EL LEGENDARIO Cap 63: "La batalla Final: parte 3"
—Hoy es mi cumpleaños, hoy es mi cumpleaños – cantaba con mucha la alegría la pequeña Saly de tan solo 6 años mientras adornaba con mucha emoción su sala.
Con una enorme mesa llena de bocaditos y un gran pastel, Saly ya ansiaba la llegada de sus compañeros al que insistentemente había invitado, sentada con su gorrito de cumpleañera esperaba sin cesar el sonido de la puerta o la llamada de alguno de ellos.
Las largas horas transcurrieron y hasta el momento ninguno se hizo presente, la hora estipulada era a las 10:30 de la mañana según su invitación pero aún nadie llegaba y la única llamada que tuvo fue de la corresponsal.
Sola y sin haber probado algún dulce cualquiera seguía y seguía esperando a pesar de que eran ya las 4 de la tarde, tal parece que todo era cierto, nadie vendría y es porque en el salón nadie quería ser su amigo.
Desde lejos Estefanía y Albert observaban a la triste y decaída Saly que por órdenes de ella no podían intervenir.
Estefanía: pobre mi pequeña, ¿Qué haremos?
Albert: Ya es demasiado tarde, no podemos dejar que esto siga así.
Cansada de esperar, Saly muy triste y solitaria decidió festejar ella sola su cumpleaños.
Saly: a pesar que le dije a Estefanía que me dejara sola por esta vez... — miraba con ojos caídos la única invitación que le sobraba — ¡¿Quién los necesita?! – Lo arrojó de golpe al suelo, sacó una cuchara y empezó a comer su pastel pero la tristeza inundo sus ojos en lágrimas – sabe feo.
De repente Albert vestido de payaso sorprende a la pequeña y usando señas de mimo empezó a hacer algunos trucos de magia, lentamente el rostro de dolor y tristeza de Saly se convirtió en alegría y risas.
Luego de eso se despoja de su disfraz y saca un gran regalo para entregárselo.
Albert: feliz cumpleaños señorita Saly.
Saly: a pesar de que les dije que no se metan...ustedes – estaba a punto de llorar de alegría pero antes de que suceda Estefanía ingresa y prende nuevamente las velas de su pastel.
Estefanía: no quiero ver llorar a la cumpleañera, quiero verla feliz ¿de acuerdo?
Saly: si. – se limpia las lagrimas.
Ambos se sientan y comienzan a cantar, a diferencia del resto de cumpleaños que ella solo celebraba con Estefanía, este era especial, de alguna forma era muy especial.
Estefanía: ¿Qué tal su pastel?
Saly: Ahora si sabe rico – expresa con una tierna sonrisa.
A pesar de que era de noche Albert aún así la llevó al parque de diversiones, un día que empezaba a teñirse de gris se pintó de un colorido arcoíris, Saly con una sonrisa sujetando con una mano a Estefanía y con la otra a Albert pasó un gran cumpleaños la cual suma ahora sus 7 añitos, no con amigos, si no con lo que ahora son...su verdadera familia.
—"Quiero ver una vez más esa sonrisa de su rostro"
♦♦♦♦♦
Una Esperanza que se marchita.
Un gran destello emergía dentro de los escombros mientras que la tierra temblaba.
Byakuya (Benji): despega un gran poder a pesar de su condición, ese viejo es duro
Albert aparece debajo de la tierra expulsando una grandiosa energía.
Saly: A-Albert.
Byakuya (Benji): bueno era de esperarse, los caballeros angelicales siempre han sido un hueso duro de roer.
Albert: no...voy a verla...triste de nuevo...no mientras viva, esta vez...pondré fin a tu reinado.
Aquellos recuerdos se convirtieron en fuerza y el amor en esperanza, con un estado muy grave pero con su voluntad intacta Albert luchará hasta la muerte.
Byakuya (Benji): inténtalo.
Albert se para firme y empieza a concentrar toda la energía en su única mano.
Albert: esto es...lo único que puedo hacer ahora...no hay otra opción.
Byakuya (Benji): ¿La palma de Buda?, no creas que eso te funcionará 2 veces – corre tras él pero unos tallos salen del suelo y sujetan su pié, aquella técnica en la que Hikari estaba usando. – Esto es...—
En eso Black Smith aparece por detrás para atacarlo con su espada, el demonio lo esquiva fácilmente, crea una espada negra de su mano y corta los tallos que lo sujetaban.
Hikari: o no.
Byakuya (Benji): ¿Así piensan detenerme?
Albert: ¡Ahora Black Smith!
Aprovechando ese segundo de distracción Black Smith salta los más alto que puede y con su espada corta la realidad haciendo una gran y enorme zanja mientras caía.
Black Smith: [Corte dimensional]
El enorme agujero se abre y comienza a succionar a una enorme potencia todo a su alrededor, felizmente Hikari y Saly estaban cerca de Albert que se encontraba detrás de aquel agujero que solo arrasaba lo que estaba en frente.
Byakuya (Benji): es inútil. –Se sujetaba de unos tubos pegados al suelo que él había creado – encerrarme en ese agujero no cambiaría las cosas.
Black Smith: lo sé.
Byakuya (Benji): ¿Qué?— el suelo se desmorona llevándose consigo al demonio.
Byakuya arrastrado completamente por el agujero ya no tenía opción pero aún así se encontraba tranquilo puesto a que no cambiaría nada si era encerrado en una dimensión diferente.
Para su sorpresa Black Smith detiene su ataque por lo que el agujero se cierra y detrás de él Albert se impulsa para acercarse a Byakuya.
El plan era simple, el corte dimensional solo sirvió para arrastrar a Byakuya hacia Albert cosa que el ataque ya cerca prácticamente era imposible de esquivar, el demonio cayó en la estrategia y Albert con un fuerte impulso usa su técnica y esta vez sí atinarle.
Albert: [Palma de buda]
La palma golpea fuertemente a Byakuya enviando su cuerpo por el aire, Albert nuevamente se para firme y al segundo, antes de que el demonio caiga al suelo usa nuevamente su palma de Buda que increíblemente estaba ya preparada desde el momento que uso la primera palma.
Byakuya (Benji): no puede ser. – La palma lo vuelve a golpear y esta vez mandándolo al suelo.
Black Smith: increíble usó dos ataques consecutivos.
Albert cae de rodillas soportando el dolor de su brazo luego de usar dos Palmas de Buda en un solo instante.
Saly: ¡Albert! – corre a auxiliarlo
Albert: S-Señorita Saly.
Saly: déjame curarte un poco..., dios, Albert por favor resiste – expresaba muy pero muy preocupada.
Byakuya (Benji): 2 palmas de buda concentrado en una sola mano – se levantaba— es impresionante ver como usaste tal magnitud de poder con un cuerpo al borde de la muerte, realmente me impresionas.
Albert: aléjese...señorita Saly.
Saly: pero Albert, tu cuerpo ya no puede resistir más.
Albert: solo queda un ataque más...el efecto no durará mucho, tengo que hacerlo ahora.
Saly: Albert.
Hikari: Vamos Valellery. – la sujetaba de la mano para alejarse los más lejos.
Entre tanto Byakuya tranquila mente observaba todo a su alrededor mientras meditaba.
Byakuya (Benji): Algunas heridas de ese caballero de plata han sido curadas – Observaba a Black Smith para luego dirigir su mirada a Albert – También el anciano, algunas pequeñas heridas también fueron curadas, eso quiere decir que tenemos a una enfermera por aquí. – Volteaba su mirada hacia Hikari – los poderes de planta no tienen ese efecto, entonces...— dirige sus ojos hacia Saly – ella es la sanadora. — desaparece y aparece en frente de la muchacha en un milisegundo.
Albert: ¡Señorita Saly!
Saly cae al suelo de la impresión, los ojos lleno de terror y odio que mostraba el demonio hacia que su cuerpo temblara de grandes escalofríos mientras que poco a poco el miedo se apoderaba de su ser.
Byakuya (Benji): tu – acercaba su mano hacia una estupefacta Saly hasta que de repente es detenido de inmediato por Black Smith que sujetaba su mano derecha y Albert que agarraba su pierna izquierda.
Black Smith: no te atrevas...
Albert: a tocarla.
Ambos dan media vuelta y juntos patean muy fuerte la cara de Byakuya mandando a este por el aire.
Albert: ¿se encuentra bien señorita?
Saly: Albert.
Byakuya da media vuelta para caer de pie en el acto.
Byakuya (Benji): basta de juegos – corre a una velocidad increíble y golpea Black Smith seguida mente patea a Albert enviándolo al suelo. –Anciano, serás el primero.
Saly: ¡Deja de lastimar a Albert! , [Hidrocañon].
Byakuya (Benji): Estupideces – repele el ataque con una sola mano.
Hikari: [Enredadera]
Byakuya (Benji): ¿Qué demo...? – desde el suelo grandes tallos emergen capturando totalmente a Byakuya Anakoichi.
Hikari: Valellery.
Saly: sí
Byakuya (Benji): Escorias. – destruye de un fuerte impulso todo el tallo para librarse en seguida.
Saly: [Burbujas de agua] – al instante expulsa burbujas que empieza a rodear al susodicho.
Byakuya (Benji): Que ridículo – destruye todas las burbujas con su presencia, en eso al estallar las burbujas una especie de polvo brillante sale cubriendo todo su cuerpo que rápidamente deja totalmente paralizado– "esto es...polen" – expresa en su mente.
Hikari: caíste en mi "Brillo de Polen" que se encontraba almacenado dentro de las burbujas.
Saly: buen plan.
Hikari: fue gracias a ti.
Saly: que va todo fue gracias a ti.
Hikari: no a ti.
Saly: no a ti.
Expresaban ambas riendo.
Albert: ahora...es mi turno.
Su mano empezó a brillar con lo poco que le quedaba de energía, aún así pudo crear otra palma de buda para lanzarlo a un Byakuya que no podía mover ni el rostro cosa que su "aliento de dragón" ya no lo salvaría esta vez.
Black Smith: ya no tienes...opción.
Hikari: está acorralado.
Saly: Tu puedes Albert, termina con él.
Coloca firmemente su cuerpo y esta vez lanza Palma de buda hacia Byakuya Anakoichi. Su sudor que caía al suelo, la esperanza de todos los caballeros que se sacrificaron y el rostro de su querida Alice era reflejado, a poco metros de que la palma alcance al demonio para esta vez por fin terminar con todo, esa sensación de emoción, esa sensación de confort que se sentía alrededor de nuestro héroes y el rostro desencajado del enemigo se observaba claramente en este momento...
...
...
...
La esperanza que por fin pudo llegar...
...
...
...
Al fin todo había terminado...
...
...
...
O al menos eso creíamos...
Aquellos rostros de felicidad y alegría se convirtieron en espanto y terror, la sorpresa tan gigantesca se dio al ver al mismísimo Albert, totalmente conmocionado, como se desvanecía hasta caer al piso. Esta vez no fue por cansancio o por la evidente cantidad de sangre que había derramado, esta fue por una "Lanza", una lanza que de la nada había traspasado el pecho de Albert en el momento justo para acabar al demonio.
Todos muy consternados veían terriblemente la decadencia de Albert pero solo Hikari, que miró de reojo al demonio, pudo darse cuenta de lo que había pasado.
Los ojos de Byakuya habían cambiado a la forma de la estrella invertida y al igual que sucedió con Roland "Speed" Morrison y Steve de Zirconio le sucedió a Albert.
Su deceso hizo que la palma terminara tambaleándose a una dirección diferente que por suerte de la vida rozó el cuerpo de Byakuya.
Saly: ¡ALBERT! – fue corriendo hacia él con desesperación.
El efecto paralizador acabó su tiempo.
Black Smith: ¿Cómo...como fue que lo hiciste?
Byakuya (Benji): lo mismo con tus amigos, se confiaron del mana de mi cuerpo y nunca dieron atención al poder de mis ojos.
Black Smith: pero se suponía que tú mana era retenido.
Byakuya (Benji): Al parecer ustedes los humanos aún no pudieron investigar sobre el poder de la estrella invertida, ya que ustedes van a morir se los contaré.
Black Smith: ¿Qué?
Byakuya (Benji): El sello de la estrella invertida fue creado por mí como un recipiente para almacenar gran parte de mis poderes, los poderes que uso por medio de mi cuerpo no es exactamente todo mi poder. Y es porque soy alguien que no me controlo cuando estoy furioso, soy capaz de destruir la existencia misma si llego a enojarme por eso para evitar inconvenientes, cree el sello para guardar la mitad de mi fuerza y que solo se halla en lo más profundo de la obscuridad absoluta, donde nadie puede llegar a ver, solo yo. Entonces fueron mis ojos al cual usé para implantar dos pequeños sellos que sirvieran de receptor siempre y cuando yo quiera usar mis verdaderos poderes y que solo funciona usando la sangre del dios del verdadero infierno, mi sangre. Así me aprisionen, me paralicen o restrinjan mi mana, el poder de mis ojos nunca será detenido, eso es un hecho y por ello a estos ojos los eh nombrado como...
Saly: "Los ojos del diablo"
Hikari: ¿eh?
Byakuya (Benji): exacto, puedo crear todo lo que se me antoje usando el poder de mis ojos, es por eso, insensatos mortales, que enfrentarme ah sido un verdadero error que pagaran con sus vidas.
Black Smith: desgraciado
Byakuya (Benji): Lamentablemente por ahora solo puedo usar el 15% de mis poderes hasta el momento, por ello no puedo usar los poderes de mis ojos constantemente y en su totalidad, aún así solo bastó esta pequeña cantidad para acabar con todos ustedes, así que prepárense —con sola su presencia manda a volar a Black Smith y a Hikari a la vez, da un salto y se dirige hacia Saly – serás la primera.
Justo en el momento de atacarla con sus filudas garras Albert detiene su mano con una mente totalmente inconsciente.
Byakuya (Benji): ¿Aún muerto puedes mover tu cuerpo? – manda a volar a los dos.
Saly cae y el maldito crea varias cuchillas de gran tamaño y lo dirige hacia ella. Ya no había opción para esquivar el ataque en un momento en donde todos estaban consternados.
Saly a punto de presenciar la muerte cierra los ojos pero en ese preciso momento Albert se interpone nuevamente y esta vez recibiendo el ataque con su espalda.
Saly: ¡A-Albert!
Finalmente el mayordomo cae ensangrentando en los brazos de Saly.
Albert: s-señorita...Saly.
Saly: Albert... ¿tranquilo si? t-te curaré, estarás bien – expresaba conmocionada intentando asimilar la situación de una manera desesperada. – Por favor...aguanta un poco más – decía con los ojos muy llorosos mientras hacía de todo por curar esas heridas graves que desde luego era imposible hasta para los expertos.
El mayordomo moribundo saca de su bolsillo el ultimo sello de trasportación pegada en un pedazo de papel y con su mano llena de sangre se la entrega a Saly.
Albert: E-Escape.
Saly: ¿eh?
Albert: Use esto...y...salgan...de aquí.
Saly: no...no me iré sin ti, lo prometiste...prometiste que nos iríamos juntos, tú nunca faltas tus promesas y...hoy más que nunca...quiero que estés a mi lado.
Albert sonríe y a pesar de todo el daño de su cuerpo se levanta.
Saly: no me dejes... ¡por favor Albert!
Y ante sus lágrimas él la abraza muy fuerte.
Albert: la...la quiero Señorita Saly... usted...fue...no, usted es como mi hija. – expresaba con lo poco aliento que le quedaba – "Ella...es igual a ti...Alice".
Saly: Albert.
En ese instante Albert empezó a cantar a pesar de la poca fuerza de voz que tenía. Aquella canción le hizo muy familiar a la muchacha.
Saly: esa canción...– entre lágrimas ella también acompañó con su pequeño canto.
Desde luego, esa canción siempre se la cantaba Albert cada vez que ella se sentía agobiada cuando era una niña muy pequeña y que siempre la tranquilizaba, en las mañanas, en las noches, su hermosa canción de cuna.
https://youtu.be/Y8TRdFkMwEs
Al final el viejo mayordomo cae sin vida en las rodillas de Saly pero con una hermosa sonrisa en su rostro.
Saly: Albert...despierta... ¡ALBERT!
No pudo aguantar más el dolor y gritó con todo su desgarrado corazón, los sollozos tan dolorosos que derramaba era demasiado desgarrador, su mundo poco a poco se convertía en uno muy obscuro, no quería pensar en nada, solo en llorar y llorar porque perdió a alguien más que un simple mayordomo, a su amado abuelo quien la acompañó en las buenas y en las malas.
Un cariño tan grande de lo que uno puede imaginar.
Aquel dolor mostrado por la chica era un plato de manjar para el demonio que observaba el llanto con una sonrisa de oreja a oreja.
Sus ojos presenciaban la muerte. En ese instante Black Smith toma su espada e intenta atacarlo por detrás pero Byakuya lo esquiva al igual que los consecutivos ataques que este daba, su lentitud causado por el cansancio era pan comido para el enemigo que sin problemas evadía cada ataque.
Harto del mismo juego crea una espada negra y atraviesa el pecho de Black Smith, el caballero negro perpetuado por el ataque agarra el brazo de Byakuya el cual tenía tenia atravesado, sostiene firmemente su espada y justo cuando estaba por partir a la mitad al demonio, este crea con su otro brazo una nueva espada reteniendo el ataque.
No obstante el Dios de la muerte se desprende de Black Smith y al instante aprovecha para cortarle el brazo izquierdo.
El caballero totalmente perplejo al ver como su brazo izquierdo volaba por el aire no podía asimilar lo que estaba pasando y aún peor cuando Byakuya sin dar respiro logra nuevamente cortarle el brazo y esta vez de lado derecho.
Enormes cantidades de sangre desprendía de ambos lados en la cual ya no estaban sus brazos, el dolor era indescriptible, era el momento para despegar un grito de dolor pero el agujero de su pecho producto de la espada impedía que este logre hacer algún sonido.
Perplejo, abrumado, estupefacto y perturbado cae al suelo en un enorme charco lleno de sangre, la muerte estaba a milímetros de tocar su puerta.
Con una sonrisa en la cual ya estaba escrita su victoria, camina a paso firme hacia los últimos sobrevivientes que quedaban, Saly y Hikari.
Byakuya (Benji): ¿Seguirás llorando? – expresa a una totalmente destruida Saly. – Te diste cuenta ¿Verdad? – se acerca rápidamente y agarra de los pelos a la muchacha. – humanos como ustedes no pueden hacerle frente a su dios, mírate... tu patético rostro da lástima.
Hikari: ¡Valellery! – corre a salvarla pero Byakuya la toma del cuello con una sola mano.
Byakuya (Benji): me sorprende que unas mocosas que todavía no pasan de la pubertad hayan pisado los suelos del infierno – las arroja a ambas al piso y mirándolas fríamente expresa con una sonrisa – seré misericordioso por esta vez, les perdonaré la vida y dejaré que se marchen de aquí.
