Guadapelo
-¡¿Hans, Elsa, que están haciendo?!
Ambos jóvenes reconocieron de inmediato esa voz, abrieron los ojos y se miraron con terror y vergüenza y acto seguido Elsa empujó a Hans, apartando lo de ella.
Elsa cómo pudo se levantó entre tropezones y musito un «nada» para acto seguido salir corriendo de la vista de Lupin.
Hans la observó correr y aunque ella ya había desaparecido de su vista sus ojos seguían clavados en el pasillo, sin ánimos de voltear a mirar a su ex profesor, de quien sentía la mirada clavada sobre su nuca. Luego de unos segundos que le parecieron una eternidad, el profesor le habló y no le quedó de otra que voltear, le miró a la cara por unos segundos pero pronto desvío la mirada con vergüenza y sin ganas de levantarse del piso porque sabía que eso lo empeoraría, dado que al parecer su amiguito no se había dado cuenta que lo habían interrumpido en tan penosa situación.
-Supongo que no te puedes levantar -dijo con su típico tono calmado pero firme.
Hans negó con la cabeza.
-Entiendo-suspiró cansino y se sentó en flor de loto a su lado.
Después de un incómodo silencio, el joven alzó la vista, sin poder soportar más la tensión y le preguntó:
-¿No me va a regañar?
El ex profesor se rio levemente.
-Aunque no lo creas, también fui joven una vez y entiendo lo que estás sintiendo, tus hormonas se descontrolan cuando estás cerca de la chica que te gusta. Eso lo entiendo. Lo que no me parece adecuado es tu falta de vergüenza- dijo esta vez elevando un poco la voz- por si lo habías olvidado en esta mansión hay más personas, no solo tú, y sé que es tu mansión-hizo una pausa- pero si para ti es vergonzoso imagínate para ella, además, ¿es así como quieres recordar ese momento especial?
-No-respondió cabizbajo.
-Debes controlarte y esperar el momento adecuado... si te digo esto es por tu bien, tal vez ahora no lo entiendas pero algún día lo entenderás... Y recuerda, si tienes alguna duda o alguna inquietud puedes acudir a mí, no tendré ningún problema en guiarte ¿comprendes?
-Entiendo, profesor-asintió con el rostro colorado, sudor frío en su frente y una voz tambaleante nada usual en el.
-Me alegra que lo entiendas-le dio una palmada en la espalda y se levantó-No le diré a nadie sobre esto-se detuvo y miró los retratos-sin embargo no estaría tan seguro sobre ellos-el joven palideció- ¡Ah! Necesitas tomarte una ducha.
Hans se sonrojó aun más y asintió. Esperó a que el profesor se fuera y se levantó.
¡Maldición, otra vez no!
¡Merlín me odia!
Los retratos seguían insultándole y él a duras penas podía caminar con la erección que tenía en sus pantalones todavía. Los mandó a callar pero pronto volvieron a hablar.
Su corazón se aceleró cuando escuchó que unas voces se acercaban por el pasillo, y previendo lo que pasaría si sus amigos lo encontraban así decidió correr hacia su recámara. A lo lejos escuchó a los retratos parlotear y risas que reconoció eran de Malfoy. Dio un puñetazo a la pared y planeó esconderse ahí hasta el final de los tiempos.
0000000000000000
Theo Nott se sentó en un rincón de la biblioteca y miró los terrenos vacíos de Hogwarts. La biblioteca estaba especialmente tranquila y vacía esa noche. Malditos fueran los Carrow habían torturado a Ginny para humillarlo, ellos sabían que de esa forma también lo torturaban a el. La pequeña Weasley era una de sus mejores amigas.
Desvió la mirada y a lo lejos observó a varios Sangre Pura que se preparaban para ir a casa. Estúpidos. Si tan solo supieran que se avecina la tormenta, pensó abatido e impotente de no poder unirse al la Orden del Fénix .Ellos tenían otra Misión. Dumbledore les dijo que Hans y Harry tenían algo importante que hacer antes de enfrentarse a Voldemort .
Theo estaba agradecido porque su antebrazo izquierdo estaba limpio y sin imperfecciones. Su padre estaba en Azkaban. Le daba gusto, era lo menos que merecía ese bastardo cobarde. Golpear a Elsa solo para que Hans se entregara, era un desgraciado, estaba seguro que si estuviera libre lo hubiera obligado a tatuarse la Marca tenebrosa, no hubiera tenido misericordia. Estaba más que contento de Unirse al Ejercito de Dumbledore y que Potter y Westergaard lo nombraran líder Junto a Neville, quien al principio no le agradó pero ahora tenían una especie de amistad.
