La Ilíada del Palisman.
Vamos con otra escena antes del cap, ¿Quién las extraño?.
En la sala de espera, de un hospital pintado de blanco, un montón de gente estaba esperando casi comiéndose las uñas, fruto de los nervios de la situación, pero la mas perturbada por la situación era una mujer morena de cerca de veinticinco años.
Luz Noceda caminaba en círculos rápidamente de un lado al otro, a ese paso iba a excavar un hueco en el piso.
-disculpen- interrumpió una bruja del aquelarre de curación- necesito el padre o la compañera de la señorita Amity- pidió señalando una puerta que decía "sala de partos".
-yo soy su compañera- sentencio Luz entrando.
-yo soy el padre- interrumpió Alador y sin el permiso de la bruja entro a la sala.
-y yo soy bien padre- aseguro Eda también entrando a las malas.
-yo soy madre y padre a la vez- relato Camila y saliendo de quien sabe donde entro a la sala a las malas.
-y yo soy un hijo- señalo Edric entrando y saludando a la enfermera.
-y yo el espíritu- sonrió Emira imitando a su hermano.
-y yo el santo - espeto Gus también entrando.
-Amen- fue lo único que dijo Willow y juntando sus manos entro.
-y yo... yo solo quiero ser popular- reitero Boscha entrando y cerrando la puerta.
La encargada de la sala se quedo afuera, apenas considerando lo que acababa de pasar, cuando una angelical y melodiosa voz la saco de sus pensamientos.
-¡¿DONDE P*TAS M**RDAS ESTA LA ENFERMERA?!- era la angelical y melodiosa voz de Amity entrando a labor de parto.
Antes de poder hacer algo la puerta se abrió, y un montón de manos arrastraron a la sala.
Mejor empecemos antes de que se ponga feo.
Ahora nos ubicamos en el castillo del tiránico emperador Belos, mas específicamente donde el hombre respiraba a duras penas, a su lado un muchacho de capa y armadura lo espetaba, pese a verse sereno, un pequeño tic en su mano denotaba su nerviosismo.
-así que...- empezó el emperador con voz grave y áspera- la mestiza esta muerta ¿estas seguro de eso?- pregunto, se denotaba cierta rabia en su timbre de voz.
-s-s-si señor, ha-hasta la busque por todos lados en las islas- respondió el muchacho en un vano esfuerzo de mantener su compostura.
Las pupilas fosforescentes de Belos ardieron, su respiración se volvio mas violenta, soltando un fuerte bramido se paro de su asiento y de un simple golpe en la cabeza mando a volar escaleras abajo al guardia dorado.
El pobre cuerpo del chico recibió tantos impactos como fue posible, hasta se le cayo su mascara, revelando a un chico, apenas un adolescente, rubio, cubierto de cicatrices y de ojos magenta, el pobre al llegar al piso volteo hacia el trono, su visión era de todo menos normal, el emperador se había tornado en una bestia, grande y escurriendo una extraña masa, soltó un par de suspiros y lentamente regreso a la normalidad.
-¿sabes que? solo tráeme mas palismanes- ordeno agarrándose el rostro, haciendo un esfuerzo por mantener sus estribos.
-y-y-ya no hay señor- espeto el muchacho buscando su mascara, el emperador lo volteo a ver con ira- la palismadera fue sobreexplotada- explico con miedo en su voz.
-entonces has lo que haga falta...- manifestó con furia el mayor- tal vez así compenses el perder a la bruja mestiza- sentencio y apenas el chico recupero su casco asintio y se fue.
Cuando se retiro dejo caer un par de lagrimas de melancolía mientras andaba por el corredor...
Ese mismo día pero unas horas después.
Luz estaba sentada en su cama, sobre una almohada estaba su nuevo amigo, el ratón del eco estaba reproduciendo varias imágenes al aza.
-¿Luz? ¿que haces?- pregunto Eda entrando, el ratón apago su proyección al oírla.
-oh, solo estaba buscando en el diario del humano- explico con simpleza Luz agarrando al animalito y llevando a la su jaula especializada.
-¿has encontrado algo interesante?- pregunto la mujer canosa entrando al lugar.
-hasta el momento nada del portal, pero me he entendido bien con el, me ha dado muchas cosas interesantes- explico Luz ahora tomando su libreta- por ejemplo, se llamaba Philip Wittebane, y creo dos hechizos "Necrotmenthia" para enemigos y "Hermecarius" para sanar el otro- relato leyendo las paginas.
-bueno, pero alístate, ya casi iremos con tus amigos por tu bas...- no alcanzo a terminar cuando su hija, hecha una ráfaga de viento salió disparada hacia la puerta.
-¡mamas ya estoy lista!- anuncio ya bien vestida y peinada, sus madres arribaron a la escena segundos después.
-dos punto quince segundos, gane la apuesta- presumió Camila señalando su reloj de pulso, Eda en respuesta se agarro las caderas con miedo.
Y sin ya tanto circo salieron de la casa.
En algún bosque oscuro que da meyo.
Nuestros héroes iban por un sendero sinuoso y traicionero, a simple vista podría parecer una película de terror, pero ya se habían acostumbrado, producto de sus muy alocadas aventuras, sin lugar a dudas la mas feliz era Luz, yendo de la mano con su nueva novia, una diosa con cabello de algodón de azúcar, termino exigido por la propia Luz.
-así que ¿al fin se volvieron novias?- pregunto Boscha siguiéndolas de cerca.
-si ¿lo puedes creer?- devolvió muy animada Luz.
-felicidades, solo tuvieron que medio matarse para darse cuenta- espeto burlona Willow a la pareja.
-digan lo que digan, yo estoy muy feliz- señalo Amity sin darse la vuelta.
-¿y a ustedes dos que les paso?- pregunto Boscha alzando dos de sus tres cejas y viendo hacia atrás, Gus ahora tuvo que ponerse un diente de oro y Skara tenia una venda pegada a su mejilla.
-cosas con mis suegros- respondió con simpleza Gus alzando los hombros.
-por cierto, ¿tus papas no habían comprado palismadera para Amity?- pregunto Skara viendo a su amiga.
-como la asombrosa novia de Luz, debo apoyarla en todo lo que pueda- contesto Amity muy orgullosa de si misma.
Antes de que alguien pudiera contestar, Boscha recibió un golpe no tan suave en la cabeza por parte de Willow.
-¿porque tu nunca me llevas de aventura?- refunfuño Willow cruzándose de brazos y le daba la espalda haciendo berrinche.
-¿ahora soy yo la que tiene que invitarte?- pregunto medianamente indignada la triclope.
-¿es que no te basta que yo me parta el lomo en la escuela? ¿ni siquiera un gesto bonito merezco?- pregunto dejando su ley del hielo Willow.
-¿y no has pensado que yo tambien...
-ay, ¡ya bésense o divórciense!- regaño Luz frenando el paso- de verdad parecen un viejo matrimonio- espeto viendo a las amigas.
-¿ves? ahora soy vieja- Willow recupero su berrinche.
Antes de que la pobre Boscha se defendiera se escucharon sonoros y fuertes aleteos, un ser alado había arribado al lugar con el viento se mecía su larga cabellera azulada, llevaba entre sus fuertes zarpas una casa diminuta, y aterrizo en pleno prado frente a los muchachos.
-muy bien....- empezó la criatura- todos ya me conocen, y yo, la reina murciélago los he citado aqui, por sus proezas de fuerza y responsabilidad- explico provocando la sonrisa de los seis jóvenes y las dos adultas que los acompañaban- ustedes... aliados del clan Clawthorne, han sido acreedores de adoptar a uno de mis amados palismanes- espeto y abrió la jaula que llevaba en las garras.
Animalitos de todas las especies y tamaños salieron de la casita, cada uno de colores vivos y raros, que se reunieron en frente del grupo.
-aww, son tan bonitos- expreso Willow viéndolos de cerca- veamos, yo quiero ser la suprema reina de las plantas ¿Quién me acompaña?- pregunto muy animada y apenas termino una pequeña abeja se le acerco a sus manos, tornándose en un bastón al instante.
-veamos... yo quiero jugar Grugby profesionalmente- hablo con ambición Boscha, un pequeño cangrejo se le acerco y ella agachándose lo recibió con una sonrisa- eso es pequeña- festejo mientras el pequeño animal de madera volviéndose en un bastón.
-me toca- espeto la pareja Guskara a la vez.
-jaja, yo iba a decirlo- señalo Skara dándole un golpe suave a su compañero.
-esta bien, dale- cedió Gus y Skara se puso a pensar unos segundos.
-supongo que quiero liberar mi potencial como bardo- dicho esto entre sus pies sonó un siseo entre sus pies, una serpiente plateada la miraba, a su vez la serpiente se convirtió en una vara que tomo sin pensar.
-muy bien, ahora voy yo- declaro Gus- mi sueño es ser el primer embajador entre brujos y humanos- declaro con anhelo y ansia en su voz, un pequeño camaleón salió brincando hacia el.
-muy bien, ahora es mi turno- anuncio Luz con emoción, Amity le tomo el rostro con suavidad y le planto un beso en la mejilla.
-suerte mi amor- deseo Amity mientras Luz con un rubor leve fue con el grupo.
La sonrisa de Luz se esfumo apenas vio la reacción de los pequeños, todos temblaban y se alejaban de ella, casi como si le tuvieran miedo se metieron a la casita, la morena bajo la mirada pues conocía esa reacción, era su maldición, no era la primera vez que un palisman desconocido huía de ella, no solo a ella, a su madre le paso igual.
-ay Luz...- susurro con tristeza Eda, y Camila solo bajo la mirada, Luz ahora si le había dolido.
-oye, no te preocupes... de seguro podremos hacer algo ¿que dices?- trato de animarla su novia, pero Luz solo contemplo con tristeza la jaulita.
-ven mijita- pidió Camila acercándose a su hija- en la casa hay...
-wow que triste escena- se escucho una voz a lo lejos.
Todos voltearon a verlo, un muchacho que no pasaba de quince, vestía una mascara dorada junto a un uniforme de la milicia, todo tapado por una túnica blanca, sentado en un bastón de magia artificial.
-¡atrás de nosotros niños!- ordeno Eda y en compañía de su esposa y amiga monstruosa se pusieron a la defensiva.
-tierno, pero inútil- espeto el chico enmascarado para luego desparecer y reaparecer junto a la casita que llevaba los palismanes- verán yo...- se quedo mudo cuando su mirada se cruzo con la de Luz- tu...- exclamo con rabia en su voz.
En menos de un segundo ya volaban los hechizos por todos lados, el muchacho los esquivaba o desviaba todos y en un golpe contra el suelo el guardia dorado creo un flash cegador acompañado de un estrepitoso ruido.
Luz con lentitud abría sus ojos, miro a su alrededor, estaba atada, en una especie de dirigible pilotado por el guardia dorado, su rival le daba la espalda y manipulaba los controles de la aeronave.
-¡oye tu!- grito Luz, pero el muchacho la ignoro- ¡te estoy hablando animal!- le grito, ahora con rabia.
-¡cállate!- ordeno el guardia sin dignarse a verlo- se supone que deberías estar muerta- opino dando un suspiro.
-y tu deberías estar mas idiota- devolvió la joven viéndolo con seriedad, luego volteo a ver la casita de los palismanes, un pequeño pajarito color rojo, al cual le faltaba un ojo salió y fue a verla, lentamente se acerco a ella y empezó a picar la cuerda que lo amarraba- ¿me puedes decir para que me llevas?- pregunto a fin de distraer al guardia.
-no lo se, y algo me dice que no deseo saber- espeto el chico procurando acelerar.
-ay vamos, ¿no le dices a tu amiga?- pregunto burlona, el pequeño cardenal ya acababa de cortar la cuerda, y ella se levanto en silencio.
-no somos amigos- dijo ya exasperado el enmascarado, sin que se diera cuenta Luz ya había sacado sus glifos y estaba muy cerca.
-admite que me has tomado cariño- afirmo dándole una palmada en la espalda, no solo sorprendiéndolo sino pegando un glifo de fuego.
-¡Ahhhhhhhh!- de la nada el muchacho se elevo como un proyectil, cual muñeco de trapo fue azotado una y otra vez en su medio de transporte hasta caer por la borda.
-jejeje, muy bien Luz ¿ahora como aterrizo esta cosa?- pregunto viendo los controles, a la par que el palisman se le subía al hombro.
-usa la manivela de la derecha- contesto una voz amable tras la morena.
-oh muchas gra...- apenas Luz se dio cuenta se volteo vio al muchacho acostado sobre su bastón, para luego ir corriendo hacia ella con rabia.
-ahora si me las pagaras- amenazo el chico corriendo hacia ella y apenas iba a golpear a Luz el dirigible fue golpeado con una explosión.
A duras penas el guardia dorado pudo elevarse en su bastón, Luz apenas con las uñas se aferro al bastón y del casco del chico, lentamente la nave descendió dejando a ambos
-¡SANTA VIRGEN MARIA PROTEGENOS!- grito asustada Luz a duras penas sosteniéndose del transporte.
-¡SUELTAME MESTIZA!- ordeno el chico y mientras forcejeaba con Luz, su casco fue arrebatado y lanzado al vacío, revelando su normal apariencia.
-pareces estudiante de Hexside- opino Luz al fin adaptándose al bastón, fue ahí donde el guardia intento tirarla.
-lárgate de aqui- molesto, el muchacho la tomo de la cara y la intento derribar, produciendo que el trasporte de vueltas a lo loco.
-no me voy a ir ¡lame botas imperial!- lo regaño Luz ahora sentándose en el bastón.
-oh si lo harás ¡media bruja!- exclamo el joven tratando de darle un puño, pero cuando Luz lo esquivo el bastón se elevo hasta por encima de las nubes.
Apenas llegaron hasta el punto mas alto, ambos se agarraron las manos y empezaron un forcejeo que empezó a direccionar el transporte en todas direcciones, arriba abajo, de un lado al otro, en algún punto llegaron a elevarse tan alto que el oxigeno les empezó a faltar a ambos, el guardia dorado que estaba mas arriba se sintió mareado y se resbalo del bastón.
Luz alcanzo a ver como el muchacho caía, y justo en ese momento su cerebro despertó y decidió escuchar a su corazón y descendió velozmente hacia el, iban descendiendo los dos a toda velocidad, la expresión del joven paso de rabia a un miedo completo y sincero, como podía alargaba su brazo para agarrar la mano de la morena, cuando ya iban a toda velocidad y una gran distancia recorrida lograron tomarse de las manos, provocando una sonrisa leve en la cara del rubio.
Dicha sonrisa se borro de su rostro, pues al tener guantes militares se le resbalaron como un guante, literalmente.
-¡AHHHH!- grito el chico cayendo a su dolorosa muerte en el mar de nubes, Luz solo se llevo una mano a la boca aterrada.
Segundos después el muchacho se levanto del mar de nubes como si nada, vio a su alrededor, para disipar las nubes con la mano, revelando que el estaba sentado en el pasto, y Luz estaba a dos metros del suelo.
-uh, que buena suerte- celebro Luz mientras el muchacho sonreía, luego ambos recordaron lo mucho que se odiaban.
El chico trato de alcanzar por la fuerza su arma, pero tras varios intentos y saltos desistió.
