El fin de semana había acabado antes de que Tsuna pudiese darse cuenta, con los entrenamientos que Reborn y Diana le habían hecho sufrir era lógico que su tiempo libre desapareciese tan rápido como un chasquido, lo cual la molestaba desmedidamente, ella tenía que recolectar información para prevenir una tragedia y esos dos no la dejaban sola ni un minuto. Aunque realmente no podía culpar a la mayor, era eso o desobedecer a Reborn, y cualquiera con algo de sentido común sabría que debía hacerle caso a ese demonio.

-Dame-Tsuna - La mirada chocolate se dirigió a su tutor, sabía que él tenía planeado algo en contra suya y no le gustaba para nada el no saberlo.

-¿Qué sucede Reborn? - El de patillas suspiró y golpeó a su alumna con una patada - ¡Oye! ¿Eso por qué fue?

-Deja de hacer una cara tan lamentable - El ceño de la menor se frunció debido a que no entendía a lo que se refería el bebé - Se nota en tu cara que estás molesta por los entrenamientos, pero si los hicieses a consciencia no los necesitarías.

-Sí, claro - "Claro que quieres que lo haga, porque son tu forma de torturarme, pero si te dijera la verdad sobre mí obviamente terminaría con un entrenamiento que realmente me haría vomitar." Ninguna de las palabras pensadas abandonó la boca de la chica - Da igual, debo irme a la escuela ya o no llegaré a tiempo.

Un movimiento de la mano de la castaña fue todo lo que obtuvo el hitman como despedida antes de que la chica se fuese a estudiar, el hombre no dijo nada y solo la observó fijamente hasta que abandonó la casa, una vez sucedió aquello convirtió a Leon en un celular y marcó rápidamente para realizar una llamada.

-Más te vale que tengas todo ya listo - La voz infantil se escuchó demandante rápidamente - No voy a permitirte que falles Dame-Diana.

-Tú no te preocupes Reborn, yo me encargo de todo - La voz de la mafiosa se dejó escuchar a través del intercomunicador.

-Más te vale Dame-Diana - El bebé observó a su alrededor antes de sacar un álbum algo viejo y dejarlo en la mesa - Quiero toda la información que puedas conseguir.

-Por supuesto - La rubia trató de no suspirar ante la petición de su antiguo tutor y sin decir más colgó, sabía que su hermana menor acababa de meterse en problemas.

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La mañana había sido realmente tranquila, sus maestros daban las clases como siempre y ella finalmente comenzaba a entender de lo que estaban hablando. No se lo iba a decir a Reborn, pero estaba muy feliz de ser capaz de ir al ritmo de su clase, aunque probablemente él quisiese que fuese mucho mejor que todos ellos.

Unos cuantos murmullos comenzaron a escucharse cuando el maestro se retiró de la clase y pronto pudo sentir un escalofrío recorriendo su cuerpo. Si no salía del salón las cosas se iban a descontrolar muy rápido, estaba completamente segura de ello.

-¡Juudaime! - El joven italiano se levantó de su lugar al notar el rostro de su jefa y en menos de un segundo ya estaba a su lado.

-Quédate aquí Gokudera-kun - La castaña sonrió tranquila y puso sus manos en los hombros ajenos para alejarlo un poco de ella - Solo iré al baño.

-Entendido décima - El de cabello plateado asintió y volvió a su lugar un poco más relajado al saber que la chica estaba bien.

Antes de que Tsuna saliera de la clase notó el ceño fruncido de Yamamoto y suspiró, de seguro él tenía una idea de lo que estaba pasando, pero sabía que no debía meterse en lo que iba a pasar aunque quisiese. Era algo que no lo involucraba directamente.

Una vez estuvo afuera de la vista de algún curioso fue que decidió correr hacia donde su intuición le guiaba, si no estaba equivocada entonces algo malo estaba pasando y obviamente involucraba a Kyoya de alguna manera u otra. No había forma de engañar ese temor que le recorría la espalda cuando se trataba de algo que pudiese herir al menor de los Hibari.

No tardó en llegar a un punto alejado del edificio principal de la escuela y quedarse completamente fría ante lo que sus ojos presenciaban. Frente a ella estaba el prefecto de la disciplina peleando de manera salvaje contra una extranjera de cabellos rubios, la cual parecía realmente entretenida en la situación.

-¡Diana, Kyoya! - La heredera de Vongola se acercó aún más preocupada a la escena que se protagonizaba en aquel lugar - ¡Deténganse!

