Soy Bor, hijo de Buri y Padre de Todos y escribo este libro en mi lecho de muerte para que las futuras generaciones no olviden lo que me hizo ser quien soy hoy y toda la historia de mi pueblo y el suyo propio.

Mi madre, muerta ya junto al cuerpo de mi padre, fue lo más cercano a lo que hoy conocemos como diosa; ella heredó el crecimiento tan rápido de su abuelo y usó el Teseracto como un medio de hacer magia, una especie de catalizador e impulsador de su energía propia.

Ella, quien supo cuál era su destino y lo acepto como un viejo amigo, lideró una guerra que casi acaba con todo el reino de Asgard. Todos los líderes de los distintos pueblos del reino acordaron una paz común y duradera, consiguiendo evitar más futuras guerras. Una vez asegurada la paz, la reina de Asgard ordenó sacar la gema de su arma favorita, un escudo irrompible y la incrustó en su corona.

El Puente ArcoIris se terminó después de años de construcción y la conexión que los demás reinos era posible. Mi madre ordenó usar el poder de su gema para hacer funcionar el Bifröst y que solo nosotros nos aprovechemos del comunicador entre reinos. Muy justo para los demás reinos, ¿verdad?

Mi madre y yo teníamos puntos de vista demasiado separados... Yo me considero un visionario, al contrario que ella, por eso yo no pasaré a la historia y ella sí, o eso espero. Y es por eso mismo que he intentado educar a mi hijo Odín anteponiendo la sabiduría y justicia en todo el reino y en él mismo.

El Teseracto está guardado a salvo debajo de la sala del trono, custodiado por el guardián centinela. En cuanto mi madre exhaló su último aliento de vida, la piedra dejó de brillar. La pulimos y expusimos, junto con sus armas y armaduras, durante las siguientes dos décadas desde la caída de mi madre. Ahora poca gente se acuerda de ella, tienen todas las esperanzas y expectativas puestas en su actual Rey y Padre de Todos, mi hijo Odín.

Sé qué hará lo correcto cuando sea necesario y transmitirá todo el conocimiento de mi vida y la suya.

Pero empecemos por el principio de todo, mucho más allá de mi madre y su abuelo... Sepamos toda la historia de los reyes de Asgard:

> Cuando todos los pueblos del reino estaban en guerra y los reyes participaban en estas, podían - y efectivamente sucedía - resultar muertos. Por lo que la naturaleza, para seguir con el linaje real, concedió un don muy especial al hijo de los reyes: conseguir en muy poco tiempo la edad adulta para reinar y tener descendencia. Pero no vivían un gran periodo de tiempo, pocos llegaban a vivir más de una década.

Todo empezó cuando la reina dio a luz en plena guerra, cuando el rey se encontraba luchando contra en grupo rebelde, quienes habían matado a varias personas, de su zona de seguridad. El rey murió a manos del líder rebelde y la reina asumió el poder hasta que su hijo alcanzase la edad adulta, cosa que hizo a los dos años de vida. Madre e hijo llevaron al ejército hacia la victoria, dejando a Asgard en una etapa de paz relativa, pero el rey murió a los pocos años con mujer y cuatro hijos.

El mayor de los hijos, a quien llamaremos Uno a partir de este momento, heredó el imperio, pero ninguno de ellos creció al ritmo de su padre. Uno se casó y tuvo un hijo en tiempos de paz, pero a los tres años tuvo otra hija nacida en tiempos de guerra, a la que llamaremos Dos desde ahora. Uno reconoció lo que su hija padecía y decidió ceder a Dos el reino cuando esté muriese. Uno y Dos lucharon mano a mano durante la guerra hasta conseguir la victoria. Uno y el hermano de Dos murieron, por lo que Dos tuvo que enfrentarse a todo un reino ella sola. Tuvo tres hijos varones en tiempos de paz, el primero de todos ellos, Tres, padecía la misma enfermedad que su madre.

Al ver que ninguna guerra se estaba produciendo y confiaba en que no lo haría, anunció a su madre en su lecho de muerte, que él delegaría en su hermano mediano para gobernar, convirtiéndose a sí mismo en guerrero y asegurando un rey para Asgard durante muchos siglos.

La generación del hermano de Tres fue normal, y la siguiente también; pero en la siguiente, la cuarta hermano de cinco hermanos lo heredó, siendo ella la penúltima hija, de ahora en adelante Cuatro, del rey seguida de su hermano mellizo.

La guerra más grande que Asgard había vivido hasta el momento estalló, costando la vida de los reyes y de un príncipe. Las dos fuerzas estaban realmente igualadas y nadie sabía quién ganaría: traidores surgían dentro de palacio y la actual reina ya ni confiaba en sus hermanos y estos temían que su juicio se nublase. Un día, su hermano mellizo encontró en el bosque el Teseracto en su forma más primitiva; en seguida notó su increíble fuerza y poder, por lo que se lo llevó a su hermano mayor este a su vez al mejor herrero que conocía; consiguieron incrustarlo en la espada favorita del mayor.

Su hermana pronto lo llamó para ir a una batalla contra el líder de la rebelión y poner fin a la guerra que lleva años en vigor. Gracias a la espada de su hermano mayor, vencieron de forma rotunda y un periodo de paz se instauró. El portador de la gema, le entregó el arma a su hermana para evitar corromperse por tanto poder. Cuatro rechazó su regalo y le dijo que el rey de Asgard debía ser él por llevarlos hacía la victoria cuando ella no pudo. Ambos decidieron gobernar en conjunto y en cuanto Cuatro tocó la espada de su hermano, todo el poder de ella pasó a su cuerpo, llenándola y metabolizando todo.

Desde ese momento no se pudo separar de la gema y adquirió el largo de vida de un asgardiano más. Ambos hermanos, de edades muy separadas en número, pero de apariencia se podía decir perfectamente que ella era mayor, gobernaron lo mejor posible para su reino.

Ambos se casaron y tuvieron descendencia sin ese crecimiento alocado. Mientras Cuatro se duchaba, uno de sus hijos y sobrino cogieron la espada de ella y empezaron a jugar con ella. Se subieron a una mesa muy alta y se cayeron desde allí, haciendo que la espada se quebrase y la gema rodase por la sala. Cuatro, al escuchar los llantos de los pequeños, fue en su busca y se encontró la escena que habían montado. Su hermano llegó al poco y vio la espada rota. Mando volver a reconstruirla, pero Cuatro pidió un mazo en vez de una espada. Ese mazo fue degenerando hasta llegar a ser el Mjolnir que hoy conocemos.

Varias generaciones les siguieron a los hermanos, pero sin hijos con el crecimiento. Muy de vez en cuando surgían guerras o pequeñas batallas campales, pero ningún comparable a la que vivió Cuatro. Justo cuando las guerras y el crecimiento acelerado, como lo denominaron más tarde, un príncipe nació con ese crecimiento, por lo que su padre le regaló el mazo con el Teseracto, convirtiéndose en Cinco. El pequeño no podía levantarlo, por lo que lo hicieron un poco más pequeño y manejable. Los reyes temían por la guerra que se venía encima, hacía muchas generaciones que vivían en paz, pero no como un reino unido ni homogéneo.

La guerra llegó cuando Cinco cumplió la edad mínima para gobernar. Otra guerra estalló, pero los reyes se mantuvieron al margen de ella para proteger a su hijo. Cinco no compartió ni aceptó esa decisión, por lo que se escapaba de palacio cada vez que podía e iba a luchar como un guerrero más, manteniéndose en el anonimato siempre. Sufrió muchos daños y casi muere un par de veces, pero llevó a su pueblo a la victoria después de décadas de lucha.

Los reyes, que no eran tontos, supieron del engaño a los pocos años, pero su hijo se veía tan feliz de luchar por sus creencias, que no le dijeron nada. En cuanto ganaron, el rey delegó en su hijo y Cinco convirtió a Asgard en un reino próspero en cada pueblo y ciudad.

Tuvo una hija, Seis, con el crecimiento acelerado, por lo que la cedió su martillo, muriendo a los pocos meses por su avanzada edad. Seis fue mi madre y, como sabéis, yo no poseo el crecimiento acelerado que tan especial hizo a todos los reyes importantes de Asgard. <

Ya quedan pocas personas que sepan toda esta historia. No es tan impresionante como a mí me lo parece. Solo pido que no caiga en el olvido y que el futuro Siete lea esto. La gema Espacio está de tu parte, nunca olvides eso, eres el futuro de Asgard y, seguramente, del universo entero.

Y sé que será difícil, créeme que si fuese fácil no estarías aquí, leyéndome. Perderás a mucha gente, lo sé; pero ellos ya no están. Sé fuerte y fiel a ti mismo, eres el único que puede llevar a cabo la misión que la naturaleza te está encomendando. Recuerda siempre que la naturaleza es sabia, así como el destino y la vida. Eres una parte fundamental del universo y mucha gente espera mucho de ti y creerás que no das el mínimo; puede que incluso muchas veces caigas y creerás que nunca te podrás volver a levantar, pero tienes que hacerlo. Piensa en aquellos que amas y lo mejor para el mundo, que no siempre será lo mejor para ti o para unos pocos...

Eres la persona que ha elegido una de las gemas del Infinito, eres la persona más digna que conozco para decidir sobre el futuro de uno y más reinos enteros. Y eso que no te conozco.

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Se supone que es lo que Thor y Elisa leyeron cuando vinieron a Asgard después de la pequeña guerra con Loki Todo tiene su por qué y creo que poco a poco lo vais sabiendo *muajajaja*

No me enrollo más, nos leemos y os loveo.