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nuevos aliados

Las cosas no marchaban del todo bien.En los últimos días hubieron ataques a pequeños condados Muglees intentando encontrar a mestizos y nacidos de Muglees. El ministerio habia caído en manos de Voldemort y el rostro de Harry y Hans se encontraba en todo Londres mágico, eran buscados por los aurores y la Orden intentaba contener a los mortifagos.

Potter se sentía frustrado, por su culpa estaban muriendo personas inocentes.

Harry cerró de un portazo la puerta del estudio con rabia. Queria ayudar a detener a los mortifagos y durante las últimas semanas se habia quedado en la Mansión preparándose para el momento de enfrentar a Voldemort.

Sonrió levemente, se encontraba parado enfrente del árbol genealógico de los Black, buscó el nombre de Regulus, era sorprendente el parecido con Hans de no ser por el cabello Harry juraría que se trata de su amigo.

- ¿Quien lo diría? El árbol Genealógico de los Black reconoce a Hans como uno de ellos -el chico sonrió.

Astoria, quien habia notado a su novio raro lo siguió al estudio. Para ella Harry era como un libro abierto, sabía cuando algo le enojaba, le preocupaba o estaba deprimido. Lo conocía mejor que incluso el mismo.

La chica entró sin tocar.

-James, deberías dejar de pensar en el Señor Oscuro. Hans y tu estan obsesionados, entiendan de una jodida vez, esta también es nuestra pelea, todos aquí tenemos porque luchar -dijo su novia con evidente decepción.

Harry volteó su mirada encontrando a la Slytherin que estaba cerca de la puerta, mantenía sus manos en su cintura y Harry supo que estaba disgustada.

-¿Estas disgustada, verdad ? -mas que una pregunta era una afirmación. Harry regresó su mirada al muro donde estaba el árbol genealógico de los Black .

-Vaya, James eres un verdadero genio -rodó los ojos con ironía y caminó quedando a un lado de el - Mas que disgustada ... Estoy enojada, James.

Harry sonrió levemente. Astoria podía ser tan irónica cuando se lo proponía, una cualidad que tenían los Slytherin. Elsa y Malfoy la tenían y su novia también, eso era lo que le gustaba de ella que no se quedaba callada, decía lo que pensaba sin importar nada.

-Solo me dices James cuando estas disgustada o enojada -el chico se encogió de hombros - siempre me llamas Harry.

-James es tu segundo nombre no le veo nada de malo -le respondió con simpleza la chica.

Ambos se quedaron en silencio unos minutos Potter disfrutaba de la compañía de la chica, por momentos la miraba de reojo. Astoria era una belleza tan elegante para Potter, era la chica mas sexy que habia conocido.

Al ver lo pensativo que estaba Harry, la joven suspiró . -Mamá me escribió, James y para nuestra suerte, esta de nuestro lado; ¡un lado al que planea ayudar pateando su lamentable trasero en el camino correcto! Astoria mantenía la mirada al frente.

-¿Qué se supone que significa eso?¿Por qué tu madre nos ayudaría? pensé que nos odiaba.

-¡Significa que el-que-no-debe-ser-nombrado se convirtió en enemigo de mi Madre cuando le secuestraron a un primo por proteger a su esposa nacida de muggles! Sé que no la conoces y no te pido que confíes en ella, tampoco yo lo hago del todo, pero nos pidió el beneficio de la duda.

Harry pareció pensarlo unos minutos, no estaba del todo convencido, era peligroso, quizá fuera una trampa pero por amor a Astoria intentaría confiar en su suegra. El chico se acercó a su novia y la rodeó con los brazos.

-Tory, mi amor. No perdemos nada en confiar en tu madre, hablaré con Hans para explicarle como esta la situación, también intentaremos rescatar a tu primo y a su esposa.

Astoria tomó de la mano a su novio evitando que se fuera, negó con la cabeza, suspirando.

-Harry, espera -lo detuvo - esperemos un tiempo no podemos poner en peligro a la Orden, odio decirlo, no confió lo suficiente en mi madre, puede ser una trampa... esperemos un poco.

-Astoria, mi amor, no te preocupes, todo estará bien, tu misma lo has dicho, debemos aprender a confiar, es tu madre mi amor, me sentiría mas tranquilo si tuvieras a tu familia a tu lado.

