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Capítulo 48

https://youtu.be/6BVpQczkL2o

El sol aún no había salido completamente cuando los estudiantes de las clases 1-A y 1-B comenzaron su entrenamiento matutino. Tras la reciente muerte de Aldebarán de Tauro, un aire de solemnidad pesaba sobre la U.A. Nadie hablaba mucho, la tristeza era evidente, pero todos estaban determinados a mejorar, a ser más fuertes, más unidos. El sacrificio del caballero dorado había tocado a todos profundamente, y su legado seguía vivo en cada uno de los jóvenes héroes.

Hacía tres días que la UA había celebrado el funeral de Aldebarán. En el centro del campus, una estatua de bronce del caballero de Tauro había sido erigida. El imponente guerrero, con su armadura dorada, miraba al horizonte, con una expresión serena, como si estuviera vigilando eternamente a aquellos que juró proteger.

Kota, de pie ante la estatua, observaba en silencio. Aunque no derramó una lágrima, su corazón estaba lleno de gratitud y respeto. Aldebarán había sido más que un mentor para él; le había enseñado lo que realmente significaba ser fuerte. Quería llorar pero..... retuvo sus lárgimas, mientras a sí mismo se decía las palabras de su mentor

Kota: "El poder es para proteger al más débil, no para imponerse sobre ellos... lo sé, maestro." -diría tratando de contenerse- "fui estudiante del gran Aldebarán de Tauro, no debo olvidar eso...." -diría dejando que unas lágrimas salieran

Mientras escuchaba las palabras del director Nezu, haciendo un acto oficial tras que Cementos pusiera una estatua del Caballero de Tauro, Kota cerró los ojos, recordando los entrenamientos con Aldebarán. El gigante de Tauro lo había entrenado con severidad, pero siempre con una nobleza y compasión que Kota admiraba profundamente.

Nezu: "Hoy despedimos a un héroe, un caballero de otro mundo que nos dejó una gran enseñanza. El poder no está en lo que podemos destruir, sino en lo que podemos proteger. Aldebarán nos recordó que el verdadero valor de un héroe es su capacidad de proteger a quienes no pueden defenderse."

Kota, firme y con una expresión decidida, apretó los puños.

Kota: "Protegeré a los débiles, así como tú me enseñaste, maestro. Y nunca usaré mi fuerza para dominar, sino para ser un escudo para aquellos que lo necesiten."

4 Días después:

Pasaron siete días desde el funeral, y la vida en la U.A. comenzaba a retomar su ritmo normal, aunque la amenaza de los espectros seguía latente. Los estudiantes seguían entrenando duro, pero nadie esperaba lo que estaba por suceder.

El sol aún no se había levantado del todo cuando las primeras alarmas resonaron en toda la U.A., alertando a los héroes y estudiantes. Lo que comenzó como un entrenamiento matutino rutinario se convirtió rápidamente en un caos mientras los estudiantes corrían a sus Alliance por órdenes de los profesores, pero varios de ellos no huirían. Entre los defensores, no solo estaban los futuros héroes con varios de sus profesores, sino también los aspirantes a Caballeros, jóvenes valientes que habían decidido seguir un camino más allá del de los quirks.

Los Caballeros de Bronce actuales, jóvenes guerreros con armaduras imbuidas en la energía del cosmos, se alineaban en sus posiciones defensivas. A pesar de su corta edad, sus corazones ardían con la determinación de proteger a los débiles y de enfrentarse a cualquier amenaza que surgiera. Retsu de Lynx, Shinato de Apus, Mirai de Canis Minor, Zuko de Andrómeda, Yato de Unicornio y Yuzuriha de Grulla, todos ellos ya listos para la batalla, intercambiaban miradas decididas.

Incluso Yato y Yuzuriha, a pesar de no poder quemar su cosmo ya que cada vez que lo hacían, empezaban a convertirse en cristal, se mantenían firme a pesar de la maldición que los perseguía, maldición que su diosa les colocó para alejarlos de las guerras santas. Sabían que, aunque cada vez que usara su poder su cuerpo sufriría, no había otra opción cuando la justicia y la protección de los inocentes estaban en juego. Ellos no aceptaron se retirados, no dejarían atrás lo que hicieron en la guerra Santa pasada.

Retsu: "Es el momento. No podemos permitir que destruyan este lugar."

Yato: "Esto se pondrá feo" -diría sonriente- "pero para ellos. Escuchen!! No importa cuántos vengan, no los dejaremos avanzar." -diría siendo el encargado de varios de ellos

Los aspirantes a Caballeros de Plata, se situaban en la retaguardia. La amazona de Cassiopea, Lacaille de Puppa, Tsubaki de Vela, Archon de Sagitta, Yugo de Centauro y otros más, con sus imponentes armaduras plateadas, formaban una línea defensiva. Eran la última barrera entre los invasores y los civiles dentro de la academia.

Junkers: "igual que en la guerra santa pasada" -diría listo el caballero de Lobo

 Xiaoling: no les dejaremos pasar!!

Edén: si -diría convencido el actual caballero de Águila

Para muchos de ellos, era su primera vez en combate, pero no se echaron para atrás, no se sobre protegerían como hacían los profesores con los alumnos, de incluso, clases de heroísmo.

El ataque había comenzado. Overhaul, acompañado de un grupo de villanos, irrumpió en el campus de la U.A. como un vendaval de destrucción. Entre sus objetivos estaba Eri, la pequeña niña cuyo poder de rebobinar los cuerpos humanos lo había convertido en una amenaza y una obsesión para muchos. Los estudiantes y héroes debían actuar con rapidez si querían detenerlo.

Kota Izumi, con una determinación similar a la de los antiguos caballeros de Tauro, se encontraba en el centro de la defensa, junto a numerosos aspirantes que todavía no ganaban sus armaduras. Era el discípulo de Aldebarán, el noble caballero que había sacrificado su vida por defender a Mirio y a Eri. Kota había heredado no solo las enseñanzas, sino también la voluntad inquebrantable de su maestro.

Miró a Eri, quien temblaba de miedo al oír los estruendos de la batalla.

Eri: "Kota... ¿estamos en peligro?"

Kota, con una expresión serena, se arrodilló ante la pequeña y le puso una mano en el hombro, era más alto que ella a pesar de ser cercano a su edad.

Kota: "No te preocupes, Eri. Yo estaré aquí para protegerte. Ese es mi deber, mi promesa."

Eri, aunque asustada, sintió una extraña calma al escuchar la voz de Kota. A pesar de ser joven, su presencia era firme, y su promesa, inquebrantable. Sabía que Kota no mentiría; que, como Aldebarán, él se interpondría entre ella y cualquier peligro que viniera. Lo poco que vio del caballero de Tauro, era más que suficiente para saber que confiaba en él, y Kota como su maestro, emanaban esa misma sensación de seguridad.

En el frente de batalla, los héroes profesionales y los Caballeros se unieron en un esfuerzo conjunto para repeler a los villanos. Los aspirantes a Caballeros de Bronce, a pesar de ser jóvenes, no mostraban miedo. Retsu de Lynx, veloz y ágil como un felino, lanzaba ataques precisos y rápidos, sus garras cósmicas cortando a los enemigos con la destreza de un cazador.

Shinato, el primer aprendiz de Izuku, luchaba con movimientos simulando el vuelo de un ave, sus ataques descendían desde el cielo como un ave rapaz, atacando con precisión quirúrgica y envolviendo a sus oponentes con llamas, llamas provenientes de su cosmos, tan ardiente como el Ave del paraíso, aquella ave mitológica de Asia que voló al sol.

Zuko, con la armadura de Andrómeda, utilizaba sus cadenas cósmicas para atrapar y contener a los enemigos, protegiendo a sus compañeros mientras defendía el perímetro. Siendo el afectado por el Caballero, Rikiya Katsukame, un hombre alto y musculoso, viste una camiseta sin mangas negra con jeans y zapatillas, también usa una máscara de peste que cubre toda su cabeza. 

Yato, de Unicornio, cargaba con furia, su cosmos ardía con una energía intensa, mientras embestía con fuerza demoledora, enfrentando a villanos mucho más poderosos que él sin vacilar. Golpeando y repartiendo sus patadas, demostrando gran habilidad con ellas, demostrando que incluso sin usar su cosmos es peligroso.

Junto a ellos, Yuzuriha luchaba con una gracia mortal. Sabía que cada vez que quemara su cosmos, su cuerpo se cristalizaría poco a poco, pero la batalla era inevitable. En el fondo, la amazona de Grulla sabía que este era su destino: sacrificar su propio bienestar por el bien de los demás, eso es lo que significaba ser un Caballero de Athena.

Yuzuriha: "¡No puedo dejar que estos villanos pasen! Si debo convertirme en cristal, entonces lo haré... ¡por el bien de la justicia!"

La batalla era feroz. Los Caballeros de Plata en la retaguardia, como Archon de Sagitta, lanzaban sus ataques de largo alcance con precisión mortal, mientras Lacaille de Puppa y Yugo de Centauro bloqueaban el avance de los villanos con una combinación de ataques cósmicos y defensivos.

Mientras la batalla continuaba en las afueras de la U.A., Overhaul, en su desesperada misión de recuperar a Eri, finalmente logró abrirse camino hasta el edificio donde se encontraba la niña. Kota, que había permanecido a su lado todo el tiempo, se interpuso entre Overhaul y Eri, sin dudarlo un segundo.

Overhaul: "No sé qué clase de niño crees que eres, pero no puedes detenerme. Ni siquiera tienes un quirk lo suficientemente poderoso."

Kota, con una expresión serena, respondió:

Kota: "No necesito un quirk poderoso para proteger a Eri. El poder no viene de las habilidades, sino de la voluntad de proteger a los demás."

Overhaul, molesto por la valentía de Kota, sacó una de las balas antiquirk que había desarrollado, apuntando directamente al joven.

Overhaul: "Vamos a ver qué tan valiente eres cuando no tengas nada. Adiós, niño."

El disparo resonó en la habitación, pero antes de que la bala impactara en Eri, Kota se interpuso en su camino. El proyectil atravesó su brazo, y el dolor fue inmediato, pero Kota no retrocedió. En su mente, solo resonaban las palabras de su maestro, Aldebarán: "El poder es para proteger a los débiles".

Eri gritó en desesperación.

Eri: "¡Kota! ¡No lo hagas, por favor!"

Pero era demasiado tarde. La bala había hecho su trabajo. Kota había perdido su quirk. A pesar de la pérdida, Kota sonrió débilmente, manteniéndose firme entre Overhaul y Eri.

En la entrada de la UA:

Mientras los profesores peleaban y alumnos como Bakugo y Todoroki se daban el lujo de defender su escuela, junto a Tetsutetsu y Kirishima, quienes no huirían, pues la muerte de Aldebarán los marcó, al borde de que ya no decían "varonil". Kaminari trataba con Zero y Monoma de retener a varios pandilleros que la Yakuza tenía como peones, a la par que Aizawa dejaba fuera de combate con Midnight a varios preceptos, como Mimic, Deidoro y Toya Setsuno, a la par que numerosos robots de pruebas de la UA salían en refuerzo de los héroes.

Uno pensaría que las cosas parecían ponerse para peor, pero no fue así, Katsuma de Leo,a  pesar de tener 11 años, estaba peleando contra Kendo Rappa, dejando en claro que era el Caballero de Leo, emocionando a Rappa pues, a pesar de no saber nada de los Caballeros de Athena, Katsuma era fuerte y le estaba dando pelea.

A la par numerosos policías y Héroes llegaban encabezados por Sir Nighteye, dado que Nezu ni bien empezó el ataque llamó por refuerzos, sólo que éstos, tardaron en llegar. La llegada de Sir Nighteye fue un giro inesperado en la batalla. Sir Nighteye, conocido por su habilidad para prever el futuro, estaba acompañado de varios policías y héroes, que se habían movilizado para asistir en la crisis. Aunque llegaron tarde, su presencia era un alivio para los agotados defensores de la U.A., o mejor dicho para algunos, dado que Katsuma logró derrotar a Rappa dejándolo inconsciente y salvar a varios policías con su Plasma Relámpago.

Sir Nighteye, con su característica mirada analítica, se dirigió a los héroes y caballeros que estaban en la primera línea. Aunque varios héroes que traía quisieron arrestar a Katsuma, la mirada de Aizawa hizo que dejaran el asunto para después.

Sir Nighteye: "¡Recibimos información sobre el ataque y vinimos en cuanto pudimos! ¿Cómo están las cosas aquí?"

Retsu de Lynx: "¡Nighteye!  Overhaul está en el edificio con Eri, y Kota la está defendiendo a la niña con valentía." -diría molesto, sabían que el director pediría refuerzos, pero no esperaron que llegaran tan tarde.

Sir Nighteye asintió con una expresión de seriedad.

Sir Nighteye: "No perdamos tiempo. Necesitamos asegurarnos de que Overhaul no escape y que la niña esté a salvo."

Los héroes y policías se movilizaron rápidamente hacia el edificio, donde Kota estaba luchando contra Overhaul. Entre los nuevos refuerzos se encontraban Burbllegirl y Centipeder, además de Fatgum. Además, los policías estaban equipados con herramientas para manejar situaciones extremas, proporcionando apoyo adicional a los héroes en el campo de batalla.

Con Kota:

Overhaul: "Ya ves lo que ocasiona tu quirk maldito Eri, tu pequeño amigo ha perdido su quirk y eso es culpa tuya"

Eri: "¡Kota, no! ¡No te sacrifiques por mí! es mi culpa, por favor basta!" -imploró comenzando a llorar y caminar hacia el tucán.

Kota: "No importa si no tengo un quirk... porque la verdadera fuerza viene de aquí. Y Eri...... no es tu culpa " -diría sonriendo

Kota se señaló el pecho, el lugar donde su cosmos comenzaba a arder con intensidad. El legado de Aldebarán de Tauro estaba vivo en él. Aunque había perdido su quirk, sentía una energía desconocida dentro de él, una fuerza que venía de lo más profundo de su ser.

Kota: "Este es el verdadero poder... no es un quirk, es algo mucho más grande."

El aire a su alrededor comenzó a vibrar, y un resplandor plateado lo envolvió. Kota estaba despertando su cosmos, gracias a su voluntad, la energía que lo conectaba con el universo y con las enseñanzas de su maestro. Overhaul lo miraba perplejo, incapaz de comprender lo que estaba viendo.

El cosmos dentro de él comenzó a arder, alimentado por su determinación y deseo de proteger a Eri. No sabía ninguna técnica, pero eso ahora no le importaba, su mente estaba en proteger a Eri.

Overhaul lo miraba, incrédulo.

Overhaul: "¿Qué... qué es esto? Esto no es un quirk..."

Kota, rodeado por el resplandor dorado, dio un paso al frente, su expresión llena de calma y determinación.

Kota: "Este es mi cosmos. La fuerza que proviene de lo más profundo de mi ser. Es mucho más poderoso que cualquier quirk." -diría sonriente tratando de contener su emoción por despertar su cosmos

Con un rápido movimiento, Kota lanzó un puñetazo directo a Overhaul, y el impacto fue devastador. Overhaul no pudo reaccionar, ni siquiera usar su don mientras que la fuerza del golpe no solo lo derribó, sino que lo lanzó varios metros hacia atrás, estrellándolo contra una pared con un crujido que resonó en toda la sala.

Eri, llorando, corrió hacia Kota y lo abrazó con fuerza.

Eri: "¡Kota, pensaba que te iba a perder!" -diría con miedo y lágrimas

Kota, con una sonrisa cansada pero llena de satisfacción, se arrodilló para estar a la altura de Eri.

Kota: "Nunca dejaré que te hagan daño, Eri. Te lo prometo."

Bubble Girl: "niño, ya estamos para ayudarte" -diría llegando

Kota con su cosmos encendido, iba a asentir pero Overhaul se puso de pie y ante la llegada de un subordinado, usando su quirk, se fusionó con él, dejando fuera de juego a muchos héroes y policías que trataron de detenerlo para que Kota escapara con Eri.

Overhaul: Regresame a Eri!!!

Kota: "jamás!" -diría sin perder la pose de pelea

Héroe 1: corre

Policía 1: no seas idiota, corre niño!

Overhaul, aunque herido y sorprendido por la aparición de los refuerzos, no estaba dispuesto a rendirse. Con una expresión furiosa, se preparó para realizar un último esfuerzo para recuperar a Eri. Ya acababa con varios héroes y policías, un niño no le debería ser problema, pero hasta ahora, comparado con los pobres idiotas que lo atacaron fue el grano en el trasero que no le dejaba avanzar.

Overhaul: "No me rendiré tan fácilmente. ¡Eri será mía y nada me detendrá!"

Kota, con el cosmos aún brillando a su alrededor, se adelantó para enfrentarse a Overhaul una vez más. Aunque había perdido su quirk, su determinación y su fuerza de voluntad eran inquebrantables.

Kota: "Eri ya no será tu juguete. ¡El poder para proteger a los más débiles es lo que me da la fuerza para luchar contra ti!"

A la par que Sir, acompañado de Mirio trataban de pelear, pues Mirio tras la muerte de Aldebarán, no es el mismo, Kota se enfrentaba a Overhaul con una intensidad renovada. Cada golpe que daba estaba lleno de propósito, y la luz de su cosmos iluminaba el campo de batalla con una intensidad que reflejaba su determinación. Overhaul, aunque poderoso, comenzó a verse superado por la resistencia y el poder renovado de Kota. Finalmente, con un golpe decisivo, Kota derribó a Overhaul, asegurándose de que no pudiera continuar con sus planes.

En ese momento, los demás héroes y Caballeros llegaron, habiendo logrado repeler el ataque de los villanos. Edén de Águila, que había sido uno de los líderes en el frente de batalla, vio a Kota, aún rodeado de la luz dorada de su cosmos.

Edén: "Así que... ha despertado su cosmos. Impresionante. Aldebarán estaría orgulloso." -diría sonriente, estaba convencido de muchas ideas del gran toro dorado y ver a su aprendiz despertar su cosmos lo hizo sonreír.

A pesar del alivio momentáneo por haber repelido el ataque, la amenaza de Overhaul no había desaparecido por completo. Los héroes sabían que esto era solo el comienzo de algo mucho más grande. Midoriya, quien aún estaba en coma, representaba la esperanza de muchos, pero hasta su regreso, Kota y los demás tendrían que defender el mundo en su lugar.

Con Overhaul finalmente vencido, la batalla llegó a su fin. Los héroes y caballeros de la U.A., junto con los refuerzos, habían logrado proteger a la academia y a sus estudiantes una vez más. Aunque el día había sido duro, el coraje y la determinación de cada uno habían prevalecido.

Eri, al ver que la amenaza había sido contenida, abrazó a Kota con lágrimas en los ojos.

Eri: "¡Gracias, Kota! No sé qué habría hecho sin ti." -diría abrazando al chico mayor

Kota, exhausto pero satisfecho, le sonrió a Eri y correspondió el abrazo.

Kota: "No necesitas agradecerme. Lo hice porque es mi deber proteger a quienes lo necesitan."

Con el final de la batalla, Sir Nighteye y los refuerzos comenzaron a coordinar los esfuerzos para limpiar y reparar el daño causado. La U.A. había sido defendida con éxito, y los héroes y estudiantes que lucharon en la batalla pudieron descansar, aliviados de que el peligro inmediato había pasado.

Midoriya, aunque en coma, sería informado de los eventos que habían ocurrido, y aunque no respondiera, él escuchaba todo. Sus amigos y compañeros sabían que su regreso sería crucial para enfrentar los desafíos futuros, pero hasta entonces, Kota y los demás continuarían protegiendo el legado de Aldebarán y defendiendo el mundo contra las amenazas que se avecinaban.

Fin del Cap.

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