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02.- Primer día de clases.
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Cuando finalmente Julián se convirtió en alumno de Preparatoria, muchas cosas iban a cambiar en su entorno aún sin darse cuenta.

Para empezar en casa ya la tenía sentenciada desde el principio:

"Si repruebas el examen de admisión además de la paliza que te voy a dar olvídate de estudiar, te pondrás a trabajar".

Los tíos de Julián habían decidido meterlo a la preparatoria que tenía bajo su dirección Lionel Messi, quién de paso era sobrino de Doña Tita, haciéndolo tío de Julián pero sin mucha relación con sus tutores. El niño medianamente lo recordaba en fiestas y Lionel era cariñoso con los sobrinos, tendría un poco más de 30 años, no estaba seguro de su edad pero se veía joven.

Debido al aislamiento familiar en el que tenían a Julián, Leo no estaba muy enterado de su ambiente en casa, pero si estaba consciente de que el niño se veía un poco diferente a como lo recordaba, a cómo era cuando vivían sus papás.

La preparatoria estaba un tanto retirada del hogar de Julián, lo que significaba levantarse más temprano de lo usual para tomar el autobús y llegar a su destino. Tenían auto sus tíos pero ellos desde el principio le dejaron claro que no lo llevarían. Su tía le prepararía el desayuno pero hacerse un lunch y alistarse eran cosas que Julián debía hacer solito. Así siempre había sido desde la secundaria, pero ahora su horario era diferente y debía si o si madrugar.

El trayecto a casa era similar y llegaba a media tarde por lo que solo tenía tiempo para sus tareas escolares, algunos deberes que tenía en casa y alistarse nuevamente para ir a la escuela.

Juli no se había dado cuenta que sus tíos en realidad lo metieron a la escuela más retirada  con el propósito de tenerlo menos tiempo en la casa.

Y desgraciadamente, ningún amigo de su secundaria tenía ahí. La escuela quedaba lejos para la mayoría quién había hecho examen para escuelas accesibles a su hogar.

Eso le entristeció un poco.

— Viendo el lado amable, podré hacer nuevos amigos.

Se daba ánimos de hacer nuevas amistades solo. Aunque se rasco la mejilla, su carita era amigable y desde niño mantenía una sonrisa agradable, pero el cambio hormonal que había en la adolescencia le hizo tener varias veces en esos años de secundaria el acné que a ningún adolescente le gusta vivir.

Por desgracia también sin darse cuenta, este se daba al estrés que vivía en la casa. Pues se había sentido muy presionado por el hecho de que si no aprobaba el examen lo sacarían a trabajar, eso y la golpiza que le iban a dar.

Su primer día, como casi todos, se sintió desorientado. Muchos alumnos de primer ingreso se destacaban por no portar el uniforme, y por el hecho de que sus papás los iban a dejar el primer día. Eso entristeció un poco a Julián, pues estaba solo.

Al entrar en el plantel, saco una hoja que le habían hecho llegar por correo electrónico. Era su horario escolar y las clases que tendría esa semana y en qué salón iba a estar dependiendo la clase. Aunque por poner atención al papel choco con alguien.

— Lo siento.— Se había disculpado.

— Buenos días Julián.— La voz del hombre se escuchaba amable.

Julián lo vio mejor, era Lionel Messi, aunque no lo reconoció con la barba perfectamente recortada y aunque tenía una mirada seria lo veía amable. El director en cambio lo reconoció enseguida, Julián mantenía rasgos todavía infantiles y sus ojos reflejaban mucho a los de su madre.

— Tio... Director... este...— Julián no supo cómo referirse a él.

— Puedes decirme tío.— Sonrió Leo, poniendo su mano sobre su hombro. Julián estaba  un par de centímetros más bajo que él, pero apenas estaba creciendo y a ese niño le faltaba dar el estirón.— Bienvenido a la Preparatoria.

Eso hizo sonreír a Julián, sintiéndose más animado pues había estado nervioso.

"Cualquier cosa que necesites, dime y te ayudaré".

Tras despedirse para ir al salón que le correspondía Leo suspiró al verlo. Había detectado algo en la mirada de su sobrino sin saber exactamente que era. Por eso iba a estar al pendiente de él.

Julián comenzó a subir las escaleras para ir a su primer clase, gracias a las indicaciones de Leo no sería problema llegar al salón. En los pasillos se topo con otro chico que no tenía uniforme como él y se veía desorientado viendo su hoja. Quizás sin ayuda del Director, Julián estuviera en las mismas, por lo que se acercó a ayudar.

— Hola, ¿necesitas ayuda?.— Preguntó con una sonrisa.

— Si.— El joven de cabellos oscuros y piel ligeramente morena sonrió.— Estoy un poco idiota por ser nuevo.

— No te preocupes, así yo.— Había reído Julián.

— Estoy buscando el salón 1- B para la clase de literatura.— Explicó el muchacho y se presentó.— Soy Kevin Álvarez.

— Yo voy a esa clase...— Aunque la sorpresa de Julián se dio por el apellido de su compañero.— Y yo me llamo Julián Álvarez.

— Vaya, podríamos ser hermanos.— Sonrió Kevin.

— Creo que si...— Julián se sintió más animado.— Vamos, se dónde está el salón.

— Te sigo.

Tras decir eso, Kevin le dio unas palmaditas en el hombro y comenzaron a caminar. Enseguida el muchacho le explicó que se acababa de mudar pues era extranjero y estaba viviendo con su tío, el Psicólogo orientador de la Preparatoria. Julián sonrió al escuchar eso, y para el final de la primera clase... Ya podría presumir de tener un nuevo amigo.

Hasta ese momento las cosas iban bien.

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P.D. Adivinen quién es el Psicólogo de la escuela e.e