-Maldito Goyle juro que te mataré. Jodido bastardo -apretó su puño, por su culpa Ginny estaba en la enfermería .
Theo estaba preocupado por sus amigos, naturalmente, y por la tarea que le había encomendado el Señor Oscuro a varios compañeros de casa. No conocía los detalles pues todos guardaban silencio cuando el estaba en su sala común, pero los elfos domésticos escuchan y hablan. Sobre todo, a juzgar por las botellas de whisky de fuego que había ayudado a Zabini a bajar esa noche en particular, el joven Slytherin sabía que iba a ser una pesadilla. El único consuelo era que sin su padre no tendría que preocuparse de ser obligado a tatuarse la Marca, tenia pensando decirle a Dumbledore que usara Nott Manor como cuartel General . Se había quedado despierto tantas noches ese verano, escuchando a chicos de diferentes casas gritar por el dolor que esos miserables causaban. Queria arrancarse las orejas, no queria seguir oyendo los llantos y gritos.
Comenzó a odiar la maldita ideología de sangre, sonrió levemente al recordar a sus amigos Harry y Hans, lo habían ayudado y por primera vez tenia amigos verdaderos que se preocupaban por el. Conoció a Luna, su luz en la oscuridad, la única Chica que le importaba, estaba dispuesto a luchar contra el señor oscuro, estaba tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta que su novia lo buscaba.
Luna Lovegood lo buscó por todos lados y lo encontró sentado solo y cavilando, sabia que su novio se sentía culpable de lo que paso con Ginny.
-Hola Theo- dijo con calma mientras se dirigía hacia él.
Su cabeza se levantó de golpe, no por la voz, pero la calidez en ellos fue suficiente para sacarlo de sus oscuras cavilaciones. Su rostro se iluminó al verla. Estaba vestida con un vestido azul oscuro que le quitaba a su cabello su brillo etéreo pero hacía que sus ojos fueran mucho más misteriosos. Estaba acariciando a la señorita Norris que parecía, por primera vez en toda su vida en el castillo, feliz. Luna vio la dirección de su mirada y la expresión desconcertada en su rostro. Dejó escapar una risa tintineante y dejó a la señorita Norris en el suelo. Después de un tramo perezoso, el gato se alejó.
-Por fin te encontré -dijo Luna en voz baja, como si estuviera impartiendo un secreto-Theo, no te sientas culpable por algo que no fue tu culpa.
Completamente perdido en la situación, Theo solo podía mirarla. Su cerebro parecía haber sufrido un cortocircuito y se sentía como si estuviera mirando a través de un cristal, los gritos de Ginny aún retumbaban en su cabeza. Luna, ignorando su falta de respuesta, acercó una silla a su mesa y continuó.
-Theo, todos sabemos que intentaste impedir lo que esos malvados le hicieron a Ginny. No deberías sentirte culpable. Neville te estuvo buscando pero no llegaste a la Sala de menesteres.
El chico suspiró, cerrando los ojos, no se sentía lo suficiente digno para seguir al mando del ejercito de Dumbledore, le habia fallado a sus amigos. ¿Como vería la cara a Ron, después de permitir que torturaran a su hermana enfrente de el?
-Luna le fallé a todos, se supone que mi deber como líder del ejercito de Dumbledore es protegerlos y no pude hacerlo, deje que esos malditos torturaran a Ginny ¿como puedo ver a la cara a Ron?
Él la miró directamente y vio que sus ojos se endurecían por una fracción de segundo, antes de volverse soñadores nuevamente. Se levantó de la mesa, y lo abrazó, queria reconfortarlo.
-Todos sabemos que si hubieras hecho algo los Carrow también te hubieran torturado ¿Entonces que hubieras ganado? ¿Terminar en la enfermería? Hablé con Ginny y me pidió que te buscara pero queria darte tu espacio.
-Luna tienes que mantenerte alejada de mi por un tiempo, no deben vernos juntos, esos desgraciados me odian por traicionarlos... saben que jamás suplicare aunque me torturen por eso usan a mis amigos, lastimándolos me lastiman.
-Lo siento Theo, pero no pienso alejarme de ti también soy parte del ejercito de Dumbledore, es ridículo lo que me pides -escuchó sus ligeros pasos deslizándose hacia él.
El chico sabía que era una batalla pérdida el discutir con su novia, quizá nadie lo creyera pero Luna tenia su carácter y eso era lo que le gustaba de ella.
Luna se acercó, con cuidado y le dejó un pequeño beso en los labios. Se sintió terriblemente triste al darse cuenta de que debajo de su actitud tranquila y serena escondía tanta confusión y miedo, queria protegerlo.
Theodore era todo para ella, junto a su padre era de las personas mas importantes de su vida.
XX
Theo seguía mirando por encima del hombro en cada recodo del corredor y no soltó su varita hasta que estuvo instalado en el terciopelo del sillón frente a la chimenea en la sala común de Slytherin. Su mente estaba zumbando con escenarios, posibilidades, sospechas y miedo. ¿Como protegería a Luna? ¿Cómo proteger a todos de los Carrow ? Snape no era una opción, era parte del grupo de confianza del señor tenebroso, además, de seguro le consideraba un traidor a la sangre. No sabía si debería informarle eso Hans y Harry y lo paso con Ginny, no queria preocuparlos, ellos tenían suficientes problemas, podría hacer que su amigo se preocupara más y lo empujara a tomar algunas decisiones equivocadas, como venir a enfrentar a los Carrow. Solo tenía que tener cuidado la próxima vez que estuvieran en defensa contra las artes oscuras. Ser atrapado con ese libro no habría terminado bien para él hoy y si Snape lo hubiera atrapado estaba seguro que lo torturarían para sacarle la información sobre Los elegidos, provocando la ira del Señor Oscuro posiblemente y Theo no quería ver esa cara de serpiente retorcida nunca en su vida.
-Vaya, Vaya. ¡Miren a quien tenemos aquí!
Adrián Pucey bajaba por las escaleras que conectaban los dormitorios, tenia esa asquerosa sonrisa de superioridad que tanto odiaba -Theodore Nott, el Traidor a la Sangre y Amante de los sangre sucia.
Theo quiso irse a su dormitorio, no tenia ganas de discutir con ese idiota, además, que no era tonto, sabía que el único que perdería seria el, esos imbéciles estaban protegidos por Snape.
-¿Donde crees que vas, Nott ?-lo sujetó Pucey del brazo -Pensé que juntarte con esos asquerosos leones te volvería valiente pero resultaste un cobarde traidor.
Theo se soltó sin bajarle la mirada, notando que con el estaban Daphne, Crabbe y otro chico que no recordaba su nombre, se le hizo raro que Goyle no estuviera con ellos.
-No vuelvas a tocarme pedazo de animal -El pelinegro lo tomó de su túnica golpeándolo contra la pared - la próxima vez que me toques terminaras con varios crucios.
-No te hagas el digno conmigo, Nott, todos sabemos que eres un asqueroso traidor, tu cabeza junto a la de Malfoy, Parkinson, Greengrass la Sangre Sucia de Elsa y ahora Bulstrode tiene precio. El señor tenebroso me recompensara bien si entrego a los Traidores a la sangre amigos de Potter y Westergaard incluso el Señor tenebroso me permita divertirme con tu noviecita, la Lunática, no esta nada mal ¿sabes?
Theo enmudeció, incluso los Slytherin que estaban presentes abrieron los ojos sorprendidos, lo último que se vio fue una cabellera castaña abalanzándose sobre él. Theo podía tolerar que lo llamaran traidor a la sangre o hijo de mortífago, pero no perdonaría a quien lastimara a Luna, ella era todo para el .
-¡Theodore, suéltalo te meterás en problemas con los Carrow! - gritó Pansy, asustada.
-¡Golpéalo en la cara! - Lo animó Blaise,Pucey no podía defenderse, era un bocón insoportable, pero en lo físico estaba perdido. Nadie hizo ademán de querer separarlos, tampoco el resto de los Slytherin, quienes reían viendo la pelea, hasta que llegó Snape y le quitó a Theo de encima.
-¡Te vas a arrepentir, Nott !- Le gritó el Chico -Te juro que te vas a arrepentir.
-¡Atrévete! - Respondió. - ¡No podrás hacerme nada, te mataré si le pones tus asquerosas manos a Luna o a cualquiera de mis amigos!
