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CAPÍTULO 13

Media hora después de que Fury les hubiera mostrado el video del interrogatorio de Becky Stark al Capitán Rogers y los agentes Romanoff y Barton, había mandado llamar a Tony y al Dr. Bruce Banner al helicarrier para mantenerlos al tanto de la operación que llevarían a cabo sus compañeros.

Exactamente una hora y media después de su reunión con el director, Romanoff despegaba el quinjet que los llevaría a la prisión en Bethesda, tardarían cerca de media hora más en llegar. El Capitán Rogers llevaba su traje oscuro de combate y Barton había armado bien su arco, aunque esperaban que nada fuera necesario para poder sacar a Becky de ahí. Rogers se mantenía pensativo y ausente.

-¿Todo bien? – preguntó Barton mientras ambos veían silenciosamente los planos de la prisión.

-La juzgué mal... – contestó el Capitán en voz baja.

-Todos lo hicimos, Steve, no había forma de saber lo que sucedía – trató de tranquilizarlo su amigo y compañero de equipo.

-Claro... – contestó para no hablar más del asunto, Natasha escuchó todo volviendo a su antiguo pensamiento de unir a Becky y a Steve.

Al llegar a la prisión, Romanoff aterrizó en el helipuerto de la instalación y Rogers le indicó esperar en la nave para tener listo el pilotaje si algo salía mal. Barton y el Capitán salieron para entrevistarse con las autoridades de la prisión, llevaban una orden del director Fury de transferir a Rebecca a Canadá.

Por otra parte, la hermana menor de Tony se encontraba aún en su celda de máxima seguridad. Desde que se había recostado en la cama no había podido levantarse, el efecto de los analgésicos que le habían dado se estaba terminando y se sentía sumamente adolorida por los golpes que recibió. ¿Qué había orillado a esa mujer a golpearla de esa forma? Era una pregunta que no sabía cómo responderse, ni siquiera recordaba haberla visto antes.

En su encierro, volvió a recordar el video que la agente Collins le había puesto en la sala de interrogatorio, lo que sintió en su pecho al ver los ojos de Steve mostrando al principio confusión, decepción y ¿tristeza? Y finalmente retirarse mostrando sólo enojo e indiferencia. Le dolió verlo así, siendo ella la responsable. ¡Y no lo podía recordar! Cada vez que buscaba en los rincones de su memoria algo que le diera la respuesta, sentía que perdía el conocimiento aunque seguía despierta. Sus ojos se habían cansado de llorar y aun así continuaban. El ruido de la reja abrirse la sacó de sus pensamientos.

-Levántate, la agente Collins te espera – dijo uno de los guardias acercándose a ella para esposarla. Becky intentó levantarse pero el dolor del cuello y las costillas se lo impidieron.

-No puedo... – les dijo en voz baja, el guardia la tomó de la mano que no tenía lastimada y la levantó. No hubo consideraciones. Ella gimió de dolor mientras se sentaba para que la esposaran.

-No hay tiempo de lloriqueos, Stark – la puso de pie y la tomó del brazo para llevarla caminando hacia la sala de interrogatorios de nuevo, cuando llegó ahí su corazón comenzó a acelerarse.

Los guardias la sentaron en la silla y sujetaron las esposas a la mesa, después salieron dejándola sola. Becky tenía frío, dolor, hambre y sobre todo miedo de recibir más golpes o que le pidieran respuestas que no tenía. Tres minutos después, entró la agente Collins con el mismo semblante frío.

-¿Otra pelea, Rebecca Stark? – comenzó la agente sentándose frente a ella.

-No sé qué hizo enojar tanto a esa mujer... – fue lo único que atinó a decir.

-¿No? ¿Qué diablos pasa contigo? Tú misma le hiciste los rasguños y moretones que tiene en la cara y noqueaste a sus seis compañeras, fingir ignorancia no te va a ayudar.

-Tiene que entenderme, no sé de lo que está hablando...pregunte usted misma al director Fury de... – le trataba de explicar Becky mientras buscaba controlarse y dejar de llorar, sin éxito.

-¡TÚ NO ME DAS ÓRDENES, STARK! ¿Acaso te crees igual que tu supuesto hermano? Al paso que vas, te quedarás aquí el resto de tus días – le gritó Collins al mismo tiempo que golpeaba la mesa con la mano, Becky se sobresaltó y cerró los ojos temiendo un golpe.

-Por favor, no... – la última frase le pegó duro al pensar quedarse ahí por años, sólo recordaba estar ahí dos días y ya era peor que el infierno.

-Entonces responde... ¿para quién trabajas? – se levantó la agente y caminó hacia ella, Becky la miró temblando.

-¿De qué habla? Yo... – su breve discurso fue interrumpido por la mano de la agente que volvió a golpearle la mejilla con el dorso de su mano.

-Puedo seguir todo el día, Stark – se rio la agente mientras Becky escondía desesperadamente su cara con sus manos esposadas, podían escucharse sus sollozos por toda la habitación.

Su agresivo interrogatorio fue interrumpido cuando escuchó abrirse la puerta, el Capitán Rogers y el agente Barton entraron a la sala, quienes al ver a Becky en ese estado omitieron algunas formalidades para acelerar el proceso.

-Agente Collins, por órdenes del director Nick Fury esta interna será transferida a una prisión en Canadá – comenzó a decir Steve, cuando Becky escuchó su voz se levantó de la silla a punto de hablar, pero Collins fue más rápida.

-Nadie dijo que te levantaras – le indicó la agente mientras con su mano en el hombro de Becky la empujaba a sentarse de nuevo, lastimando sus lesiones y provocándole un gemido que la hija de Howard Stark sofocó son su propia mano.

-¡Ya fue suficiente! – levantó la voz Rogers, Barton se adelantó para quitar las esposas a Becky y ayudarla a levantarse, ella obedeció sin decir nada.

Barton levantó con cuidado la cara de Becky para revisarla, ella evitó mirarlo a los ojos pero el agente alcanzó a ver el color hazel en ellos. Vio además que se encontraba lastimada, por lo que miró al Capitán Rogers para darle la señal del poco cuidado que habían tenido con ella. Rogers apretó su puño buscando contenerse y no hacer un desastre.

-No he recibido ningún comunicado de Fury solicitando eso – se quejó la agente.

-Cambios de última hora, señora – contestó Barton mientras ayudaba a caminar a Becky y Rogers le entregaba la orden escrita a la agente.

Cuando los tres salieron de la sala, comenzaron a caminar más rápido pero Becky no pudo seguirles el paso por lo que Barton tuvo que llevarla en brazos. El Capitán Rogers al frente y con una mirada que mostraba su determinación a no dejar que nadie bloqueara su camino, era esquivado por los agentes que al verlo preferían hacerse a un lado. Al llegar al helipuerto, cerca del quinjet se encontraba un agente que entró con ellos a la nave alegando que debía asegurarse del correcto traslado de la interna.

-Claro, adelante... – contestó Rogers pasando de largo sin siquiera mirarlo.

-Nat, nos vamos; necesita un doctor pronto – le indicó Barton a Romanoff mientras sentaba a Becky y le ponía el cinturón de seguridad, ella tenía una mueca de dolor y lo miró con desconfianza – Sólo sigue al líder, nena – le susurró el arquero a Becky mientras le guiñaba un ojo, ella no alcanzaba a comprender. ¿Se refería a Steve?

Cuando estuvieron en el aire, Barton tensó una flecha en su arco apuntando al agente "extra" que había en la nave. Lo obligó a ponerse un paracaídas mientras Rogers abría la rampa y sin pensarlo lo arrojaron al aire, segundos después el paracaídas se abrió asegurando el descenso del hombre. Barton se encaminó a apoyar a Natasha con el pilotaje, quedándose solos Steve y Becky.

El capitán se acercó a ella, quien tenía el cabello desordenado y los ojos rojos por tanto llorar. Su cuerpo temblaba de frío y miedo, miró a Steve a los ojos y sintió vergüenza por tantas cosas que no supo cuál era la más importante. Steve se arrodilló frente a ella y le quitó el cinturón de seguridad pues el despegue había terminado, tomó una manta y la cubrió con ella cuidando no lastimarla. Ella por un momento pensó que estaban siendo controlados por ese hombre, como a ella le había sucedido.

-Todo estará bien, Becky – le dijo Steve aún con una rodilla apoyada en el suelo para estar a la altura de Becky.

-¿Cómo sé...que eres tú y...no un títere de ese tipo? Lanzaste a un hombre por la rampa – preguntó con la mandíbula entumecida.

-Te diré algo que él no sabe... – le dijo Rogers muy serio, casi nervioso.

-¿Qué cosa? – le preguntó ella mientras sentía como las manos del capitán cubrían las de ella en un suave intento por cesar su temblor.

-Él no sabría que mi primera cita en mis casi 100 años y que no es arreglada por mis amigos, fue con una linda chica suiza en la proa del barco de una agencia secreta y comiendo un chocolate – finalmente dijo Steve en voz muy baja pero mirándola con una intensidad tan fuerte que le devolvió la calidez al corazón de Becky.

-¿Eso fue una cita? – preguntó Becky tratando de minimizarlo, pero sus sentimientos brotaban en su voz y las lágrimas en sus ojos mientras trataba de esbozar una sonrisa.

-Bueno, Romanoff dice que cuenta como una cita dadas las circunstancias - le sonrió él acariciando con cuidado su mejilla.

-Me hubiera vestido mejor – bromeó finalmente ella, Steve le sonrió y ella se acercó para abrazarlo rodeando su cuerpo a la altura de la espalda media por el dolor de sus golpes. Él la cubrió con sus fuertes brazos y acarició su cabello con suavidad.

Base subterránea de S.H.I.E.L.D. Zona boscosa de Quebec, Canadá.

En la base de S.H.I.E.L.D. sucedieron dos cosas importantes con Tony Stark, no perdiendo su costumbre egocentrista. La primera fue que al llegar y reportarse con Fury y éste le mostró el video de su pequeña hermana siendo acosada y violentada en un interrogatorio, Tony perdió los estribos y por poco y se va sobre Fury, pero Banner y Hill lo detuvieron. La segunda, su confesión con Thor.

-¿Qué se supone que estás haciendo, Nick? Como tú lo mencionaste, no importa quién sea esa mujer o con quien tenga parentesco, ¡la están atacando en la prisión de tu agencia! – gritó Stark levantándose de la silla.

-Stark, ella había dado tantos problemas en los días anteriores enviando agentes y guardias al hospital que no escatimaron en seguridad. Esto es completamente confuso e inesperado – explicó Fury.

-Está drogada con Litio y no sé qué tanto más, Fury, no seas ingenuo... – continuó Stark.

-Rebecca Stark es una amenaza para... – dijo Fury.

-¡Rebecca Stark...es mi hermana, Fury! – gritó Tony antes de salir de la sala dejándolos a todos impactados.

Tony caminó por los pasillos de la base hasta encontrarse con Thor que miraba una de las pantallas en un laboratorio. Se acercó a él sin decir nada, aún dudaba de si el enorme semidiós sería buena compañía.

-¿Mal día? – preguntó Thor.

-Ni que lo digas... ¿qué pensarías de tu padre si te hubiera ocultado un hermano? – preguntó Stark con algo de sarcasmo, recordando a Loki.

-Sé a qué te refieres, así me sentí cuando descubrí que Loki era adoptado...y aún y con los problemas que ha causado...lo quiero realmente, es mi hermano...y creo que mi padre debe tener una buena razón para haberlo adoptado, todos tenemos un plan. Eso creo de tu padre también, Stark – le contestó Thor poniendo su mano en el hombro de su amigo.

-Sí, bueno, a veces creo que mi padre tenía el plan de volverme loco... – sarcasmo Stark a la orden.

-¿Con una linda hermanita con doble personalidad? Yo también lo creo... – bromeó el asgardiano.

Tony rodó los ojos y después de darle unas palmadas en la espalda a Thor, se retiró a meditar el tema solo. Su gran pregunta: ¿Ser un hermano mayor?

Multimedia: El Capitán Steven Rogers al momento de encontrar a Becky Stark en la sala de interrogatorio.

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12:53 am sólo indica que ya es un nuevo día, por lo tanto un nuevo capítulo.

Mil gracias por casa visita, comentario y voto.

Háganme saber sus opiniones.

Besos.

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