-Harry.-Ella dijo su nombre tal como él había dicho el de ella, solo que mucho más bajo- Eso no pasará nunca, mi padre es un maldito clasista que no le importa la seguridad de su familia por defender su despreciable ideología de sangre, Daphne no es tan diferente, es una jodida clasista y mi madre nunca iría en contra de papá - la chica bajó la mirada.

-Mírame.

Astoria hizo exactamente eso, sus ojos se conectaron y permanecieron así por unos momentos. Ninguno de los dos dijo nada, pero al mismo tiempo volaron el uno hacia el otro, Harry recordó la clase Posiciones, el olor de Astoria era el mismo que el de la Amortentia, ese olor a jazmines combinado a violetas era el mismo olor a la poción que habia preparado.

-Eres mi Amortentia, mi propio filtro de amor .

Astoria lo besó con avidez en lugar de responder, esto continuó hasta que la pareja se quedó sin aliento y finalmente cedió. Queria que Harry sintiera lo que significaba para ella.

-Me hace muy feliz saberlo, Harry, también tu eres mi Amortentia, lo supe desde siempre, desde los once años cuando te vi en el tren supe que serias el único chico al que amaría.

-Cuando todo esto termine, Tory, nos casaremos, comenzaremos nuestra familia pero no aquí, todo esto le pertenece a Hans. He estado pensando en regresar al valle de Godric, donde mis padres vivieron antes que el que no debe ser nombrado los asesinara.

-Claro que quiero casarme James, pero los hijos tendrán que esperar, antes debo realizarme, estudiar medimagia y sobre vivir en el valle de Godric estoy de acuerdo.

Harry la abrazó con más fuerza, deseaba estar a su lado, protegiéndola, pero entendía que Astoria podía defenderse por si misma, muchas veces llegó a cuestionarse , ¿sería realmente el hombre con el que ella quería estar?

Independientemente de todo lo que había sucedido en el último año, lo que importaba era que estaban juntos.

-¿James cuando el momento de la batalla llegue me dejaras luchar ?-Astoria había recuperado un poco la compostura y lo miró desde la seguridad de sus brazos. Su mirada era de puro amor y alegría, sabían que no todo era perfecto solo porque él se había ido, pero era un comienzo.

-No me agrada la idea pero entiendo que quieras luchar -Potter suspiró cerrando los ojos - Tory, eres mi novia serás el objetivo de esos asquerosos Mortifagos. Elsa y tu corren peligro saben que lastimándolas a ustedes nos lastiman a nosotros. Solo promete que si algo se sale de control me buscarás, no dudes que te protegeré -Harry habló con convicción mientras apartaba un mechón de cabello errante de su rostro cubierto de sudor.

Astoria se inclinó hacia su toque y con la mirada de amor aún visible, pronunció las palabras que anhelaba escuchar de ella. -Te amo, Harry Potter.

Harry no se atrevió a romper el contacto con la chica, en cambio, optó por besar su mejilla y susurrarle a la mujer que hizo su mundo.

-Te amo, Astoria Greengrass... No, Greengrass no, mejor dicho Potter, algún día serás la señora Potter.

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Los días en Hogwarts eran sombríos desde que Voldemort habia tomado el control, Dolores Umbridge junto a los Hermanos Carrow se encargaban de implementar castigos a los estudiantes que se negaban a usar las maldiciones imperdonables sobre los estudiantes mas jóvenes. En la sala de Menesteres se encontraban parte del ejército de Dumbledore reunidos.

-Neville -Luna se acerco al chico colocando su mano derecha sobre su hombro, el semblante de la chica era de preocupación -¿Sabes donde esta Theodore? Estaba bastante raro y tiene rato que no lo he visto.

Ambos tenían marcas de golpes sobre sus rostros ,estaban demacrados por tantos castigos, era un milagro que aún no terminaran en San Mungo y pese a todo intentaban animar a los otros alumnos a no rendirse .

-Nott se negó a usar la maldición Crucio contra un estudiante de segundo año así que Amycus Carrow lo llevó a su oficina de seguro para castigarlo- la voz de Neville se escuchaba preocupada - intente ir ayudarlo pero el me dijo que regresara a la sala de menesteres.

