La Noche Antes del Asedio
Portada: Por @Newt42 Gracias por hacerla para mi libro, este cap es para ti ^^ como agradecimiento por toda tu ayuda.
El invierno estaba siendo más crudo que años anteriores. El viento silbaba al correr por las ya vacías calles, que apenas eran iluminadas por las farolas plantadas en las sucias aceras de la ciudad.
La neblina tampoco mejoraba mucho el aspecto lúgubre y sombrío que la ciudad presentaba.
Y la lluvia que caía intensa, ponía peor las cosas.
Esa noche, estaba siendo un poco extraña a como solía ser una noche "normal" en la ciudad.
Un hombre desaliñado, de enmarañado y sucio cabello, se protegía del fuerte viento, la lluvia y la neblina, con un impermeable improvisado con un trozo de nylon transparente, mientras caminaba con prisa.
El hombre caminaba presuroso, pues la tormenta se volvía cada vez mas intensa.
— ¡Hey tú! —
Un hombre ataviado con un abrigo negro que le llegaba hasta las rodillas, se dirigía presuroso al hombre desaliñado.
Sus botas de cuerina relucían a pesar de la poca iluminación, se protegía de la lluvia con un paraguas negro. Sus manos enguantadas sujetaban el paraguas, mientras la otra iba en el bolsillo de su abrigo. Una bufanda negra y larga, envolvía el cuello de aquel oficial. Y sobre su cabeza, una gorra con una insignia de los cuatro elementos, relucía apenas en la noche.
—Alto ahí, es la guardia civil. Muestréame tu identificación y tu salvoconducto—
Apenas había terminado de hablar cuando una alarma resonó en medio de la noche y por encima de la ruidosa tormenta.
El hombre de enmarañado y sucio cabello, se volteó con lentitud hacia la voz que le hablaba.
Tenía la cara sucia, una mezcla de hollín, tierra y concreto. Sus mejillas estaban hundidas, y sus ojos eran enormes, como si intentaran salir de sus cuencas, y unas oscuras y enormes ojeras los adornaban.
Iba vestido con un overol gris también muy sucio, con franjas reflectantes en el pecho, brazos y rodillas. Y en sus pies, zapatos de seguridad gastados y viejos.
El desaliñado hombre se detuvo apenas oyó que le hablaban. Y sin decir palabra alguna, buscó entre su sucia ropa, una identificación y un trozo de papel envuelto en una bolsa plástica.
El otro hombre, revisó entre su inmaculado abrigo negro, y sacó de él, un lector de código de barra y una linterna.
Luego, tendió su enguantada mano hacia el hombre, para que este le entregara el documento.
El hombre asustado, tendió una sucia hoja hacia el oficial.
Mientras leía aquel sucio documento, echaba miradas de repulsión al hombre frente a él, como esperando encontrar una excusa para detenerlo y sacarlo de las calles para que nadie más lo viera.
Tras leer el documento, el sujeto levantó su mirada hacia el asustado hombre, que había ido encogiéndose por el miedo.
—Vamos a confirmar tu identidad maldito—
Como si temiera ensuciar sus ropas, el oficial tomó al andrajoso por el cuello, usando el impermeable para evitar el contacto con aquel hombre.
Apuntó la pistola al cuello del hombre, y ésta le dio los datos que necesitaba.
"Nombre: Nian Carter
Ocupación: Obrero
Familia: esposa Eli Carter, Hijos: Ronal y Luci Carter..."
El hombre continúo leyendo la ficha del obrero, y al confirmar su identidad, empujó al hombre haciendo que este cayera al empapado concreto.
El uniformado se paró frente a él y mirándolo con asco desde arriba ordenó:
—Tienes tres segundos para que desaparezcas de mi vista y no matarte— dijo — uno... dos...
El andrajoso, se sujetó de la bota de cuerina del uniformado, para levantarse y echarse a correr luego bajo la lluvia.
Antes de que el hombre dijera "tres" el obrero ya se había perdido entre la niebla espesa, la lluvia y la noche.
El andrajoso hombre, tras doblar una esquina y asegurarse de que no lo seguían ni le habían colocado algún rastreador o algo, sacó de entre sus ropas un dispositivo de comunicación. Un auricular.
—Está listo, los dispositivos de rastreo y micrófonos fueron instalados con éxito en el objetivo—
Se metió por un desagüe en el callejón, y allí se detuvo ante una escotilla metálica que estaba en el suelo.
Puso su mano sobre la escotilla y ésta al confirmar la identidad del hombre, se abrió una más pequeña con un tablero numérico.
Un mensaje apareció en la pantalla del tablero numérico que decía:
"Bienvenido, por favor introduzca código"
El hombre tecleó unos números y entonces el tablero volvió a su lugar, para luego abrir una escotilla de acero escondida en una cortina de humo.
Una fuerte luz iluminó la calleja por unos segundos en el momento en que se abrió, el hombre saltó al interior de escotilla y la intensa luz desapreció tan rápido como había aparecido.
La tormenta volvía a ser oscura y fría. Era como si nada hubiera pasado.
Tras saltar al interior de la escotilla, cayó a lo que parecía ser un pequeño cuarto iluminado donde fue escaneado y finalmente, unas puertas metálicas sin cerrojo para llaves y sin manilla, se abrieron para dar paso a lo que parecía ser una especie de centro de información.
Amplio e iluminado, lleno de pequeños cubículos y de computadoras, como también pantallas de televisión que mostraban imágenes de la ciudad, así era el lugar al que aquel hombre había llegado.
Se podía ver a jóvenes y adultos ir y venir de un lado a otro en aquel centro. Todo estaba muy agitado.
Una joven se acercó hasta el recién llegado.
— ¡Elioth! ¿Estás bien? —
El hombre había ido quitándose las andrajosas vestimentas mientras caminaba por los pasillos de la central.
—Ivy— susurró el hombre.
A medida que iba quitándose la sucia ropa, también desprendió una piel que se separaba de su rostro.
El aspecto andrajoso de un hombre viejo y sucio desaprecio, dando lugar a un apuesto joven.
—Qué bueno que regresaste — dijo la muchacha que había ido a su encuentro.
Pero un joven, de cabellos plateados y ojos verdes, empujaba al recién llegado contra el suelo.
— ¡Tu identificación, AHORA! —
El recién llegado no tuvo tiempo de reaccionar y se vio siendo asfixiado en el suelo, y sujetando la mano de su atacante para evitar que lo ahogara.
Los que estaban cerca se quedaron observando un momento antes de acercarse también a los jóvenes.
— ¿Qué haces Oren? Es Elioth ¿Qué no te das cuenta? —
El joven llamado Oren, fulminó con la mirada a la muchacha, para luego regresar su vista al muchacho que tenía en el suelo.
—Elioth Thomas, estudiante de 2do año de la universidad de Etrya, pertenezco al E.0 desde mediados del año pasado, nací el 03 de diciembre de 2052, el Fuego es mi elemento— respondió el joven mientras enseñaba su holo de identificación.
El mayor al confirmar la identificación, extendió su mano hacia Elioth para ayudarle a levantarse.
—Lo siento... tenía que confirmar que eras tú y no un impostor...— sus palabras fueron interrumpidas por una joven hermosa, de larga cabellera gris, con ojos del mismo color y tes blanca.
Era mucho más baja que su compañero, a quien le dio un golpe en la nuca mientras hablaba.
La joven llevaba unas ropas un poco extrañas, pero no solo ella, sino que todas las mujeres del centro, lucían la misma vestimenta, de la misma manera como los hombres también llevaban un mismo uniforme.
Las mujeres iban vestidas con una playera cómoda, por debajo de la vestimenta principal. En el pecho, llevaba una protección metálica, que era cubierta en parte por una prenda que se abotonaba hasta la cadera. Una capucha corta iba en sus cuellos y esta era sostenida por un cinturón que iba desde el pecho hasta el brazo izquierdo. En la cadera, dos cinturones se cruzaban, y en ellos, se podía apreciar algunas armas para el combate, todas apiladas en pequeñas capsulas, las que se activabas por medio del elemento dominante del usuario o bien, por reconocimiento digital. Un short a rayas, cubría las piernas, mientras que unas largas bucaneras nacían por debajo del short hasta perderse en el interior de los botines cortas que protegían sus pies.