-¿que? ¿no me bajaras con magia?- pregunto burlona Luz desde arriba, pero el rubio solo la vio con rabia- espera ¿de verdad no me bajaras con magia?- pregunto preocupada, el chico solo se cruzo de brazos y se alejo.
Mientras e se iba solo lo vio con melancolía, apenas el chico se alejo los suficiente volvio y con toda velocidad brinco y pudo agarrar su vara, sin hacer mucho esfuerzo ambos terminaron en el suelo, dando vueltas y forcejeos girando en el suelo, por las malas uno intentaba golpear al otro, hasta que fuertes trinos los distrajeron.
El pequeño palisman rojo los llamaba con euforia y con su pico señalo un gran batallón de soldados liderados por Kikimora, quien cabalgando una extraña bestia compuesta en su totalidad por dedos humanoides, ambas llevaban arrastrando la jaulita de palismanes.
Luz quien estaba arriba del joven recibió un cabezazo que la derribo, pero aun sosteniendo el bastón fue tras el muchacho después de levantarse.
-señora- llamo un guardia de voz femenina- hemos buscado por todos lados... pero tristemente solo pudimos encontrar esto- hablo con dolor en su voz haciendo entrega de la mascara.
-una baja sin valor- espeto la demonio enana tomando el casco- ya nos encargaremos de ese asunto, tenemos una misión- sentencio y la guardia se fue- jeje es tu castigo mocoso- espeto con burla- no pudiste con esa apestosa mestiza, no estabas a la altura- hablo tirando el casco a la nada.
Ambos jóvenes que estaban escondidos en los arbustos contemplaban con ira a la pequeña.
-¿tregua?- pregunto el guardia dorado frunciendo el seño a Kikimora.
-tregua- coincidió la morena también viendo con ira a la demonio.
Un plan muy bien maquinado mas tarde.
Luz y el muchacho estaban dibujando dos enormes glifos con un prado de flores naranjas.
-muy bien, con un glifo de fuego y uno de hielo generara vapor para llevar el polen de estas flores y los noquearemos- explico Luz mientras el guardia preparaba unas mascaras para ellos, el cardenal estaba en una roca cercana.
-veo que sabes de esto- opino el muchacho a duras penas.
-bueno, mi madre Camila me enseño todo, una debe aprender a defenderse en un mundo de magia- reconoció Luz alzando los hombros.
-no podría estar mas de acuerdo- espeto de mala gana el joven, levantándose de su lugar yendo con su compañera.
-¿como es que tu...
-toda mi familia son brujos sin magia- irrumpió el muchacho viéndola- es por eso que el emperador te quiere a ti, no solo nos llevaras al mundo humano, eres la llave para hacer de mi un brujo normal- explico casi con tristeza.
-¿y tu estas tan desesperado?- pregunto Luz acercándose al muchacho.
-no tengo de otra- contesto el chico alzando su camisa ligeramente, un largo y profundo corte atravesaba su abdomen, apenas suturado, un triste trinar acompaño la escena.
-¿el te hizo esto?- pregunto preocupada Luz viendo la herida.
-si, el decidió castigarme cuando se entero de tu muerte- regaño bajando la mirada el chico- mi vida es una mierda ¿no crees?- pregunto con retorica bajando su camisa, Luz con tristeza bajo su mirada, no pudo sentir nada mas que empatía por el pobre.
-sabes... si algo lo se, es que siempre puedes cambiar tu destino- espeto con tristeza Luz, elevando su mano- tu eres el único que puede hacer algo al respecto, por cierto me llamo Luz- se presento con una sonrisa leve.
El chico no respondió nada, solo lo miro con seriedad su mano extendida, poco a poco Luz empezó a bajarla cuando de pronto el chico correspondió al apretón.
-Hunter- se presento muy fríamente el muchacho- ahora vamos a trabajar- ordeno soltándola y retirándose.
Luz dio un silbido para llamar la atención del muchacho, apenas voltearse Luz le lanzo su vara, provocando una visible duda en el chico.
-confió en ti Hunter- aclaro Luz sonriéndole levemente y ambos comenzaron su operación.
Apenas activaron los glifos se pusieron sus mascaras y corriendo abordaron su bastón, seguidos del palisman muy de cerca, el vapor con polen al fin llego al campamento del emperador, todos los presentes cayeron rendidos al llegar el vapor a la escena.
Desde las alturas los dos adolescentes sobrevolaban en el bastón, valiéndose únicamente de su bloc de notas uso un glifo de plantas para agarrar la jaula, a Hunter le llamo mucho la atención, sin mucho esfuerzo se la llevaron lo mas lejos que pudieron, Luz quien estaba en la parte trasera del transporte redirecciono su curso hacia el bosque donde habitaba la reina murciélago.
-uff creí que no la contábamos- opino Luz mientras aterrizaban, y ella bajaba para ver a los palismanes, Hunter también bajo, pero el se mantuvo en silencio, ni siquiera viendo a su compañera- ¿tan impresionado para hablar?- pregunto burlona Luz, hasta que un brillo rojo se apodero de la zona.
-vendrás conmigo ahora- ordeno Hunter apuntándole con su bastón de metal.
-¿en serio? ¿después de esto? ¿aun buscas complacer a Belos?- pregunto poniéndose de pie Luz, el muchacho la vio con tristeza.
-entiende que yo no tengo elección- hablo con tristeza el chico, Luz iba a sacar su glifos, cuando fijo su vista en la camisa del chico, le había robado su bloc y lo llevaba en su bolsillo, mientras el se acercaba Luz se puso a analizar sus opciones, cuando le surgió una idea.
-como te dije Hunter... siempre puedes cambiar tu destino- sonrió de lado alistando su hechizo nuevo- ¡Necrotmenthia!- grito y una luz negra acompañada de un estallido derribo a Luz.
-¡AHHHHHHHH!- se escucho un grito de dolor, Hunter se retorcía de dolor agarrando su mano sin guante, sus venas se tornaban de color negro y como un montón de parásitos se esparcía por su piel.
-ay no, ay no- exclamo Luz preocupada se acerco al chico, luego soltó un respiro para recordar su segundo hechizo- Hermecarius- resonó y el hechizo se detuvo, durante unos segundos Luz sintió que su corazón se detuvo por unos nanosegundos, mientras el rubio cayo desmayado.
Presa del pánico y con miedo se levanto, la enorme sombra de la reina mucilago, en compañía de todo su grupo de amigos y sus dos madres.
-¡Luz!- gritaron todos a la vez descendiendo hacia ella.
La primera en bajar fue Amity y corrió a abrazarla, seguida de sus madres, ella comenzó a llorar, apenas le preguntaron que fue lo que paso ella les dio toda la información con lujo de detalles, como sus amigos y conocidos mas cercanos era su labor hacerla sentir mejor, pero a duras penas consiguieron dar un buen consejo, todos se fueron dejando la custodia de Hunter a la reina murciélago.
La reina murciélago pensaba en el castigo del muchacho, pero un pequeño cardenal rojo intercedió por el chico, sus silbidos incomprensibles y preocupados sorprendieron a la palisman de mayor estatura.
-¿estas seguro?- fue todo lo que expreso la mayor viendo al ave, recibiendo mas trinados- muy bien, que así sea- dicho esto tomo con suavidad el cuerpo del muchacho y emprendió el vuelo.
Dio vueltas y giros por las nubes hasta llegar al pueblo, desde el cielo pudo ver el complejo de sanadores, dejo con suavidad el cuerpo del muchacho en la entrada y se retiro, el cardenal empezó a picotear la puerta, apenas alguien le respondió se devolvió a la palma, tornándose una vara, una leyenda se empezó a forjar ese día.
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