CAPÍTULO 23
La cena transcurrió pacíficamente.
De entrada nos habían servido una tostada con salmón ahumado y una especie de salsa picante que estaba muy buena.
Como plato principal me tocó un gran filete de carne decorado con hojas verdes y unos champiñones asados a la crema.
Nunca antes había comido algo tan bien presentado sobre un plato.
El postre estaba por llegar pero Asier había insistido en que realizáramos un brindis antes de seguir.
Los muchachos que nos servían colocaron dos copas frente a cada uno de los comensales.
—Serán los primeros afortunados en probar nuestras nuevas cosechas del mes —sonrió nuestro anfitrión y alzó ambas copas—. Aquí tenemos un vino blanco exquisito y burbujeante o sino, pueden optar por vino rojo extra fermentado.
Todos tomaron una copa en mano y se pusieron de pie.
No sabía cuál agarrar pero el vino blanco llamaba mi atención. Nunca antes había probado esta bebida.
—Excelente elección —me susurró Theo, enseñándome su misma elección.
—Un brindis —Comenzó Asier—. Por nuestros nuevos invitados y en especial por nuestra invitada de honor, Scarlett Mayer, La Falla.
Me observó con orgullo por unos instantes y pude ver cómo los ojos se le tornaban húmedos por la emoción.
—Hemos estado mucho tiempo esperando su llegada y por fin ha sucedido. Mañana será el día en donde honraremos a nuestra diosa y acabaremos con el mal en este mundo. ¡Salud!
Mis amigos quedaron igual de confundidos que yo ante la última oración que dijo.
¿Qué mal podría evitar el brindis de mañana?
El resto de los allí presentes bebieron a favor de lo dicho y rieron alegres. Asier se les unió un momento para charlar.
—Pruébalo, bonita —me insistió Theo, mientras le daba un sorbo a su copa sin sacarme los ojos de encima—.No está envenenado, tranquila.
Por un momento palidecí al escucharlo y este rio al verme.
—No te culpo por desconfiar —comentó divertido—. Pero hablando en serio, este vino está buenísimo, te prometo que te va a gustar. Anda, confía en mí.
Dude por dos segundos pero ver a Colin y a Aarón pidiendo una segunda copa me convenció.
Le di un buen trago.
—Te dije que confiaras en mi.
Arremangó las mangas de su camisa y comenzó a abanicarse con las manos. La luz de las lamparas generaban calor en la habitación y la piel de Theo ya brillaba debido al sudor.
—No confío en ti, ni en tu hermano —dije sin darle demasiada vuelta al asunto—. No confío en nadie que no sea mi familia y amigos. Que quede en claro.
Theo rio y se aclaró la voz antes de cambiar de tema.
—¿Quieres salir de aquí? —Se estiró sobre la mesa para que nadie lo oyera—. Veo que este no es tu ambiente.
—¿A dónde pretendes ir? —Pregunté con desconfianza.
—Puedo mostrarte los alrededores y llevarte a conozcas un poco más estos lugares. Al fin y al cabo terminará siendo su nuevo hogar.
Eso creía él. No tenían idea de lo que se acercaba.
—No sé —dudé ante la petición, pero por otro lado nunca estaba de más recaudar información sobre el enemigo—. No te conozco y...
—No te haré nada, Scarlett —me interrumpió y habló con seriedad—. Sé que si llego a tocarte un solo pelo podrías matarme. Tienes una fuerte reputación aquí adentro.
—No me gusta elegir la violencia como primera sopción, tranquilo —lo corregí—. Por lo menos ya no más.
Theo seguía sin borrar aquella sonrisa juguetona, que traía plasmada en la cara, esperando mi respuesta.
—Okey, vamos —accedí, sintiendo un escalofrío en la nuca.
Me pidió que lo excusara un momento y fue a buscar a su hermano, quien charlaba con varios de mis amigos.
Los vi allí parados, intercambiando palabras entre susurros mientras los ojos de Asier se desviaban, cada tanto, en mi dirección.
—Andando, señorita —dijo Theo antes de agarrarme velozmente de la mano y sacarme del salón.
Alcancé a ver que Jade se puso de pie cuando vio la escena pero entre señas le dije que todo estaba bien.
Se cerraron las puertas del comedor y en el acto solté el agarre.
Había sentido una sensación tan extraña cuando su piel hizo contacto con la mía... me trajo muchos recuerdos repentinos.
—¿Estás bien? —Me preguntó buscando contacto visual.
—Si, no pasa nada —reaccioné rápidamente y acomodé mi vestido con nerviosismo.
—Perfecto entonces —sonrió aliviado y acomodó su cabello dorado hacia atrás—. Empezaré enseñándote el edificio y la parte más bonita que es la terraza. Allí tendrás una vista periférica de nuestra ciudad.
Me pidió que lo siguiera y así mismo hice.
El ascensor se abrió y descendimos.
—¿Esta no es la entrada a una habitación? —Pregunté al ver una única puerta blanca igual a las otras.
—Es mi habitación compartida con Asier, si —confesó un poco avergonzado—. Pero si te decía que te llevaría a mi cuarto no iba a gustarte. No eres al tipo de chica que suelo traer. A ti solo quiero enseñarte la linda vista que tiene nuestro piso.
Theo tenía toda la pinta de ser un muchacho mujeriego. Cargaba en si una personalidad atractiva que era muy difícil de obviar y al hablar parecía estar queriendo seducir a uno.
Me estaba quedando más que claro que él era así por naturaleza y que no intentaría nada raro conmigo.
Al final una no podía dejar de ser desconfiada en este mundo.
—¿Y qué tipo de chica soy entonces? —Inquirí verdaderamente intrigada, mientras el me permitía el acceso.
Theo levantó la cabeza para dedicarme una sonrisa perfecta y cerró la puerta.
—Tu eres el tipo de chica que se mira y no se toca —comenzó a explicar mientras caminaba hacia el interior del lugar—. Eres de las que se admira y te genera algo en el pecho difícil de explicar pero no es amor ni nada sexual.
—Soy una chica como cualquier otra, Theo —le aclaré sintiéndome avergonzada luego de lo que había oído. No sabía descifrar si eran halagos o si verdaderamente resultaba tan aburrida para algunas personas.
—Tu eres especial, Scarlett —me contradijo y descargó su peso sobre la gran mesa de roble que había en el lugar—. Pero eso ya lo sabías.
—Lamentablemente si me han dicho más seguido de lo que crees —confesé y empecé a abanicarme con las manos.
Parecía que la temperatura había aumentado de repente.
—Es bueno ser especial, tranquila —agregó para que no hubieran malentendidos—. Aún así yo no creo que seas una Diosa. Solo eres una mujer que ha tenido una notable trayectoria durante todos estos años y que sigue sorprendiendo a todos día a día. Eso se admira y yo te admiro y respeto.
Me había quedado muda, sin saber qué decir.
Sus palabras fueron más correctas de lo que esperaba y no me dieron pie a formular una oración concreta para responderle.
—¿Tienes calor? —Consultó al percatarse de mí constante movimiento de mis manos—. Vamos a la terraza que está más fresca.
Me condujo a través del enorme living que poseía el piso. Era diferente al resto de las habitaciones tanto en tamaño como en decoración. Los pisos de mármol y las paredes blancas.
Bastante minimalista y prolijo, mostrando la esencia de los hermanos Uselay.
Más adelante se veía una puerta corrediza de cristal que daba acceso al balcón.
Era enorme.
El ingreso estaba decorado con varias plantas exóticas y unas luces moradas que ambientaban el lugar.
La baranda del balcón era de vidrio y bastante altas para mayor seguridad, pero aún así permitían la vista de todo lo que habían construido.
—Acércate un poco más —insistió el rubio tendiéndome la mano para ayudarme—. ¿O te dan miedo las alturas?
—No sabría decirte si me generan terror —contesté perdida en mis pensamientos—. Ya no estoy segura de sentir miedo como lo hacía antes.
¿Qué me estaba pasando? Me sentía extraña.
Parecía que cada palabra que dijera Theo era una oportunidad de filosofar sobre mi vida, pero sabía que no era el momento de profundizar.
—¿Qué tenía el vino? —Pregunté mientras me arrimaba al borde.
—Nada —río y colocó a mis espaldas. Pasó su brazo por mi cintura y me susurró al oído—. Me parece que no estás acostumbrada a beber.
Los pelos de la nuca se me pusieron de punta. Sentí el cuerpo ligero ante el tacto suyo, como si quisiera que me agarrara así y no me soltara jamás.
—No —suspiré—. No suelo hacerlo.
Permanecí inmóvil mirando a la nada.
Sentí como su otra mano se posaba al otro lado de mi cintura.
Levanté la cabeza y me topé con aquellos ojos rojos e indescifrables.
—Tengo novio —dije sin moverme ni un centímetro.
—Eso lo sé —expresó hablando por lo bajo, casi en un susurro—. Conozco toda tu historia, Scarlett.
—¿Y por qué te me acercas así?
—¿Y por qué tú te dejas?
—No sé —confesé casi balbuceando—. Tu contacto me recordó por unos segundos a...
—Ares —sentenció y soltó su agarre. Apoyó sus codos sobre la baranda de cristal.
—Si —suspiré.
—He visto videos de ustedes dos juntos —confesó y pude ver una sonrisita en su cara—. Se nota lo mucho que se aman.
¿Cómo que videos?
Nunca antes había visto ni una sola cámara cerca mío.
—¿De qué estás hablando, Theo? —Pregunté descolocada al escucharlo.
—Sigma guardaba registros de tu progreso en video —comenzó con su explicación—. En varios momentos se te ha visto con Ares durante esas filmaciones. Se veían muy bien los dos juntos.
—Si... —bajé la cabeza intentando controlar mis emociones.
—Mañana podrás ver esos videos. Mi hermano los ha recopilado y los enseñará mañana en tu presentación. Será allí en la plaza—. Me señaló el gran terreno verde que brillaba en la oscuridad.
—Me gustaría verlo —sonreí cabizbaja.
—¿Lo extrañas verdad?
—Más de lo que te imaginas —me sinceré, sintiendo los ojos húmedos—. Sé que él está allí esperando a que regrese, lo siento en el fondo de mi corazón.
—Ojalá así sea, linda. Se nota lo buena persona que es —expresó sonriente—. Si alguien merece ser feliz, esa eres tu. Yo te ayudaré en todo lo que pueda, Scarlett.
—Gracias Theo.
Sequé las pequeñas lágrimas para no arruinar mi maquillaje.
—¿Tienes ganas de seguir con el tour? —Consultó tratando de animar el momento.
—Tengo ganas de conocer los viñedos —bromeé y me apresuré a salir por la puesta.
Capítulo nuevo bebes🥰 espero sus comentarios jeje
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