Capítulo 16. Habitación vacía
La verdad de un hombre está sobre todo en lo que éste oculta.
-André Malraux
Los tres habíamos estado viajando varias semanas. El avión privado nos llevó a Taipéi dónde otro avión esperaba para llevarnos a Manila. Habíamos estado en Vietnam, Malasia y Bangladesh. Ahora nos encontrábamos en Chennai, India. Durante esas semanas ninguno habló mucho, Dragus y yo no dimos explicaciones y Richard no las pidió, no obstante, el parecía conocer todos los detalles.
La mayor parte del viaje estuve sumida en un vació, no comía ni dormía mucho ya que cada vez que cerraba los ojos veía a Kai con toda esa sangre gritando desesperadamente a Jun que volvería.
Las pastillas que tomaba aumentaron. Los chicos me dejaban en paz casi todo el tiempo, pero de vez en cuando alguno venía y me preguntaba cómo estaba, si tenía hambre y cosas por el estilo, incluso creo que algunas veces Richard —¿o fue Dragus? — me besó la cabeza tiernamente y con lástima.
Al principio los ignoré, pero después los odié. Ambos eran indiferentes a la muerte de su amigo, y lo peor es que uno de ellos lo había matado. Ellos siguieron con su maldita vida, mientras que la vida de Jun estaba arruinada. ¿Cómo es que no se sentían tan mal como yo? ¿Por qué no podían entender el dolor de la muerte?
Un par de ocasiones pedí contactar a Jun, pero me dijeron que era una locura, que le diera un poco de tiempo. Sin embargo, eso no impedía que constantemente pensara en él. El remordimiento que me acosaba hacía que continuamente me preguntara que sería de ellos si no hubiéramos irrumpido en su vida. La respuesta era fácil: Kai estaría vivo.
En mi cabeza esa respuesta resonaba una y otra vez. Yo tendría que haber muerto en su lugar, si solo me hubiera dejado y huido, era a mí a quién querían.
—Stella ya no puedes seguir usando mi ropa— gritó Dragus desde la puerta— ya no tengo nada limpio que ponerme.
¿Ropa? miré mi cuerpo ¿Cuánto tiempo había tenido esta ropa puesta... 3, 5 o tal vez 10 días? olfateé mi cuerpo ¿desde cuándo no me había bañado?
Después de huir de Shanghái habíamos estado en movimiento y siempre encerrados (en autos, aviones, moteles) ya no era consciente del tiempo que pasaba.
Regresé la vista a Dragus... lo miré con todo el odio que tenía, esto no se trataba de ropa. Quería que olvidara, que continuara, pero ¿Como olvidar al hombre que murió en mis brazos? Alguien dígame por favor.
—Podemos ir al mercadillo a comprar lo que necesitamos— sugirió Richard.
—¿Qué pasó con lo de "es mejor desaparecer un tiempo"? —dije imitando las palabras que él había dicho semanas atrás y por la cual estábamos confinados.
—Ya ha pasado tiempo y creo que cualquiera que quisiera seguirnos lo despistamos.
—No quiero salir, aquí estoy bien —me eché sobre el viejo sofá rojo. Tenía una oportunidad, si ellos se iban podría escapar un rato y buscar la forma de contactar a Jun. Saber cómo estaba.
—Vamos princesa —suplicó Richard —respira un poco de aire fresco... hazlo por mí, como un favor.
—No— dije decidida.
No tenía ganas de nada. Pero entonces vi la cara suplicante de Richard... maldición ¿qué podía hacer? Richard era... Richard; suspiré irritada y minutos más tarde estaba en la puerta de nuestro pequeño departamento con cara de pocos amigos.
Di una bocanada de aire... un fresco olor a mierda penetro mis pulmones.
—Me regreso.
—No, espera —Richard sujetó mi mano— el lugar a donde vamos está cerca, sólo serán unos minutos.
Miré la mano que richard sujetaba. No quería que él me tocara, lo había estado evitando; desde el avión había estado experimentando cosas extrañas cuando estaba cerca de él: me sudaban las manos, me burbujeaba el estómago y me costaba mucho verlo a los ojos.
En mi mundo vació podía evitar todos estos síntomas, pero ahora estaba en la realidad y no podía engañarme por más tiempo, me estaba... ¡No! yo era una roca sin sentimientos, no podía estar enamorándome de Richard. Ok, era atractivo, siempre me cuidaba, le tenía cierta confianza y estuve un poco decepcionada cuando rechazo dormir conmigo, pero eso era porque... ¿Por qué era?
Aun así, me negaba a que me gustara, no a mí, no él.
—Suelta su mano, no se va a perder —dijo Dragus malhumorado.
Richard fue soltando lentamente mi mano de una forma traviesa mientras sonreía, hasta que solo un par de nuestros dedos quedaron entrelazados.
—Terminen con esta tontería —repitió Dragus colocándose en medio de nosotros.
Richard soltó una carcajada y yo fruncí el ceño ¿Qué demonios pasaba con Dragomir?
El abarrotado mercadillo estaba lleno de mujeres con coloridas túnicas y hombres poco amables que tropezaban con nosotros, soltaban una perorata y seguían con su camino, otros nos agarraban de la mano para llevarnos a sus establecimientos y muchos otros trataban de robarnos. Había tantas cosas para ver (tendidas sobre mantas en el suelo, otras ambulantes y muchas en establecimientos) como tapetes, vasijas, túnicas, extrañas frutas y verduras, incluso animales vivos.
Richard se movía con soltura en medio de ese caos, pasaba de un lugar a otro regateando hábilmente y Dragus... él era mi niñero.
—Señorita ¿Quiere comprar un bonito mono? — me preguntó un niño con un mono capuchino sobre el hombro— está amaestrado.
—Lárgate niño— contestó Dragus de mal humor.
—El mono puede ser de color rosa —dijo el niño.
—¿Y que si es verde? —contestó Dragus entre cerrando los ojo— Lar-ga-te.
—¿Podrías ser más amable con las personas? —dije a Dragus cuando el niño dio la vuelta maldiciéndonos —es vergonzoso caminar a tu lado.
—Imagínate para mí.
Cuando volvimos la vista, Richard ya estaba varios metros por delante con una sexy pelirroja que acariciaba su brazo, él parecía sorprendido, pero no incómodo, incluso sonreía. Sentí un golpe en el estómago.
Recuerda: una roca sin sentimientos.
Maldición la roca estaba a punto de explotar de celos.
—Me largo —espeté a Dragus y caminé de regreso al departamento. Él frunció el ceño, pero no le permití hablar —esto es un asco, me pisaron varias veces y cuando yo los traté de pisar, pisé mierda de vaca.
Dragus miró a Richard, pero no vio a su sexy amiga, después me miró a mí y suspiro resignado como siempre lo hacía cuando se trataba de mí.
—Oye, hermano —gritó— nos vamos de regreso, el pie de esta tonta se hizo caca —Richard apartó la vista de su amiga e hizo un gesto de repugnancia.
—Ok, regresemos.
—No, tú quédate...
No me detuve a saber cuál era la respuesta de Richard. Estaba molesta y quería regresar al departamento cuanto antes. Estaba a punto de llegar cuando escuché que Dragomir me llamaba, pero no me detuve, él me alcanzó y sujetó mi brazo con fuerza.
—Escúchame pedazo de tonta —dijo furioso.
—Suéltame —corrí al departamento y cerré la puerta de un golpe. Dragus entró detrás de mí.
—¡Te dije que me escucharás! —gritó— esto es importante.
—Vete a mierda con tu cosa importante.
Quería volver a mi mundo vacío, a algo que escapara de la realidad.
Me senté en el sofá y encendí la TV.
...ola de violencia azota al gigante asiático, las autoridades chinas lo atribuyen a enfrentamientos entre...
—Noticias —rodé los ojos y cambié de canal— Los Simpson, mucho mejor.
Mientras miraba las estupideces de Homero y Bart, Dragus se sentó a mi lado pero no aparté la vista del televisor.
—Stella, ne...
—¡Ahora no, Dragomir! —grité— no quieras ser el hermano modelo. Asesinaste a un hombre.
—Ser un hermano no es mi papel —susurró— nunca lo fue... —estuvo en silencio varios minutos— solo quiero saber... ¿sientes algo por Richard?
Parpadee confusa. Había dicho ¿qué?... ¿Como podía preguntarme eso directamente?
—¿Algo... algo como qué? —dije arrastrando las palabras— ¿Qué podría sentir yo por Richard?
—Sabes a lo que me refiero ¿él te gusta... como... hombre?
La respiración se me fue, de repente la temperatura aumento y comencé a sentir mucho calor. No, no, no, yo era una Roca sin sentimientos, Richard no me podía gustar.
—No seas ridículo —dije riendo nerviosamente— Richard es Richard. No puede gustarme.
Espera un minuto. ¿Por qué Dragus quería saber lo que yo sentía por Richard? a no ser que... Un recuerdo paso por mi cabeza: Jun en la tienda diciendo que Richard y Dragus eran igual a él y Kai, lo que significa que ellos... (pensamiento censurado). Miré a Dragomir, sus intensos ojos verdes también me miraban, mejor dicho: me estudiaba como la pantera que parecía. ¿Qué hacer? No podía preguntarle directamente, además ¿qué le diría: ¿Richard y tú follan?
Silencio incómodo. No, tenía que haber otra forma.
—¿Por qué lo preguntas? —dije después de unos momentos.
—Solo quería advertirte... decirte que los sentimientos son complicados, nadie los puede forzar, pero sí manipular— se detuvo unos segundos —no quiero que te confundas con él. Sabes que nuestra familia es antigua, prestigiosa y toda esa mierda, y Richard tiene un rol que cumplir.
—¿Y? Lo que yo sienta es mío, además soy realista, él no me ve de esa forma.
Dragomir no dijo nada, tal vez él también pensaba lo mismo que yo. Richard no se fijaría en mí.
Ambos estuvimos viendo la TV en silencio, ni siquiera nos miramos, hasta que mis ojos empezaron a pesar y en algún momento me quede dormida.
Abrí los ojos y estiré mis brazos somnolienta, Dragus se había ido. Todo estaba oscuro, busqué el interruptor y encendí la luz. Pero donde estaba no... no era nuestro departamento.
Miré alrededor ¿Dónde infiernos estaba ahora? era en cuarto totalmente blanco y luminoso, sin puertas ni ventanas y yo estaba justo en medio. Caminé hacía una pared, tal vez en alguna parte habría una puerta camuflada, pero entre más trataba de acercarme, las paredes parecían alejarse.
De repente una voz familiar dijo mi nombre y en la esquina de una pared comenzó a formarse una diminuta grieta de la cual salió una intensa luz blanca. De esa luz emergió Richard, no el Richard que conocía, sino el Richard de años atrás: el joven guapo de cabello casi blanco que se había perdido en mis recuerdos. Él vino hasta mí y me abrazó, le devolví el abrazo con más fuerza. Sentí que mi corazón lloraba por estar en sus brazos, lo extrañaba tanto sin saberlo.
—¿Dónde estamos? —pregunté.
—Es tu memoria —miré la blanca habitación, totalmente vacía— hay cosas ocultas dentro de ti, cosas importantes que no debes olvidar. Trata de recordar quién eres.
—¿Qué hago para recordar?
—Búscame en tus recuerdos, cada momento que pasamos juntos... —se empezaba a desvanecer —estas a punto de despertar... tus enemigos están cerca... No lo olvides, siempre te querré.
—No, espera.
—¡Hey! idiota —me sacudió Dragus —deja de llorar.
—¿Qué pasa? ¿Por qué llora Stella? —dijo Richard entrando al pequeño departamento cargado de bolsas.
—Parece que aún extraña a Kairos —contestó Dragus desde el sillón con la vista de la TV.
—Richard... —susurré y corrí a sus brazos —te encontraré en mis recuerdos, lo prometo.
—¿De qué estás hablando? —preguntó limpiando con su pulgar las lágrimas que corrían por mis mejillas.
—¿Es tu nueva noviecita? —dijo una seductora voz detrás de él. Era una mujer cubierta por la oscuridad de la noche —¿es por eso Ricky mi vida, que no me dejabas acompañarte?
***
Nota de la Autora
Hey!! (^3^)/
Nos volvemos a ver en esta segunda parte.
He tardado un poco en subir este capítulo, la razón es que he tenidos situaciones familiares un poco complicadas y porque tengo que prepararme para un examen importante.
Yo soy de las personas que odia las historia/novelas/kdramas/Fanfics/mangas/etc., inconclusos o que tardan mucho en actualizar (odio esperar y quedarme con la duda) sé que por ahora no tengo muchos lectores (lo que agradezco, porque si no sería una presión horrible), pero por esos que me leen (en especial @YazCrazy_24 que siempre deja sus comentarios) es que sigo escribiendo, editando y actualizando.
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