El resultado
Cuando el grupo entró en la catedral, Metias sugirió que se dividieran en parejas para cubrir más terreno de manera eficiente. "Chase y yo revisaremos detrás del altar; Wu y Siya pueden inspeccionar el coro. Y Eleanor, busque algo que parezca fuera de lugar".
Al subir la escalera que crujía hacia el coro, el corazón de Wu se aceleró de inquietud y emoción. Una vez allí, notó un patrón peculiar en una de las vigas de madera: una constelación tallada en la madera, extrañamente similar al Cinturón de Orión. "¡Siya! ¡Ven a ver esto!"
Siya se unió a él, con los ojos muy abiertos al ver la familiar constelación grabada en la viga. "Es como un mensaje de las estrellas", susurró con asombro. Juntos, trazaron las líneas de la talla, sintiendo una conexión con el cielo nocturno que brillaba a través de las vidrieras de la catedral.
Su atención se vio atraída por una puerta oculta detrás de un tapiz, que conducía a una habitación secreta bañada por la tenue luz de las velas. La habitación estaba llena de fotografías antiguas, artefactos y cartas que parecían susurrar sobre una época olvidada hacía mucho tiempo. Wu cogió un delicado collar, cuya deslustrada cadena de plata sostenía un colgante grabado con un símbolo que se parecía a una llave. El misterio se hizo más profundo a medida que profundizaban en los artefactos, cada uno contando una historia propia.
Mientras tanto, Chase y Metias se dirigieron al altar, sus pasos resonando en el silencio sagrado de la catedral. Chase y Metias deambularon por la enorme cámara, sus pasos suaves sobre el suelo de piedra. Chase, con su agudo ojo para los detalles, se sintió cautivado por un mural particular que representaba a un caballero con armadura pesada, luchando por bailar en medio de una exuberante celebración.
"¡Mira estas pinturas!", exclamó Chase, rompiendo el silencio. "¡Son como memes medievales!".Metias se inclinó, frunciendo el ceño con curiosidad. —¡Exactamente! Imagina el título: «Cuando la armadura del caballero es demasiado pesada para la pista de baile».
Ambos se rieron entre dientes, y su risa resonó suavemente en el espacio sagrado.—No puedes luchar contra el mal si no te puedes mover —añadió Metias, con un brillo divertido en los ojos.
Chase se acercó al mural y miró atentamente los intrincados detalles—. Sabes, si esto es lo que llaman arte sacro, estoy totalmente a favor de un renacimiento.
Metias sacudió la cabeza y sonrió con sorna. —Solo recuerda no pintar fuera de las líneas, Picasso.
A medida que se adentraban más en la catedral, los personajes de las pinturas parecían cobrar vida en sus mentes. Chase imaginó al caballero intentando una torpe danza, con su espada en el camino, mientras Metias imaginaba al elegante compañero del caballero, luchando por mantener la seriedad.
—¿No sería divertido si tuvieran una serie completa de estos? —reflexionó Chase. —¿Como 'La guía del caballero para los pasos de baile'?
—Oh, absolutamente —respondió Metias, con diversión bailando en sus rasgos—. Y el capítulo final podría ser: 'Cuándo colgar la armadura'.
Sus risas llenaron la catedral, fuertes y vibrantes, en contraste con la solemnidad de sus alrededores.
De repente, la expresión de Chase se volvió pensativa. —Sabes, es interesante cómo el arte puede capturar la esencia de la vida, las luchas, las alegrías... incluso en medio del caótico pasado.
Metias asintió, su mirada vagó hacia la grandiosidad del techo abovedado. —Realmente lo es. Estos artistas volcaron su corazón en su trabajo, dejando atrás recordatorios de su humanidad. Tal vez deberíamos crear algunas leyendas propias.
Chase sonrió, sus ojos brillaban de inspiración. —¿Qué tal si empezamos por coger un poco de pintura y hacer nuestra propia serie? ¡Las aventuras de Chase y Metias en la Catedral!Pero justo cuando estaban dando los toques finales a su obra maestra, Metias oyó un sonido débil que le provocó un escalofrío en la espalda. —Chase, ¿escuchaste eso? —susurró, su voz apenas era un suspiro.
Chase frunció el ceño, con el ceño fruncido por la confusión. —No escuché nada, Metias. ¿Qué pasa?
Metias negó con la cabeza, tratando de quitarse de encima la inquietud que se había instalado en su pecho. —Lo siento por eso. Creo que fue solo mi imaginación desbocada. Deberíamos regresar y ver cómo están los demás.
Sin que ellos lo supieran, Dario y su equipo acechaban en las sombras, observando al grupo de Metias mientras descubrían los secretos de la catedral. Los ojos de Dario brillaban con una mezcla de codicia y curiosidad, sus dedos temblaban con anticipación por reclamar la esquiva llave para sí mismo.
Mientras Eleanor leía la historia de la catedral, buscaba algo que pudiera compartir con Wu.Mientras profundizaba en los anales del pasado, Eleanor se topó con un pasaje que le provocó un escalofrío en la columna vertebral. Hablaba de un sacerdote que había desaparecido sin dejar rastro durante un servicio de medianoche siglos atrás. El folclore local susurraba sobre su presencia fantasmal rondando los salones sagrados, un espectro atrapado entre los reinos de los vivos y los muertos.
Intrigada por la escalofriante historia, los pensamientos de Eleanor se dirigieron a su amigo Wu, un entusiasta de la historia y el folclore. Sabía que le fascinaría la inquietante leyenda que rodeaba a la catedral, y estaba ansiosa por compartir su descubrimiento con él.
Encima de ella, el techo estaba adornado con un impresionante mosaico del cielo nocturno, las estrellas brillaban como diamantes en la oscuridad aterciopelada. Y en el centro de la cámara, bañada por la luz etérea de la luna, se encontraba la figura fantasmal del sacerdote desaparecido, con los ojos llenos de un anhelo triste.
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