EL LEGENDARIO Cap 65: "La batalla final: Parte 5"
En medio del cielo Rojizo que cubría toda la ciudad una especie de agujero se empezaba a abrir, como si fuera un vórtice dimensional, este succionaba, piedras, autos, árboles y las casas que poco a poco se desmoronaban, todo era jalado hasta el cielo producto del gran poder que ahora manifestaba Dylan Townsend.
Dylan: Mueran todos.
Desde lejos hace su aparición el capitán montando su caballo a gran velocidad hacia Dylan.
— ¡Dylan, detén esto! – expresaba el capitán.
Dylan: esa voz.
El caballero se baja del caballo y se saca el casco para mostrar su rostro, él era Hall Stein el maestro y gran compañero de Dylan Townsend en su época de juventud.
Hall Stein: Yumi y Takechi no querían esto para ti, ¡Detenlo ahora!
Dylan: Señor Stein, ha pasado tiempo pero ahora ya no soy su pupilo así que no puedo recibir órdenes de usted, Vengaré la muerte de Yumi y Takechi, con este gran poder poco a poco me convertiré en dios y por ello los traeré de vuelta, pero antes...acabaré con todos ustedes. – con un fuerte grito hace que la absorción del agujero se haga más fuerte.
Hall Stein: demonios – se sostenía de un poste – Dylan ya no piensa con claridad, tengo que detenerlo rápido.
La furia de Dylan y la venganza del diablo, 2 oponentes que aún están de pié para cumplir sus objetivos, aquello que se convirtió el mismo para ambos, la destrucción de la raza humana.
♦♦♦♦♦
Ritchell vs Byakuya
La rabia se notaba en su rostro, mas furioso que nunca Ritchell estaba dispuesto a acabar con él que ante el fuerte golpe se intentaba reponer dentro de los escombros de aquella roca que fue impactado.
Su mandíbula colgando dentro de su boca llena de sangre él se levantaba a pesar de todo.
Byakuya (Benji): tiene un gran poder – pensaba – va a ser muy divertido – expresaba mientras se acomodaba la mandíbula que gracias a su poder curativo rápidamente lo arreglaba.
Ritchell desde lejos empezó a tomar aire, dar un suspiro y relajarse un poco.
Ritchell: Debo tranquilizarme, no puedo pelear con la rabia y mucho menos si es contra este sujeto, necesito concentrarme y buscar una forma de poder vencerlo. – decía mientras empezaba a relajar su angustia.
Byakuya (Benji): Muy bien Ritchell, esperaba esto, un rival que pueda darme una gran pelea.
Ritchell: Me alegra escuchar eso, aunque tengo de disculparme porque esta vez no voy a poder jugar contigo,... ya que te mataré.
Byakuya (Benji): oh quiero verte intentarlo.
Ritchell aparece enfrente del demonio eh intenta patearlo pero este detiene su ataque, se desprende y empieza con una lluvia de golpes a lo que Byakuya comienza a esquivar.
Ritchell: [Impacto del cielo Obscuro]
Byakuya (Benji): [Los Adiac]
Ambos poderes chocan creando una gran explosión.
Entre el humo Byakuya aparece de un salto con una bola de fuego en su mano pero Ritchell reacciona y con una vuelta hacia atrás patea la quijada del susodicho, se para firme, da media vuelta y antes de que el demonio caiga al suelo este lo patea en el estómago con una patada giratoria mandándolo hacia una gran roca que al impactar su cuerpo, el poder que sostenía en sus mano estalla junto con Byakuya.
Byakuya (Benji): ¿Por qué no lo comprendes? – aparece entre el humo — ¿No ves que los humanos encaminan al mundo hacia su destrucción? , ¡Quítate la venda de los ojos, desgraciado! –corre hacia el joven vampiro que de la misma forma corre hacia el demonio.
Ritchell: ¡Tú eres el que no comprende nada!
Ambos chocan y comienzan a golpearse con una rapidez increíble.
Saly: son veloces.
Hikari: se...podría decir...que tienen la misma velocidad por ahora.
Saly: ¡Kobayashi!, estas bien. – expresaba sorprendida mientras aún la seguía curando.
Hikari: Tu habilidad de curación...ha incrementado considerablemente... aunque aún me cuesta hablar un poco.
Saly: Esto se debe a la energía del Señor Ritchell.
Hikari: ya...veo, aunque no...estoy del todo de acuerdo.
Saly: Por favor no hables más y descansa, no quiero que te esfuerces aún.
Hikari: entiendo.
Ritchell patea a Byakuya, agarra su rostro y lo estrella contra el piso pero este aprisiona su brazo con sus dos piernas y le hace una llave enviando el cuerpo de Ritchell al suelo. El vampiros se desprende pero el demonio aparece debajo de la tierra tirándoles un fuerte golpe en la cara con su rodilla.