Luna estaba angustiada, ella sabia por experiencia propia lo terrible que eran los Carrow cuando castigaban a quienes les desobedecían, queria ayudar a su novio pero Pansy la sujetó del brazo evitando que cometiera una locura .

-No vayas, Luna -Parkinson mantenía su mano sobre el brazo de la rubia - Complicaras las cosas, sabemos que Theo jamás dirá donde nos encontramos, debemos quedarnos aquí .

Luna no estaba muy de acuerdo pero decidió quedarse junto a sus amigos, llevaban escondidos varias semanas, estaban casi listos para unirse a Harry y a Hans en la batalla.

La bia fue a sentarse en una de las sillas.

-Luna créeme entiendo como te sientes -Pansy se sentó a un lado de ella -También estoy preocupada por Ronald escuché de los ataques a esos condados Muglees pero no podemos hacer nada, los chicos no estan listos para unirse a la batalla, si en estos momentos nos reunimos con ellos es llevarlos a una muerte segura.

-Parkinson tiene razón -Neville se acercó a las chicas sentandose a un lado de ellas, les sonrió- dentro de poco podremos unirnos a nuestros amigos... confió en que Nott estará bien.

Los tres se encontraban hablando cuando Theodore Nott entró, apenas podía sostenerse, el chico tenia signos de haber sido torturado, en su rostro tenia varias marcas de golpes y estaba mas pálido que de costumbre. Luna fue a ayudarlo con ayuda de Neville.

- ¿Theodore, estás bien? Demonios, te ves terrible, esos desgraciados nos las pagaran-exclamó Neville.

El castaño rodó los ojos - Esos miserables se divirtieron usando la Maldición Cruciatus conmigo... querían que les dijera donde nos reunimos pero eso jamás. Prefiero la muerte que ser un soplón.

Neville apretó sus puños, frustrado, a este paso pronto los iban a descubrir. El era el líder, debia tomar una decisión, su mirada se centró en los alumnos que estaban a su cargo, no estaban listos para la lucha.

-Nott -Neville lo llamó -Si nos reunimos con Hans y Harry seremos un estorbo, los chicos aún no estan preparados pero en caso de que nos descubran no quedará de otra que enfrentarnos a los Carrow .

- Longbottom, prometimos defender Hogwarts, estoy de acuerdo en luchar, debemos reunirnos pronto con Potter y Westergaard.

Seamus Finnigan, quien se encontraba con ellos se acercó colocando su mano sobre el hombro de Neville, quien volteó a verlo, la mirada del chico era sería, estaba pálido.

-Neville, solo queremos decirte que todos estamos dispuestos a luchar contra el que no debe ser nombrado, incluso Dean se vio en la necesidad de escapar para salvar su vida y la de su familia pero estoy seguro que también luchará... queremos proteger Hogwarts así que cuestas con nosotros, no somos unos cobardes.

Todos estaban dispuestos a luchar contra Voldemort, estaban heridos, algunos apenas habían comido pero no pensaban rendirse .

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Ginny vagaba por los pasillos de Hogwarts habia dejado a Luna y Pansy en la Sala de Menesteres, era peligroso pero debia encontrarse con el , había sido difícil encontrar descanso entre el entrenamiento del ejercito de Dumbledore. Una sensación de tristeza la invadió, aún resonaban en los vastos pasillos los recuerdos de antaño, se habia convertido en un infierno.

Deteniéndose al pie de la gran escalera, Ginny se preguntó hacia dónde dirigirse a continuación. Debería regresar a la Sala de Menesteres o ir a la torre de Gryffindor, pero ¿cuál era el punto? Sabía que si regresaba ahora, todo seguirá igual. Su mente estaba llena de pensamientos sobre el futuro y el pasado.

Se habia enamorado del chico incorrecto, Harry nunca le dio esperanzas, siempre supo que el solo tenia ojos para Astoria y la Slytherin le caía bien, no la odiaba, era feliz por ambos e intentó salir con Dean, al principio todo estaba bien pero luego de meses el moreno se volvió un celoso y terminó con el de forma amistosa, por lo que ella era libre de hacer lo que quisiera. Su madre le pedía constantemente que debia buscar a un chico bueno que la quisiera, pero no era algo que ella buscara.

Suspirando, Ginny se sentó debajo de las escaleras esperando, miró hacia el techo encantado y vio las nubes arremolinarse, ocultando la noche estrellada fuera de su vista. Se sentaba aquí por un rato, luego regresaba a la cama e intentaba dormir. Quizás algún sentido vendría a ella mientras esperaba.

Greg estaba encontrando difícil dormir esta noche. No fue la primera, sino la quinta o sexta noche de insomnio para él en las últimas dos semanas. Regresar a Hogwarts para continuar sus estudios no estaba en sus planes, pero su madre le había pedido que regresara. Voldemort lo había marcado y su padre se sintió orgulloso.

Al final, no le importó. Draco, Elsa, Theodore, Pansy y Astoria eran repudiados por su casa, eran traidores. El señor tenebroso habia ordenado castigar a los traidores a la sangre pero eso le daba lo mismo. Por supuesto, no era perfecto, pero Greg realmente estaba tratando de ser mejor ahora. Quería enorgullecer a su madre y hacer que el nombre de Goyle fuera algo diferente a lo que su padre había hecho no pensaba seguir su camino .

Pensando que saldría a dar un paseo por el Lago Negro caminó por los largos pasillos, vio a una pelirroja familiar sentada debajo de las escaleras. Greg pensó en ignorarla y continuar su camino, pero la curiosidad se apoderó de el y se fue acercando. Greg atrajo su atención hacia él.

-¿Goyle?- preguntó Ginny, desviando su atención del techo encantado cuando escuchó a alguien toser.-Por fin llegas, pensé que me dejarías plantada -Una parte de ella quería abrazarlo pero se contuvo. Su varita no estaba a la vista, y parecía ser cualquier cosa menos hostil.

-Quizá no tenga la apariencia de un caballero pero lo soy Weasley. Nunca dejaría esperando a una dama-, señaló Greg, dando unos pasos hacia Ginny. -Tuve que esperar que todos estuvieran en sus dormitorios - explicó encogiéndose de hombros.

-Oh-Ginny suspiró y agregó:- deja esa mascara de arrogancia, no te queda.

- Vamos, no te pongas a si Weasley, sabes que bromeó, además soy un Slytherin, es mi naturaleza ser arrogante -Hizo una pausa para preguntar - ¿Sigues sufriendo por el rechazo de Potter? Bastante patético ¿No, Weasley? Una sangre pura rechazada por un mestizo .

Ginny parpadeó, sorprendida por la franqueza de su pregunta. Luego, tragando saliva, se sentía lastimada, herida al mismo tiempo y odio por sus venenosas palabras : -Vete al demonio, Goyle .. No tienes una jodida idea de lo que hablas Harry nunca me ha rechazado y prefiero amarlo a el que a un jodido hijo de mortifagos.

-Vaya, Weasley, si que eres mal hablada -, dijo Greg, con una sonrisa levantando la comisura de su boca. - ¿ Debería sentirme ofendido por llamarme asqueroso hijo de Mortifago? -El Slytherin se encogió de hombros -Después de todo, es lo que soy, el hijo de un mortifago .

Todavía encontrando la situación completamente mal, Ginny intentó tranquilizarse, en los pocos meses que habia hablado con el chico se dio cuenta que era frio y arrogante - No quiero ni tengo ganas de discutir contigo Goyle, creo fue mala idea haber venido, nunca cambiarás -la pelirroja se levantó para irse.

- Weasley, espera -El chico la sujetó antes que se fuera -Yo...... No quiero que te vayas, quédate -Se sonrojó al darse cuenta de lo que había dicho y rápidamente echó la cabeza hacia atrás para ocultarlo, fingiendo mirar al techo.

Ginny sonrió, incapaz de evitarlo. Esta noche estaba resultando ser algo realmente emocionante.

-¿Entonces porque eres ofensivo conmigo? ¿Acaso me odias ?Me estoy cansando de esta rutina, discutimos, nos besamos, volvemos a discutir y me vuelves a besar y a la mañana siguiente fingimos que nos odiamos, estoy cansada de eso, Goyle.

-No te odio, Weasley, no se que me pasa contigo debería odiarte eres una traidora a la sangre - admitió Greg, frunciendo el ceño de nuevo. -Tu representas todo lo que debo odiar y destruir Weasley, pero no puedo odiarte... soy un asqueroso traidor.

-Estas loco Goyle y estoy mas loca por estar aquí contigo... por arriesgarme por ti.

-¿Por fin te diste cuenta? Somos un par de locos -Greg le dijo atrayéndola de la cintura para besarla.

-No creas que un beso cambia las cosas entre nosotros -... Ginny suspiró y rodeó su cuello con sus brazos correspondiendo al beso.

Luego de unos minutos se fueron separando quedando a escasos centímetros de distancia .

-Te odio porque me atraes, odio que me hables de Potter, odio saber que estoy traicionando los ideales de mi familia por ti.

Ginny respiró hondo y exhaló lentamente, -Crees que para mi es fácil besarme con el hijo de un mortifago ¡por dios, Goyle! Cuando llegue el momento ambos nos enfrentaremos, te mataré o me matarás.

-No digas estupideces Weasley, no podría matarte , respondió -Aunque quisiera no podría asesinarte, es mas probable que tu lo hagas -. Se aclaró la garganta nuevamente y dijo - Maldita la hora que comenzamos esto.

-¿Crees que yo podría asesinarte? Maldita sea Goyle me preocupas- dijo Ginny. -Maldita sea si pudieras entenderme pero no lo haces.

-Weasley, no hablemos mas del tema .

Pasaron un rato más besándose, las palabras sobraban y ambos eran consientes de su realidad. Ambos sabían que era hora de irse a la cama, a pesar de querer seguir besándose era muy peligroso alguien podría descubrirlos. Quién sabe, pensó Ginny mientras subía unos pasos por las escaleras; tal vez había más en Goyle que una simple amistad.

-Si tan solo fueras mas abierto quizá podría haber algo mas - dijo Ginny, separándose de el.

Greg suspiró, negando, no se debia ilusionar con Ginny y luego subió unos escalones y la apretó de la cintura una vez y dijo: -Lo mejor es no pensar en un hubiera entre nosotros.

-Todo esta dicho, esta será la última vez que nos veamos- dijo Ginny en voz baja, incapaz de reprimir sus ganas de llorar . -Esto fue bueno mientras duro-... Ginny salió corriendo rumbo a la sala de los Menesteres, se sentía una tonta porque el idiota de Goyle no se daba cuenta de sus sentimientos.

Greg la dejó ir, queria detenerla pero no lo hizo, era lo mejor para ella, el no tenia nada que ofrecerle, ella buscaría a un hombre atractivo que le diera lo que buscaba. Estaba encantado de que hubieran podido hablar esta noche, y ...

-Buenas noches, Weasley.

-Buenas noches, Goyle.

Apenas fue un susurro de ambos, seria terrible pero ninguno podría lastimar al otro, era una promesa en silencio que ambos hicieron.

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Los días y las semanas fueron pasando y el Ministerio junto con El Profeta cayeron en manos de los mortifagos y ahora los rostros de Hans y Harry estaban en todo Gran Bretaña, eran buscados por los aurores y una noche Dumbledore fue por ellos, les habia dicho que les presentaría a alguien, los chicos tenían tantas preguntas pero decidieron dejarlas para otro momento.

-Profesor Dumbledore ¿porque se ausentó tanto tiempo? -Preguntó Hans, con curiosidad - Tom ha estado asesinando Muglees para llegar a nosotros.

Dumbledore miró a ambos chicos de reojo -Lamento haberme ausentado tanto tiempo pero debia buscar respuestas a algo que supe hace poco.

Harry y Hans se voltearon a ver mas confundidos que antes. Los tres caminaban por Londres Muglee, habían llagado a una casa, pudieron notar que no habia nadie, las luces estaban apagadas y al entrar Dumbledore caminó a la sala.

-¿Porque nos trajo aquí?- Preguntó Potter mirando el lugar -No entendemos nada.

-Todo a su tiempo, Harry -dijo con simpleza - como les dije quiero que conozcan a un buen amigo.

Los chicos voltearon a ver alrededor y todo estaba oscuro, apenas lograban ver un sofa viejo en medio de la sala.

Dumbledore fue acercándose y apuntó con su varita, para sorpresa de los chicos el sofa se fue transformando en una persona, un hombre mayor al cual los chicos nunca habían visto.

-¡Por la barba de Merlín! no tenias por que desfigurarme, Albus

-Debo decirte que eres un sillón muy convincente Horace.

Ambos se voltearon a ver, no entendían lo que estaba pasando, se mantenían un paso detrás de Dumbledore, quien le habló con mucha familiaridad .

-Gracias a la tapicería... Pero el relleno es natural ¿Qué fue lo que me delató? -preguntó Slughorn.

-Sangre de Dragón-respondió con simpleza Albus.

Slughorn notó presencia de ambos chicos, los elegidos, famosos en el mundo Mágico, habia escuchado sobre ellos y tenia curiosidad de conocerlos, se preguntaba si Hans habia heredado el talento mágico de su padre .

-Harry, Hans quiero presentarles a un buen amigo y colega: Horace Slughorn.

- Horace, tu ya sabes quienes son, no creo que sea necesario presentarlos.

-Harry Potter, El niño que vivió y Hans Westergaard ¿Debo llamarte Black o Riddle? El Hijo del señor tenebroso y Bellatrix Black ambos son bastante famosos, los elegidos - Slughorn rio.

-Solo dígame, Hans - el Decimotercer príncipe le respondió, disgustado por haber sido llamado como las personas que tanto odiaba.

-¿Porque te escondes, Horace? -le preguntó Dumbledore imaginando su respuesta.

-Los mortifagos intentan reclutarme desde hace unos meses ¿Sabes que es eso? No les gustan mucho las negativas, no me quedo mas de una semana en algún lado, los muglees que viven aquí estan de vacaciones .

-Creo que debemos poner todo como estaba.

Dumbledore agitó su varita y las cosas regresaron a su lugar. Harry y Hans se mantenían en silencio, aquel hombre se notaba asustado algo paranoico.

Dumbledore dejó a los tres a solas mientras curioseaba la casa. Horace estaba nervioso por tener cerca a los elegidos .

-Harry Potter muy parecido a tu padre pero tienes los ojos de tu..

-De mi madre siempre me dicen eso - respondió Potter acomodando sus gafas.

-Lily, la bella Lily, muy brillante y mas impresionante ya que sus padres son Muglees.

-Nuestra mejor amiga y mi novia son nacidas de Muglees, cuide sus palabras, ambas son las mejores de la clase -se apresuró a responder el pelirrojo.

Slughorn volteó a ver a Hans. El hijo del señor tenebroso su mejor estudiante, físicamente el chico era muy parecido a Regulus Black otro de sus estudiantes favoritos.

-No me tomen por prejuicioso, Lily Evans era una de mis mejores estudiantes.

Hans y Harry caminaron hacia una mesita donde habían varias fotos. Los chicos miraban los retratos, Hans tomó una que llamo su atención, el chico se parecía mucho a el, de no ser por el cabello pensaría que es el.

- Regulus Black - se acercó Horace - Son muy parecidos, enseñé a todos los Black menos a Sirius, es una verdadera lastima era muy talentoso, me tocó Regulus, me hubiera gustado tenerlos a todos.

Slughorn le dio una foto a Hans en donde aparecía Bellatrix en su etapa de estudiante, el pelirrojo se quedó mirando el retrato, debia reconocer que era muy hermosa y elegante. Maldita la hora en que conoció a Voldemort .

-Horace -Lo llamo Dumbledore -¿Me puedo llevar esto? -le enseñó una revista - Me gustan las revistas de tejido

-Claro ...pero ¿se van ya? -les cuestionó sorprendió.

-Reconozco una causa perdida cuando la veo, es una lastima que no te unas a la orden del fénix, en fin.

Los tres salieron de la casa y no pasó mucho para que Horace Slughorn saliera detrás de ellos aceptando. Dumbledore estaba feliz.

Habiendo completado su cometido los jóvenes regresaron a la mansión.

-¿Hans estas bien? Desde que regresamos te noto pensativo ¿Fue por la foto de Regulus y Bellatrix? Tu parecido con Regulus es sorprendente .

Westergaard levanto la vista al sentir la mano de su mejor amigo sobre su hombro

- Harry, por primera vez sentí curiosidad por conocer a la verdadera Bellatrix Black, esa chica alegre que vi en la foto no la sádica purista ... siempre necesité el afecto de mi madre, la Reina de las islas del sur siempre me trató con desdén, toda su atención era para sus hijos -Hans se dejó caer al sofa cerrando los ojos, odiaba recordar -Siempre me dejaron al cuidado de las niñeras.

Harry podía entenderlo, el también habia crecido sin el afecto de sus padres, soportando el odio del Tío Vernon y la indiferencia de la Tía petunia. Potter se sentó a un lado del chico llevando su mano a su hombro.

-Nadie puede culparte o reprocharte si sientes curiosidad por conocer a tu Madre. Hans puedo entenderte pero no estas solo ... Corrección, no estamos solos, tenemos a nuestros amigos, tenemos a chicas maravillas que nos aman.

-Tienes razón, Harry, tenemos a personas maravillosas con nosotros, por cierto, ¿Guardaste el libro del príncipe mestizo?

Potter asintió, Hans habia conseguido el libro en la biblioteca de Hogwarts antes de ir a Arendelle y lo mantuvieron en secreto. Los hechizos eran algo nuevo para ellos y conociendo a Hermione los obligaría a regresarlo.

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Ella era una princesa, tan respetada y amable.

Su gente la ama mucho, se preocupa por su bienestar y siempre parecían estar tan emocionados cada vez que tenían la oportunidad de echarle un vistazo. Los reinos vecinos la respetaban, en su mayoría. Algunos todavía cuestionan su capacidad de gobernar desde que era mujer, y también bastante joven.

Pero ella siempre hizo lo mejor que pudo; él sabía que ella estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para mantener su reino seguro y feliz.

Su belleza no era algo para ser cuestionado. Justa, serena, elegante, todo lo que un hombre podría pedir estaba en ella.

La lluvia de invierno golpea el cristal de la ventana. El clima deprimente ni siquiera se compara con los sentimientos de desesperación que resonaron en la Mansión. Elsa observa cómo las gotas de lluvia caen sobre la superficie transparente, pero sus ojos pronto caen en su reflejo que la mira, debia reconocer que era una mujer muy bella.

-Elsa.

Elsa se aleja de la ventana, su rostro se divide en una sonrisa tan pronto como Hans entra en sus habitaciones. Se ve tan guapo como el día que lo conoció. Su cabello rojo se veía ligeramente despeinado desde que había corrido por los pasillos de la mansión para llegar a su novia. Rápidamente cruza la habitación cuando la ve, acercándola.

-¿Está todo bien? Me dijeron que era algo urgente.

Elsa se recuesta, su mano acariciando su rostro. Su amor por él hinchándose en su corazón. Este era el rostro del hombre que sostenía su corazón. El rostro del hombre que había salvado a Arendelle cuando Voldemort atacó y ella no pudo hacer nada . El rostro del hombre que la había salvado y que continuamente la había puesto en primer lugar a pesar de que ella le había dado todas las razones para huir.

-Todo es perfecto, Hans.

Hans no puede evitar reírse ante la expresión de ensueño de su novia.

-¿Por qué?- Hans nota que las lágrimas se juntan en sus ojos -Copo de nieve, ¿qué pasa? Me estás asustando.

-Solo quiero recordar nuestro primer momento como novios.

- novios ...- repite el.

Elsa observa como las palabras dan vueltas en la cabeza de Hans.

-Como novios ...Ella ve el momento exacto en que sus palabras se asimilan porque una sonrisa se dibuja en el rostro de Hans.

- Sí-asiente Elsa mientras ambas lágrimas comienzan a caer libremente.

-Elsa no me gusta verte triste- Ella se ríe mientras sus manos enmarcan su rostro, sus pulgares acarician suavemente sus mejillas.

Era uno de los pocos momentos que habían tenido juntos en los últimos días y Elsa quería que fuera especial. Quería pasar la tarde en su compañía pero pronto la inesperada llegada de Harry anunciándole a Hans que debían marcharse a no se dónde con Dumbledore, les había dañado el momento.

Harry se dio cuenta de lo inoportuno que había sido y finalmente salió de la habitación para esperarlo en la sala.

-¿Me quieres explicar qué significa esto?-cuestionó con las manos en la cintura.

El joven se alzó de hombros y puso las manos en los bolsillos de su pantalón en un gesto nervioso.

-No puedo decirte mucho pero debo ir con ellos.

-Sin mi- añadió ella, molesta.

-Pues sí cariño, no quiero ponerte en riesgo- explicó intentando poner un mechón de pelo detrás de su oreja pero ella al instante lo apartó.

-No puedo creer que no hayas aprendido nada de lo que pasó anteriormente... ¿recuerdas cuando decidiste alejarme para actuar por tu cuenta? no salió nada bien, así que no me vengas con esto. Voy a ir quieras o no. ¿Acaso no confías en mí?

-Claro que confío en ti, pero quiero mantenerte a salvó. Entiéndelo.

-No me importa lo que digas, iré contigo.

-No, tú no irás a ningún lado- dijo poniéndose frente a la puerta.

Elsa se percató que su varita no estaba tan cerca de ella pero sonrió y levantó su mano izquierda formando una ventisca de aire frío que mandó a Hans al suelo, apartándolo del camino.

Él cayó al piso y Elsa pasó encima de él y posó una mano en la perilla lista para salir pero él fue más rápido y antes de que pudiera salirse con la suya la agarró de la pierna y la jaló hacia él, su cuerpo cayó al piso pero su cabeza cayó en una de las manos del príncipe, que él puso a propósito para no lastimarla.

-¿Qué estás haciendo?- dijo ella intentando levantarse.

Se colocó encima de ella y con ambas manos detuvo las manos de la princesa evitando así que le lanzara hielo, ella forcejeó por buen rato hasta que finalmente suspiró cansada.

-¿Ya estás calmada?- preguntó él príncipe, mirando como ella subía y bajaba el pecho debido al esfuerzo.

-No, no estoy calmada, yo te voy a acompañar quieres o no. Ahora quítate de encima.

-¡No, no lo haré!-dijo con simpleza comenzando a encontrar divertida la situación. -Te soltaré solamente si me prometes que no vas a ir y te pondrás a salvo.

Ella negó e intentó mover sus piernas que estaban aplastadas bajo el peso de Hans y en uno de tantos movimientos logró que se levantará un poco y siguió moviéndose pero él perdió el equilibrio y terminó más encima de ella de lo que había planeado, sus rostros a solo centímetros de distancia.

Elsa abrió los ojos y su corazón latía muy fuerte. Era la primera vez que estaban tan cerca y de esa manera, en esa posición podía sentir los latidos acelerados del joven, con una mirada un tanto diferente, casi recordándole al sueño que tuvo aquella noche.

Y pronto vinieron a ella las imágenes de ese sueño y el sonrojo se apoderó de sus mejillas.

-¡Quítate de encima!

Y aunque Hans era igual o más tímido que ella hizo caso omiso y siguió disfrutando de esa hermosa vista.

-¡Que te quites de encima!- le exigió, desviando la mirada tratando de que su mente no trajera de nuevo las imágenes y sensaciones de ese sueño.

-¿Por qué no me miras a los ojos?- preguntó Hans, en una voz suave que Elsa nunca le había escuchado.

Ella le miró y no pudo mantener mas a raya los momentos de ese sueño y sintió por primera vez en su vida que su rostro estaba ardiendo de vergüenza.

A Hans le pareció enternecedor el sonrojo de sus mejillas y la timidez que rara vez veía en ella y sin más la besó.

El beso en un principio fue casto pero poco a poco Elsa fue profundizando el beso. Su inconsciente quería tenerlo de la misma manera que en ese sueño. Hans sintió la manera diferente en que le estaba besando y por un momento se asustó, no obstante, terminó por fascinarle. El joven soltó el agarre de las manos de la princesa y ella dejó que sus manos viajaran hacia el torso de Hans, quería sentir su piel, su calor, pero solo sentía los kilos de ropa que llevaba encima.

Hans reparó en las manos de Elsa alrededor de su pecho y aunque no le molestó, eso activó una alarma en su cerebro, estaban yendo demasiado lejos, más lejos de lo que alguna vez fueron y no estaba bien, sabía que no estaba bien. Hizo un esfuerzo por dejar de besarla y finalmente se retiró de ella. Los dos estaban sonrojados y respirando agitadamente, Hans le ayudó a levantarse y ella todavía nerviosa por lo que había pasado rehuyó su mirada y salió por la puerta diciéndole que lo esperaba en la sala junto a Harry. Hans noto que las palabras no lograban salir de su boca y solo asintió. Cuando ella abandonó la habitación llevó una mano a su boca.

¿Qué rayos acaba de pasar aquí?

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