Si buscas, encuentras.
Altaír observaba las noticias, era algo que empezaba a odiar, pero que consideraba necesario, así que se llevó su taza de café a la boca y gimió al sentir el fuerte sabor golpear su lengua, mientras las imágenes de la caravana de Arslan Lonesco se transmitían por la televisión mostrando la fila enorme de cambiaformas que huían en busca de protección. No estaba de acuerdo con que los medios informativos compartieran detalles de los migrantes, pues de alguna manera se exponía su seguridad, pero también era información que las familias debían tener, mientras las manadas aún trataban de resolver sus propios conflictos, los familiares podían seguir la trayectoria de sus seres queridos hasta tener un arribo seguro.
Tampoco estaba de acuerdo en que los medios de comunicación dieran tantos detalles de las actividades del consejo alfa y de su alfa, era igual para las actividades del esposo del alfa. En las noticias se transmitía que ese día se estaría haciendo la entrega oficial de las viviendas para los migrantes, el cual consistía en departamentos bien equipados para albergar a los recién llegados en busca de asilo, tanto para los temporales como para los que ya habían solicitado la permanencia en la manada.
Altaír meneó la cabeza, y vio el reloj, eran las siete de la mañana en una mañana bastante fresca y tranquila, a pesar de que sentía una inquietud, no había estado durmiendo bien, y lo atribuía a la tensión por los preparativos de su partida, era un lujo necesario que se podía dar gracias a tener becarios y empleados confiables, porque a diferencia de su padre, él sí tenía equipos eficientes y leales. Las noticias seguían informando que la manada Lonesco, Lethabo y la manada O'Shell estaban a horas de entrar en la primera población de los Renning, una vez ahí recibirían todo el auxilio que necesitaban.
Por su amiga Sherryl, Altaír se había enterado que ella entraría en una de las brigadas de auxilio para los migrantes, lo que él hubiera dado por poder asistir a esa brigada solo por saciar su curiosidad de conocer a Arslan Lonesco. Altaír recordaba haber estado muy entusiasmado en su juventud con el león de la estepa como era llamado Dimitri Lonesco, de hecho, su padre había tenido algunas palabras con el legendario alfa que era tan conocido como lo era Rasei Renning, ya que ambos iniciaron los cambios en las políticas de sus manadas, y dieron asilo político a cambiaformas que por alguna situación lo necesitaban, fueron las dos primeras manadas en cambiar sus posturas sociales y en abrir sus puertas a los migrantes.
Altaír había suplicado a su padre para que lo llevase a su último viaje, cuando se había entrevistado con el mismísimo león de la estepa, pero su padre argumentó que eran tiempos difíciles y no arriesgaría a su único hijo para que conozca al alfa, esa fue la última plática que Altaír y su padre mantuvieron de manera civilizada, era como si Marlo Dunhill hubiera sido cambiado por otro durante aquella visita, dejó de ser el padre amoroso, tolerante y paciente, para convertirse en esa versión agria e hiriente.
El teléfono sonó justo cuando Altaír apagaba la televisión y se disponía a darse un baño, su día estaba bastante ocupado con la apertura del nuevo cine y con la entrevista a varios empleados, lo cual era algo que le gustaba hacer, ya que se consideraba con buen ojo para leer a los demás. La pantalla señalaba que era el alfa quien le llamaba temprano.
—¡Hey Khalé!, —Altaír seguía caminando hasta su baño.
—Altaír, buen día, necesitaré tu ayuda en un grupo de rastreo, tienen a Arslan Lonesco, ven al cubil en cuanto puedas para que te dé más detalles, —el alfa terminó la llamada
Sin perder más el tiempo Altaír supo que su día tranquilo había terminado, de inmediato conectó la llamada para el jefe de recursos laborales para que se encargue de las entrevistas y delegó las tareas que él tenía pendiente y sin más se dio un baño, se vistió de manera relajada y metió en una pequeña maleta algo de ropa y su preciada pistola automática. Probablemente ese sería su día para saciar su curiosidad con respecto a Arslan Lonesco, el tipo que tenía tantas credenciales que ni un ninja podría igualar y sin sentir culpa sonrió al compararse con el chismocito de Yelaím Wordik.
Como ya era costumbre, el cubil estaba fuertemente custodiado cuando Altaír entró, su auto lujoso fue asignado a un lugar, viendo Altaír que había más vehículos de los acostumbrados y más personal del que desconocía supo que lo que sucedía era grande y grave.
Sin ceremonias el empresario fue custodiado para entrar al cubil, obviamente bajo las indicaciones de Khalé Renning, y fue llevado hasta la sala de juntas en donde varios mapas se mostraban en una de las muchas mesas que se habían habilitado. Alana entraba con varias carpetas y Altaír tomó las carpetas para ayudar a la muy embarazada secretaria del alfa.
—Permíteme Alana.
—Gracias señor Dunhill, —la secretaria siempre mantenía su buen humor.