-¿Quien diría que Nott tendría los pantalones bien puestos? Me estaba cansando de ese maldito hablador - comentó Blaise, riendo, para tomar asiento colocando sus manos detrás de su cabeza -Pucey se lo merecía, es un cobarde.
-Cállate Zabini -lo encaró Pansy pensando que se estaba burlando de su amigo - No sabes lo que estas hablando. Theodore será castigado por esos asquerosos mortifagos.
-No te enojes, Parkinson -se levantó Blaise, para quedar a unos pasos de ella -No lo dije burlándome, realmente fue genial que Nott le diera su merecido a ese idiota de Pucey ... una cosa mas, mi familia no simpatiza con las ideas del señor tenebroso, mi madre es fanática de la moda Muglee.
Zabini le sonrió, para luego subir a su dormitorio dejando a Pansy en medio de su sala común bastante confundida. Nunca habló con Blaise Zabini pero el chico no parecía una mala persona, quizá seria un aliado, luego pensaría en eso, iría a buscar a Neville, ambos podrían ayudar a Theodore.
Neville caminaba por los pasillos rumbo a su torre, fue a ver como seguía Ginny, queria quedarse con ella pero la chica le insistió que estaría bien y que necesitaba descansar. Al doblar por uno de los pasillos se topó a Pansy que venia a toda prisa.
-Neville, que bueno que te encuentro -la chica hablaba con dificultad a causa del cansancio -Snape se llevó a Theo a su oficina para castigarlo.
-Dime ¿que fue lo que pasó, Pansy?-le preguntó Longbottom, preocupado -Hace media hora mas o menos nos reunimos en la sala de Menesteres...
Pansy le relató lo que habia pasado, el porque Theo golpeó a Pucey. Neville sintió un profundo desprecio por ese bastardo, queria molerlo a golpes al desgraciado de Pucey, era un cerdo pero ya se las pagaría en otro momento. Ambos se encaminaron a la oficina de Snape para intentar ayudar a su amigo.
000000000
Millicent Bulstrode era una chica simple.
No era hermosa y esbelta como Astoria y Elsa, ni siquiera femenina como Pansy, pero era una chica al fin y al cabo.
Habia renunciado a una vida de lujos por amor y no se arrepentía en lo mas mínimo, estaba locamente enamorada de George Weasley, al principio le pareció una locura acompañar a Potter y a Westergaard en busca de quien sabe que cosa. Era peligroso, incluso George le habia pedido que se quedara con sus padres pero decidió acompañarlo, estar a su lado.
George era el sueño de toda mujer, era un Sangre pura, su familia pertenecía a los Sagrados 28, era guapo, su mirada arrebatadoramente sexy. Tenia un futuro brillante con sortilegios Weasley, también era un buen jugador de Quidditch, su unico defecto era ser un Gryffindor.
Uno de los placeres más ocultos de Millicent era observarlo, el se daba cuenta y le sonreía causando que su corazón latiera mas rápido.
Y su risa, ¡Merlín! amaba verlo reír, pero , era como líquido ardiente corriendo por sus venas. Se quedaba anonadada observándolo reír, disfrutando del maravilloso sonido y de la vista de su hermoso rostro, con las mejillas sonrosadas y los ojos más brillantes que nunca.
Ella pertenecía a una familia rica, nunca le faltó nada, todo lo que queria se lo daban y desde pequeña siempre fue muy consentida pero las cosas materiales perdieron valor para ella desde que lo conoció, los Weasley no eran ricos pero tenían algo mas importante: amor.
.
Volvió a la realidad cuando escuchó la voz de Hans hablando con su novio, junto a Elsa hechizaron la casa de campaña, haciéndola mucho mas grande y al mismo tiempo habia colocado algunos hechizos para no ser emboscados mientras dormían.
La navidad estaba por llegar y la gran mayoría tenia planes, mientras ellos estaban en el bosque buscando quien sabe que, tomaron la decisión de separarse de Potter y los otros. Estaban solos en medio del bosque.
-Esta noche nos quedaremos aquí -Habló Hans dejando unos papeles en la mesa - Mañana buscaremos a Mundungus Fletcher, el tiene el Guardapelo de Salazar Slytherin.
George se acerco al pelirrojo tomando asiento en una de las sillas que se encontraban cerca de la mesa.
- Mundungus Fletcher es un Asqueroso cobarde por su culpa Ojo loco esta muerto ¿Puedes confiar que nos dirá la verdad?
