- Jane -

Me sorprendió que Thor quisiera hablar conmigo. Al entrar se quedó un poco incómodo al ver a Elisa conmigo.

Él se había quitado su traje y estaba vestido con una camiseta ocurra y unos vaqueros. No me acordaba lo que echaba de menos verle vestido sin la armadura. Parecía que todos los problemas que teníamos se iban cuando se vestía así, parecía tan humano y no tan asgardiano...

- ¿Jane? - me dijo devolviéndome a la realidad.

- Perdón, estaba pensando. ¿Qué decías?

- Que siento mucho el incidente con Elisa, nunca fue mi intención hacerla daño. No sabía que la querías tanto - dijo mirando al suelo.

- No pasa nada - le decía mientras miraba a sus ojos. Eran exactos a los de Elisa - No sufrió daños y es lo que importa. Lo hecho esta hecho.

- Estoy en deuda con ella. No permitiré que le pase nada estando bajo mi protección.

- No Thor, sabe cuidarse sola. Ya viste que pudo defenderse de tí. No quiero que sea un estorbo para ti, ella odia que estén pendiente de ella, desde pequeña... - oh mierda. Miré a Thor y me miraba confuso.

- ¿Desde cuándo conoces a Elisa? - preguntó perspicaz.

- Supongo que ya da igual, Furia ya lo sabe... Verás, una temporada después de irte tras la pista de las gemas del Infinito... me encontré a Elisa tirada en el suelo cerca de mi laboratorio todavía siendo un bebé. La acogí, y tanto Darcy como Erik la cuidamos como si fuera nuestra hija, pero al cabo de unos cuantos meses tuve que llamar a un doctor de S.H.I.E.L.D o lo que sea que haya ahora detrás de vosotros - dije refiriéndome a Los Vengadores - y nos dijo que Elisa tenía un metabolismo desconocido en la Tierra, solo sabíamos que crecía un año por cada mes y medio vivido. Fue un golpe durísimo para mí, la había criado como a una hija. Desde entonces Nat y Clint nos han ayudado en todo, siempre cuidando a Elisa y mimándola mientras buscábamos una cura, pero nos fue imposible. Me resigné a poder curarla, pero el día antes de tu llegada te recordé, recordé todos nuestros momentos, sentimientos, aventuras... y de repente lo vi, igual en Asgard podría haber una cura para ella, pero no sabía cómo contactar contigo. Me pasé la noche llorando, deseando poder verte otra vez y... por la mañana apareciste... no sabía si era un sueño... una pesadilla... estaba tan confundida... - expliqué mientras una lágrima se escapaba por mi mejilla.

No todo lo que había dicho era mentira, aunque tampoco dije toda la verdad, seguía enamorada de él pero no podía permitirme decírselo. Él tenía que volver a Asgard con Elisa, no podía quedarse aquí conmigo. La felicidad de Elisa era prioritaria a la mía.

- Jane... te repito que no soy un sueño. Estoy dos años sin tí han sido los más duros para mí - dijo levantándome la cara con su mano, mientras la otra me limpiaba la pequeña lágrima que tenía - no quiero volver a perderte, pero tampoco quiero engañarte. Mi misión todavía no ha acabado, mi tiempo en Midgar está contado. Cuando sepamos que quiere Loki y estemos seguros que no causará más problemas, me iré con él a mi planeta y no sabré cuando volveré a Midgar.

>Pero quiero que sepas una cosa, cuando nos conocimos te prometí que volvería por tí. Esa promesa sigue estando presente en mí y nunca podré olvidarla. Tú me has enseñado tantas cosas, el respeto, la confianza, el amor... Jamás podré olvidarlo. Sigo pensando en tí como el primer día Jane, nunca te olvidé, mi corazón sigue siendo tuyo y dudo que cualquier otra mujer puedo conseguirlo. Ojalá fuese humano para pasar mi vida junto a tí, pero el destino no nos lo permite.

- Thor... - le miré a los ojos y le besé, como si fuera la primera vez en aquel desierto en Nuevo México, como si fuese la última vez que lo podría besar... Él me correspondió el beso de igual forma.

Y así nos quedamos, besándonos como cuando se fue después de haber vencido a Ultrón, recordando aquella noche como si fuese esta misma noche.