Khalé asintió a manera de saludo hacia su amigo, y se acercó hasta él. —Gracias por venir Altaír, no te hubiera llamado si no fuera necesario, —las bolsas debajo de los ojos del alfa hablaban de falta de descanso, era lamentable teniendo en cuenta que era literalmente un recién casado.
—Lo que sea que necesites estoy para ayudar, de hecho, cuenta con los tres alimentos para todo el equipo, llamaré al restaurante para que los traigan, solo necesito el número exacto de todos los que estamos aquí, incluidos los guardaespaldas.
La fuerte mano de Khalé se posó en el hombro de su amigo, —muchas gracias, Alana te dará el número total.
Altaír hizo la llamada a su restaurante, pidiendo especial atención en los horarios para entregar las comidas y autorizó que los vehículos de su empresa de eventos fueran movidos para la transportación de los alimentos.
Los reportes llegaban a través de una radio, informando de la travesía de las caravanas que eran grandes, diciendo con exactitud las posiciones y distancia que les hacía falta recorrer.
Khalé se situó a lado de su amigo escuchando los reportes, sus poderosos brazos estaban cruzados y sus piernas abiertas, su imagen era malditamente impecable aun en medio de situaciones tan tensas, pero el cabello revuelto y los ojos inyectados en sangre contaban la verdadera historia.
—Te ves como el carajo, —dijo Altaír que se mantenía en la misma pose de su alfa.
—Fui a dormir a casa, después de dos días de solo estar aquí monitorizando lo que sucede y llegué en la madrugada y solo pude ver a los cachorros mientras dormían.
Altaír esbozó una sonrisa pícara, —o sea que desgastaste al bello César.
A pesar del ambiente tenso que se respiraba en el cubil alfa, Khalé sonrió como pendejo al escuchar el nombre de su esposo, —algo así.
—Vi en las noticias esta mañana que hoy se hará la entrega de las viviendas, ¿será César quien vaya a hacer acto de presencia para dar por finalizada la obra?
—Sí, hoy en la mañana le avisé y ya tiene órdenes, en teoría sabe qué hacer, aunque la situación me obligó a asignarle su propio cuerpo de escoltas que le guiarán y mantendrán seguro.
—No estoy tan de acuerdo con que las noticias informen sobre las actividades tuyas, del consejo y de tu esposo, siento que se les expone. —Altaír dijo su inconformidad a su amigo mientras éste escuchaba pacientemente.
—Tienes razón en parte, pero no podemos retener información, es justo que tanto nuestra manada como las manadas aliadas sepan nuestras actividades, así como yo sé lo que hacen ellos.
—Puedo entender esa parte, solo no me siento tan seguro de que sea benéfico, sobre todo con infiltrados hostiles dentro de nuestro territorio.
—Pienso que es válido tu punto de vista Altaír, esto también me lo dijo Brandon, pero por ahora no podemos hacer más que esperar que las manadas extremistas se alineen y se firmen los tratados de paz para poder recuperar los territorios que estaban amenazados, muchas cosas tienen que cambiar, ya no puede haber persecuciones porque los demás consideran su asunto, el con quién te acuestas y qué tipo de cambiaformas es tu animal, eso es algo que ya no deberá existir, y se está trabajando en ello, se espera que en las próximas reuniones se refuercen políticas, y para regocijo de muchos, las manadas extremistas y conservadoras están a su límite de gente, ya son muy pocos los que les siguen con ciego fanatismo, ese es un punto muy grande a nuestro favor, —Khalé hablaba pero sus ojos estaban fijos en las pantallas.
—Confío en tu liderazgo Khalé, así que, si tú dices que es correcto, entonces lo es.
—Es correcto, el que sea seguro es otra historia muy diferente.
—Alfa, las manadas están entrando al primer poblado, —uno de los cambiaformas que daba seguimiento por medio de pantallas al trayecto de las caravanas de migrantes, avisó al alfa.
—Bien, que las brigadas que lleguen primero, auxilien rápidamente y que se custodie a Morrigan O'Shell y a Kylian.
—Sí alfa, —Los radios rápidamente sonaron con órdenes y un pequeño bullicio empezó a escucharse.
—¿Alguna noticia de Arslan Lonesco?, —Altaír miró de reojo a su amigo, mientras esperaba la respuesta.
—No, y los datos que tenemos de él son muy confusos, unos hablan de un tipo grande de piel oscura, otros dicen que es tan solo un crío, y ¿quieres escuchar lo más loco?, —Khalé se pasó la mano por su espesa barba.
Altaír asintió y mantuvo la misma postura mientras escuchaba lo que su alfa decía.
—Bueno, lo más loco es que el tipo solo, puede matar a una manada completa, —Khalé soltó una risa áspera.
—Bueno, esperemos que al menos eso sea verdad, porque el tipo en cuestión está jodido si tenemos en cuenta que es un maldito sangre azul en manos de unos locos extremistas hostiles, —murmuró Altaír no queriendo llamar la atención.
—En particular ese grupo de hostiles es muy peligroso, fanáticos acérrimos.