Ritchell da muchos giros para caer de pie, sin embargo Byakuya aparece enfrente de él con una pequeña bola de energía apunto de atacarlo.
Byakuya (Benji): Muere, [Apocalip...]
Pero Ritchell agarra su mano antes de que este termine la frase y le estampa un fuerte rodillazo en el estómago cosa que Byakuya al botar sangre de su boca por el golpe, el joven vampiro agarra la pequeña bola de su mano y se lo mete en la boca para luego tirarle otra patada y mandarlo lejos.
Mientras que era lanzado Byakuya escupe la bola echa de su propia técnica sin embargo este explota al instante muy cerca de él.
Al estallar el sujeto da muchos giros en el aire y cae de pie, no obstante y sin pestañar Ritchell aparece enfrente con una bola de energía obscura muy cerca de su rostro.
Byakuya (Benji): [Aliento de dragón]
La llama de fuego es esquivado de una manera increíble por Ritchell usando media vuelta por lo que ante su sorpresa, él le impacta por encima de su cabeza la bola de energía obscura la cual empieza a crecer formando una más grande, de esta manera la inmensa bola que estaba encima del demonio estalla destruyendo todo a su paso.
Después de aquella fuerte explosión Byakuya completamente herido se intenta parar pero Ritchell no le da ningún segundo de respiro y le empieza a lanzar varias bolas de energía por lo que intenta cubrirse con sus brazos.
Ritchell: ¿Qué sucede? – Le seguía lanzando las bolas de energía— ¿Eso es todo?
Byakuya (Benji): no te confíes Ritchell – expresa con una sonrisa – [El sagrado sacramento]
Ritchell: ¿Qué?— Las paredes del cielo rojo se abren mostrando una luminosidad impresionante, los canticos de las almas en pena comienza a sonar la cual lentamente se muestra la figura de un ángel gigante sosteniendo un arco. – Rayos – El ángel poco a poco se tiña de negro dando forma a un ángel caído que desde luego usando su arco dispara una gigantesca flecha. – Demonios – corre hacia las chicas.
La velocidad del ataque es tan veloz que era casi imposible esquivar, finalmente la flecha cae al suelo originando una enorme explosión a gran escala que tranquilamente puede destruir y dejar en la nada un país entero.
Solo fue un instante pero aun así sus oídos quedaron aturdidos por unos segundos, Saly abre los ojos y observa frente a ella un gran pero gigantesco agujero, eran tan enorme que se demoraría una eternidad rodearlo.
Saly: ¿Qué...paso? – expresa mientras, tanto a ella como a Hikari, estaban abrazadas por Ritchell.
Ritchell: estuvo cerca.
Saly: ¿eh?
Ritchell: felizmente pude usar el sello de transportación para poder escapar.
Saly: Pero, ¿Cómo lo hizo?
Ritchell: Al aparecer regué varios pergaminos de transportación en el aire cuando aparecí del sello, felizmente el aire pudo despejar muy lejos algunos.
Saly: eran tantos, corrió el riesgo de que posiblemente apareciéramos cerca y no lejos.
Ritchell: probablemente pero puse en todos los sellos un poco de mi energía así que sabía más o menos la ubicación de todos los sellos alrededor y por ello ubique el más lejos que estaba para poder transportarnos.
Saly: increíble, de tantos sellos usted pudo ver a través de todos en un segundo.
Ritchell: eso es tener un gran control de mana, con el tiempo ustedes también aprenderán de esto.
Entre el inmenso humo y los fuertes truenos, Byakuya se acercaba con sus enormes alas que flotaba por encima del gigantesco cráter.
Byakuya (Benji): cada vez me sorprendes Ritchell.
Ritchell: Hmp – sonríe.
Byakuya (Benji): Aun así esto no es todo lo que tienes, aún posees un truco bajo la manga.
Ritchell: Eres bastante observador, Byakuya.
Byakuya (Benji): Me subestimas Ritchell, tú más que nadie sabe que subestimarme es el mayor error que pueden cometer en sus vidas. – Vuela hasta estar frente a frente con Ritchell, mirándose fijamente estaba tan cerca que ambos podían escuchar su respiración de cada uno.
Ritchell: lo se...
Byakuya (Benji): Entonces no te contengas... — muestra esta vez una mirada fría y amenazante – Úsalo.
En ese momento Ritchell se quedó callado.
Byakuya (Benji): ¿Por qué lo detienes? O es que...tienes miedo de matarme.
Sus palabras dieron con el clavo al joven vampiro.
Byakuya (Benji): Ya veo, sientes que eres capaz de destruir este cuerpo...porque aún piensas en tu querido hijo adoptivo.
Las palabras sorprendieron a todos y más a Ritchell que poco a poco era descubierto por Byakuya.
Ritchell: Eres un...
Byakuya (Benji): Te diré algo muy simple – se da vuelta dándole la espalda al joven hasta que nuevamente da un pequeño giro y sorpresivamente le lanza un potente rayo en el pecho de Ritchell.
Saly: ¡Señor Ritchell!
Ritchell vota una gran cantidad de sangre mientras se agarraba la herida.
Byakuya (Benji): Es inútil pensar en salvar la vida de este muchacho porque él ya está muerto. — le disparó otro potente rayo en la pierna del joven vampiro para que este cayera de rodillas pero fue su sorpresiva revelación que puso en shock a todos. – Destruí su alma antes de que poseyera su cuerpo, como sabrán el alma de un ser humano al momento de la muerte pasa por una purificación en el purgatorio, luego de un gran reinicio estas almas vuelven a dar vida a un cuerpo completamente diferente, es decir reencarnan en otra persona en una vida distinta y en un tiempo diferente por ello los recuerdo son borrados en su totalidad, en este caso esta alma no podrá reencarnar y ¿Saben porque?, porque fue destruida por completo, este muchacho al cual llaman Benji no solo está muerto si no está totalmente extinto, solo queda de él los pequeños fragmentos de su alma que volaran alrededor del mundo hasta desaparecer por completo.
Saly: No...no es verdad...Benji no puede estar muerto. – decía muy consternada.
Byakuya (Benji): créelo.
Ritchell: eso...no puede ser – expresaba muy herido por el ataque de Byakuya. – para poder ingresar...hasta su alma...la voluntad de Benji tendría...que habértelo permitido.
Byakuya (Benji): Y lo hizo.
Ritchell: ¿Qué?
Byakuya (Benji): Fue él quien me dejo entrar hasta lo más profundo de su ser, su alma, Benji ya estaba cansado de todo esto y lo único que quería era desaparecer, le prometí que cambiaría al mundo si me daba su cuerpo ,que haciendo esto por fin valdría algo su vida y él accedió, sus últimas palabras fueron, "Quiero morir, solo nací para sufrir, no quiero esto, si al menos dando mi cuerpo puedo valer por fin en algo, lo haría" y así como pude lograr mi cometido, destruí su alma y al fin lograr lo que siempre quiso, "Valer algo".
Ritchell: Es mentira...él no puede haber dicho eso...
Byakuya (Benji): ¿Y como lo sabrías?, ¿tu estuviste allí?, ¿Quien estuvo allí?, recuerdo que dijiste que estarías siempre con él..., en el momento que más te necesitaba ¿dónde estuviste?, ¿dónde estaban sus dique mejores amigas? – Miraba a la chicas – no había nadie, mientras ustedes estaban viviendo sus vidas él se pudría internamente, no había nadie quien lo salvara y es por eso que la obscuridad por fin triunfó, mi plan de años por fin se logró.
Ritchell: ¿Plan...de años?..., no me digas que tú...
Byakuya (Benji): si...dilo.
Ritchell: Que tú fuiste el causante de toda la desgracia que vivió Benji desde que nació.
Byakuya (Benji): Muy bien Ritchell.
Ritchell: ¿Cómo... ¡COMO PUDISTE DESGRACIADO!?
Byakuya (Benji): Es simple, solo alteré un poco su realidad, con la ayuda de pandora era posible.
Ritchell: ¡MISERABLE! ¡POR TU CULPA BENJI SUFRIÓ UNA VIDA DE INFIERNO!
Byakuya (Benji): Solo le mostré la verdadera cara de la humanidad, deberías alegrarte que gracias a mí ustedes se conocieron aunque debo admitir, pasaron cosas que se escaparon de mis manos como la vez que ese muchacho pudo sacarte de la obscuridad, nunca creí que eso pasaría pero felizmente todo salió de acuerdo al plan, conocer el dolor mediante el sufrimiento, conocer el dolor mediante el amor, todo fue fundamental. – aparece en frente de una Saly totalmente conmocionada entre lágrimas. — ¿Acaso creíste que fue obra del destino que ustedes de conocieran?, fui yo quien hizo que ustedes 3 se juntaran, Que una niña caprichosa y adinerada fuera parte de su vida jugando con la típica historia de la rica y el pobre, en donde sus familias hacen lo imposible para separarlos, ¿interesante verdad?, eso me ayudó para aumentar más su odio, naciste solo para ser una pieza fundamental de mi juego de cartas.
Saly: ¡Cállate!— se tapaba los oídos para no seguir escuchando su dolorosa realidad – no es verdad... todo lo que viví... ¡no puede haber sido obra de tu estúpido juego!
Byakuya (Benji): Ps...si lo es, créelo. – Se aleja para acercarse a Ritchell – bien Ritchell, con esta verdad supongo que ya no habrá inconvenientes para que me puedas mostrarme tu verdadero poder así que... ¿Por qué no empezamos ya con el verdadero combate?
Una terrible y dolorosa revelación, ¿Cuánto más este demonio seguirá lastimando psicológicamente a los protagonista?
♦♦♦♦♦
Los truenos cada vez se hacían más fuertes en aquella noche lluviosa. Unos hombres traían en una gran capsula el cuerpo de una mujer hacia las instalaciones de Hichidori.
—Señora Mitsuragui, tenemos el cuerpo—
Mitsuragui: Bien déjenmelo.
Los encargados se fueron y solo Mitsuragui con una científica de su confianza se encontraban allí.
Mitsuragui: Mirai Estatus.
Mirai: Estabilice su ritmo cardiaco aun así no será suficiente para mantenerla convida, además de ello tiene muy poca sangre y eso empeora más su situación a pesar que la estamos hidro-alimentando.
Mitsuragui se acerca a la capsula principal en donde se encontraba el cuerpo de la mujer, con un rostro nostálgico y triste acariciaba la capsula mientras que la doctora Mirai salió para traer unas cosas.
Mitsuragui: ¿Qué te hicieron Izuka?
De repente los ojos de Izuka empezaron a abrirse lentamente y con una voz muy débil podía expresarle a Mitsuragui por medio del respirador que tenía un pequeño micrófono por la cual su voz se podía escuchar en el monitor por más débil que sea.
Izuka: Ah...pasado...mucho...tiempo...hermana.
Mitsuragui: Perdóname...perdóname por no estar contigo todo este tiempo...
Izuka: Lo se...siempre...me...protegiste...desde lejos.
Mitsuragui: Nunca debí confiar en ellos.
Izuka: Benji...mi hijo...
Mitsuragui: Ordené al juez que le entregara la custodia a Takehiro Yoshi, de esa manera también estará bajo el cuidado de Hichidori.
Izuka: ¿Y Daichi?
Mitsuragui: Lo lamento, él murió.
Los ojos de Izuka empezaron a lagrimear por el dolor de saber que su amado esposo también había fallecido.
Izuka: Protégelo...por favor. – decía con alusión a su hijo.
Mitsuragui: Haré lo que pueda pero...no prometo nada, tu hijo ahora es el 7mo legendario y si esto se sale de controlo yo...
Izuka: Yo se...que...no le harás...nada.
Mitsuragui: ¿eh?
Izuka: porque...él...también...es parte...de tu familia.
En eso el cuerpo de Izuka comienza a brillar, de ella emerge una especie de alma muy brillante y reluciente la cual da forma a su imagen y semejanza.
Mitsuragui: Izuka.
Izuka: Aun así confiaré en ti, mi querida hermana, Mi querida Eli.
El alma de Izuka abraza a Mitsuragui cubriéndola de una gran y potente energía que lentamente va entrando a su cuerpo.
Izuka: Te dejo a mi Benji en tus manos..., cuídalo.
Mitsuragui: Izuka...— la tristeza comenzaba a humedecer sus ojos.
Izuka: Te amo Eli.
Finalmente ella desaparece dejando a Mitsuragui un enorme legado dentro de ella, el poder del 7mo legendario.
Elena Ito pudo por fin despedirse de su querida hermana, cerrando los ojos llenos de lágrimas y recordando de ella una gran sonrisa.
Los recuerdos seguían viajando....
—Mueran. —
De repente ella despierta envuelta de varias membranas que la sujetaban por todos lados.
Mitsuragui: estoy...viva.
—Destruiré a la raza humana. —
Mitsuragui: esa voz...es de Dylan Townsend.
Desde afuera los helicópteros y aviones de guerra también eran absorbidos por el agujero del cielo que no paraba en arrasar con todo.
Hall Stein: Dylan! –Empieza a brillar – [Gravedad cero] – su cuerpo es envuelta por una gravedad que lo mantenía firme hacia la tierra y no ser absorbido por el agujero, por ello aprovecha el momento para ir a atacarlo.
Dylan: Es inútil. –con su enorme pie patea al capitán arrestándolo lejos.
Hall Stein: ¡Detente Dylan!
Ante la risa del sujeto desde el interior Mitsuragui intentaba liberarse pero aún así era inútil.
Mitsuragui: ¿Qué puedo hacer?, si no me libero ahora Dylan destruirá toda la ciudad.
En ese entonces es cuando recuerda aquellas palabras de su adorada hermana.
"Tú tienes un poder que muy pocos conocen..."
Mitsuragui: Ese poder que me llevó a la cima. — su cuerpo comenzó a brillar muy fuerte. – Ya lo tengo hermana – las membranas que sostenían su cuerpo también eran contagiados por el fuerte poder – Si Dylan usó estas membranas para capturarme, yo haré lo mismo.
Y de esta forma, usándolas como conexión propia, poco a poco contralaba el cuerpo desde adentro.
Dylan: ¿Qué es esto? — su cuerpo dejó de moverse hasta que desde atrás de él unas manos emergían de la masa de carne de la criatura. – No puede ser. – lo agarraron y lo hundieron hasta adentro.
Ya dentro de la criatura Dylan se encontraba sujetado con lo que era sus propias membranas sin embargo al frente de él también estaba Mitsuragui.