-¡Hola Tsuna! - La italiana sonrió nerviosa mientras esquivaba una tonfa que iba hacia su cabeza y centró su mirada un segundo en su mano derecha antes de volver a ver a su hermana menor - Lo haría con gusto, pero este chico aquí no para de querer golpearme.

-¡Kyoya, por favor! - El joven se detuvo ante el grito de súplica de la chica y observó molesto a ambas féminas y al hombre que no había hecho nada más que observarle antes de irse sin decir una palabra.

-Le pedí que se detuviera incontables veces y no lo hizo, pero tu solo dices su nombre y se detiene - La líder mafiosa suspiró un segundo antes de ver a Romario y pedirle con la mirada que se retirase.

-¿Qué haces aquí Diana? - La japonesa se cruzó de brazos ligeramente molesta con la otra chica, ella realmente había atacado al Hibari como si de verdad quisiera hacerle daño.

-Bueno... - La antigua alumna de Reborn desvió la mirada nerviosa sabiendo cual iba a ser la reacción ajena ante sus futuras palabras - Al parecer hubo un pequeño problema con tu maestro de inglés y necesitaban un sustituto para el puesto, y...

-¡Diana! - La Sawada levantó la voz mientras observaba más molesta que antes a la adulta delante suya.

-¡Reborn me ordenó hacerlo! - La Cavallone alzó la voz sintiendo un miedo repentino - ¿Qué quieres que haga? No quería que me torturara por no seguir sus planes.

-¡Agh! - La de ojos caramelo golpeó su frente con su mano antes de ver con resignación a la otra - Ya vámonos, vas tarde a tu primera clase.

-Te sigo hermanita - Diana sonrió sintiéndose victoriosa, no tendría problemas con Reborn ni con la futura líder de Vongola.

-Por favor, no digas eso frente al resto o estaré en problemas - La adolescente desvió la mirada sabiendo que lo que pedía era imposible, pero aun así quería intentarlo.

-Entendido - La mayor dio un asentimiento con la cabeza antes de tropezarse debido a la falta de algún subordinado en el área, lo cual la dejaba desprotegida - Perdón hermanita.

Tsuna suspiró una vez más sintiendo como de pronto su cuerpo y su mente comenzaban a cansarse de manera abrumadora, con suerte esta situación duraría relativamente poco y pronto tendría su vida cotidiana ligeramente más tranquila. Porque de lo contrario sabía que no iba a tardar mucho antes de enloquecer.

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Habían pasado al menos dos semanas desde que la rubia mafiosa se había vuelto la maestra temporal de inglés del curso de la heredera de Primo, todos se habían acoplado a que la mujer fuese algo torpe, pero eso no le quitaba lo peligrosa que era cuando alguien molestaba a su denominada hermana menor.

Por su parte la castaña trataba de ignorar el actuar de la mayor a su vez que trataba de evitar que el prefecto decidiera darles un castigo a ambas por culpa de la adulta, y añadido a ello tenía sus entrenamientos con Reborn y la investigación que hacía cuando este finalmente la dejaba sola, así que estaba que se caía al piso del estrés que todo le estaba produciendo.

Ese sábado se había levantado temprano por voluntad por lo que sin dudar demasiado decidió salir a correr un rato, aún estaba pensando en cómo hablar con Reborn sobre todo lo que tenía que confesarle y que este no decidiera matarla por haberle ocultado ese tipo información hasta ahora.

Aunque tenía que entender que no era algo fácil de mencionarle eso a cualquier persona.

-Disculpa -  Una voz suave y femenina sacó prontamente a la joven mafiosa de sus pensamientos.

Su mirada viajó rápidamente a analizar a la persona que están frente a ella, era una joven muy bonita de cabellos azules con reflejos morados, llevaba un parche que cubría uno de sus ojos, pero el otro era de un lindo tono violeta, no era muy alta y su complexión física se notaba bastante delicada, como si estuviese ligeramente enferma.

-¿Si? - La Sawada observó con interés a la joven que estaba delante suya, no la había visto nunca antes, así que supuso que estaría perdida o algo por ese estilo.

-¿Tú eres la heredera de los Vongola? - La del parche desvió su mirada nerviosa, como si temiese haberse equivocado.

Ante la mención de su familia mafiosa se puso automáticamente en alerta, ¿Por qué las personas que se le acercaban siempre tenían que ver con Vongola? Al menos no parecía querer atacarle como Mukuro había querido hacerlo.

-¡Lo lamento! - La chica se disculpó rápidamente e hizo una pequeña reverencia por lo mismo - ¡Debí ser más sutil!

-No, no te preocupes - La castaña solo sonrió nerviosa y desvió un segundo su mirada, comenzaba a sentirse incómoda ante la situación, pero su intuición no la alertaba de nada.

-Me alegra que al menos podamos acercarnos de esta manera Vongola, debido a lo que pasó lo última vez que nos vimos me fue imposible hablar más contigo - La voz de la joven comenzó a distorsionarse rápidamente hasta mostrar una voz un poco más masculina.

Los ojos chocolate se dirigieron prontamente a su acompañante y se abrieron aterrados ante la nueva presencia que estaba ahí, pues frente a ella ya no estaba la tímida joven, sino que estaba el demente con peinado de piña que había usado a su hermano y a sus amigos en su contra.

-Rokudo - Trató de no mostrar sorpresa, pero no podía negarlo aún si quisiera, ese chico sí que la había engañado con esa actuación de niña temerosa.

-Vamos Vongola, no es necesario tanta formalidad, después de todo ya nos conocemos - El joven de mirada heterocromática sonrió travieso - Deberás disculpar a Nagi, ella estaba un poco nerviosa ante este encuentro.

-¿Nagi? - La Vongola parpadeó confundida, aunque suponía que se refería a la ilusión femenina que había creado frente a ella.

-Chrome Dokuro - Dijo rápidamente el muchacho, como si estuviese corrigiéndose a sí mismo - La chica con la que hablaste antes, es un poco reservada y le aterra enfrentarte aunque sea en una conversación.

-¿Así que ella es real? - El tono de sorpresa se escuchó de manera bastante clara en la voz de la fémina, cosa que se reprimió prontamente.

-Por supuesto que lo es - Una risa vacía abandonó pronto los labios del mayor - Vamos, aunque sé que soy el mejor ilusionista del mundo, no puedo engañar a Vindice y huir de Vindicare, así que no te preocupes, yo no soy real.

-Eres una ilusión - La castaña se sintió un poco más tranquila al saber que el muchacho no estaba realmente ahí.

-Más bien una proyección - El de peinado de piña suspiró - Cambio de lugar con Nagi de vez en cuando, pero mi cuerpo físico está durmiendo profundamente en Vindicare, así que te pediría que no me ataques o la dañarás.

-... - La castaña bajó su cabeza para poder cubrirla con sus manos, comenzando a sentirse mucho más cansada de lo usual - ¿Qué quieres? No creo que solo vengas a saludar.

-Por supuesto que no - El tono juguetón del ilusionista desapareció prontamente para dar paso a uno molesto - De hecho, yo estoy completamente en desacuerdo con este plan.

-¿Plan? - Cuando Tsuna subió su cabeza nuevamente pudo notar que frente a ella estaba otra vez la muchacha y no el ilusionista demente.

-Perdona, yo... - La de cabello azul comenzó a temblar y a respirar pesadamente, como si comenzase a tener un ataque de pánico.

-Calma, Chrome ¿Correcto? - Ante el asentimiento recibido la castaña decidió seguir hablando - Tranquila, no tienes por qué tenerme miedo, no voy a hacerte nada.

-Yo... Yo sé que Mukuro-sama le hizo muchas cosas horribles a usted y a su familia - La menor no paraba de temblar y parecía que iba a desmayarse en cualquier momento - Pero...

-¿Chrome? - La castaña sentó a su lado a la otra fémina para que se sintiese un poco mejor, además de que aquello le hacía recordar que ella no era el demente de cabello de piña.

-Él salvó mi vida - La voz de la chica con parche salió entrecortada, pero aun así fue clara para su receptora - Su pasado es trágico y muy doloroso, tiene que entender que cualquiera con ese pasado podría haber tomado las decisiones que tomó. Su único deseo era acabar con la mafia que tanto daño le hizo a él, a Ken y a Chikusa.

-Puedo entender eso Chrome, no sé sobre su vida, pero puedo entender que a veces las decisiones se toman de acuerdo a sentimientos - Un suspiró abandonó los labios de la mayor mientras su mente se desviaba por unos segundos a un recuerdo, antes de obligarse a volver al presente - Pero, ¿Qué quieres que haga?

-Yo... - Los ojos violetas se enfocaron en su compañera de banco y luego de unos segundos decidió decir su plan.

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Tsuna entró a su hogar sin demasiada ceremonia, trató de fingir que su mente no estaba en otro sitio, pero aquello era una completa mentira. Su mente no paraba de darle vueltas a la conversación que había tenido con aquella chica durante toda la tarde, realmente no tenía ni idea de qué era lo que debía hacer ahora.

-Dame-Tsuna - El bebé apareció prontamente frente a su estudiante, la chica había estado afuera por mucho tiempo, por lo que no había podido tortu... darle sus tutorías como era debido.

-Hola Reborn - La Sawada sonrió cansadamente antes de desviar su mirada y toparse con una persona que no debería estar en su sala - ¿Diana? ¿Qué haces aquí?

-Hoy es mi último día en Japón - La rubia sonrió con tristeza, pero sin moverse de su lugar - Todo ha sido genial, pero es hora de que vuelva a Italia

-Mamma la invitó a que cene con nosotros antes de partir - El hitman aclaró aún más la situación dado que su antigua alumna no lo había hecho en lo más mínimo.

-Ya veo - La castaña asintió y desvió su mirada tratando de que su mente no volviese a la charla con la joven Dokuro - Iré a lavarme las manos y bajo a cenar con ustedes entonces.

-Antes de que te vayas - La italiana mayor se puso de pie y observó con preocupación a la otra fémina - ¿Pasó algo hoy hermanita?

-¿Eh? - Tsuna parpadeó confundida e hizo el intento por aparentar que no sabía nada- No para nada.

-¿Segura? - La líder mafiosa llevó sus manos a los hombros de la otra y apretó ambos ligeramente - Te vez perdida.

-No es nada Diana, estaba pensando en Kyoya y en la escuela - La frase apenas había terminado de salir de sus labios cuando sintió el impacto de un mazo en su cabeza - ¡Reborn! ¿Eso por qué fue?

-Organiza tus prioridades Dame-Tsuna - El de patillas frunció el ceño mientras transformaba de nuevo a Leon a su estado normal - Piensa primero en la famiglia y en tus estudios, luego en tus relaciones amorosas

-¡Ya te dije que no pienso en Kyoya por eso! - Las mejillas de la japonesa se tornaron ligeramente rosadas ante la sola idea de pensar en el Hibari como un amorío.

-¿Aún no le confiesas tus sentimientos a ese chico, Tsuna? - Una chica de cabellos rosa apareció pronto detrás de Diana y le observó con reproche - No te preocupes, te ayudaré a que se enamore de ti en un chasquido de dedos.

-No necesito eso Bianchi - El cuerpo de la Vongola tembló al imaginarse los posibles consejos de una asesina como la mayor de los hermanos Gokudera - Enserio, solo quiero recuperar a mi amigo de la infancia.

-Según el cuaderno de Fuuta, Kyoya Hibari está en el primer puesto de prioridades de Tsuna-nee - La niña de cabello tipo afro sonrió traviesamente mientras decía aquello de la manera más inocente posible.

-Creí que ya no podías hacer rankings Fuuta - Los ojos caramelo de la Sawada se enfocaron en su hermano menor, mientras trataba de no prestarle atención a su tutor y a la asesina menor.

-No puedo Tsuna-nii - El italiano negó con la cabeza antes de mostrar cuanto le estaba divirtiendo la situación - Pero aun así tus prioridades son muy obvias.

-Niinee es muy obvia - La menor de ascendencia china sonrió siguiendo el juego del resto, sabiendo cuán nerviosa se podía ante el tema la heredera de la mafia.

-¿Saben qué? Voy a lavarme - Tsuna alzó sus manos al cielo con desesperación antes de alejarse de su tutor y del resto - No voy a seguir discutiendo esto cuando obviamente todos están en mi contra.

La castaña caminó rápidamente al baño de la primera planta y suspiró mientras cerraba la puerta del mismo para tener un poco más de privacidad. Aunque había fingido estar molesta, la verdad es que estaba feliz. Nunca pensó que su casa podría llegar a ser tan ruidosa y llena de vida.

Sin embargo, ese no era el momento de pensar en ello. Debía pensar cómo ayudar a Chrome y a la gente de Kokuyo a hacer lo que le habían pedido, aunque no fuese algo que quisiese hacer completamente, después de todo aún tenía sus dudas sobre qué pasaría si lo hacía.

Tenía que encontrar la manera de sacar a Mukuro Rokudo de Vindicare y rogar porque él no quisiera apuñalarla después de ello para poseer su cuerpo. 

Sí que estaba en una encrucijada.

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Hola a todos ¡Feliz 2020! Aparezco justo cuando el mes ya está por acabar, pero espero que esto les motive a seguir avanzando durante el año.

Espero que este año esté lleno de oportunidades para cada uno de ustedes, que sigan avanzando hacia el futuro y que ese avance sea para que cumplan sus sueños y metas.

Nos leemos pronto.