Hikari: ¿Q-Que? – cuestiona tosiendo aún por la falta de aire producto del ahorco.
Byakuya (Benji): como lo escuchaste, las dejaré respirar pero a cambio vivirán con el trauma de todo lo que han vivido aquí por el resto de sus vidas, en especial esa niña. – mira nuevamente a Saly. – con lo que has visto hoy será suficiente para que tus días se vuelvan un infierno..., ahora lárguense de mi vista.
Observando la situación Hikari sabía que era imposible detenerlo ahora por eso fue a donde Saly rápidamente para de una vez irse por medio del pequeño sello de transportación.
Hikari: Valellery...vamos levántate, tenemos que irnos. – intentaba reponer a su amiga pero ella aún no daba señal de cordura. – vamos Valellery.
Saly: n-no.
Hikari: ¿eh?
Saly: no puedo
Byakuya (Benji): ¿Seguirás anteponiendo tu egoísmo a costa de la vida de tus camaradas?, ¿no has aprendido la lección?, ¿Aun crees que puedes salvar la vida de tu noviecito?, déjate de estupideces, mírate, eres solo una simple niña egoísta que cree tener la razón siempre cuando solo eres una muchacha inmadura, puedo verlo dentro de ti , fue culpa tuya que esto pasara, solo pensabas en ti, quisiste tener a Benji sin saber lo que él sentía, quisiste hacerle ver tu razón cuando nunca viste lo que él sufría y sentía, aún así seguías pensando en tus ideales, soñabas con ser la heroína de este cuento de hadas al salvar a tu noviecito pero mira, esta es la realidad, no tienes poder, no tienes fuerza y aún así seguías pensando que tu ridículo poder del amor podría salvarte a ti y a los demás, que patético – reía – lo único que conseguiste llegar aquí fue traer la muerte de tus seres queridos... solo por tus deseos egoístas.
Sus duras palabras fueron como grandes aguijones que incrustaban su lastimado corazón, su mente se hundió ante la depresión al ver que lo que decía el desgraciado tenía algo de razón.
Ella estaba destruida mental y psicológicamente.
Hikari: Valellery, eso no es verdad, todo los hiciste por Benji no por ti. – a pesar del intento este no daba resultado, poco a poco el destino de los protagonistas se pintaba cada vez más de negro.
♦♦♦♦♦
Los ojos sumergidos de muerte y un rostro pálido por la gran pérdida de sangre que no paraba de salpicar, la mente de Black Smith se hunde en sus recuerdos mientras que su conciencia poco a poco se va perdiendo hasta llegar a la muerte.
—Hermanita – Corría el pequeño Evans Smith.
Aquellos recuerdos que flotaban en su memoria, los días que vivía con su hermana y los días grises al verla sepultada bajo tierra mientras que todo y especialmente la persona que quiso como su verdadera madre lo tildaban de asesino. Sus deseos de salvar, de proteger, se convirtieron en una meta inalcanzable por obra de su maldición y que viviría por el resto de sus días de vida.
—Yo soy el general Stefan D' Blair— decía un hombre de casi 52 años con una potente armadura— Investigue mucho tu caso y aunque no lo creas veo algo diferente en ti.— expresaba a un Evans Smith de 27 años luego de haber salido de la cárcel gracias a este caballero.
Evans Smith: ¿Por qué me liberó de la cárcel? –expresaba con un rostro pálido y demacrado.
Stefan D' Blair: Porque quiero que te conviertas en un caballero de plata, en mi discípulo.
Evans Smith: ¿Un caballero de plata?, si solo sirvo para matar a las personas que me rodean...estoy condenado...nunca podré proteger a alguien.
Stefan D' Blair: Es verdad, tu llevas la muerte en tus venas y es exactamente lo que quiero para nosotros, porque usaremos esa maldición para proteger a la gente y nuestros camaradas.
Evans Smith: ¿Proteger?, ¿Con mi maldición?
Stefan D' Blair: Usaras la muerte, no para matar a la gente, si no para matar al enemigo, para acabar con el mal de este mundo, esa maldición que tanto has sufrido ahora se convertirá en tu fuerza...en tu poder – expresaba ante un sorprendido Evans Smith – Desde ahora serás el caballero que traerá muerte a los malditos y que protegerás a las personas desde la sombras, serás ese caballero que usará la obscuridad como aliada, el caballero negro, desde ahora yo te nombro, el legendario Caballero negro... "Black Smith".
—Aquella maldición que usarás para proteger a los demás—
Ese sentimiento, esa fuerza, ese deseo despertó algo en aquel caballero moribundo que se encontraba en el gran charco de sangre.
Black Smith: no...no puedo...no...hasta dar...mi último aliento.
Byakuya dio la vuelta y ante la gran sorpresa de todos, Black Smith se encontraba de pie y sin tener ambos brazos, sujetaba con sus dientes una de las cuchillas de su difunto amigo Steve de Zirconio.
Byakuya (Benji): Veo que también eres otro que se aferra a la vida, descuida acabaré contigo.
Black Smith: hoy más que nunca...deseo que esta maldición una vez más vuelva a surgir.
Corre a toda fuerza con la navaja en su boca hacia Byakuya para intentar herirlo pero el demonio sin problemas esquiva cada ataque.
Byakuya (Benji): es inútil.
Los recuerdos de su hermana, los recuerdos de sus difuntos camaradas y aquellas palabras de Saly fueron el sonido, no..., la voz de su esperanza.
—"porque...para salvar a alguien... ¡no existe alguna excusa!"—
Una entidad desconocida cubría el cuerpo de Black Smith con una aura obscura y devastadora, una aura que al sentir tu cuerpo podía sentir el deceso de tu alma, era la muerte.
Byakuya (Benji): ¿Qué demonios? – el cuerpo humano de Byakuya comenzó a entumecerse por unos segundos, esos segundos que Black Smith aprovechó para estancarle la navaja en su corazón.
Black Smith: hoy...más...que nunca.
Byakuya se encontraba perplejo ante tal acto, porque a pesar de ser un dios tenía el cuerpo de un humano, un humano con corazón.
Byakuya (Benji): M- Maldito bastardo.
A la vista de todos, el demonio escupió sangre y cayó al suelo al instante.
Black Smith: se...acabó – caminaba soltando el cuchillo de su boca mientras arrastraba sus piernas. – Ya lo entiendo— por primera vez después largos años...Black Smith, no, Evans Smith muestras una gran sonrisa a las chicas, aquella sonrisa que fue tapada por la obscuridad y que por fin pudo ser liberada.
Él cae y lentamente mientras cerraba sus ojos veía desde su inconsciente el reflejo de su adorada hermana.
Black Smith: Al fin...pude comprender... lo que significa proteger a alguien. – Finalmente pudo cerrar sus ojos y morir tranquilamente, finalmente pudo reunirse con su hermana.
Hikari: ¿se...terminó? – miraba con mucha tristeza el cuerpo sin vida de Albert y Black Smith, mientras que al voltear ve a lo que era su mejor amigo tirado en un charco de sangre. – hasta siempre...Benji. – fue a auxiliar a Saly.
— ¿Te despides tan rápido?, aún no terminamos. –
Muy sorprendida ella voltea y ve que el cuerpo de Benji se levantaba lentamente para mostrar los ojos de aquel demonio que aún no descendía.
Hikari: no...puede...ser. – expresaba perpleja.
Byakuya (Benji): lamento decirte, que esta batalla aún no ah terminado.
Hikari: ¿Cómo?, ¡Deberías haber muerto!
Byakuya (Benji): Siempre tengo trucos bajo la manga.
Hikari: ¿Por qué, porque... ¡Porque!? – manifestaba con desesperación.
Byakuya (Benji): Es simple, no puedo morir tan fácilmente, esa cuchilla solo rozó mi corazón, ya que yo mismo lo moví.
Hikari: ¿Q-Que?
Byakuya (Benji): Puedo controlar mi cuerpo como se me dé en gana y simple solo moví mi corazón un poco hacia el costado, fácil ¿verdad? — mostraba una sonrisa maquiavélica de oreja a oreja.
Hikari: ¡m-miserable!
Byakuya (Benji): ¿Me ofendes a pesar de darte la opción de vivir? O es que quieres morir.
Ella sin chistar va tras Saly para escapar de una buena vez.
Hikari: Valellery...Valellery, vamos tenemos que irnos.
Saly: no...
Hikari: ¿Cómo que no?, el es muy poderoso para nosotras, no podemos hacer nada, es mejor regresar y pedir apoyo.
Saly: ¡NO PUEDO! — sus lagrimas caían como pequeñas gotas rozando lentamente sus mejillas. Su dolor era muy notorio.
Hikari: Valellery.
Saly: No puedo...simplemente no puedo... — decía entre sollozos mientras aún abrazaba con mucha fuerza el cadáver de su mayordomo. – si lo hago...si huimos... todo lo que hicieron nuestros compañeros...el sacrificio que dieron todos para llegar hasta aquí... ¡Sería en vano!
Hikari: Valellery.
Saly: No podría vivir con ese remordimiento... no podría.
Hikari: "Te entiendo Valellery" – expresaba entre sus pensamientos – "Yo también siento lo mismo, esa sensación de no hacer absolutamente nada mientras que los demás dieron sus vidas y depositaron sus esperanzas en nosotros, no podemos simplemente huir"
Con una gran fuerza de voluntad, a pesar de que el miedo aún seguía acechando sus corazones, Hikari se acerca Saly con una sonrisa para expresarle solo con su accionar que está de su lado a pesar de todo.
Hikari: entonces... no puedes dejar que ese sujeto domine tu mente.
Saly: ya lo sé – a pesar del gran impacto emocional ella se limpia las lagrimas y sonríe para mostrarle que no se siente rendida todavía, ambas se toman de las manos y juntas se ponen de pie enfrente del demonio diciéndole una vez más, que no huirán y lo enfrentarán a pesar de todo.
Byakuya (Benji): Les doy una oportunidad de vivir y la desaprovechan, si tantos deseos tienen de morir..., se las concederé. – crea una gran bola de fuego en su mano.
Hikari: t-tengo un plan.
Saly: escucho.
Hikari: pero...no sé si pueda resultar.
Saly: descuida – la mira con una sonrisa. –pase lo que pase siempre confiaré en ti.
Ella la mira con un rostro de mucho asombro porque después de todo lo que vivió, de todo lo que el demonio le dijo, ella está actuando con mucha determinación, por ello Hikari también sonríe para mostrarle que tampoco se siente rendida aún.
La amistad de esta dos chicas se vuelve cada vez más y más grande, a tal punto que puedan perder el miedo ante un ser con poderes de niveles catastróficos.
Byakuya (Benji): ¿Qué tanto murmuran?, mueran. – lanza la bola.
Saly y Hikari se sueltan de las manos y esquivan el ataque.
Saly: [Hidrocañon]. – lanza el gran cañón de agua pero Byakuya desvía el ataque con un soplido. – no...no puede ser.
Hikari: [Enredadera] — varios tallos, enormes y gruesos empiezan a salir del suelo para capturar a Byakuya pero este los esquiva fácilmente. – ¡Ahora Valellery!
Saly: [Burbujas de Agua]
Byakuya (Benji): Puedo verlo..., hay polen dentro de esas burbujas, ese truco no funcionará 2 veces. – mueve bruscamente su brazo haciendo una gran corriente de aire y de esta forma destruyendo todas las burbujas y repeliendo el polen, también mandando a volar a Saly.
Hikari: ¡Valellery!
Byakuya aparece en frente de ella y la agarra del cuello.
Byakuya (Benji): Esta estupidez acaba aquí.
En eso Saly aparece detrás de él agarrando entre sus manos una burbuja de agua conteniendo el polen paralizador dentro, pero antes de que lo golpee el demonio reacciona y con solo su presencia vuelve a arrojar muy lejos a la muchacha.
Ya triunfante voltea su cabeza y al instante Hikari le escupe un poco de polen de su boca en todo el rostro y paralizando por fin todo su cuerpo, se libera rápidamente y pisa uno de sus tallos que comenzó a crecer nuevamente para dejarla por los aires.
Byakuya, sin poder moverse, mira de reojo hacia un costado y ve que Saly, abriendo los brazos, empezaba a incrementar su poder.
Los truenos retumbaban con más fuerte y desde lejos una gran corriente de agua venia a gran velocidad.
Byakuya (Benji): "Eso es..."
Hikari: ¡Termínalo Valellery!
La marea cada vez se hacía más y más grande hasta formar un gigantesco Tsunami.
Saly: Mi técnica más poderosa... [La furia de Poseidón]
El susodicho sin poder hacer algo opta solo por sonreír y aceptar recibir el ataque, no obstante el maremoto arrasa con él de un solo golpe. Entre tanto el enorme tallo sostiene a Saly para que ella también no sea sumergida por el agua.
Hikari: los truenos...
Saly: ¿eh?
Hikari: Estos rayos son más fuertes de los que hay en la tierra.
Saly: eso quiere decir.
Hikari: Que el segundo ataque es...
Los rayos que golpeaban constantemente el cielo dieron una fuerte descarga al chocar contra el suelo que en este caso estaba cubierto por el gigantesco mar producto del maremoto ocasionado por Saly.
Todo el mar fue atacado por varios truenos que caían de golpe, Byakuya que se encontraba dentro del agua fue electrocutado con un total de 3 millones de voltios que arrasaban por el mar.
La fuerte descarga no solo perturbaba el mar si no también, ante la fuerte magnitud, grandes explosiones de agua era ocasionados.
Hikari: El cuerpo humano no puede soportar tal descarga, si calculo bien, en este momento Byakuya debió haber recibido un gran impacto o al menos dejarlo inconsciente gracias al gran voltaje recibido en su cerebro.
Saly: ¿no...no lo matará?
Hikari: tranquila, ese sujeto ha recibido incontables ataques de gran magnitud, no puede morir así de fácil.
El mar poco a poco se iba dispersando ante el gigantesco campo fértil, mientras que en beneficio a los varios agujeros que había en el piso era más fácil para que este baje totalmente su volumen hasta desaparecer.
Luego de haberse dispersado totalmente el agua, las chicas por fin pudieron bajar del gran tallo para ver desde lejos el cuerpo de Benji tirado en el suelo.
Hikari fue por los cuerpos y Saly por el de Benji, ella muy lastimada mental y sentimentalmente mira con mucha tristeza aquel rostro desfigurado con marcas y heridas de la persona quien realmente amaba, Benji.
Saly: Perdóname...Benji. — se acerca para sostener el cuerpo de su amor.
....
Pero...
...
—Subestimas a un dios— abre los ojos y con su espada negra traspasa a Saly cerca de su estomago, a la altura de su cintura.
Saly: ¿Q-Que? — se encontraba plasmada y estupefacta por lo acontecido.
Byakuya (Benji): Eres una estúpida— manifiesta con una tétrica y horrenda sonrisa.
Su ropa empezó a teñirse de sangre y más aún al ver como la espada era desprendida de su cuerpo, el miedo y el terror se convirtieron en dolor, ese dolor que fue indescriptiblemente poderoso.
Saly cayó al suelo con un grito lleno de agonía, no solo por lo fuerte que es el dolor sino también por lo tenebroso al ver como de su estomago desprendía una gran cantidad de sangre que incluso tapándola con ambas manos no se detenía la hemorragia.
Al ser una chica que nunca vivió este tipo de cosas y observar en carne propia como la muerte se acercaba más a ella era algo que no podía describirse, intentaba usar sus poderes curativos para cerrar un poco la herida pero sus terror y desesperación hacia que no pueda concentrarse bien.
Hikari: ¡Valellery!
Sin embargo Byakuya no se inmutó ante tal horrendo espectáculo y sin descaro pateo a una agonizada Saly hacia un agujero de tierra.
Byakuya (Benji): Toqué un nervio muy sensible, ahora retuércete de dolor.
Hikari: ¡Maldito!
Por intentar ayudarla lanza su "Enredadera" de manera desesperada hacia Byakuya porque no solo a Saly la afectó si no también a ella al ver esa escena tan siniestra.
El demonio evita cada ataque tranquilamente y se interpone en el camino de Hikari para que no llegue hacia Saly.
Byakuya (Benji): ¿A dónde crees que vas? — la abofetea enviándola al piso. — ¿Crees que te dejaré ayudarla? — la agarra del cuello y la lanza muy lejos.
Saly: Ko-Kobayashi... —pretendía reponerse mentalmente al ver como su amiga se encontraba en peligro, su herida tardaba en cerrar pero al menos pudo detener la hemorragia a pesar de que aún sentía algo de dolor. — Te-tengo...que...ayudarla...— se arrastraba lentamente intentando pararse—N-No ll-llegaré..., no...., t-tengo que llegar..., no puedo dejar que la lastime— con el dolor y todo ella consigue levantarse.
Byakuya (Benji): Muere. — lanza una gran bola de fuego hacia la tierra causando un gran temblor la cual Hikari pierde estabilidad y cae al suelo no obstante, aprovecha para que al instante lance su espada negra hacia ella.
Todo era demasiado rápido para que la peli-verde reaccione y por lo tanto era imposible esquivar dicha técnica al milisegundo de levantarse del suelo.
Esos milisegundos que era muy difícil para Hikari que apenas se levantaba pero no para Saly que finalmente pudo llegar a tiempo ante la sorpresa de todos.
La sangre le salpicó en el rostro mientras que sus ojos derraban una pequeña llovizna de lágrimas al ver el cuerpo de Saly traspasada por la espada que fue directamente a su corazón.
Hikari: n-no...
Saly cae en las rodillas de una Hikari muy conmocionada que no podía asimilar lo que acaba de ocurrir, con el cuerpo agonizante la muchacha muestra una sonrisa alzando su mano con la poca fuerza que le quedaba y así tocar la mejilla de Hikari por última vez.
Solo fue unos pequeños segundos en que los recuerdos aparecieron de repente.
Flashback.
Hikari: Valellery... yo..., no quiero que más gente preciada para mí muera, no quiero estar sola – sus lágrimas seguían rebozando por su mejilla.
Saly: no lo estarás..., el señor Ritchell nos dio esta responsabilidad a las 2...por eso...no podemos darnos por vencidas...
Hikari: prométeme...
Saly: ¿eh?
Hikari: prométeme que no te iras de mi lado.
Saly: es una promesa...
Fin del Flashback.
El brazo de Saly cayó al suelo para esta vez no mostrar ni un rastro de vida..., ella había muerto.
Los ojos de Hikari se hundieron en un mar de lágrimas al ver la dolorosa perdida de su amiga.
Hikari: ¡SALYYY!
Fueron los gritos de una chica que lo perdió todo.
PD: Esta es la hermosa canción de cuna de hace un momento pero esta vez en latino :).
https://youtu.be/AZ6Yv7SMru0
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