- Elisa -

Vuelvo a estar perdida y a ver solo oscuridad a mí alrededor. Mi cuerpo flota sin una dirección fija, todo esto se me hace familiar, ¿acaso he muerto otra vez? No pensé que mi mente sería tan débil.

Cierro los ojos y me masajeo las sienes de la cabeza, necesito salir de aquí. Observo la oscuridad y veo una pequeña luz roja, a mi derecha; intento ir hacía ella pero no me muevo. No tengo nada a lo que agarrarme ni coger impulso. Empiezo a desesperarme, cada segundo que paso aquí siento que le me alejo de mi casa... ¿Casa, tengo casa?

Sacudo la cabeza, claro que tengo casa, ¿en qué estoy pensando? Tengo una casa en Asgard con mi padre y abuelo... Y otra con mi madre, ¿no? Sí.

Tengo que salir de aquí como sea, no puedo permitirme perder mis recuerdos. Vuelvo a buscar la luz de antes; la encuentro exactamente a la misma distancia que antes, pero sigo sin poder acercarme. Necesito llegar a ella, no sé si servirá de algo, pero tengo que intentarlo. Un grito se oye a través de toda la oscuridad y me giro; sigo sin ver nada. Unos pequeños destellos aparecen por toda mi visión, de diferentes colores y tamaños. Uno amarillo me llama la atención; alargo la mano hacía en él y me muevo sola, sin ningún empuje o fuerza. O la luz amarilla se acerca a mí, como si yo la llamase.

Aparto mi mano de la luz cuando estamos a unos pocos metros, ¿por qué quiero llegar a esa luz? Estoy muy cómoda aquí, no siento nada y tampoco echo de menos a nadie. Si toco esa luz puede que me lleve a un sitio que no conozca... ¿Conozco algún lugar? Definitivamente no voy a tocar ese destello, aquí estoy segura, sola, nadie puede hacerme daño... Mis ojos ya no miran a nada en concreto, se dejan llevar por ellos mismos. El reflejo amarillo se aleja de mí y yo suspiro aliviada.

Otro grito se escucha por el vacío y reacciono. Por su puesto que tengo que tocar esa luz, no puedo quedarme más aquí. Yo soy mis recuerdos y si los pierdo, me pierdo a mí misma. Vuelvo a levantar mi mano con urgencia y la luz se acerca más rápido que antes. Nos tocamos y toda su luz me cubre a la vez que atravesamos toda la oscuridad a una velocidad de vértigo.

Pequeños recuerdos vienen a mi mente, pero no duran mucho y cuando se acaban, siento un vacío en mí que me crea angustia y desilusión. Veo mi primer cumpleaños a los ocho meses, cuando mi madre y yo ya sabíamos todo lo que me pasaba, los entrenamientos con... Clint y... ¿Natasha?, un doctor de pelo negro que parecía preocuparse por mí, Darcy, ¿Eric?, pelearme con mi padre, estar en un sitio inhóspito con un dios de pelo negro, vivir en un sitio con mucha más gente, entrenamientos muy duros con entrenadores con rostros que se me hacen familiares, un rubio de ojos azules que me sonríe, unas personas amigas del... ¿Dios rubio con un martillo? ¿Un señor mayor con un parche? Algo me dice que son importantes pero pronto toda la preocupación que siento que se me pasa... Yo soy feliz, no tengo nada por lo que estar triste.

Veo muchas luces brillantes pasar rápidamente, pero yo solo disfruto de las vistas...

Pronto, se paran y me encuentro en un lugar muy oscuro, húmedo, desolado y abierto. No hay paredes, ni suelo firme; son rocas flotantes que dirigen a sus caminantes a una pequeñas rocas colocadas de tal manera que forman unas escaleras que llevan a un trono de rocas también. Un escalofrío recorre mi espalda y siento un, muy mal presentimiento. No me siento segura, pero no tengo razones para estar así. Me doy la vuelta y compruebo que las rocas se van haciendo más y más grandes; me dejan ver una gran ciudad, con edificios de rocas, pero sin gente a la vista. ¿Dónde narices estoy?

- No deberías dar la espalda a tu anfitrión - dice una voz ronca y grave detrás de mí. Me giro y veo a un ser morado, vestido con una armadura negra, sentado en el trono, antes vacío.

- ¿Quién eres? - pregunto. Siento ganas de correr, pero tampoco sé a dónde puedo y no puedo ir.

- Soy Thanos, pero la verdadera pregunta, pequeña Elisa, es ¿qué haces tú aquí? - dice muy tranquilo. Yo no sé qué contestar. Me he quedado pensado en cómo se ha referido a mí, Elisa, ese nombre no me dice nada - Oh, ya veo, una conexión mal hecha. Pero has tenido suerte, lo normal es morir, pero tú has sabido sobrevivir, más o menos. Dime, ¿no recuerdas nada? - yo sigo sin hablar, mi cerebro no me lo permite.