Dylan: ¿Por qué estas viva?
Mitsuragui: Dylan..., es tiempo de acabar con esto.
Dylan: ¿Qué?
El cuerpo de Elena nuevamente resplandece y esta vez sumergiendo todo a su alrededor de una gran bola de luz, capturando también a Dylan Townsend dentro de esa bola de energía.
♦♦♦♦♦
En un mundo de paz y tranquilidad, con un gran paisaje y hermosas flores Dylan se encontraba recostado ante el resplandor del sol.
Dylan: mmm, esto. – se despierta bruscamente. — ¿Dónde estoy? – se levanta y al mirar de frente ve su antigua casa en donde compartió con su esposa eh hijo. – Esa casa. – sin hacer muchas preguntas camina lentamente por el campo de rosas hasta llegar a su hogar, al abrir pudo encontrarse con lo que siempre había soñado.
Yumi: Bienvenido a casa querido.
Takeshi: ¡oh!, es papá. – corre a abrazarlo.
Dylan totalmente perplejo al ver a su familia convida no sabía ni que decir, ni siquiera pensar si esto era real o no, solo abrazó con mucha fuerza a su hijo y a su esposa mientras que las lágrimas caían de sus ojos.
Yumi: Dylan.
Dylan: Los extrañe...los extrañe mucho.
Takeshi: Papá está llorando.
Dylan: no te preocupes hijo. – se limpiaba las lágrimas. — ¿Jugamos afuera?
Takeshi: siii.
Ese preciado momento en el que Dylan por fin pudo ver a su familia, cada minuto, cada segundo, cada paso del reloj, todo el tiempo que perdió antes ahora lo recompensaba estando con ellos en todo momento.
Jugando juntos, cocinando con su adorada esposa, bañándose con su pequeño hijo, metiéndose a la piscina los tres, jugando futbol, videojuegos etc., todo lo que no había podido hacer en el pasado esta vez por fin lo hizo.
Ya era de noche y la luna mostraba un brillo hermoso, Dylan echado en brazos de su esposa sentía que por fin pudo regresar a su vida que tanto soñó.
Yumi: Dylan.
Dylan: sí.
Yumi: tú
... ¿nos odias?
Dylan: no... — la mira muy preocupado. – ¿por qué dices eso?, claro que no los odio, son mi familia.
Yumi: pero a fin de cuenta yo ya no soy un legendario...solo soy un humano normal, también pronto lo será Takeshi. – unas pequeñas lagrimas salían de sus ojos. – ¿Ya no nos amarás por eso?
Dylan: ¿Qué dices amor?, yo nunca los odiaría por eso, yo los amo.
Yumi: pero...Tú odias a los humanos.
De pronto ante su sorpresa de las fuertes palabras de su esposa todo a su alrededor se tiño de obscuridad.
Dylan: ¿Qué...Que sucede? , ¡Yumi!, ¡Takeshi!
Una burbuja de luz apareció a su costado mostrando ante sus ojos un recuerdo muy profundo de sus pensamientos.
"Takeshi: Papá, ¿porque la gente mata?"
"Dylan: No lo sé hijo, hay gente que lo hace por odio o por conveniencia."
"Takeshi: Eso es malo, ¿Verdad?"
"Dylan: por su puesto"
"Takeshi: tengo mucha suerte..."
"Dylan: ¿eh?"
"Takeshi: De tener un Papá bueno y bondadoso, cuando sea grande quiero ser como tú, una persona humilde que no mata a nadie." – expresaba con una sonrisa.
En ese instante otra burbuja se abrió al lado suyo mostrando las escenas devastadoras que él propinaba con sus propias manos acabando con la vida de mucha gente inocentes, una de ellas fue la muerte de un chico en aquel secuestro al banco central producto de sus propias garras.
Dylan perplejo poco a poco se daba cuenta de las atrocidades que hacia producto de su odio y remordimiento, aquellas promesas y enseñanzas que le daba a su hijo era totalmente opuesto a lo que él hizo todo este tiempo.
Takeshi: ¿Por qué papá? – aparece detrás de él.
Dylan: Takeshi.
Takeshi: ¿Por qué haces todo esto? – Expresaba entre lágrimas – pensé que eras un Papá bondadoso... ¿Por qué?
Dylan: Takeshi...yo. – al acercarse observa muchos cadáveres que rodeaban a su hijo, esos cadáveres que eran muy familiar, era la gente que él mismo había matado.
Yumi: Yo no quería esto – aparece al costado de él. – ¿Dónde está la persona de quien me enamoré?, ¿dónde está ese Dylan que mostraba unos ojos llenos de amor?
Dylan: Yumi.
Yumi: devuélvemelo... ¡devuélveme a mi esposo!
Dylan: Yumi...Yumi. – sus lágrimas poco a poco salían nuevamente.
Yumi: No eres Dylan...eres un asesino.
Nuevamente las imágenes aparecían delante de los ojos de un devastado Dylan.
Dylan: Yo... ¡LO HICE POR USTEDES! ¡ENTIENDANME POR FAVOR!
Yumi: no eres tú.
Dándole la espalda se alejaba de él junto a su hijo.
Dylan: no...no te vayas. – corre a alcanzarlos pero tropieza. — ¡Yumi! ¡Takeshi! – Conmocionado y recostado al suelo lloraba a más no poder rogando que no lo dejen de nuevo– no se vayan...no se vayan.
Hall Stein: ¿Es así como querías hacer las cosas?
Dylan: ¿eh? – entonces una imagen se mostraba debajo de él y como si estuviera echado en un espejo la imagen de un rostro familiar se hacía presente mirándolo frente a frente, era el padre de Yumi.
Mickel Evans: ¿Los ves?, tú y yo somos iguales, sacrificamos muchas cosas para lograr nuestro objetivo. – su mano sale del espejo y lo agarra del cuello de su sotana. – Nosotros estamos hecho de la misma porquería.
Dylan: no...no, ¡NO SOY COMO TÚ! – rompe con un gran golpe el espejo rompiéndole en pedazos. — ¿Por qué sucede esto? ¿Qué está pasando? – se agarraba la cabeza totalmente agobiado.
Mitsuragui: Solo tú tienes la respuesta – aparece caminando enfrente de él.
Dylan: No lo comprendo... ¿Qué hice?, ¿Por qué lo hice?, no entiendo nada.
Mitsuragui: no lo entiendes porque tú mismo no aceptas... Que te equivocaste.
Dylan: ¿eh?
De pronto él se encontraba con la misma apariencia al tener 14 años, en una calle donde los pétalos del cerezo volaban, frente a él estaba la niña quien lo había cambiado.
Dylan: Yu-mi.
Yumi: Vamos Dylan, se hará tarde para llegar a la escuela. – muy feliz da la vuelta y corre.
Dylan: no...no te vayas...Yumi. — corría con mucha fuerza para alcanzarla pero poco a poco ella se perdía entre la flores. — ¡Yumi!...no te vayas... ¡Yumi!— cae arrodillado en un mar de sollozo recordando los momentos que pasó con su adorada, aquellos felices instantes desde que la conoció hasta el último momento de sus vidas, Dylan por fin se dio cuenta de todo el error que había cometido y que por culpa de eso, echó a perder toda la promesa que le hizo a su familia, y aún entre lágrimas, a pesar de que ya era tarde, pudo darle su última palabra. – Perdóname...perdóname por todo... hice todo mal, cometí muchos errores y ahora...y ahora ustedes... ¡soy un idiota!
— Lo sé—
Dylan alza su cabeza y frente a él, debajo del cerezo en la que se encontraban la cual fue allí donde se conocieron por primera vez, ella estaba de pie mostrándole su mano.
Yumi: eres un gran tonto Dylan. – expresaba con una sonrisa.
Dylan: Yumi. – se levanta y le da un fuerte abrazo. – Perdóname...perdóname.
Yumi: Descuida..., te amo Dylan, siempre te voy a amar.
Debajo de él también estaba Takeshi que se unía al gran abrazo de su padre.
Takeshi: Papá.
Dylan: perdóname por ser un mal padre.
Takeshi: No – el también comenzó a llorar. – ¡Eres un tonto Papá! – lo abrazó llorando. – siempre te voy a amar, siempre, quiero verte....quiero ver a mi bondadoso Papá, quiero verte de nuevo. – decía mientras que poco a poco ellos comenzaron a desaparecer.
Dylan: si...
Takeshi: me prometes que ahora vas a cambiar.
Dylan: sí.
Takeshi: Que ya no harás cosas malas.
Dylan: si
Takeshi: Que serás mi héroe como antes. –su alma ya estaba tocando el cielo.
Dylan: si...sí.
Takeshi: ¡Te amo Papá!
Dylan: ¡Yo también...LOS AMO!
Entre en un mar de lágrimas corría y corría hacia su familia que estaba desapareciendo con la luz del cielo repitiendo y repitiendo hasta que su garganta se cansara lo mucho que los amaba hasta el final.
Y Con aquella despedida conmovedora Dylan finalmente pudo darse cuenta el terrible error que había cometido.
Mitsuragui: Finalmente abriste los ojos.
Dylan: si...y perdón...por todo.
Mitsuragui: Yumi tiene razón.
Dylan: ¿Hmp?
Mitsuragui: Eres realmente un tonto.
Ambos se echaron una gran carcajada y por ultimo regresar a la realidad, una realidad que Dylan Townsend por fin verá con otros ojos.
El agujero del cielo dejo de absorber y lentamente a cerrarse de a poco, la criatura con un grito empezaba a derretirse dejando solo una luz flotando en el cielo mientras decencia.
— ¿Qué sucedió?—
Se explicaban los soldados al ver lo sucedido.
—Miren...es...es la señora Mitsuragui. —
Hall Stein: Dylan.
Al tocar el suelo la luz dejo de brillar mostrando a la líder Elena Mitsuragui sosteniendo a un agotado Dylan Townsend.
Desde los intercomunicadores avisaban lo acontecido a la base central de defensa.
—Es la Señorita Mitsuragui, y tiene a Dylan Townsend, la criatura desapareció y el agujero del cielo también. – manifestaban los soldados por lo intercomunicadores.
— Bien— expresa el capitán que caminaba al comunicador central – se le comunica a todos que aborten la misión del ataque masivo, repito aborten la misión del ataque masivo, Dylan Townsend por fin pudo ser capturado. – la alerta puso a todos a celebrar en la estación.
♦♦♦♦♦
Mitsuragui: ¿Puedes estar de pie?
Dylan: si...un poco.
Mitsuragui: ¿Tan viejo estas?
Dylan: ¿Mi cara lo parece?
Juntos reían nuevamente mientras que los policías y caballeros venia en su auxilio.
Dylan: se acabó. — sonreía.
Mitsuragui: yo diría que no del todo – Expresaba con un suspiro.
Dylan: ¿Qué?
♦♦♦♦♦
En la entrada principal al centro del infierno, finalmente pudo ser detenido "la nada" que antes de ello estaba arrasando con todo llevándose gran parte del templo de Hades.
Al concluir el aún con vida y dios de la obscuridad, Hades del soberano, se encontraba afueras del castillo sentado en una roca puesto a que usó su poder más de la cuenta para evitar que "la nada" siga con su objetivo.
Marian: Aquí tiene señor – le entrega un tasa del mejor café traído desde las tierras del mundo humano.
Hades: gracias princesa. – lo bebe.
Marian: Señor...Hades. – se sienta a su lado.
La preocupación se mostraba en el rostro del dios griego la cual seguía muy pensativo mientras bebía su café.
Hades: Ese miserable de Ritchell, no lo perdonaré.
Marian: perdóneme que me entrometa pero... ¿Qué sucedió con él, señor Hades?
Hades: No es de tu incumbencia.
Marian: Señor... — se acerca lentamente poniendo una carita de perrito triste a lo que Hades al ver su tierna expresión cayó ante sus encantos. — ¿No me lo va a decir?
Hades: Aww cariño, como podría negarme a tu ternura. – la abraza mientras frotaba su mejilla con la de ella muy feliz.
Marian: Señor Hades. – la suelta.
Hades: perdón.
Marian: ¿Qué pasó?
Hades: Ritchell y sus estúpidos trucos... — decía irritado. – al final..., él solo me estaba subestimando y yo caí en su juego, nunca imaginé que él tendría esos poderes o por el contrario yo también...me hubiera puesto serio.
Marian: Señor Hades. – acariciaba paulatinamente la mano de su amo.
Hades: Siempre fue así, desde que nos conocimos..., siempre trata de caminar un paso más a delante del mío, a pesar de que ahora soy un dios y él simplemente un mortal, aun así...ese tipo... ¡me pone furioso! – se levanta y destruye su templo completamente con un solo poder ante la sorpresa de Marian. – Es por eso... — Alza su rostro e increíblemente muestra una sonrisa con una cara llena de satisfacción y felicidad. – que siempre seremos amigos.
Marian: P-Pero... ¿Qué hizo para poder escapar de "la nada"?, prácticamente eso era imposible.
Hades: él usó...
♦♦♦♦♦
En medio de la preocupación y conmoción, Ritchell se ponía de pie a pesar de tener esas heridas.
Byakuya (Benji): Úsalo Ritchell... tu última carta del triunfo.
Ritchell: Benji... — su mente empezaba a recordar.
"Yo no moriré...estaré siempre a su lado señor Ritchell"
—Recuerdo que me prometiste con tus palabras..., ¿Qué sucedió Benji?, solo fue tu sonrisa que me dio esa luz para seguir, fue por ti que abandoné todo y no miré nunca más atrás, porque sabía que tu estarías a mi lado siempre, ¿Qué pasó?, ¿Por qué siento que ahora todo se ha terminado?, mi corazón me duele, siento lo mismo de aquella vez, imaginar que ya no podré escuchar tu voz de nuevo, ya no puedo seguir luchando más..., mi única familia..., mi único hijo del cual sentía... yo ya no...
—No diga eso señor Ritchell—
El joven vampiro alza su mirada y ve al pequeño Benji frente a él.
Benji (6 años): Cuando murió mi abuelito también creí que solo usted era lo único que me quedaba en esta vida, esperándolo, cada año, cada primavera, mis ojos solo podían seguir sus pasos...pero...al final todo cambió... y no fui solo yo, usted también señor Ritchell.
Ritchell: ¿yo?
Benji (6 años): si, y usted lo sabe perfectamente, porque... ambos conocimos una nueva familia.
Los recuerdos de aquellos días se mostraron en los ojos de Ritchell, los días cuando se unió a Hichidori, cuando trabajaba junto a Mitsuragui, junto a los caballeros de plata, cuando conoció a Saly y a Hikari y todo lo que pasó con ellas, todo se mostraba ante sus ojos.
Benji (6 años): Ya no somos tú y yo, ahora son ellos, ellas, todos, cuando conocí a Saly y a Hikari, nunca imaginé que serían algo más que solo unas amigas, ellas se convirtieron en mi familia, al igual que usted.
Ritchell: es verdad... Benji.
Benji (6 años): es usted una persona muy impresionante Señor Ritchell.
Una luz pudo brillar nuevamente en aquella obscuridad.
Ritchell: Aún muerto..., me sigues dando consejos. – expresa con una sonrisa.
Byakuya (Benji): ¿Que sucede Ritchell?, ¿hablas con tu mente?
Ritchell: Tiene razón, yo solo pensaba que mi vida solo dependía de Benji pero al final me di cuenta que solo fui un cobarde sintiendo miedo a estar solo..., soy patético pero ya no..., Saly y Hikari...ahora son mis hijas.
Saly: ¿eh?
Ritchell: Y no voy a dejar que les pongas una mano...así tenga que destruirte. – su determinación voló a 100, su energía incrementaba cada vez más.
La tierra empezó a temblar, los truenos cada vez eran más fuertes, un remolino emergía rodeando a Ritchell.
Byakuya (Benji): Este poder...esta energía se me es familiar..., imposible..., no me digas que tu...
Ritchell: Lo estaba guardando para este momento...así que prepárate...
Los mares de fuego se sacudían, las almas en pena volvieron a cantar, los rayos golpeaban muy fuerte el suelo y gigantescos remolinos azotaban los aires.
Saly: Esto...esto está fuera de control. – decía abrazando a Hikari.
♦♦♦♦♦
Marian: ¿Qué dice?
Hades: solo fue unos segundos pero fue suficiente para escapar, nunca imaginé que lograría controlar tan inmensa fuerza.
—"El poder de Adramelech" —
♦♦♦♦♦
Byakuya (Benji): Ya veo..., era imposible que tuvieras esta fuerza así de la nada, no hay otra explicación, es Adramelech.
Ritchell: Eres listo. – Dice con una sonrisa— Usaré...el mismo poder con la que me convertí en un ángel caído, el mismo poder con el que mi vida cambió dentro de la obscuridad, con la que me convertí en un miembro oficial de Harukaze, ese mismo poder que tú me encomendaste.
Byakuya (Benji): Eres un bastardo.
Ritchell: ¡AAAAHHHH!
Una luz obscura que salió desde el cielo rojizo cubrió el cuerpo de Ritchell, los ángeles cantaban mientras que la tierra se empezaba a abrir, el cuerpo del joven vampiro poco a poco comenzaba a mutar.
Su piel era desprendida mientras que se combinaba con la obscuridad hasta transformar en una especie de masa negra que envolvió el cuerpo de Ritchell mutando todo su cuerpo junto a un aura espectral.
Ritchell: Después de años de entrenamiento. – decía con una voz totalmente siniestra.
Saly y Hikari que felizmente estaban protegidas con la barrera de Ritchell presenciaban de manera asombrosa el inmenso poder que mostraba el susodicho.
Nuevamente su cuerpo fue envuelto de muchas almas errantes cubriéndolo con una barrera obscura como si fuera un huevo, detrás de ella, se veía la silueta del ángel caído...Adramelech.
Un último grito se escuchó y la bola con Ritchell dentro explotó.
El agitado ambiente poco a poco volvió a la normalidad pero algo cambió. Un gran hoyo de tierra se había creado producto de la explosión, en medio había bastante hubo cubiertos de pequeños truenos.
Byakuya (Benji): Por fin, tu máximo poder.
Saly: ¿Q-Que está pasando?, n-no veo nada.
Dentro del humo se podía observar la silueta de una persona con grandes alas que al dar un solo paso los truenos despegaron con gran potencia hacia el suelo creando una fuerte ventisca.
Saly: Kyaa. – se cubría por el fuerte golpe del viento.
Byakuya (Benji): Muéstrame tu rostro.
Algo de él había cambiado, no solo su apariencia si no también el magistral e inmenso poder que despegaba de su cuerpo, la magnitud de su fuerza era tan increíble que era imposible de describir.
Finalmente él llegó hasta el límite, las almas que cantaban una terrible pero también encantadora melodía dejaron de hacerlo para darle pase al nuevo rey, al nuevo ángel caído.
Sus ojos muestran la muerte y ante el dios del infierno y de todo el mal por fin muestra sus rostro.
Una batalla entre dioses comienza.
El próximo capítulo la trasformación de Ritchell sale a la luz.
https://youtu.be/Zy0sz7IeBRI
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro