Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 35

Mi cabeza no podía entender las escenas que estaba viviendo.
El corazón me latía a mil por hora y yo no podía sacarle la mirada de encima al morocho que tenía parado unos centímetros más adelante.

Estaba con el cabello crecido y alborotado.
Vestido con una bata de hospital que lo hacía parecer delgado.
Su piel estaba pálida por la falta de luz solar, pero por lo menos su rostro se había vuelto a iluminar.
Ya no parecía un muerto echado sobre una camilla.
Hacía tanto tiempo que no lo veía parado. Fue aquella la primera vez donde pude notar la pérdida de masa muscular que había tenido, tanto en su cuerpo como en la cara.

Ares corrió hacia mi pero Victoria intentó interponerse entre medio.
Aún tirada en suelo, intentando recuperar el aire, fui capaz de estirar el brazo y con ayuda de la telequinesis, la mandé a volar.
La lancé a través de la puerta que había quedado abierta y me alivió escuchar el fuerte impacto de su cuerpo contra la pared de cemento.

—Scarl, mi amor —Escuché su voz, mientras se me acercaba al trote. Se arrodilló a mi lado y agarró mi cabeza entre sus manos.

Si era el.
En carne y hueso, a mi lado.

—Ares, no puedo creerlo — expresé con la voz ronca, debido al nudo en la garganta que tenía—. Te extrañé tanto.

Me incorporé como pude y lo rodeé con mis brazos.
Clavé mi nariz en su cuello y respiré su aroma.
Lo agarré con tanta fuerza por el cuello que fui consciente luego de un rato que quizá estaba ejerciendo demasiada fuerza. Tenía tanto miedo de que se me fuera a escapar de nuevo, que me aterraba soltarlo.

—¿Cómo es posible? —Pregunté, sintiendo cómo se me aguaban los ojos.

—Juro que te sentí, Scarlett —Intentó explicar, sabiendo lo ilógico que sonaba—. Pude escuchar tu voz en mi cabeza y tuve una sensación en el pecho que me obligó a abrir los ojos. Has sido tú quien me salvó.

Fuera lo que fuera, lo único importante era tenerlo en frente rozando narices conmigo.
Verlo vivo como nunca, provocaba que mi corazón latiera con tanta fuerza, que hasta parecía querer salirse de mi pecho.
Mi cuerpo dio un brinco hacia delante que unió nuestras bocas en un cálido beso.
Sus labios estaban suaves y cálidos.
No podía creer que había pasado tres años sin su amor y sus besos. Pensarlo me generaba escalofríos, así que cerré los ojos y le comí la boca, para saldar todo el tiempo perdido.

No era el momento, ni el lugar, pero la necesidad de Ares que tenía, no era algo que pudiera controlar.

Nos separamos riéndonos y no pasó un segundo sin que me atrapara de nuevo entre sus brazos.
Por lo menos ambos estábamos de acuerdo en que no queríamos soltarnos.

—¿Ya la mataron? —Consultó Killian, quien ya estaba de pie, sobándose el cuello debido al golpe.

Ares sacó uno de sus cuchillos y lo alzó sobre su cabeza, listo para atacar en caso de que Killian diera un paso más.

—Tranquilo —Lo calmé y sujeté su brazo con sutileza—. Está de nuestro lado.

—Pero...—suspiró y me miró confundido—. Tiene ojos fugaces igual que tu.

—Corrección, ojo fugaz. Solo uno —habló el otro. Nos estiró la mano para que nos pusiéramos de pie y así lo hicimos.

—Este es Killian, mi hermano —afirmé sin rodeos.

Ares no parecía estar entendiendo nada de la situación actual.

—¿Desde cuándo tienes un hermano? —Consultó, muy confundido.

—Cuando descubrimos que existía otro Sigma en el mundo, tu no estabas con nosotros —expresé, recordando con amargura aquel día—. Tu estabas...

—En coma —completó cabizbajo y se restregó la cara con frustración—. Dios, me he perdido de tanto.

—Lo importante es que ya estás bien —Lo calmé y entrelacé nuestras manos.

—Me encanta este reencuentro pero necesitamos encerrar a aquella loquita antes de que despierte —dijo Killian, quien fue el primero en agacharse junto el cuerpo de Victoria—. Le has dado una buena paliza, Scarlett.

Llegamos a su lado y si, efectivamente, se había dado un golpe lo suficientemente fuerte como para quedar noqueada.
Me agaché y forcé la apertura de sus ojos.
Estos habían vuelto a su color inicial, sin dejar un solo rastro de pigmentación.

—Aún sigo sin entender cómo fue posible que tuviera ojos fugaces sin tener nuestra sangre —suspiré, tratando de unir las piezas del rompecabezas.

—Quizá es otra hija perdida de Arthur —bromeó Killian—. Yo ya no sé qué esperar de este hombre.

Hija suya no podía ser, sino le habría tocado ser utilizada para experimentar, al igual que lo hizo con nosotros.
Quizá Capetown había logrado hacer una réplica de los ojos fugaces, compatibles de manera universal.
De ser así, era un peligro imaginar que cualquier persona podría tener acceso a estos poderes.

—¿Quién se supone que es esta chica? —Preguntó Ares, quitando los cabellos del rostro de Victoria, para poder verle la cara.

—La sobrina de Autumn—. Respondí sin dar más detalles sobre ella.

—¿Y quién es Autumn? —Agregó sin poder evitarlo— ¿Dónde está mi hermano? ¿Y nuestros amigos?

De repente las preguntas brotaron de su boca como una catarata. Se lo veía tan incómodo teniendo que consultar cada cosa para ponerse al tanto de la situación. Me dolía ver su carita de confusión.

—Te pondré al tanto de todo, una vez que hayamos encerrado a esta chica, te lo prometo —le dije y besé su frente—. Pero quédate tranquilo de que Colin estará bien, siempre y cuando vayamos a rescatarlo. He

Cargamos el cuerpo de Victoria y la encerramos en mi habitación.
Por las dudas coloqué llave en la cerradura y torcí el marco de la puerta, al fin y al cabo, ella ya no podía usar los ojos rojos a su favor.

Antes de salir al pasillo se me ocurrió agarrar un conjunto de ropa que tenía guardado en mi placard.

—Esto es para ti —le extendí a Ares un conjunto que le perteneció a él en su momento. Era una remera negra y unas bermudas camufladas que aún conservaban su olor.

—¿Lo has guardado todo este tiempo? —Me miró confundido, con sus enormes ojos verdes que parecían brillarle.
Se le estaban cristalizando y aquel puchero que asomaba por sus labios me confirmó que estaba en un momento muy vulnerable.

—Si. Necesitaba algo tuyo para recordar que no estaba sola —confesé, haciendo memoria de todos los pensamientos intrusos que había tenido en aquellos tiempos oscuros.

El aroma de su ropa que me acompañaba a dormir todas las noches y la fe en que algún día despertaría fueron lo único que me mantuvieron con vida durante todos estos años.

Agarré su rostro entre mis manos y lo miré, intentando transmitirle amor y compresión para que no se sintiera solo en esto.
Sus ojos color esmeralda brillaban por sí solos y me hacían desear estar siempre a su lado para poder contemplarlos y refugiarme en ellos.

—Te quedan preciosos los ojos verdes —sonrió con los labios temblorosos y acarició mi cabello.

De repente sentí calor sobre mis manos que estaban en contacto con la piel de Ares. Parecía ser una corriente eléctrica que avanzaba por mi cuerpo, para luego mudarse al suyo.
Nunca antes había sentido esto.

—¿Cómo lo has hecho? —Consultó Ares, confundido.

No tenía idea de lo que estaba hablando.

—Es la primera vez que veo esto en persona —dijo Killian con cierta sorpresa en su tono de voz.

Por poco me había olvidado de que estaba allí parado.

—He estudiado los ojos fugaces por tanto tiempo pero nunca pude llegar a comprobar mi hipótesis.

—¿Cuál hipótesis, Killian? —Pregunté aún más perdida.

—Sobre la evolución, Scarlett —exclamó alegre, sin poder contener su entusiasmo—. Has sido capaz de desbloquear una nueva función de los ojos verdes. Acabas de absorber una parte de las preocupaciones de Ares.

—¿Cómo es posible que ella pueda absorber mi preocupación? —intervino el pelinegro.

—Ustedes dos han formado un vínculo tan fuerte, que le ha permitido a Scarlett conectarse a fondo con las emociones que presencia. No solo es capaz de ver lo que uno siente, sino también quitar un peso emocional de encima e involucrarse para compartir el sentimiento.

—Aún así me siento igual que siempre —dije.

—Seguro que sí, porque ha sido sólo el primero de muchos nuevos cambios, hermanita.

Corrimos por los pasillos desiertos, teniendo precaución de no toparnos con nadie, hasta que pudimos llegar a la oficina de María.
Abrí la puerta y verla allí parada me trajo muchísimos flashback de nuestra época en el laboratorio.

Estaba sentada sobre su escritorio, cargando cartuchos con municiones para luego guardarlos en los estuches que traía en aquel pantalón camuflado.
La remera negra le quedaba entallada y parecía aportarle años de juventud.

—Estaba a punto de ir a buscarte, hasta que te vi por las cámaras corriendo con tus dos escoltas —aseguró mi tía—. Me alegra tanto volver a verte, Ares.

—Te he echado de menos, María —confesó este otro y se acercó para darle un fuerte abrazo de reencuentro—. Juro que he escuchado tu voz mientras estaba postrado en aquella camilla. Gracias por haber cuidado de mi.

—Es lo menos que podía hacer para asegurarme de que tú y mi sobrina pudieran tener su reencuentro —sonrió y acarició su mejilla.

—¿Tienes una tía? —Preguntó Killian, tratando de seguir la historia.

—Si, Killian —contestó María, posando sus ojos en el—. Y debo admitir que nunca pensé que te vería parado frente a mí.

Mi hermano alzó las manos, para demostrar que no era alguien peligroso.

—Sé que no tengo buena fama, pero prometo que no soy como mi padre.

—Eso puedo notarlo. No tienes la mirada de psicópata propia de un Sigma.

Otro capitulooooo🙌🏼🙌🏼🙌🏼
No les voy a mentir, no sé cómo concluir la novela, es por eso que no estuve actualizando seguido.
Pero... creo que ya le estoy dando forma al final así que pido paciencia porque quiero hacer este libro igual de entretenido que el primero.

Los amo❤️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro