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EL LEGENDARIO Cap 56: "Sin salida"

Fue en ese momento en donde el cuerpo se estremeció, en donde observas que tu esperanza poco a poco va desapareciendo, los miedos vuelven a manifestarse y con el corazón en la boca sientes esa sensación de inferioridad y no es para menos, antes sus ojos se mostraba el terror, de aquel guardián que mostraba sus alas de desesperación, mírate junto a ellos y dime cuanto soportarías estar en esa situación, por más valentía que pienses en mostrar ver la muerte entre tus ojos puede llenarte de dolor y terror que de hecho se justifica, muchos ven esta historia de fantasía pero imagínense, ¿Qué sentirían al estar en la misma situación que estos caballeros?, ver con tus mismo ojos a un dios que de hecho no tiene la voluntad de salvarte, al contrario, él mismo piensa en destruirte, eso mismo se refleja en los ojos de estos guerreros aunque se sabía que no era fácil, definitivamente esto escapa de cualquier realidad, ¿Qué tanto podrán hacer?.

Aslan: es...enorme.

Erika: es un dios, Aslan...

Steve de Zirconio: o...oye...se me escarapela el cuerpo...con solo verlo.

Zafir: es nuestro fin.

Albert: ¿realmente podremos contra esa cosa, Ritchell? – expresaba mientras que Saly y Hikari lo agarraban de ambas manos mirando a la criatura, muy perturbadas y sin poder hablar una sola palabra por la impresión.

Ritchell: esto es malo.

En eso la criatura manifiesta un chillido muy fuerte retumbando los oídos de los guerreros, alza uno de sus manos y dirige su gigantesco puño hacia ellos.

Erika: ¡no puede ser!, todos aléjense lo más lejos posible.

Por más que intentaran alejarse el enorme puño que parecía el tamaño de la misma luna impacta a los caballeros destrozando por completo la mitad del grupo.

Aquellos que lograron esquivar fueron arrojados por el fuerte impacto.

Steve de Zirconio: ¿qué carajo? – Se levantaba – esa mierda no es un puño, es el mismo sol.

Ritchell: ¿están todos bien?

Albert: si... —decía cansado por la tremenda corrida que se dio para esquivar y salvar a Hikari y Saly.

Erika: acabo con la mitad del grupo con un solo ataque...

Ritchell: escúchenme todos...sé que ahora están sorprendidos al ver la manifestación y el inmenso poder que despega Volcanus pero escuchen...no es necesario pelear con él, solo debemos llegar a la puerta sin que nos haga daño.

Steve de Zirconio: ¿estás bromeando?, ¿Cómo esquivaremos a ese monstruo?

Cabe recalcar que Volcanus está demasiado lejos pero su gigantesca figura hace que la distancia entre los guerreros sea demasiada corta por lo que desde el cielo del infierno puede observarlos.

Hikari: si...si corremos todos por separado...en una distancia considerable...será menos difícil para nosotros.

Steve de Zirconio: ¿estás de broma?

Erika: no..., ella tiene razón, si corremos por separado ese monstruo no acabará con todos al mismo tiempo.

Steve de zirconio: ¿Qué?

Nuevamente Hikari observa a Steve con la misma sonrisa de "te lo dije".

Steve de Zirconio: esa mocosa.

Ritchell: bien entonces...andando.

Y de esta forma todos se separaron a una distancia considerable, Ritchell les dio a cada uno la puerta a la cual tendrán que ir por lo que todos armados y con un gran valor se echaron a correr.

Volcanus con sus 4 puños empezó a arrasar con cada caballero que veía como hormigas en busca de su refugio, al saber que había tantos por pisotear nuevamente empieza el chillido estruendo roso, sus ojos brillaban y desde el cielo salieron miles de meteoritos disparados.

Ritchell: demonios.

Como misiles que caían del cielo los meteoritos causaban grandes explosiones.

Los caballeros corren mientras esquivaban los constantes ataque.

Hikari: ya casi llegamos.

Erika: encárguense....

Aslan: Erika.

Erika: ven a mí... "diamante". – sacó una pequeña espada que poco a poco empezó a brillar hasta convertirse en un hermoso caballo blanco. – Hagámoslo – ambos se fusionan y así una brillante y potente armadura en forma de traje que cubre el cuerpo de Erika con grandes alas blancas que aprovecha para volar hacia el monstruo. 

Ritchell: ¿Qué harás?