El ser morado se levanta de su trono y baja hacía mí. En su mano derecha lleva un puño de oro, con espacio para seis cosas pequeñas.

- Thanos... - susurro al recordar todo. Es el Guantalete que tiene Odín en su sala de trofeos. Lo ha robado, o ha creado una ilusión de él.

- Tu mente sigue sorprendiéndome, te escapaste del control mental de Loki, sin ser maga completaste una conexión, tu mente no se ha visto gravemente dañada al vagar por el Yggdrasil... Eres sorprendente.

Yo solo puedo sentir asco de él, pero ahora necesito salir de aquí cómo sea. No tengo mis cuchillos, nadie sabe que estoy aquí. Socorro...

- No te voy a hacer nada, te necesito para mi ejército - contesta a unos metros de mí.

- No te creo, sé lo suficiente para saber que no debo confiar en ti.

- ¿De verdad? ¿Qué sabes de mí? Nada. Además, no tienes a nadie, todos tus amigos se han olvidado de ti

- Sigo sin creerte, dudo mucho que se olviden de alguien en este tiempo.

- Oh, ¿es qué no sabes cuánto tiempo llevas perdida en el Yggdrasil? - no contesto, me está mintiendo, lo sé - Llevas más de tres años desaparecida Elisa. Yo, a diferencia de los tuyos, te he estado buscado todo este tiempo.

- Claro - digo irónicamente - ¿Y por qué has hecho eso?

- Porque tienes un poder que no se puede desperdiciar. Eres poderosa, hija de un Dios, la reencarnación de una generación perdida y la más poderosa.

- No te creo y aunque lo hiciese, nunca me uniría a ti.

- ¿Por qué? Ni si quiera sabes que quiero hacer. Yo solo busco la unión y conexión de todos los reinos para vivir en paz, sin amenaza de guerras, sin preocupaciones, ¿acaso tú no quieres vivir tranquila, con tus seres queridos?

No sé qué contestar, es imposible que lleves tres años desaparecida y que ni mi mare ni mi padre me hayan buscado. Me toco el cuello, en busca de la gema Espacio y no la encuentro.

- No han pasado tres años, si es verdad, yo tendría que ser mucho más mayor, ¿cómo he sobrevivido sin alimentarme?

- Ingenua mortal, en el Yggdrasil; solo hay mentes, no cuerpos. No necesitas algo tan primario como comida allí. Las mentes tampoco envejecen, solo olvidan y cuando se ha olvidado el último recuerdo, mueren. Sé que sigues sin creerme, por eso te voy a enviar con tus padres, pero ya te he avisado, ellos te han olvidado, ni si quiera recordaran tu rostro.

- Cállate - escupo las palabras con asco. Él no me va a enviar con mi familia, me va a matar.

- No digas que no te lo advertí - es lo último que dice, antes de que todo se vuelva negro y mi mente se maree.

De repente, aparezco en mi habitación de la base de los Vengadores. Se oye mucho revuelo, pero no veo a nadie. Mi cuarto sigue igual que como lo deje, antes de irnos a la misión de capturar a Loki e irme a Asgard, excepto que está lleno de polvo, parece que nadie ha entrado por mucho tiempo.

Salgo con precaución, por si es una trampa de Thanos. El pasillo está vacío, pero se sigue oyendo ruido, por lo que me dirijo hacia él; me lleva hasta la cafetería, donde veo por las paredes de cristal, cómo todos están reunidos, celebrando algo. ¿Qué estarán celebrando? Parecen tan felices, ni si quiera se ha dado cuenta que estoy aquí, ¿y si Thanos tiene razón? No veo rastro alguno de sufrimiento en sus caras.

La agente María Hill me ve a través de la pared, pero no dice ni hace nada, simplemente sigue con lo que está haciendo. Me decido a entrar, ya que nadie se percata de mi presencia. Entro despacio y me quedo en la puerta, observando la escena: Clint estaba riendo con Sam y Tony, Nat y Bruce sentados en un sofá bastante cercanos el uno del otro, Rhodes hablaba con María, Wanda y Visión jugaban con un niño pequeño de no más de dos años rubio, Steve charlaba con Furia y mis padres también reían, muy felices. Nadie me echaba de menos.

Los ojos de Steve se conectaron con los míos y me sentí feliz por un segundo, pero en los suyos, no había emoción ni expresión ninguna, parecía que no me conocía de nada. Los míos empezaron a humedecerse muy rápido, me habían olvidado, todos ellos.

- Hay alguien en la puerta - hablo, indiferentemente, la voz de Steve. Todos me miraron, pero nadie se movió ni expreso ninguna emoción.

- Elisa - dice mi madre, mirándome sin poder creérselo. Por fin alguien que me reconoce, pero el tono de su voz me hace daño - Pensábamos que estabas muerta.

- ¿Y lo estabais celebrando? - hablo con la voz rota, mientras un par de lágrimas bajan por mis ojos.

Veo como el niño rubio, va corriendo hacia mi madre y mi padre y se refugia detrás de ellos.

- ¿Mamá, quién es ella? - pregunta el niño, con un notable miedo en su voz.

- ¡¿Ni si quiera le habéis hablado de mí?! ¡No sabe quién es su hermana!

- Te fuiste - dice mi padre - Nosotros solo queríamos...

- ¡Queríais tener un hijo normal, dilo! Todos lo pensáis - grito, histérica.

- ¿Por qué no se tranquiliza y sale fuera? - me dice Steve.

- ¡¿Ahora me tratas de usted?! ¡Esto no es real, no puede serlo! - salgo corriendo de allí. Voy a la oficina de Furia, necesito encontrar mi ficha.

Llego a su oficina y rebusco en sus cajones. Lo encuentro en la sección "Fallecidos", lo abro, con las manos temblando y mis ojos llorosos.

"Elizabeth Wilson/Thorson, tres años de edad, unos veinticuatro años terrestres de apariencia. Muerte: espada clavada en su corazón por Loki. Ubicación: desconocida. Valor humano: sin poderes conocidos, buena en combate con cuchillos, pequeña y rápida."

Ya está, no hay nada más. ¿Está es toda mi vida? Ni si quiera una mísera nota de despedida, nada. Ni tumba, ni flores, solo un papel con tres líneas escritas, sin nadie a mi lado.

No me lo puedo creer, Thanos tenía razón, se han olvidado de mí. Duele tanto... Mi propia familia y amigos... Steve ni si quiera me ha reconocido. Algo en mí se ha muerto hoy, quiero alejarme de todo y todos. Necesito olvidarme de ellos, de todo el dolor que me acaban de hacer. Me acurruco en una esquina y lloro, odio ser tan débil, no puedo permitírmelo, pero ahora es lo único que puedo hacer. No sé a dónde ir, no sé nada, ni si quiera me han venido a buscar, no les importo. ¡Han tenido otro hijo y no le han hablado de mí! Tengo que volver a ver a Thanos, él puede ayudarme a olvidarme de este dolor.

- Narrador omnisciente -

Thanos, quien escucha y ve todo lo que hace Elisa, sonríe complacido. Su plan está saliendo como él quiere. Hacer creer a Elisa que han pasado tres años, cuando no ha pasado ni un día desde que encontró su mente vagando por el universo. Gracias a su Guantalete, puede crear visiones de lo que él quiera a quien él quiera. Elisa está dormida en el suelo, exactamente donde estaba cuando hablaban.

Ha creado la ilusión de que su familia no se acuerda de ella, para controlarla y tenerla en su ejército, pero no sé esperaba que recuperase su memoria tan pronto. Pero eso no es problema gracias al poder de su arma.

Cuando Elisa despierte, implantará en su mente las órdenes que seguirá a partir de este momento, pero si tener un recuerdo de lo que ha pasado con él. Para poder conquistar los nueve reinos, necesita deshacerse de Thor, Loki y los Vengadores y de la propia Elisa, ella representa todo el poder que Thanos nunca pudo ni podrá conseguir. En el momento que Elisa vea a Thanos y estén todos sus compañeros, ella matará a Thor y se pondrá del lado del ser morado; después de matar a sus amigos, ella se suicidará.

Elisa comienza a despertarse y Thanos sigue sentado, con una expresión en la cara impenetrable.

- Bienvenida otra vez, Elisa - dice él.

- Thanos... He cambiado de idea.

- Veo que has entrado en razón - dice él, su plan está saliendo a la perfección.

- Sí, quiero ayudarte, necesito olvidar todo el dolor que siento ahora.

- No será problema, haré que olvides todo el sufrimiento - contesta.

Con un movimiento de mano, Thanos duerme a Elisa y la borra todos los recuerdos de él en este tiempo juntos. Devuelve su mente a Asgard, donde ella sigue durmiendo y sus amigos intentan traerla con ellos.

Siente como Elisa se despierta; porque ahora, ellos dos tienen una conexión que solo él nota pero que aun así puede controlarla y manipular su mente. Su padre la abraza con desesperación y amor y Elisa sonríe feliz. Ella no se acuerda de nada, perfecto. Pero su mente está y será manipulada por Thanos cuando él quiera.

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Otro capítulo!!! Espero que os guste. HEMOS LLEGADO A LOS 20 MIL LEÍDOS, ¿COMO PODEIS SER TAN GRANDES?

Siento no haber actualizado antes, pero tuve que irme fuera de donde vivo para... VER A CHRIS HEMSWORTH, vino a promocionar su película y yo gane el concurso para conocerle!!!!!!!! Todavía no me lo creo, estoy taaaaan feliz de haberle visto, lo tenía a unos pocos metros de mi (pero no me pude sacar ninguna foto con él *se va a una esquina y llora*) pero ME SONRÍO Y GUIÑÓ UN OJO (creo, estaba demasiado emocionada)

- Como a todos los que estabais en el cine en ese momento, hija.

- ¡Cállate mamá!

Nos leemos y os loveo.