Hans suspiró, George tenia razón. Mundungus Fletcher era un sucio traidor y cobarde pero era el unico que sabia donde estaba guardado el guardapelo.
-Créeme que lo sé, George -El pelirrojo llevó su mano a su cabello despeinado - Tampoco confió en ese cobarde pero debemos encontrarlo el tiene lo que estamos buscando, debe estar escondido como una rata.
Elsa y Milli se encontraban colocando los últimos hechizos fuera de la tienda de campaña, debían asegurarse de que el lugar fuera seguro. Luego de unos minutos, ambas entraron, para Elsa el frio era agradable, aprendió a controlar su poder.
-Con los hechizos que colocamos estaremos seguros -Dijo la futura reina sonriendo y al notar el semblante serio de los chicos preguntó - ¿De que estaban hablando?
-Debemos encontrar a Mundungus -Le respondió Hans sonrojándose aun tenia muy presente lo que habia pasado en la mañana - El tiene el Guardapelo de Slytherin, debemos destruirlo.
-Concuerdo con Weasley, ese tipo no es de confianza -Elsa le dijo sin mirarlo, no queria que el se diera cuenta que estaba sonrojada - Debemos tener cuidado, si nos encuentran nos entregaran al señor tenebroso.
-Westergaard - Milli lo llamó -¿Tienes Elfos domésticos? -le preguntó.
Los tres voltearon a ver a la chica, no entendían a que venia su pregunta.
-Si... Tenemos al Elfo domestico que era de Sirius, Kreacher ¿Pero a que viene esa pregunta?
-Podrías llamarlo, por favor -le pidió.
Hans no entendía porque la chica le pidió que llamara a su Elfo pero lo hizo.
-Kreacher- llamó poniéndose de pie.
El Elfo domestico no tardó en aparecer, los miró con asco. Elsa hizo una mueca de disgusto, queria congelarlo, pero se contuvo, lo necesitaban. Cuando ella fuera la Señora Black muchas cosas cambiarían, una de ellas es que les enseñaría lo que es el respeto a ese Elfo.
-Westergaard, ordénale que vaya por Mundungus y que no regrese sin el.
Hans se acercó al Elfo, quien lo miraba con un profundo desagrado, nada nuevo para el, estaba seguro que si Hermione lo viera lo colgaría en la torre de Astronomía .
-Kreacher, quiero que me escuches con atención -pidió el joven intentando no sonar grosero -Quiero que me hagas el favor de traerme por la mañana a Mundungus Flecher, pero nadie debe saber donde estamos ¿Te queda claro?
-El ultimo Amo Black es una vergüenza, ser amigo de los sangre sucia y los Traidores a la sangre, el Amo Hans es muy parecido al Amo Regulus pero muy diferentes, el Amo Hans es la vergüenza de los Black, si mi querida Ama Black estuviera viva la mataría de un disgusto ¡oh, pobre de mi Ama Black! El Amo Hans es igual al vago del Amo Sirius ¡oh, pobre de mi Adorada Ama Black!-Repetía el Elfo domestico con voz lastimosa.
Elsa cansada de las faltas de respeto del Elfo le lanzó una ráfaga de hielo, empujándolo al piso. En definitiva Hans era un Griffyndor, no sabia tratar a los Elfos domésticos, esa porquería creado por Granger P.E.D.D.O no era mas que una estupidez .
-Escúchame bien, estúpido Elfo, en mi presencia respetaras a Hans, el es tu Amo, tu lugar es servirnos así que mueve tu asqueroso trasero y cumple lo que te ordenaron o juro por Merlín que te convertiré en un bloque de hielo.
George queria reír por la amenaza de Elsa pero Milli le dio un codazo.
-Apestosa Sangre sucia, los Mortifagos vendrán por ti y la chica Granger -Le grito el Elfo.
Hans no pensaba soportar que llamaran a Elsa Sangre sucia y menos un elfo domestico. Algún día seria su esposa y sería tratada con respeto, al diablo con la amabilidad.
-Kreacher -El pelirrojo alzó la voz -Te ordeno que hagas lo que te dije y una última cosa: Jamás vuelvas a llamar Sangre sucia a Elsa, algún día ella será la señora Black y deberás obedecer. Ahora ve a cumplir con lo que te ordené.
El elfo domestico desapareció, dejando a los chicos solos. George comenzó a reír, por fin Hans puso en su lugar a ese Elfo.
Luego de unos minutos, los cuatro chicos se fueron a dormir cada uno en su habitación.
0000000
Se encontraban con Potter en medio del bosque, Hermione habia hechizado la Casa de campaña. ¡Joder que frio tenia! pensó que convivir con Elsa lo ayudaría pero no fue así, el frio era insoportable y las vacaciones de Navidad estaban a punto de llegar. Los magos y brujas charlando de lo que seguro harían en sus vacaciones espectaculares y el se encontraba en medio de la nada .
-Así que... Dime, ¿Granger alguna idea para entrar en calor? -le preguntó, moviendo sus cejas de forma coqueta -Tengo algunas ideas, Potter y Astoria de seguro ya estan dormidos.
Hermione se sonrojó, desviando su mirada -Por respeto a Harry deberías controlar tus hormonas y a tu amigo de abajo Malfoy.
Malfoy chasquea la lengua con fastidio -No seas una frígida Granger, dime ¿Que crees que Potter y Astoria estan haciendo en su habitación? No creerás que estan leyendo algun libro ¿Oh si? O ¿mucho menos durmiendo? -antes que la conversación se pusiera más incomoda Hermione intentó cambiar el tema -Ese no es nuestro problema Malfoy, no podemos hacer esas cosas sucias aquí.
Malfoy negó, con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
-¡Por Merlín! Granger, incluso Westergaard casi fue descubierto con Elsa follando en medio del pasillo, es un jodido pervertido ¿Que tiene de malo que tu y yo lo hagamos ahora? -explicó sonriendo arrogantemente -¿Acaso no quieres Granger?
-Claro que quiero Malfoy, pero no aquí, me incomoda la idea de saber que Harry esta a unos cuantos metros de nosotros -Hermione se acercó a besarlo, tomando la mano de Draco-Dame un tiempo mas, Malfoy.
-Solo estoy fastidiándote, Granger, pienso esperar el tiempo necesario.
-¡Te amo Malfoy, nunca dudes de mi amor por ti, solo que no me siento lista para dar el siguiente paso! -Hermione se sentía como una tonta, bajó la mirada al piso, sonrojada.
Draco tomó su rostro entre sus manos para que sus miradas se encontraran, queria trasmitirle lo mucho que la amaba.
-Granger... Voy a esperar el tiempo que sea necesario para que estemos juntos. Te amo con todo mi corazón .
Sin embargo, tras una oleada de besos y miradas cómplices, Hermione no podía apartar su mirada de Draco, pensó que eran esas típicas hormonas del crecimiento, la adolescencia, donde las chicas se empiezan a sentir atracción carnal. Draco es el más guapo; tuvo suerte que Malfoy se fijara en ella teniendo a chicas mucho mas lindas incluso la belleza de Elsa era superior a la suya.
-Draco, quiero que seas completamente sincero conmigo-hizo una pequeña pausa para seguir hablando, bajando su mirada, -¿Alguna vez te sentiste atraído por Elsa? Me refiero, a que ambos pasaban tiempo juntos, eran llamados el Príncipe y la Princesa de Slytherin.
Draco no entendía porque de pronto Hermione le hacia esa clase de preguntas. Acunó su rostro con sus manos y su mirada en ella.
-No se porque me haces esa clase de preguntas Granger, pero la respuesta es: No. Jamás he visto a Elsa como algo mas que no sea mi mejor amiga, la quiero mucho pero es un amor fraternal, no tuve hermanos y Elsa es la hermana que nunca tuve y se que ella tampoco siente esa clase de sentimientos por mi -Le robó un beso para luego reír -Además, ambos somos un par de egocéntricos, una mala combinación. Elsa terminaría congelándome
Hermione rio de buena gana, rodeando sus brazos alrededor de cuello y lo acercó mas a ella, sintiendo como su corazón latía mas rápido.
-Eso seria una lastima, Malfoy -le susurró, bromeando -Eres demasiado guapo para terminar dentro de un bloque de Hielo .
-Vaya, Granger, por fin aceptas que soy guapo -le devolvió la broma, riendo - Pero dime ¿que hay de ti y Westergaard?
Hermione parpadeó varias veces ¿Porque todos pensaban que entre ella y Hans hubo o hay mas que una amistad? ¿Un chico y una chica no podían ser amigos?
Granger sonrió -No se porque todos piensan que me gusta Hans, eso jamás paso ni siquiera se me pasó por la cabeza enamorarme de el, solo somos amigos.
-Quizá porque en primer año andaba detrás de ti como tu perro faldero -se quejó Malfoy desviando su mirada a un lado y se cruzo de brazos.
-El príncipe de Slytherin celoso.
-Ugh...¿Porque debería estar celoso de Westergaard ?-bisbiseó bajo, entrecerrando sus ojos - Créeme Granger, soy mucho mas guapo que ese pelirrojo.
-Claro que estas celoso, el señor príncipe de la serpientes ¡Esta celoso! -la castaña se burlaba - No deberías estar celoso, Draco ¿te digo un secreto?' Tu eres mas guapo que Hans, los pelirrojos no son mi tipo. Me gustan los rubios .
-No le digas a tus amigos, ni a los míos, pero siempre he tenido interés en una chica muy diferente a las demás... como puedes ver, la mayoría de chicas suelen ser estúpidas -hizo un ademán sincero, carente de mofa -Todas interesadas en las riquezas y pertenecer a la alta sociedad pero tu Granger eres diferente una digna señora Malfoy .
Suspirando, mostrándose abierta a la conversación, tras tolerarlo como una pequeña estupidez, ladeando un poco la cabeza -¿Creí que te gustaba ser seguido por un tumulto de brujas y que eso te daba mucha satisfacción?
-¡Bah! Eso jamás. Nunca me han gustado las princesitas interesadas, busco algo mas, Granger -le dijo cruzándose de abrazos sin mirarla -En serio, Granger tu eres el tipo se chica que me gustan -Hermione sonrió de lado.
Hermione sentía las mariposas revolotear en su estomago, se sentía como una tonta chica enamorada.
Una sonrisa, rompió el silencio - Eres adorable cuando no te comportas como un tonto egocéntrico, Draco, me haces sentir especial.
Draco niega -Ser egocéntrico es parte de mi personalidad, deberías estar acostumbrada -ambos rieron.
-Sabes...-le mostró un libro sobre los licántropos y como hacer una poción matalobos -A veces pienso que no eres tan ruin como te juzgan... eres un idiota adorable.
-Lo sé y gracias -viéndola caminar, sin antes detener su andar -Granger, cuando toda esta mierda de guerra termine pienso darte un costoso anillo de compromiso.
-No tiene que ser costoso, Draco, solo quiero algo simple pero significativo -sonrió algo coqueta -Podemos colarnos a ver las estrellas sin que nos molesten. Estan dormidos.
Ambos caminaron en direcciones opuestas, sabiendo que tendrían una cita, indirecta, sin que nadie se entere.
-Buenas noches Malfoy, descansa
-Buenas noches, Granger.
00000000
Unos minutos más, tan sólo en unos momentos más dormiría, simplemente quería seguir disfrutando de la sensación de tocar su piel y sentirlo cerca. El frio de la noche le daba un toque romántico al momento, parecía no querer cesar y el frio aumentaba. Harry dormía boca abajo sin la camisa colocada, mientras Astoria acariciaba su espalda, adoraba hacerlo, eran como riachuelos en una colina magnífica.
La Slytherin aspiró el aroma masculino de la espalda de Potter y pegó su mejilla junto a él sonriendo para sí misma, soñaba que ello pudiese ser todos los días.
-¿Qué haces, Tory ?-murmuró Harry entre dormido.
-Perdón por despertarte, pero no puedo dormir contigo a mi lado-Contestó la chica, depositando un beso en la espalda de Potter.
Harry se giró para darle la cara a Astoria y la abrazó fuertemente para después ponerla encima de él.
-Entonces ¿Qué desea hacer a altas horas de la noche, Princesa?- Sonrió pícaramente.
Tory quedó enamorada de su sonrisa, adoraba cada expresión de Harry, cada expresión era una sensación nueva.
-No lo sé señor Potter ...- contestó la chica mientras se colocaba a pocos milímetros del rostro de Harry.-probablemente el juego que nos gusta más.
Harry acarició a Tory desde su rostro hasta el nacimiento de su pecho mientras la besaba. La chica sintió su ritmo cardíaco acelerarse de nuevo y como en otras veces los copos de su sudor caían fervientes sobre su cuerpo. Él era el único capaz de provocar eso sobre ella, literalmente derretirla.
-Entonces traeré el tablero de ajedrez- Respondió el chico causando una risa en Astoria. Sin embargo, la siguió acariciando vivazmente hasta desprenderla de sus prendas para dormir.
