Reborn era una "leyenda" hecha persona, era un arcobaleno que portaba una maldición desde hace mucho tiempo atrás, al inicio le afecto de manera ligera pero poco a poco comenzó a perder el interés en lo que hacía.

El que fuese en asesino número uno del mundo tampoco lo asombraba, después de todo alguien que tiene todo el tiempo del mundo para hacer lo que se le plazca termina aburriéndose de esa misma libertad.

Lo único que no lo aburría era torturar a las personas que mataba o a las que entrenaba, era la única forma de sentir que podía hacer algo diferente y la forma en la que cada persona reaccionaba hacia que valiera totalmente la pena.

Pero su vida estaba comenzando a volverse monótona y temía que luego ya ni el torturar a alguien lo divirtiera.

Por lo mismo cuando Timoteo Di Vongola, un buen amigo suyo desde mucho tiempo atrás, le pidió que entrenará a su nieto no pudo no estar sorprendido, sabía que la familia de su amigo había sido asesinada pero que el aún tuviera un as bajo la manga lo dejó anonadado, claro que no iba a demostrarlo.

Fue en ese momento que Reborn pensó en sus posibilidades, seguir en Italia y hacer lo mismo de siempre o viajar a Japón y divertirse un poco con las reacciones que el futuro Vongola Decimo tendría cuando le entrenase.

De alguna manera la segunda opción sonaba mucho más tentadora.

-¿Cuento contigo para entrenar a mi nieto, querido amigo? - Nono sonrió ligeramente viendo las expresiones del asesino cambiar ligeramente pensando en los pros y contras de viajar, pero cuando lo vio subir la mirada supo que debía pedir que el Jet estuviese listo.

-Lo volveré el mejor líder de Vongola - Reborn salió del lugar luego de acabarse su expresso, debía llevar información preparada para que así aquel futuro mafioso aprendiera a respetarlo.

No tardó mucho en investigar sobre Iemitsu y su familia pues aunque conocía de primera mano al primero no podía dejarse sorprender por la familia que este tenía.

Sobre la esposa del líder del CEDEF fue fácil encontrar información y saber cómo era, Nana Sawada era una ama de casa devota y amorosa, además era un poco despistada, nada nuevo si hablábamos de las parejas de quienes trabajaban en la mafia.

Sin embargo cuando quiso buscar sobre Tsunayoshi no encontró casi nada, algo que lo sorprendió pues el menor había sido visto varias veces en vídeo-llamadas que el rubio tenía con las personas del lugar cuando se iba a Japón a ver a su familia y agregado a eso a Iemitsu le encantaba presumir a su hijo como si fuese la octava maravilla del mundo.

Aun así en el expediente del menor solo habían algunas cosas que su padre había mencionado sobre él, los comentarios de varias personas mencionando que sería buena esposa y el hecho que hasta los 12 le llamaron dame-Tsuna en la escuela pero luego de un incidente esto paro, la verdad no había mucho que decir sobre el pequeño pero si Reborn algo sabía es que no podía confiar en lo escrito.

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En cuanto Iemitsu supo que Reborn iría a entrenar a su castaña para que fuera la siguiente líder de Vongola estuvo totalmente seguro de que en el momento en el que el asesino pisara su casa el secreto de su pequeño atún se vendría abajo.

No quería que nadie supiera qué Tsuna era una chica pues estaba seguro de que todos los empleados tratarían de que ella se casara con uno de sus hijos para así tener el control de Vongola y dejar de ser simples trabajadores.

Además podía agregar a su lista de inquietudes el hecho de que Orégano le había dicho que sería la organizadora de la boda de su pequeña, algo que no quería para nada.

Lo único bueno que sacaba es que Tsuna no se uniría a la mafia y tendría una vida normal, claro si no sacaba su lado masculino a flote.

A veces Iemitsu se preguntaba si fue algo sensato el haber hecho dudar a Tsuna de su género durante tantos años.

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¡Feliz inicio de semana! 

¿Que pasara cuando Reborn descubra que Tsuna es una chica y no un chico?

Esperen a leerlo :D