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EL LEGENDARIO CAP 44: "El inicio del camino" Parte 5

Desde muy lejos, en un lago entre las piedras, se encontraba recostado, herido y agota, Áster Barclaht.

Áster Barclaht: tiene...un gran poder.

De repente a su costada aparece Rose Blanc con una herida entre la cintura.

Áster Barclaht: ¿Acabaste con él?

Rose Blanc: ese Bastardo...escapó— decía muy furiosa

Áster Barclaht: tranquila que te vas a desangrar, y ¿Cómo fue que escapó?, lo tenías bien aprisionado en el espacio.

Rose Blanc: ese maldito, al momento de caer al sol, creó un agujero de gusano.

Áster Barclaht: ¿Qué dices?

Rose Blanc: utilizó su espada para cortarme y escapar a una dimensión diferente antes de que se lo tragase las llamas del sol. Ese tipo es muy astuto.

Los caballeros muy lejos del lugar de los hechos, Yumi aprovechó para hacerle enfrente a la persona que la entrenó toda su vida, su padre.

**************************

Yumi:

Mi madre Ha.... Era nombrada el 5to legendario por los Arcángeles, una persona que nunca le gustó lastimar a los demás y que en contra de su voluntad la obligaron a pelear.

A veces me pregunto qué tanto puede reaccionar el ser humano ante un hecho de desesperación, todos podemos hablar lo mejor de nosotros o de lo que nos convenga pero a la hora que ocurra el hecho, cuando llegue ese momento en que te sientas totalmente acorralado, intentando buscar alguna salida para poder sobrevivir, cuando la muerte está rosando tu propio corazón, créeme que en ese momento no vas a pensar en el resto, si no en ti, ni tu familia, ni amigos recorrerán en tu mente, ese es el "egoísmo" del ser humano, nadie es perfecto, todo cometemos errores, pero esos errores siempre van a tener sus consecuencias.

Este es la prueba más clara, con la llegada de los caídos, las personas buscan de manera "desesperada" en salvarse ellos mismo, no les interesa el mundo, solo les interesa ellos y por eso no les importa hacer sufrir a otros...para lograr su cometido.

Mickel Evans es mi padre, aquel que juró lealtad y amor hacia mi madre, cayó en la obscura depravación, su amor se convirtió en egoísmo y toda la felicidad que le prometió a mi mamá se fue derrumbando.

Después de pasar unas vacaciones con mis tíos, mi padre nos avisó que mamá ya había muerto, mi dolor fue tan grande de perder a aquella persona que siempre fue como mi único amigo y con las falsas palabras que mi papá me metió en la cabeza, convertí mi amor en venganza, ese fue el fruto en la cual me esforcé entrenando a diario, porque no quería que pasara lo mismo conmigo.

Y ahora al saber la verdad mi odio hacia ese individuo avanzó mucho más de lo que pudiera imaginar.

Mickel Evans(Sacerdote): Tu madre era igual que tú, una persona muy pacifista, a pesar de tener un enorme poder en sus venas, que desperdicio.

Yumi: no te atrevas a hablar de mi madre o lo vas a lamentar.

Mickel Evans: ¿lamentar?, lamento no haberte corregido antes de que sucediera esto, eres un Evans, actúa como tal.

Yumi: nunca preferí haber tenido tu apellido.

Mickel Evans: mírate, antes no eras así él te ha cambiado, no lo vez...

Yumi: ¿Ver?, no entiendo porque alguien que encomienda su alma a Dios hace sufrir a los demás para cometer su objetivo, ¡no lo entiendo!

Mickel Evans: precisamente...no lo entiendes, no te das cuenta que tienes el poder para salvar el mundo, ¿Acaso eso no entiendes?, tienes el poder De los Dioses.

Yumi: si tener este poder, significa sufrir toda mi vida, hubiera preferido ¡nunca haber nacido!

El sujeto suspira para reírse con una mirada de Desprecio.

Mickel Evans: te enseñaré tu realidad.

Agarró un cable y comenzó a succionar el poder mi Mamá con mucha fuerza.

Yumi: ¡MAMÁ!

Corrí con tana fuerza pero una barrera se interponía en mi camino y por más que gritaba a todo pulmón para que ella despertara, mis esfuerzos eran en vano. Miré con mucho sufrimiento como mi querida madre se iba deteriorando hasta convertirse en una calavera y caer en cenizas.

Yumi: no... ¡NO TE LO VOY A PERDONAR!

Corrí a toda velocidad y comencé a golpear con toda mi alma a ese bastardo, no podía controlarme, seguí y seguí como si descargara todo mi odio, todo el sufrimiento que viví se lo daba con mis puños.

Le di una gran patada mandándolo hacia sus experimentos, me sentía un poco cansada pero aún podía mantenerme de pié hasta ver como ese sujeto se levantaba increíblemente con una risa lúgubre.

Mickel Evans: Tienes un gran poder, solo falta pulirlo. —corrió hacia mí con una rapidez impresionante y tirando un solo puñete me mandó muy lejos contra la pared.

Mickel Evans: *Este poder*— de otra forma comenzó a vomitar sangre—*No creo que mi cuerpo puede aguantar más, solo tendré 10 segundos para hacerla recapacitar, antes de que yo muera*

Mickel Evans: Bien legendario, muéstrame tu poder.

Ambos avanzamos a toda velocidad con nuestra última fuerza chocamos puños hasta crear una inmensa explosión de tal magnitud que la tierra entera empezó a temblar.

Desde ese golpe no vi más que una luz brillando, de alguna forma me sentía aliviada y aunque no sé porque mis lágrimas caían solo pensé en que tal vez este sea mi última vista hacia la tierra.

Dylan:

No me había dado cuenta que Yumi se convertiría en la persona más importante en mi vida, tampoco me explico el porqué, no entiendo como una niña torpe y descuidada se convertiría en parte de mi vida, a veces nunca entenderé las cosas que nos pasan en la realidad.

Abrí mis ojos y aún era de noche, no recuerdo nada más que una sonrisa de aquella chica que mi mente no recordaba, intenté levantarme pero una herida que tenía en mi cintura me impedía, al menos levantarme con tranquilidad, caminé hacia la ventana sin poder recordar nada, de alguna forma me sentí triste e incómodo, sentí como si algo me faltara pero tal vez sea mi imaginación.

Dylan: ¿Por qué estoy aquí? — pensaba.

En ese momento fije mi mirada hacia una maqueta que tenía la imagen de un árbol de Cerezo. De repente sentí la voz de una chica en mi cabeza, me caí de espalda y me agarré la cabeza de lo insoportable que era el dolor, una sonrisa se reflejó en mi mente y al ver color rosa del cerezo al fin pude recordarme de ella, Aoyama Yumi.

Una fuerte explosión se oyó de los más lejos, tanto que hubo un sismo de 7 grados en la ciudad, bajé rápido y corrí hacia el lugar de la explosión.


Después de unas horas de corrida y caminata, pude llegar muy cansado hacia el lugar, todo estaba hecho trisas, podía observar una luz desde muy lejos, caminé hacia ese lugar para encontrarme con aquella persona.

Dylan: Yumi.

Yumi: Pensé que había borrado tus recuerdos, de alguna forma...eres muy astuto— decía con una sonrisa entre lágrimas mientras podía ver unas hermosas alas en su espalda que lentamente estaban desapareciendo.

Ella estaba muy agotada por lo que fui a sostenerla antes de que caiga al suelo.

Dylan: Eres una tonta.

Yumi: lo siento.

Dylan: no deberías disculparte.

Yumi: Creo que este es el adiós.

Dylan: no

Yumi: es lo...mejor.

Dylan: ¡No lo acepto!

Yumi: Dylan.

Dylan: no entiendo de cómo y porque pero eres la única persona que...

Yumi: que ¿Qué?

Dylan: que me haces ver como un verdadero tonto. — de alguna forma empecé a derramar lágrimas de mis parpados, yo, siendo una persona que no le interesaba nada, por primera vez sentí, después de mucho tiempo, lo que significaba perder a alguien.

Yumi: estas...llorando.

Dylan: cállate se me metió un poco de tierra en los ojos.

Yumi: ¿Por qué?

Dylan: ¿eh?

Yumi: ¿Por qué te empeñas tanto por mí?, si al final soy un monstruo, solo te traeré concecuen...

No quería escuchar otra palabra más de ella y la besé antes de que terminara de decir alguna.


Yumi: Dy...Dylan

Dylan: Yumi te amo.

Yumi: ¡¿Ehhhhhh?!...pe...pero

Dylan: no entiendo bien realmente esto, pero...pero siento que eres algo mucho más de lo que puedo pensar.

Yumi: Dy...Dylan.

Dylan: tal vez...no entienda mucho del amor pero lo que sí sé es quiero estar contigo para siempre. — La abracé muy fuerte— eres mi camino, te has convertido en mi nuevo futuro, tu...eres mi destino.

Yumi también me abrazó para al fin poder sellar el "inicio de mi camino".

Después de aquel incidente, Dejé la escuela junto con Yumi, y nos fuimos a vivir muy lejos, en las montañas, todo era para evitar contactar con algún miembro de la Santa Iglesia.

Intenté estudiar por mi cuenta y arreglármelas a conseguir un trabajo de medio-tiempo, después de unos años nos casamos.

Entré a una universidad mientras que Yumi había quedado embarazada. Luego de unos meses nació nuestro hijo que gracias a la ayuda de un amigo que estudiaba enfermería (especialista en partos) todo resultó muy bien, nuestro hijo nació sano y salvo.

Mi vida se había reescrito, tenía una familia y un nuevo futuro. Después de mi sobresaliente empeño en la universidad, La Santa Iglesia se contactó conmigo para darme una propuesta.

Yumi: ¿Quieren que seas parte de la Santa Iglesia?

Dylan: Si, entiendo que estés exaltada pero déjamelo a mí, voy a Aceptarlo.

Yumi: Pero Dylan, si aceptas pondrás en peligro nuestra familia, es por eso que estamos viviendo a escondidas de ellos por muchos años.

Dylan: no te preocupes tengo todo arreglado, intentaré mudarme solo a otro lugar por unos meses.

Yumi: ¿Meses?

Dylan: si de esta forma intentaré ganarme la confianza del sumo Pontífice.

Yumi: Dylan

Dylan: Descuida, te mandaré dinero cada mes, lo hago para protegerlos, a ti y a Takechi, si todo sale bien y me convierta en la mano derecha del Obispo, tú serás intocable, créeme.

Yumi: Dylan...

Me acerqué a ella y la abracé con mis fuerzas.

Dylan: Si seguimos así, tarde o temprano nos encontrarán y no quiero perderte.

Yumi correspondió mi abrazo y de esta manera me convertí en un miembro oficial de la "Santa Iglesia"

Desde un principio pensé que pertenecer a la Iglesia era algo como convertirse en mormón pero era algo mucho más diferente, miembros de los caballeros de plata entrenaban a jóvenes promesas a saber sobre exorcismos y el poder oculto, más parecía un cuartel general que una "Iglesia" y por lo que entendí, éramos vigilados a diario por nuestros generales para evitar algún tipo de traición.

Bien novato, Bienvenido— decía un caballero corpulento de armadura muy brillante — Estás aquí no solo para encomendar tu alma a Dios sino también para protegerla.

Dylan: S...sí.

Bien te asignaremos a un general para tu entrenamiento

Yo me haré cargo— en ese momento aparece otro caballero en mi enfrente.

Capitán Hall Stein—decía el corpulento.

Hall Stein: yo me haré cargo del novato.

como usted diga

Empezamos a recorrer el lugar.

Dylan: Señor...quiero aprender el Exorcismo.

Hall Stein: Bien Townsend, para ello tendrás que tener una fuerte determinación espiritual, recuerda que intentar sacar a un demonio del cuerpo de la persona no es fácil.

Dylan: entiendo.

Ambos salimos de la Iglesia.

Dylan: supongo que la Iglesia Central no queda en este país.

Hall Stein: Cada País tiene su sede central, pero si hablamos de la sede en la cual se encuentran los altos mandos, estamos hablando de la Santa Iglesia que queda en Italia.

Dylan: ya veo.

Hall Stein: bien Townsend, ¿Te puedo llamar Dylan?

Dylan: si Señor

Hall Stein: empecemos conociendo donde vives.

Dylan: de acuerdo, vivo en Osaka cerca de la sede de...

Hall Stein: no hablo de ese lugar, hablo del otro.

Dylan: otro.

Hall Stein: Dylan...Yo sé que estás viviendo con un legendario.

Su sorpresiva respuesta dio un gran impacto en mí, de esta manera me di cuenta que mis planes había fracasado, entonces mi única manera era matarlo y escapar.

Me acerqué lentamente para clavarle con una navaja en el cuello pero él me retuvo con unas simples palabras.

Hall Stein: no tienes que preocuparte lo supe desde hace mucho tiempo.

Dylan: ¿Qué?

Hall Stein: Yo sabía desde hace mucho tiempo que convivías con un legendario, además yo mismo me encargué que tú no tuvieras algún inconveniente en tu vida matrimonial.

Dylan: me está diciendo que ¿siempre estuve vigilado?

Hall Stein: Diría que siempre estuviste protegido, pero tranquilízate, solo yo sé de tu secreto, por eso me ofrecí a entrenarte, no pienso igual que todos. Para mí cualquier ser vivo merece ser feliz, no importa de qué raza sea.

Dylan: señor Stein.

Hall Stein: por otro lado, no creo que tu ataque sorpresa tendría efecto. — decía viendo mi navaja

Dylan: lo siento.

Con una pequeña confianza hacia el capitán decidí invitarlo a mi verdadero hogar.

Yumi se sorprendió al verme nuevamente mientras que mi hijo Takechi me abrazaba dándome las Bienvenida.

Yumi: Pensé que te irías por meses, querido.

Dylan: bueno, surgió un inconveniente.

De repente el capitán entra asombrando y asustando a Yumi.

Hall Stein: tranquila Señora Townsend, no soy de los malos.

Yumi: ¿eh?

Dylan: Yumi, él es Hall Stein, mi mentor.

Después de explicarle detenidamente mi situación ella comprendió, aunque no confiaba del todo, la respuesta de mi maestro.

Luego de unas semanas de angustia las cosas se fueron calmando, el Señor Stein se ganaba más la confianza de mi esposa e hijo, tanto que Takechi ya le decía tío, creo que el maestro era una de las pocas personas en el mundo de la cual yo pueda confiar.

Pasaron tan solo 6 meses y mi efectiva eficiencia con el combate y las prácticas espirituales hicieron que suba de rango, tanto que en 3 meses me volví un maestro completo. Hall Stein se convirtió en mi colega y juntos triunfábamos en cada misión que nos encomendaban, las miradas de los superiores hacia a mí se hicieron notar, hasta que me volví uno de los sacerdotes más reconocidos del país, mis estrategias y planes de batalla triunfaban cada vez, más hasta que al fin pude llegar a un pico muy alto, hasta pertenecer en uno de los miembros del alto mando en la Santa Iglesia, y es así que en 4 años me convertí en la mano Derecha del Sumo Pontífice Juan Pablo II.

Mi vida había cambiado en ese entonces, con una bella esposa y un hermoso hijo, sentí que había logrado lo que nunca pude haber soñado en mi vida.

Pero...

https://youtu.be/u10U7BHQQ2Y


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