La chica cerró los ojos disfrutando las caricias de su amante, cuando llegaba a tocar la orilla de su ombligo siempre emanaban un ligero aliento fresco, quemaba su garganta, le indicaba que quería más de ello. Recorrió sus finas manos por los pectorales de Harry. Bajó hasta sus abdominales, dejando que su mano recorriera más de su territorio...
-No bajes más o no me podré contener- Susurró Harry.
-A veces es bueno dejarlo salir.
Harry tomó a Astoria por sus caderas y la colocó debajo de él, perdiendo el control sobre sí mismo, desató toda esa pasión que la chica provocaba en él, no paraba de besar sus hombros, amaba sus hombros y los suaves que eran.
Tory correspondía a cada caricia de Potter, junto a él sus sensaciones se multiplicaban a la decima potencia que todo poder que tenía sobre ella se drenaba en el único deseo de complacer a Harry , ambos se necesitaban con desesperación que la cercanía perfecta era de cero.
Fue hasta que el chico descendió por primera vez más allá de su vientre, sintió primero una humedad desconocida, un arrebato incontrolable, una vergüenza que se opaco con la lujuria y al final la desesperación de que él no se tuviera que separar nunca de su zona más privada.
-No sabía que... podías hacer eso... -suspiró Tory mordiéndose el labio intentando no dejar salir sonidos que la avergonzaran. Malfoy, Granger y Weasley estaban a unos pasos de ellos.
Desde abajo, Harry alzó el brazo y con un dedo silenció los labios de Tory, prosiguió por entretenerse con los fluidos helados que emanaba el cuerpo de Astoria, cada gota refrescante encendían más su anhelo de poseerla, dejar de jugar y enseñarle que sin él no puede vivir. Sintió las manos de Tory acariciar su cabello, aceptando el placer que le proporcionaba probarla de todas las maneras posibles.
-Para...-gimió la chica-te necesito...
Y Harry se detuvo sólo para observar a la mujer que había despojado del velo puro, al verla, el deseo se remplazó por una ternura inquebrantable, sus mejillas ruborizadas le decían ámame y sus labios le gritaban bésame. Cayó suavemente sobre el cuerpo de Astoria, esta vez siendo aceptado por cada miembro de la chica y entró en ella causando ese calambre que recorre sus extremidades cada vez que hacían eso y mientras ambos se mecían con el sonido de las criaturas del bosque las paredes de su cabina se adornaban con inofensivos fractales de hielo que se derretían al tacto de los cuerpos de Harry y Astoria.
Ambos siguieron amándose por largo rato hasta quedar dormidos, abrazados uno al lado del otro.
...
Hans por otro lado, se encontraba acostado en su habitación aventando una pelota al techo una y otra vez. Le habían dicho que eso era relajante pero el ya se estaba estresando aún más. No podía apartar de su mente todos los acontecimientos del día: Voldemort, los horrocruxes, mantenerse a salvo y... Elsa.
Todo ese día se estuvieron evitando y no podía dejar de sentirse incómodo, avergonzado, por lo de esa mañana. Llevaba horas intentando dormir en las cuales el impulso de salir de ahí e irrumpir en la recámara de Elsa para disculparse, sin embargo, ese impulso lo tenía que contener ya que sentía que si volvían a quedarse solos quizá esta vez no podría contenerse.
¡Maldita sea, soy un pervertido!
Aventó la pelota al piso pero no la escuchó rebotar, eso llamó su atención y al girar en esa dirección, casi se lleva un susto de muerte al mirar que Elsa sostenía la pelota en una mano, le sonreía de lado con sensualidad. El trago grueso.
-¿Elsa que...
No obstante, pronto se vio silenciado por un dedo de la joven en sus labios.
-Cállate, tontito.
Al decir esas palabras, Elsa se subió encima de él y comenzó a dejar un rastro de besos húmedos en el cuello del joven. Hans en un principio se quejó pero al sentir esas caricias recorrer su cuello, su pecho le fue imposible no reaccionar a ello. Y más aún cuando se percató de los pezones de Elsa rozando su pecho. Elsa llevó sus manos al cinturón de Hans y una parte de el, despertó. Elsa sonrió, perversa y sus manos lograron deshacerse del cinturón, pronto acarició la masculinidad del príncipe por encima de la ropa.
Hans quería moverse pero algo se lo impedía, solo podía ser consciente de como Elsa se frotaba contra él. Era dolorosamente placentero.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro