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CAPÍTULO 22

Después del funeral, los Vengadores y el resto de los agentes se dispersaron para poder llevar a Becky a su hogar de toda la vida en Suiza. Se trasladaron en amplias camionetas blindadas color negro que llevaban el águila de S.H.I.E.L.D. plasmada en las puertas.

En la primera camioneta viajaban agentes armados para asegurar el camino; la segunda era conducida por Barton y llevando de copiloto a Tony, en la parte de atrás Becky se mantenía acurrucada del lado izquierdo para mirar perdidamente por la ventana. Su cabello ondulado caía enmarcando la triste expresión de su cara y sus manos temblorosas se aferraban a la hoja arrugada y húmeda por las lágrimas que habían repartido durante el servicio funerario.

A cada momento que se le dejaba sola con sus pensamientos no dejaba de culparse y torturarse a sí misma por lo que le había sucedido a la sra. Müller. Tony reconocía esos sentimientos en la mirada de Becky, él mismo los había experimentado tantas veces al poner en riesgo a su adorada Pepper. Sabía que eso no la llevaría a ningún lado.

-¿Tienes hambre? Podemos llegar por algo de comer antes de ir a casa, ya sabes...pizza, chocolates... - comenzó Tony intentando animarla, su tono de voz era espontáneo y alegre, puso una mano en la rodilla de su hermana al ver que ella no lo estaba escuchando - ¿Becky?

-Perdóname, no te oí, ¿qué decías? - le respondió ella volviendo a acomodarse en el asiento y respirando profundamente para controlarse y no ponerse a llorar como una niña.

-Llegaremos por algo de comer, ¿cierto, Barton? - dijo Tony evitando volver a hacer una pregunta que ella no podría responder por su resquebrajado estado emocional - ¿Qué se te antoja? - Barton volteó a mirarla por el retrovisor con una sonrisa cálida.

-No tengo hambre, Tony... - respondió ella lo más serena que pudo.

-¿Pizza? Ella quiere pizza, Barton. ¿Qué te parece? - le preguntó Tony al arquero haciendo caso omiso de la respuesta de su hermana.

-Pizza es genial, vayamos por ella. ¿Qué me dices de algo de helado? - le sigue el juego a Tony.

-Tony... - comenzó Becky con una voz temblorosa.

-¡Por supuesto! A Romeo de 1945 le gusta el de chocolate, ¿cierto, Becky? - continuó Stark con su hermana.

-¿Romeo?

-El Capitán Romeo, quiero decir... - dijo Tony fingiendo corregir su error - le gusta el helado de chocolate.

-Sí, ése le gusta - respondió finalmente Rebecca esbozando una ligera sonrisa al ver el enorme esfuerzo que hacía Tony para ser lo más difícil del mundo para él: un hermano.

-Bien, Barton, tenemos una misión - le dijo Tony a quien conducía la camioneta, obteniendo como respuesta la aceleración de la velocidad.

Barton avisó por radio a las otras dos camionetas que venían detrás de ellos sobre la parada que harían para comprar comida. En la tercera camioneta respondió el doctor Banner y en la cuarta, la agente Hill. Cerca de cuarenta minutos después se encontraban llegando a la enorme casa de campo en la cual Becky había pasado toda su vida.

La casa era color blanco y con vistas color rojizo, estaba rodeada de árboles y plantas con flores. Estaba tan llena de vida que a Becky le parecía que de un momento a otro su nana saldría a recibirla con los brazos abiertos, que traería un delantal puesto por haber estado horneando galletas y el olor a dulce se le hubiera impregnado en el cabello cuando la abrazara.

Cuando Becky bajó de la camioneta vio como los agentes de la primera camioneta se apresuraban a abrir la casa y entrar. En un principio no le gustó eso a ella, su casa era lo único que tenía y no quería que fuera irrumpida de ese modo, frunció el ceño y miró a Barton que venía junto a ella mientras Tony utilizaba a otros agentes como repartidores de pizza.

-¿Qué están haciendo? - preguntó ella.

-Están inspeccionando la casa y el área para verificar que no haya peligro - le respondió Barton con voz tranquila, pero cuando ella volteó a verlo se encontró con que él sostenía su arco y una flecha en las manos.

-¡Cuidado, se escapa! - se escuchó de pronto un golpe y cómo uno de los agentes gritaba en la parte de atrás de la casa.

Barton de inmediato tomó a Becky del brazo y la puso detrás de él mientras preparaba una flecha en su arco. De pronto comenzó a seguir algo con su arco, Rebecca se puso de puntitas para ver hacia adelante sobre el hombro de Barton y vio al objeto de tanto ajetreo.

-No ¡No! - gritó ella saliendo de detrás de Clint y moviendo con su brazo el arco para desviar la flecha, ésta se clavó en una columna de madera justo al lado de uno de los agentes.

-¡Rebeca! - le gritó Tony al ver la escena. Cuando se adelantó al ver lo que sucedía, suspiró aliviado cuando vio a su hermana corriendo a abrazar a un perro Labrador color chocolate que se movía juguetonamente por el jardín trasero. Cuando el perro la vio, corrió hacia ella para brincar a su alrededor y después ponerse en el suelo patas arriba para que ella lo acariciara. Becky reía y lloraba al mismo tiempo.

-¿Y él quién es? - preguntó Barton agachándose al lado de Becky para acariciar también al perro.

-Es mi perro Cooper, sólo estaba asustado porque tenía mucho tiempo adentro de casa - respondió Becky abrazando al adorable animal.

-Un perro, en eso te pareces a mamá, vamos adentro a comer - dijo Tony caminando hacia adentro de la casa seguido por los agentes que cargaban la pizza y el helado.

Cuando estuvieron dentro y mientras los agentes hacían lo suyo para repartir a todos la comida, Becky se quedó estática en medio de la acogedora sala de la casa. Un sin fin de recuerdos comenzaron a agolparse en su mente, algunos de ellos la llevaban a sus padres, otros a la sra. Müller y finalmente a Vlad. Antes de que todo se hiciera un torbellino en su cabeza, se quitó el abrigo y caminó hacia la mesa para intentar comer algo, tenía más de tres días sin comer pues desde antes de la misión habían evitado comer.

Tony de inmediato le acercó una caja de pizza y de beber habían comprado cerveza y Coca-Cola. Becky por un momento consideró pedir una cerveza pero por la cantidad inusual de químicos en su sangre prefirió evitarse el sermón sobre la responsabilidad. Y es que en realidad la pizza le sabía a cartón, tenía los tristes sentimientos a flor de piel y lo único que quería en el mundo era ver a su nana entrar por la puerta como si nada hubiera pasado.

-Rogers acaba de avisar que viene para acá, estarán aquí en una media hora porque viajan en un quinjet - dijo Barton sentándose a la mesa junto con el resto de los presentes, Tony revisaba algunas computadoras para levantar un escudo de protección electromagnético y evitar algún ataque.

-¿Vienen quienes, Clint? -preguntó Becky sin entender por qué hablaba en plural, había logrado comerse una rebanada completa de pizza.

-Viene con Thor y Natasha, la dieron de alta hace unas horas pero no alcanzó a llegar al funeral - respondió el arquero mientras le ofrecía otra rebanada de pizza la cual ella declinó.

-¿Cómo le vas a explicar al Capitán Reliquia que tienes un hijo? - soltó Tony junto con una divertida sonrisa sabiendo que esa broma podría hacer muy infeliz a Steve por un momento.

-¿Qué? - a Becky casi se le salen los ojos de la sorpresa.

-Tu perro... - respondió su multimillonario hermano.

-Tranquilízate, no es que nos vayamos a casar - dijo ella sonriendo un poco.

-Por supuesto que no, jamás permitiría que tu esposo fuera 70 años mayor que tú...

-Vamos, no es tan malo - mencionó Barton con una sonrisa, mientras Tony lo asesinaba mil veces con la mirada.

-Ya lo entendí, me iré a mi habitación a descansar un poco y después recogeré algunas cosas antes de irnos - dijo ella levantándose de la mesa y caminar despacio hacia las escaleras.

Al llegar a su habitación, fue hacia el vestidor y se cambió el vestido negro por un vestido rojo con estampado. Su cabello era un desastre de nuevo pero poco le importaba. Se quitó los zapatos y se recostó en su cama, cerró sus ojos cansados de tanto llorar y al poco tiempo se quedó profundamente dormida.

El sueño de Becky fue intranquilo pues su inconsciente le hizo una mala jugada. En sueños vio la misma escena de la muerte de la señora Müller pero en lugar de ser ella, era Steve el que recibía el disparo. Lo peor era que al intentar ayudarlo, su rostro se convertía en el de Tony y después en el de Steve de nuevo. Era como presenciar dos muertes a la vez, además veía como el traje de Iron Man se pegaba a su cuerpo, asfixiándola. Comenzó a revolverse en la cama mientras sentía en sueños que el armadura le oprimía el cuerpo dolorosamente.

-Tony...Steve...¡Steve! - gritó finalmente ella con desesperación, al despertarse abruptamente sintió un peso sobre sus hombros.

-Estoy aquí, tranquila - escuchó la voz de Steve y el peso que sentía no eran más que sus brazos levantando su frágil cuerpo para envolverla pegada a su pecho.

-Volviste... - dijo ella aún agitada.

-No iba a dejarte por nada del mundo, no en estos momentos - respondió él agachándose para besar su frente. Se deshacía en ganas de estar con "su preciosa chica suiza" y es probable que Becky lo leyera en sus ojos pues se hizo a un lado en la cama para invitarlo a ponerse a su lado.

Él se recostó de lado para abrazarla poniendo uno de sus brazos detrás de la nuca y con el otro acariciaba cariñosamente la cintura, el vientre y la cadera de Becky. Era algo nuevo para él sentir esa necesidad de tocarla y sentirse vivo a su lado. La quería y la deseaba como a nadie en su larga e interrumpida vida pero su conciencia de una época antigua le recordaba que ante todo debía tratarla bien y respetarla. Por eso llegó a una conclusión: tenía que hablar con Tony.

-¿En qué piensas? - lo devolvió a la realidad la soñolienta y asustada voz de Becky.

-En nada, lo siento, preciosa. ¿Qué soñaste? - le preguntó él acercándose más a ella, sus caras estaban sólo a centímetros de distancia.

-No puedo hablar de eso aún, me dio mucho miedo - le respondió ella acariciando el fuerte brazo del capitán.

-¿Qué puedo hacer para que no tengas miedo? - preguntó él dándole un corto beso en los labios. Ella supo la respuesta de inmediato.

-Bésame otra vez...

Sin más preguntas, Steve se inclinó aún más hacia ella para cerrar el espacio entre ellos y volver a unir sus labios con los de ella. Al principio fue un beso tierno y lento, solo acariciando sus labios; las manos de Becky avanzaron muy lentamente hacia la espalda de él por debajo de la camiseta y eso encendió nuevas sensaciones en Steve. Quiso ahondar más en el beso y presionó un poco más por lo que ella abrió su boca y acarició con su lengua la de Steve, invitándolo a bailar dentro de su boca. Las caricias de ambos se volvieron más apasionadas y ella de nuevo intentó quitarle la camiseta, lo que activó la señal de alarma en la mente de Steve.

-Preciosa...

-Por favor, esta vez no te detengas - le pidió ella sintiendo como él intentaba separarse.

-Escúchame, por favor. Si después de lo que te diga no estás de acuerdo entonces prometo que haremos las cosas a tu manera - le pidió Steve besándola casi entre cada palabra, no podía resistirlo.

-Está bien, explícame - respondió rodeando con sus brazos el cuello del capitán, verlo sobre ella mientras la miraba tan intensamente a los ojos la desarmaba.

-Sé que te parecerá anticuado pero antes de continuar con esto quiero hablar con Tony...

-¿Vas a pedirle permiso de que sea tu novia? - le preguntó Becky con una sonrisa.

-Claro que no, a quien debo preguntarle eso es a ti - la miró esperando una respuesta.

-Ya sabes que sí quiero - dijo ella volviéndolo a besar, sus caricias se encendieron de nuevo y por poco les fue imposible parar.

-Quiero hablar con él formalmente...

-Steve, te matará - dijo ella con cara de espanto.

-Claro que no, lo que quiero que sepas es que quiero hacer al menos eso como parte de mis principios. Si no funciona, haremos las cosas como tú las consideres - Steve no podía dejar de acariciar el delicado cuerpo de la chica que le había robado el corazón y la mitad de sus sentidos.

-Lo entiendo. Te quiero, Steven Rogers - le dijo ella sonriéndole muy cerca de sus labios, Steve se había movido hasta el punto de casi estar encima de ella.

-Te quiero más, Rebecca Stark ... - le dijo sonriendo contra sus labios.

-¿Podemos seguir besándonos así, verdad? Eso no es grave - le insistió ella.

-Toda la noche si así lo quieres... - le respondió antes de volver a inclinarse y besarla con la misma pasión de siempre. Las manos de ambos se paseaban por el cuerpo del otro acelerando sus latidos y sus respiraciones. A Becky le sorprendía la actitud de Steve pero trataría de comprenderlo. Además, sentía que la muerte de su nana aún estaba demasiado cerca y tal vez fuera normal ese contacto para sentirse viva nuevamente.
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Hola! Mil años sin publicar, lo sé pero ahora sobró la inspiración y este capítulo quedó extra largo. Espero les guste, mil gracias por sus comentarios y sus votos. Me encanta responder todas sus opiniones, ojalá en este capítulo pueda contar con ellas también.
Besos y digan lo que sientan.

Multimedia: Aspecto de Becky y Steve al momento de hablar. Abajo, casa de Suiza.
Video: Stay with me, Cover por Alex Goot.

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