CAPÍTULO 5
El sonido del helicóptero dispersó un poco los pensamientos de Becky, el viaje duró aproximadamente 45 minutos hasta llegar a una enorme base marítima en el océano Atlántico. El director Fury le ofreció su mano para ayudarle a bajar del helicóptero y la agente Romanoff se acercó a él para darle información.
—Señor, la agente Hill reporta que el sujeto que detuvimos en la Torre Stark está listo para ser interrogado. —La voz fría de la mujer contrastaba enormemente con su apariencia casi perfecta, sus ojos color verde y su cabello rojo.
—Estaré ahí en cinco minutos, agente Romanoff, lleve a descansar a la señorita y vea que le revisen de nuevo esas lesiones del brazo —le contestó Fury, después caminó solo hasta la entrada al buque dejando a la agente Romanoff y a Becky solas.
Becky la miró ya esperando algún comentario de burla sobre su parentesco con Tony Stark, pero vio en la mirada de la agente un destello de amabilidad cuando ésta le sonrió. A su alrededor había una gran cantidad de hombres trabajando en los aviones y helicópteros, se distrajo un momento viendo cómo un hombre ataba las ruedas de uno de los aviones al suelo, hasta que la voz de la agente Romanoff la interrumpió.
—Hay tantas personas en el mundo deseando tener un hermano o hermana y tu suerte te llevó con aquella persona que sí la quiere pero no sabe aceptarlo —le dijo sonriendo suavemente.
—Supongo eso no es tener mucha suerte, ¿cierto? —le contestó sonriéndole igual.
—Ven, te llevaré a donde puedas asearte y cambiarte de ropa. —La voz de la agente era fría y directa, en sus ojos se reflejaban infinidad de experiencias, muchas de ellas difíciles.
Becky la siguió hacia adentro de la nave, cuyo interior estaba compuesto principalmente por metal y tecnología que ella nunca había visto. Los largos pasillos eran transitados por personas que caminaban muy a prisa y sin voltear ver a nadie. La agente Romanoff, que iba delante de Becky, se detuvo frente a una puerta que se abrió automáticamente y volteó a mirarla.
—Este dormitorio está vacío, puedes asearte y cambiarte de ropa. Regresaré por ti en una hora para dejarte descansar, ¿está bien?
—Agente Romanoff...
—Natasha —le dijo la agente Romanoff mostrando una breve sonrisa.
—Natasha, ¿por qué ese sujeto iba a explotar? —preguntó sin poder olvidar la cara de dolor de ese hombre.
—Su organismo fue modificado por un suero, ése es su efecto secundario. Hay quienes lo usan con fines de ataque, como él —le explicó Natasha lo más sencillo que pudo.
—¿Y es seguro que él esté aquí?
—No te preocupes, estás segura aquí —le dijo de nuevo la agente antes de retirarse de la habitación en donde se encontraban.
Al cerrarse la puerta, Becky miró hacia su alrededor. En el extremo de la habitación, una puerta que daba hacia un baño con regadera; al frente, una cama individual que, a pesar del lugar, parecía cómoda. Al lado de la cama, un mueble con ropa color gris y negro. Se encaminó hacia el baño para ducharse, retirando con cuidado su ropa y no lastimarse el brazo; el efecto de los analgésicos se estaba terminando y comenzaba a dolerle de nuevo. Sentir el agua caliente en su cuerpo le resultó lo mejor del día, se lavó el cabello y el cuerpo para eliminar los restos de polvo por lo sucedido en la torre de su hermano. Afortunadamente llevaba su bolso para usar sus productos de aseo personal. Al salir, se vistió con un pantalón ajustado color negro, una blusa color gris de cuello V y se volvió a poner sus botas color negro. Salió del cuarto de baño y se recostó lentamente en la cama, el cuerpo comenzaba a recordarle los golpes de hace unas horas. Cerró los ojos intentando descansar, el silencio de la habitación le ayudó a dormir.
En la sala de interrogatorio, el director Fury veía a través de una cámara la habitación en donde se encontraba esposado el sujeto y recargando sus brazos en la mesa. Se veía adormilado y tenía sangre en la ceja derecha. Fury se encontraba acompañado por la agente Hill, una mujer que era prácticamente el brazo derecho del director.
—Director, el sujeto dio positivo en la prueba de Extremis, no hemos podido obtener su identidad y en los interrogatorios previos a que usted llegara tiene lapsos en donde no recuerda nada —le informó la agente mientras Fury revisaba una pantalla que leía el nivel de Extremis en el organismo del sujeto.
—El nivel del suero está bajando, ¿las lecturas son correctas?
—Sí, señor, ya revisamos las lecturas tres veces. Está disminuyendo y no sabemos por qué.
—Bien, voy a entrar, estén preparados —dijo el director abriendo la puerta para entrar en la habitación con aquél sujeto.
—Director Fury... —comenzó a decir el hombre en cuanto lo vio entrar.
—Antes de que continúes, en mí no funcionan los lapsos de amnesia, limítate a contestarme muy bien lo que te pregunte, ¿entendiste? —dijo el director sentándose frente a él, la mesa era lo único que los separaba.
—Siempre tan tajante, director, pero eso no va a funcionar conmigo —contestó el sujeto con una risa burlona.
—¿Por qué estabas en la Torre Stark? —sus preguntas irían directo al grano para obtener toda la información posible.
—La torre Stark no es de importancia para nosotros...
—¿"Nosotros"? ¿Quiénes son "nosotros"?
—Aquellos que recibimos el regalo de este suero, créame director, el dolor vale la pena... —la cara de aquél hombre reflejaba malicia.
—¿Dónde conseguiste el suero? ¿Para qué lo quieres?
—El proveedor no es de su incumbencia, los Stark son el objetivo... —antes que pudiera terminar, el sujeto comenzó a toser y su cara volvió a reflejar confusión.
—El nivel del suero bajó al 20%, señor —señaló la agente Hill mediante el radio del director Fury.
—¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Quién es usted? —Claramente se veía que la memoria de ese hombre se había borrado, el director suspiró decepcionado y se levantó de sus silla para salir de la habitación.
—Al desvanecerse el Extremis también se va la memoria de lo que hayan hecho durante su efecto —le explicó el director a la agente Hill.
—Dijo que "los Stark" son el objetivo, ¿a qué se refiere hablando en plural? —preguntó Hill.
—Tony Stark tiene una hermana, se llama Becky, confirmamos los datos en la torre. Ese sujeto la atacó y estuvo a punto de volar los últimos pisos del edificio.
—¿Y cómo tomó Stark la noticia? —preguntó la agente sabiendo la posible respuesta.
—Ya sabes, la personalidad egocéntrica de Tony no le permite ver lo obvio, por eso traje a la chica a la base. También quisiera hablar con ella —contestó Fury mirando a través de una pantalla la expresión confusa de aquél hombre.
Cerca de una hora y media más tarde, la agente Romanoff regresó al dormitorio donde se encontraba Becky. Al abrirse la puerta, el sonido la despertó y se sentó en la cama. Se sentía menos cansada, pero la pesadez del cuerpo continuaba. Romanoff le pidió que la acompañara al área médica para que le hicieran las curaciones en el brazo de nuevo. Becky la siguió en silencio mientras escuchaba a la agente hablar por radio con alguien.
—Ven, acompáñanos a comer —le dijo Natasha a Becky con una sonrisa cuando la enfermera hubo terminado de vendar el brazo de Becky.
—¿"Nos"? —preguntó Becky sin entender.
—Sígueme —le volvió a decir con una sonrisa.
Al llegar al comedor, todas las mesas eran del mismo metal plateado que los muebles del dormitorio donde había descansado. Había varios agentes comiendo y otros más en la fila donde Natasha y Becky se formaron. Les entregaron las bandejas con la comida del día que incluía pollo, verduras y pasta, jugo de naranja y un postre pequeño.
—Lo sé, parece comida de hospital pero es mil veces mejor —dijo Natasha al ver la mirada de Becky hacia la comida.
Ambas caminaron hacia una mesa ocupada por un hombre que estaba de espaldas. Cuando estuvieron más cerca Becky lo reconoció, el Capitán Rogers. Cuando se sentaron con él, Natasha quedó frente a él y Becky al lado de ella. Natasha lo miró con una sonrisa triunfante en los labios.
—No desistes, ¿verdad? —la miró Rogers con una ligera sonrisa.
—La misión no termina, Steve, además creo que esta vez he dado en el clavo —le contestó mientras miraba de reojo a Becky, quien estaba perdida en su conversación.
—¿En serio? —preguntó Steve, en ese momento el agente Barton se unió a la mesa.
—¿Podemos cambiar lugares? —le preguntó Natasha a Becky, pues Barton había quedado frente a ella en la mesa.
—Claro —contestó ella sin entender, se pasó a la siguiente silla mientras Natasha se levantaba y le daba un beso en la mejilla al nuevo agente.
—¿Qué fue eso? —preguntó Barton como si la actitud de Natasha no fuera la usual.
—Nada, una pequeña maniobra de acercamiento, Clint. Becky, él es el agente Clint Barton, también es miembro del equipo. Clint, ella es Rebecca Stark, pero por lo obvio de su nombre preferimos llamarla Becky —los presentó Natasha con esa sonrisa que hacía parecer que lo sabía todo.
—¿Stark? ¿Acaso eres algo de...? —comenzó a preguntar Clint.
—Soy su hermana —contestó Becky con tono de desilusión.
—Por tu expresión asumo que ya lo conociste, no te preocupes, su personalidad volátil es conocida en todo Nueva York —le dijo Clint con una sonrisa, después volteó a ver a Natasha, que mantenía su cara de complicidad con Steve, que trataba de ignorarla.
—Creo que volátil le queda algo corto... —contestó Becky riendo un poco, Steve la miró y sonrió también pero se limitaba en sus comentarios.
Barton miró de Steve a Becky, después de Becky a Steve, y finalmente a Natasha que le sonreía, fue entonces que entendió lo que ella trataba de hacer.
—¿Estás segura que eso es bueno para él? ¿No temes que Stark lo pulverice? —preguntó Clint en tono de burla.
—No va a funcionar, Nat —le dijo Steve mientras miraba a Becky que seguía sin entender nada.
–Claro que sí, esta vez funcionará...
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Me encantaría seguir recibiendo sus comentarios sobre esta historia. Feliz noche.
AnneGarcia87
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