Los hombres por su parte, iban vestidos con una chaqueta ajustada y cómoda, de cuello alto, y con cinturones que cruzaban el pecho de lado a lado. En su cadera, llevaban también un cinturón con el que contaban a la hora de la pelea. Pues al igual que a las mujeres, sus armas estaban comprimidas en pequeñas capsulas. Llevaban también un pantalón largo y ajustado, con franjas delgadas del color del elemento dominante. Y las botas, tenían correas y cremalleras para un mejor ajuste.
— ¿Eres estúpido Oren? Si este tipo no fuese Elioth, no habría podido entrar aquí ni con todo el arsenal de destrucción que pudiera tener—
Los que estaban cerca, empezaron a reír, pues les había parecido cómico el hecho de ver pelear a los dos jóvenes.
Elioth se levantó al fin y sonrió ante el espectáculo que ofrecían sus compañeros.
—Inna se enterará de esto, te lo aseguro— lo amenazó la joven risueña antes de dar la vuelta e irse a una de las cabinas.
El joven llamado Oren, se disculpó con Elioth una vez más antes de volverse a la joven que permanecía inmóvil junto al muchacho.
—Lo lamento Ivy... creo que estoy algo nervioso con todo esto...—
Ivy, le sonrió ya más relajada, para luego decir:
—No lo hagas otra vez — rio ella.
—Creo que mejor regreso al bar, Inna estará preocupada de que no he vuelto...—
— ¿Aun no le has dicho Oren? — pregunto Elioth acariciando su cuello.
—No, no quiero involucrarla en esto... no me parece justo—
—Oren, no olvides que mañana asaltaremos el burdel en que esta la señorita Eirhin— dijo —cuéntale todo a Inna antes del anochecer, si lo haces podrás traerla y ponerla a salvo de las consecuencias que traerá lo que haremos—
Oren asintió decidió y tras despedirse de los jóvenes abandonó la base.
—Elioth— llamó esta vez un hombre mayor — conseguimos contactar con la universidad y con Iori, estamos esperándote en la sala de proyección—
Elioth miró al hombre un momento, luego se volvió a Ivy a quién beso con cariño en la frente para luego seguir a aquel hombre.
—Vamos— dijo — seguro los demás ya estarán ahí, mañana a primera hora pondré al tanto a Oren, acaba de irse así que no podrá estar presente...—
La joven asintió y ambos siguieron a aquel hombre.
Era una sala amplia y poco iluminada. Las paredes eran decoradas con monitores que mostraban ubicaciones de la ciudad, como puntos de control de la misma, también mostraban mapas de todo el mundo, como también se mostraban gráficos entre otras cosas.
En el centro de la sala, había una mesa con la forma de un pentágono muy brillante, en las que se señalaban unos puntos rojos parpadeantes en diferentes puntos de la ciudad.
En uno de sus lados, la mesa tenía un teclado holográfico, mientras que en otro, había puertos usb, de memoria y redes entre otros.
Frente a la mesa, había un monitor único que ocupaba la pared en su totalidad, en la que un mensaje rezaba: "Llamada en espera".
Poco a poco, la sala fue llenándose de las personas que allí estaban.
Y cuando la última persona entró, la puerta se cerró aislando de todo ruido el exterior de la sala.
El mismo hombre que había llamado a Elioth a la junta, estaba ahora de pie y de espalda a la enorme pantalla y miraba a los presentes.
—Pudimos establecer contacto con Iori, tras la inesperada caída del sistema de comunicaciones que sufrimos a causa de los sistemas de navegación de esta ciudad— comenzó el hombre.
Todos escuchaban atentos cada palabra que aquel hombre decía.
—El barco está listo para zarpar apenas logremos nuestro cometido de llevar con nosotros a la señorita Eirhin, las órdenes son claras. En territorio enemigo no podemos decirle nada al objetivo hasta que este se encuentre en el punto de seguridad que es en esta zona— dijo y se dio media vuelta en dirección a la pantalla para señalar un punto rojo que titilaba en el mapa de la ciudad en que se encontraban — como bien saben, muchos de nosotros no regresaremos a Firesky, pero cada uno de ustedes, está en esta organización por voluntad propia.
"Los rastreadores y micrófonos han sido puestos discretamente en las insignias de los uniformes de los oficiales de esta ciudad. Eso nos dará la ventaja de saber previamente, si el enemigo está al tanto o no de nuestro plan. También saben que contamos con un rango de comunicación limitado debido al pésimo sistema de comunicación al que pudimos acceder, lo que nos dificultará también, la posibilidad de informar a tiempo si algo sale mal. No es nuestra política asesinar a civiles, pero si es necesario hacerlo, lo haremos. Según nuestras investigaciones, no solo podríamos enfrentarnos a la guardia civil de esta ciudad, sino que también podrían ser alertadas sus fuerzas especiales, si las cosas se ponen difíciles. Y créanme, la guardia civil es un juego de niños comparado con los "Mortem"
Una vez más el hombre se dio media vuelta para enseñar una foto de cuatro sujetos. Sus rostros no tenían expresión alguna y no lucían peligrosos. Lo único diferente era el color de sus ropas; azul, amarillo verde y rojo.
—Los Mortem, son clones creados a bases del ADN de un caso especial. Me refiero a personas que no poseen el dominio de un elemento como nosotros. El suero que logramos robar de uno de sus laboratorios, es el mismo que usaron para inyectarlos en esos clones. El suero se obtiene de la sangre de un caso especial que está prácticamente a nada de morir ... — añadió el hombre llevando su mano hasta su cabeza — sin embargo, y sin importar qué, debemos cumplir con nuestra misión, regresar a Firesky con la señorita Eirhin.
A continuación la pantalla mostro un edificio bastante lujoso, con una enorme pancarta iluminada con una mujer en paños menores y junto a ella, estaba el nombre del burdel: Le Fleur.
—Este es el burdel en que esta nuestro objetivo. La muchacha no sabe que estamos aquí ni mucho menos que hemos venido por ella, necesitamos sacarla de ese lugar junto con un libro que según nos ha informado Sasha desde el burdel, es de vital importancia. No conozco el contenido de ese libro, pero es indispensable que lo tenga con ella en el momento en que la saquemos de allí. Las órdenes de Iori son, "llevar hasta Firesky a Kida Eirhin y su libro, ya que este sin ella no tiene ningún valor"
"Asediaremos mañana al anochecer, Oren nos estará esperando en el punto de encuentro que es el bar que administra su novia. La joven será traída hasta nuestras instalaciones para mantenerla a salvo de las repercusiones que traerá esta misión.
"Atacaremos en estos puntos y evitaremos en lo posible enfrentarnos a los civiles que tengan la orden de atacarnos — señaló otra vez el mapa de la ciudad, en la que ahora se mostraba un punto rojo indicando la posición del burdel, mientras que los puntos amarillos eran los de la guardia civil. Los puntos blancos eran el punto ciego de los oficiales, los que le daba una pequeña oportunidad de asediar sin ser descubiertos — para asegurar el asedio, un grupo de personas ira conmigo para crear una distracción en caso de que algo vaya mal—
Miró a todos los miembros que estaban al alcance de su vista y luego alzó la voz otra vez.
— ¿Preguntas? —
Nadie dijo nada, parecía que todo estaba muy claro, las indicaciones y que hacer estaba claro.
"Llamada entrante, recibida a talvez de sistema de comunicaciones BlackQueen"
Una voz grave anunciaba una llamada entrante.
—Sistema de rastreo y escucha, identifica quién hace la llamada— ordenó Elioth, a la voz que había anunciado la llamada.
Hubo unos segundos de silencio, luego la misma voz grave anunció:
"Iori Smith está intentando comunicarse con la base del Escuadrón 0, la llamada tiene su origen en el continente de Firesky, en la ciudad de Asis, ¿aceptar llamada?"
—Confirmar— dijo el hombre y la llamada al fin entró.
—No tengo mucho tiempo, pero pedí que me contactaran con ustedes porque tengo información que entregarle para que puedan llevar a cabo este trabajo — una voz grave y potente resonaba por la sala— Ehowen ha solicitado una junta extraordinaria con los miembros del C.E, según lo que han investigado los miembros del sistema de comunicación (S.C) alguien está filtrando información del E.0, la junta será dentro de unas horas. También me han informado que tienen una pista sobre el posible informante de Ehowen. Ha habido algunos incidentes también, hasta el momento ninguno grave pero aun así estoy preocupado. No es coincidencia que justo en este momento se solicite una junta extraordinaria. También he sabido que mañana por la noche planean asediar el burdel en que esta Kida Eirhin, tengan cuidado, buena suerte... nues-o ya e- trab-ja- ra...—
Al cortarse la comunicación, los presentes se miraban unos a otros.
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