Metias reúne a todos en un pequeño café, una habitación con poca luz. Se sientan en círculo, con papeles esparcidos a su alrededor. ¿Su objetivo? Descubrir los secretos de un libro antiguo y encontrar el siguiente acertijo y la clave que están separados. La emoción llena el aire. Hacen una lluvia de ideas, las ideas rebotan de una persona a otra.

De repente, llega su guía y están listos para una visita guiada. Comienza a compartir historias sobre la historia de la torre. Mientras habla, menciona una "mano oculta". Las orejas de Eleanor se animan. Este término resuena en ella. Siente que es una pista relacionada con el libro. Pero ¿cómo?

Después de la visita guiada, la guía les muestra un mapa antiguo. Está desgastado y descolorido, y conduce a varios sitios históricos alrededor de la ciudad. Cada sitio tiene una pista potencial. El grupo intercambia miradas y anticipa la construcción. Deben seguir el mapa. Deben conectar los puntos.

La aventura comienza. Se dividen en equipos más pequeños. Cada equipo aborda un sitio diferente para encontrar la clave. El grupo intercambió miradas, la expectación se palpaba en el aire. Sabían que debían seguir el mapa, que debían conectar los puntos ocultos en sus delicadas líneas. La aventura los llamaba, llamándolos a embarcarse en una búsqueda.

El grupo se dividió en equipos más pequeños; cada equipo tenía la tarea de abordar un sitio diferente en el mapa. Metias lideró un grupo, su experiencia e intuición los guiaban hacia adelante. Eleanor se unió a otro equipo, su mente iluminada por las posibilidades mientras se adentraban en las calles laberínticas de la ciudad.

Su viaje los llevó a través de callejones sinuosos y plazas antiguas, cada paso los acercaba al corazón del misterio. En cada sitio, desenterraron pistas: fragmentos de inscripciones antiguas, símbolos grabados en piedra, susurros de una era pasada que hablaban de secretos olvidados hace mucho tiempo.

La parada de Matias y Chase fue el Baptisterio de Florencia, un magnífico edificio octogonal famoso por sus exquisitos mosaicos y puertas de bronce. Mientras se maravillaban con las intrincadas obras de arte que adornaban las paredes, unas voces silenciosas en un rincón captaron su atención. Dos hombres del lugar, con el rostro envuelto en secreto, mantenían una conversación ferviente sobre un artefacto perdido relacionado con el famoso astrónomo Galileo.

Metias y Chase intercambiaron miradas intrigadas, su curiosidad se despertó por la críptica mención del artefacto. Con movimientos sigilosos, se acercaron para escuchar a escondidas la conversación. "Se dice que el artefacto contiene la clave para desbloquear el mayor descubrimiento de Galileo", susurró uno de los hombres, mirando rápidamente a su alrededor para asegurarse de que nadie estuviera escuchando.

"Pero, ¿dónde está escondido?", preguntó el otro hombre con entusiasmo. "Nadie lo sabe", respondió el primer hombre, con una voz apenas por encima de un susurro. "Pero solo aquellos que comprenden los secretos de las estrellas pueden encontrarlo".

Metias y Chase intercambiaron una mirada de complicidad, sus mentes ya estaban llenas de posibilidades. El artefacto perdido vinculado al legado de Galileo era un misterio en el que no podían resistirse a investigar, pero ya tenían que mantenerse concentrados para encontrar la llave en algún lugar de Florencia y más tarde encontrar el enigma en Pisa, tenían que esperar.

Su próximo destino era la Catedral de Santa Maria del Fiore en Florencia, un símbolo majestuoso de la destreza artística y arquitectónica de la ciudad. Mientras se acercaban a la catedral, notaron a un artista callejero dibujando una representación impresionante de la icónica torre. Intrigados, se detuvieron a admirar la obra de arte, solo para descubrir que los intrincados símbolos que adornaban la torre reflejaban los de su antiguo libro.

El artista los vio y les hizo señas para que se acercaran, con una sonrisa cómplice en sus labios. "Buscas la verdad, ¿no?", dijo en un tono críptico. Metias y Chase intercambiaron una mirada de sorpresa antes de asentir al unísono. El artista les dio una copia de los símbolos que eran populares entre los lugareños, era una obra maestra.