—Pues más le vale a este misterioso alfa, que sea tan grande como su padre, porque ese grupo de locos como dices, son muy peligrosos, no van a dudar en matarlo para cobrarse todas las bajas que sufrieron en el viejo continente mientras migraban, —aseguró Altaír.
—Sabremos quién es el alfa hasta que podamos entrevistar a su manada, sé que sus jefes de seguridad están escoltando a la manada hasta que lleguen seguros al territorio, —respondió Khalé.
—¿No enviaron una cuadrilla a buscar a su alfa?, —preguntó intrigado Altaír.
—No, porque no querían desproteger a los O'Shell y A Zareb y hay muchos cachorros y madres en las dos caravanas.
Altaír se rascó la incipiente barba tratando de entender el punto del alfa de la manada Lonesco, —bueno tiene cierta lógica, pero es demasiado arriesgado, a esta hora no sabemos siquiera si está vivo.
—Espero que lo esté, sería una jodida dar la noticia a su manada y ni siquiera tiene descendencia a la cual dejar su título nobiliario y en el caso de su cargo de alfa, este quedaría a manos de su tío Drago, —Khalé metió las manos en sus bolsillos.
Un suave bufido salió de los rojos labios de Altaír, — a todo esto, ¿qué han dicho los Lonesco de que su sobrino está desaparecido?
—Ellos saldrán en su búsqueda, no sé por qué, pero tengo la sospecha de que ellos pueden solos, aún no sabemos qué tipo de cambiaformas es Úrsula, pero sé que han sido leales a la manada y a mi padre, por lo tanto, son confiable, —en el aire quedó la duda de Khalé hacia los padres de Altaír.
—¿Te pudieron aportar algún dato nuevo?, —Altaír miraba las imágenes de las pantallas, y en ellas se veía a los guardias de la manada Renning esperando a la caravana en camino, también se veían los diferentes grupos de ayuda que estaban para auxiliar a los refugiados.
—No de hecho, tengo que llamarles, —Khalé se alejó de su amigo y tomó el teléfono, mientras Altaír buscaba con la mirada una silla para sentarse y esperar lo que sea que necesite su amigo.
La mañana transcurrió viendo a Khalé hacer varias llamadas y reunirse con varios alfas por medio de reuniones virtuales, unas horas después el alfa era informado que su esposo se dirigía a los condominios para recibir la obra y prácticamente inaugurarla, mientras que él coordinaba la llegada de la caravana conjunta la cual ya había pasado las fronteras y estaba en territorio Renning.
—Señor, —uno de los coordinadores de las fuerzas especiales habló a Khalé y este se acercó hasta el ordenador que el agente operaba, —la caravana está a tres horas de nuestra ubicación, y los agentes me preguntan si la caravana debe tomar un descanso o seguir.
—Mmm, —Khalé miró la pantalla, no podía reconocer a alguno de sus ocupantes, —que sigan, para la noche ya deberán de estar aquí y espero que para esa hora ya sepamos algo de Arslan Lonesco.
—Sí señor, de hecho, la cuadrilla de búsqueda está en camino.
Lo que sucedió después hizo que Khalé sintiera que su mundo se acababa, por la radio le avisaban que su compañero había sido tomado como rehén, presumiblemente por los mismos extremistas que habían secuestrado a Arslan Lonesco, una cuadrilla más se uniría a la que ya estaba en marcha, en ella se habían añadido Rubén el jefe de seguridad, Brandon y Víctor, al igual que el mismo Khalé y Altaír, era momento de unir fuerzas y todo parecía tan complicado, pues los secuestradores estaban a horas de ventaja.
—Debemos distribuir bien las zonas a revisar y los únicos lugares inaccesibles son las cuevas de la frontera, ahí seguramente se dirigieron y es la zona que están siguiendo los del equipo de rastreo, —dijo Rubén mientras señalaba el lugar en la maqueta que se asentaba en una espaciosa mesa.
—Bien, hay que movernos ya que cada minuto cuenta, los malditos tienen a un alfa y a un consorte, así que para ellos es tener el poder para doblegarnos, entonces toda la causa se debilitará, porque yo...—Khalé tragó en seco y los ojos se le llenaron de lágrimas que no se derramaron, —primero está mi esposo, —Khalé se sentía ruin por anteponer al hombre al cual amaba.
Altaír le apretó el hombro, —la causa no se verá afectada, ganaremos, y esos malditos... sus manadas serán las que paguen.
—Además ellos dejaron un rastro de su aroma en su camino, son hienas, y a pesar de estar desquiciadas, no son tan inteligentes en comparación de un lobo, un león o un grillo, lo que sea que el chico Lonesco sea, — dijo Brandon de forma y optimista.
Rubén organizó a toda la cuadrilla y se adentraron en el bosque, en sus formas animales todos los sentidos eran más agudos y se comunicaban con gruñidos y ruidos propios de su especie, la comunicación era continua y no se perdieron un solo detalle.
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