Erika: lo distraeré...—Vuela muy alto, saca su arco y crea una potente flecha. – [La flecha del arcángel]

La flecha a toda potencia in pactando a la criatura que solo sintió como si una pulga lo picara pero al menos pudo llamar su atención.

Erika: todos tápense los ojos... —todos optaron por escuchar el mandato cerrando así los ojos por unos segundos – [destello] – alzo su espada y una poderosa luz resplandeció segando por momento al dios.

Ritchell: bien hecho – todos abrieron los ojos después del ataque y al fin pudieron llegar a las puertas. – muy bien, a la cuenta de 3 todos abrirán al mismo tiempo...1...2...—la bestia volvió en sí — ¡3!

Juntos "abrieron" las 13 puertas a la vez por la cual una especie de cristal que estaba en la parte superior de cada puerta empezó a brillar.

Zafir: bien.

Las puertas se sumergieron hasta el fondo de la tierra dando paso a la presencia de una nueva puerta estampada con almas condenadas en forma de piedra.

Ritchell: ese es la puerta... ¡andando!

Volcanus se percata y mueve sus alas tan fuertes que antes de que Ritchell tocara la puerta lo mande a volar tan lejos, al igual que todos los caballeros a su haber.

Todos fueron arrojados hacia un pequeño hoyo producido por la batalla, después de unos segundos empezaron a levantarse luego de la agitada caída.

Ritchell: ¡maldición!, estuve tan cerca...

Albert: nos costó tanto...pero al menos encontramos la verdadera puerta.

Saly: o no...miren.

En eso nuevamente Volcanus manifiesta un chillido estruendo roso por la cual unas criaturas salían desde el fondo de las profundidades, y cubiertos de fuego un gran ejercito de monstruos protegían la gran puerta, entre ellos habían...

Fénix

Golems

Dragones

Animales de fuego

Y el mismo monstruo que se enfrentaron al inicio.


Ritchell: imposible.

Roland "speed" morrison: oye...oye...ese monstruo no era al que matamos con mi "Giga cañón".

Zafir: si...pero déjeme decirte que no hay solo uno...en total hay 332 de esos mismos, sin contar al resto que en total suma...1500 monstruos.

Saly: santo cielo.

Ritchell voltea y observa que todos respiraban agitados por el gran cansancio.

Erika: Ritchell.

Roland "speed" morrison: de lo que nos costó derrotar a uno de esos, ¿creen que podremos vencer a todos ellos?

Aslan: Ritchell...solo somos 15 contando a las niñas...

Ritchell: rayos...Hikari...

Hikari: por más...que busque una forma...es imposible...

Ritchell: mal...dicion.

Albert: esto pasó de ser muy difícil a imposible... ¿Qué haremos Ritchell?

Ante la cara preocupación del joven vampiro poco a poco la gloria cada vez se hace más lejos, con 15 guerreros muy cansados Ritchell tiene todo para perder contra el inmenso ejercito de volcanus, ¿Cuánto más podrán aguantar?

Mientras tanto todos los noticieros del mundo trasmitían lo que sucedía en la ciudad de Japón y la catástrofe climatológica que se vivía allí.

En Italia aún se desconoce el desfallecimiento del Sumo Pontífice después un extraño encuentro en el vaticano.

Aún no despierta el Sumo Pontífice—expresaba el doctor – llego con una presión muy alta, desconocemos las circunstancias pero su estado es delicado—

—Ya veo—responde uno de los generales de los caballeros de plata – « ¿Qué habrá pasado para él se encontrara de esta manera?, ni los guardias de ese entonces no dieron una respuesta clara»—pensaba hasta que de pronto el Papa empezó a delirar en sus sueños captando la atención del doctor y del general.

Está de vuelta—fueron sus palabras sorprendiéndolos.

Los caballeros de plata de todo el mundo observaban el hecho transcurrido en diversos países como España, Brasil, Rusia, Inglaterra, EEUU, México, etc.

En costa Rica...

iré con un grupo a Japón para servir de apoyo—expresaba un caballero.

No iras a ninguna parte—responde el capitán.

pero señor...—

—A menos que la líder en jefe, La señora Mitsuragui, nos envíe la orden no podemos movernos. —

—Pero señor...debe estar en peligro y más por lo que está pasando en ese país. —

—Está hablando de la líder en jefe, no la subestimes, al igual que todos los caballeros del mundo, nuestra confianza está depositado en ella. —

—pero...señor. —

En la ciudad central de Japón los pocos caballeros que se encontraban en ese lugar intentaban detener al inmenso monstruo que fue transformado del cuerpo de Dylan mientras que el mismo destruía todo a su paso, edificios, casas etc.

es un monstruo expresaba el general con armadura—

De repente vienen unos tanques de guerra y helicópteros de batalla con el ejército incluido.

¡Disparen!—

Los cañones dan fuego hacia la criatura intentando herirlo mientras que los helicópteros por vía aérea disparaban de lo más lejos.

¿Porque no les afecta la locura?—expresa un caballero a lo que responde el general.

Debe ser obra del capitán Arien Blast—

— ¿del capitán?

—Él tiene la habilidad de compartir su energía y poder hacia un grupo determinado, sabía que estábamos problemas por ello les compartió un poco de barrera santa al ejército.

En eso un tanque cruza a su costado.

—General Stein, descanse con sus caballeros por el momento, déjenos esto a nosotros—expresaba el general del ejército que se encontraba encima del tanque.

Y de esta manera una lluvia de ataques entre misiles, bazucas, cañones y disparos a larga distancia impedía el paso al monstruo.

Desde la cima del rascacielos un helicóptero se asomaba para que en ese transcurso un miembro de Hichidori baje para auxiliar a Mitsuragui.

Señora Mitsuragui ¿se encuentra bien?—

Mitsuragui: si no te preocupes.

—Esperamos la orden para enviar a los generales de cada país y pedir apoyo—

Mitsuragui: no lo hagas.

— ¿Qué?

Mitsuragui: Este es un problema la cual el mundo está mirando, Harukaze aprovechará este desconcierto para capturar a los legendarios mientras bajamos la guardia es por ello que no permitiré que esto suba a un rango más.

—Pero señora Mitsuragui—

Mitsuragui: ya te dije que no te preocupes...yo me encargaré de esta pequeñez. – manifiesta con una sonrisa.

está bien...—

Los helicópteros disparaban a gran velocidad mientras que Dylan con sus largas manos aplastaba a cada uno de ellos, con fuerte golpe derrumba un edificio en la dirección de los tanques para aplastarlos, solo pocos escaparon mientras que algunos fueron aplastados y en medio de la masiva destrucción el Helicóptero con Mitsuragui a dentro volaba por encima.

Mitsuragui: acércame hacia su cabeza.

—Entendido—

Dylan lanzo una bola de energía hacia un edificio haciéndolo explotar en el acto, el fuerte impacto desestabilizó el helicóptero que llevaba a Mitsuragui en ella.

—Rayos...perdemos equilibrio—

Mitsuragui: rayos – no dudo ni un segundo y en todo el ajetreo despego un salto.

­— ¡Señora Mitsuragui!

Felizmente cayó en la espalda del monstruo de Dylan que fuertemente se aferró para no caer mientras que el monstruo giraba ella se sostenía firmemente, el copiloto mando un comunicado por el intercomunicador para que el resto no dispare ya que la líder en jefe se encontraba encima de la criatura.

Mitsuragui poco a poco escalaba en esa masa de carne como si fuera una montaña, en eso de su espalda del monstruo, por debajo de los pies de Mitsuragui, unas largas manos salían de allí agarrando sus pies y brazos de la chica impidiendo que ella logre avanzar.

Mitsuragui: de...demonios...estas...cosas. – intentaba librarse hasta que de repente la masa de carne la empezó a succionar como si fuera arena movediza. — ¿Qué...esta...?—la masa de carne la absorbe por completo hasta sumergirla en el interior del monstruo.

General: no puede ser.

El monstruo grita y de su cuerpo expulsa varias bolas de energía haciendo explotar cada rincón de la ciudad.

Entre tanto en un lugar totalmente obscuro se hallaba la líder Mitsuragui atada por cada parte de su cuerpo con una especie de membrana que la sujetaba firmemente, ella lentamente abre sus ojos encontrándose con una especie de corazón que palpitaba muy agitadamente.

Mitsuragui: do... ¿Dónde rayos estoy?

Desde el suelo obscuro una pila de carne sube lentamente hasta estar cara a cara con ella y como un caparazón paulatinamente se rompe para al final mostrar con gran sorpresa a una persona.

Mitsuragui: no es posible...Dy...Dylan.

Dylan: Hola Mitsuragui.

Ambos cara a cara en el interior de la criatura mientras que Ritchell tiene todo has de perder ante el guardián, un desenlace muy conmovedor se vendrá en el próximo capítulo.

https://youtu.be/_ob99YzPsts

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