supongo que Rux también debe estar muriéndose.

Mi padre hizo un gesto con mano restándole importancia.

—Ya sabes cómo es —ambos se rieron.

—Cielito —dijo mi padre y di un respingo— es mala educación fingir dormir para escuchar conversaciones ajenas.

—No fue mi intención...

Que me descubrieran

—Vuelve a dormir princesa, casi llegamos a Pakistán.

—¿Pakistán? ¿Qué pasó con Chennai, nuestras cosas?

—Después de lo que pasó —respondió mi padre— no podemos regresar, Willy debe estar en camino a la india. Tenemos que ser cuidadosos, ahora que ese hombre calculador sabe dónde estamos, sabrá nuestro siguiente movimiento con facilidad.

—Nuestro trabajo consiste en ser más inteligentes —dijo Richard.

—Tarea fácil ya que ellos son unos imbéciles —habló Dragus desde el rincón. Sacó varios mapas, planos y papeles de un compartimento y las extendido frente a nosotros —Esto es solo un juego de estrategia —dijo señalando varios lugares de un mapamundi y trazó varias líneas y garabatos en otro papel cuadriculado, mi padre y Richard se unieron comentando varias cosas y apuntando otras.

De repente escuché un gritito de emoción, era Gigi que había despertado por tanto jaleo. Comenzó a aplaudir silenciosamente mientras cantaba:

—La guerra~ la guerra, amo la guerra~ —se empenzó a retorcer como solo ella sabía— solo en pensarlo me caliento tanto que podría correrme en cualquier momento.

En ese instante... ¿había visto bien? no, no podía ser... ¿o si? Mi padre deslizo su mano por la pierna de Gigi hasta...

Maldición, mira para otro lado, mira para otro lado.

¿Cómo pudo hacer eso frente a nosotros? Dragus y Richard tenían la vista fija en sus notas (si lo habían visto lo habían ignorado). Mi padre sacó su mano y se lamió la punta de un dedo mientras Gigi sonreía satisfecha.

—Vamos a algún lugar sólo tú y yo— susurró Gigi al oído de mi padre. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro