Capítulo 23
- Elisa -
Pas viene a mi lado con una sonrisa en la cara al mismo tiempo que Voen manda a tres soldados coger los objetos que estuve moviendo. Miro a los ojos de mi contrincante y este me devuelve la mirada; el recuerdo del dolor que sentí hace un par de días vuelve a mí y el miedo me invade al momento. No quiero volver a tener esa sensación, tengo pánico a todos esos recuerdos que siguen a flor de mi piel; ahora que estoy consiguiendo controlar mis emociones no puedo dejar que Pas me toque otra vez.
- Pensaba que estabas enferma - dice Pas, devolviéndome a la situación - Gracias a eso pude volver a la cama y descansar.
- Había sitios que me necesitaban más que tú - respondo al momento fría. Veo como su sonrisa desaparece y la confusión invade su mirada. Me fijo mejor en él y viste ropas normales -con vendas sobre sus nudillos y parte de sus manos pero los brazos los lleva descubiertos- al contrario que yo que visto la armadura de entrenamiento: esto me debe proteger de su tacto en casi todo mi cuerpo menos brazos y cara.
Todo va bien si no nos tocamos, solo tengo que mantener distancia con él y podré salir del paso sin que nadie note nada. Planeo mentalmente maneras de huir de él, pero toda la gente que me está mirando no puede ver a su princesa escapar de un joven aspirante a soldado. Voen grita que empecemos sin que tenga una estrategia clara y Pas viene corriendo hacia mí; está a una zancada de mi posición cuando noto que algo dentro de mi mente hace "clic" y mi cuerpo se empieza a mover solo.
Me arrastro por el suelo y consigo colarme entre las piernas de Pas, tomándolo por sorpresa pues mi estilo es atacar directamente. Ubico a los guardias que sostienen las cajas que el mago les ordenó y con el poder de mi gema tiro una caja a mi atacante mientras sigue de espaldas. Se gira y al momento la caja impacta con él, rompiéndose en mil pedacitos, y no puede hacer nada por evitarlo. Voen grita que el ejercicio es para que yo pelee físicamente y mentalmente, pero su voz me llega lejana. Miro mis manos y recuerdo la primera vez que me pasó esto mismo, fue cuando quise ver a Loki y había un guardia que impedía la entrada, todavía no sé cómo pude escalar por esas paredes.
Observo a Pas levantarse del suelo bastante aturdido y me preparo para lanzarle algo más, lo que sea para no volver a sentir ese dolor. Me mira mientras sigue en el suelo y una sonrisa de superioridad aparece fugaz al mismo tiempo que el niño pequeño que me vio entrenar al principio grita un "¡Cuidado!"; cierro los ojos el "clic" volvió. Levanto mi puño derecho y detengo la caja que un guardia me acaba de lanzar, ahora yo la controlo a mi antojo. Mi respiración se acelera y los latidos de mi corazón le siguen de cerca, la adrenalina me recorre por todo el cuerpo.
Abro los ojos y veo a todos los asistentes mirándome más que sorprendidos, pero al momento veo a Pas correr hacia mí y esta vez no tengo margen alguno para escapar de él. Sus puños llegan a mi barriga y doy gracias a que no siento nada. Tengo miedo a detener sus puñetazos con mis manos así que cuando me lanza otro, me agacho, giro sobre mí misma con la pierna estirada para tirarle al suelo. En cuanto cae de espaldas, hundo mi pie izquierdo en su cuello para inmovilizarlo, pero abraza mi pierna con sus brazos y hace que giremos por el suelo.
Le intento dar una patada con mi otra pierna, pero las esquiva al mismo tiempo que intenta hacer lo mismo que yo. Su pie logra llegar a mi cara y oigo un "crack" y empiezo a sentir un intenso dolor en mi nariz a la vez que un líquido sale de la misma. Grito y le muevo con rapidez, gracias a la gema Espacio, hasta que su espalda golpea fuertemente las paredes que dan a los pasillos reales. Nos ponemos de pie y toco mi nariz; me duele mucho pero no pienso rendirme. Me retiro los restos de sangre con cuidado de no empeorar mi nariz, sino no está rota ya, y me preparo lo que viene.
Nos acercamos poco a poco y en círculo; visualizo a mi padre observándome preocupado al lado de Odín, sé que quiere parar el entrenamiento pero tanta gente contemplándolo todo y juzgándome se lo impide. Aprecio mejor a Pas y su expresión es de enfado puro y respira entrecortado; no lo entiendo, la enfadada debería ser yo, me ha roto la nariz a mí y vamos empatados en la lucha.
Sin más miramientos, el asgardiano corre hacia mi dirección a la vez de lo que creo que oigo es un gruñido. Me preparo para paralizar cualquier ataque, pero no le veo venir cuando se abalanza sobre mí y caemos los dos al suelo. "Se acabó princesa" dice y no entiendo. Me abraza y sus brazos hacen contacto con los míos, piel con piel, y el dolor resurge por todo mí.
Grito con todas mis fuerzas e intento quitármele de encima pero cada movimiento me quema más y más. El dolor parece que viaja por toda mi sangre y Pas se pega más a mi cuerpo para provocarme más dolor. Creo oír cómo se ríe ante mis intentos de liberarme y consigo meter una de mis piernas entre nuestros cuerpos y lo empujo fuera con todas mis fuerzas.
Su cuerpo rueda por la arena del espacio de entrenamiento y antes de que pueda volver a hacer algo, descubro que varias figuras bajan a los jardines. Me permito el lujo de cerrar los ojos y respirar. Antes de que lleguen a mí, me transporto a mi propia cama y respiro lentamente; la adrenalina ha dejado mi cuerpo y el dolor muscular se hace presente poco a poco. Además el dolor que sentí al tocar a Pas ha dejado un recuerdo por todo mi cuerpo, sobretodo por mis brazos y cabeza. Quiero abrazarme pero el dolor me lo impide y no encuentro la fuerza necesaria.
No sé cuánto tiempo pasa, pero mi puerta se abre y la miro con urgencia, no creo que tenga energías para volver a hacer frente a Pas. Es mi padre, quien cierra la puerta despacio y se sienta en mi cama, haciendo que me hunda un poco en su dirección.
- ¿Qué ha sido eso? - pregunta. Entiendo que se refiere a mi grito cuando Pas me placó y me transporté fuera de los jardines, seguro que pareció que huía de mi contrincante y, por ende, de mis responsabilidades. Valoro si contar a Thor el dolor que sentí; pero ya se lo conté a Loki y no me creyó.
- ¿Cómo sabías que estaba aquí? - cuestiono, aunque no tengo claro el tiempo que he estado aquí, por lo que puede haber visitado todas las salas del palacio antes que está.
- Te conozco - confirma con naturalidad - Y conozco a tu madre.
Al oír la mención de mamá cambio de tema al momento; no me siento con fuerza de pensar en ella sin llorar o pensar en Steve. Papá no opone resistencia al giro de la conversación; hablamos de cuándo será la próxima reunión para el tema de las gemas y acordamos que mañana al amanecer, cuando palacio todavía esta medio activo y el pueblo se prepara para un día más.
- Por cierto, has causado un buen revuelo en los patios. La gente sigue sin entender como una midgardiana puede hacer magia. Creo que estás cambiando la opinión que tenían sobre ti - me levanto al momento de oír eso y una sonrisa se me escapa - Y te ven entrenar y hacer vida como un asgardiano más; poco a poco sabremos lo que piensan.
_____
- ¿A dónde tenemos que ir? - pregunto sin entender el nombre.
- Al reino de los muertos: Helheim - informa mi padre - Creen que, si vamos contigo y la gema, podremos saber dónde se encuentra la gema Alma y poder llevárnosla antes que Thanos.
Asiento y todos nos preparamos para ir al puente ArcoIris. Frandall viene con nosotros, mientras que Vosltagg ya está esperando con Heimdall. Espero ver a Loki allí, pues estuve buscándole una hora antes de la reunión y no vi rastro alguno, tampoco estaba en la sala contigua al trono; tengo que hablar con él urgentemente y detenerle en lo que quiera que esté haciendo.
Llegamos y no hay nada que delate la presencia de mi tío. Pregunto por él pero no obtengo una respuesta.
- ¿Preparados? - habla el guardián de la puerta.
Frandall confirma que sí, puesto que Voen acaba de incorporarse a nosotros; la puerta entre los reinos se abre ante nosotros. Avanzamos dentro de ella y pronto nos engulle, llenando nuestra vista de los más preciosos colores y formas.
De un momento a otro, pasamos de un bello paisaje al más lúgubre, tétrico y macabro con tonalidades grises más claros y oscuras. Suelo de tierra completamente seco, arboles casi desnudos, viento frío y niebla que impide ver el horizonte. Nos miramos entre nosotros y comenzamos a avanzar por un camino sin definir.
- ¿Cómo sabemos a dónde ir? - cuestiona en alto Vosltagg, la verdad que yo me estaba preguntando lo mismo - No tengo problema en vagar por otro reino, pero este me pone los pelos de punta y no hay nada que me haga ser positivo.
- Eso depende de Elisa - responde Voen - Tiene la gema Espacio y nosotros hemos traído la gema Poder.
- ¡¿Qué habéis sacado la gema de la cripta?! - pregunta furioso mi padre.
- ¡La necesitamos porque las gemas se atraen entre ellas! Con una sola gema no hacemos nada.
Empiezan a discutir y a gritar. Me canso de aguantarlos y me adentro un poco en el bosque que tengo enfrente. Los arboles no cambian en absoluto, pero el viento sí que cesa un poco, consiguiendo que la niebla suba un poco; ¿ese suceso no debería ser al revés? Supongo que cada reino tiene sus leyes del clima.
Un ruido a la izquierda me hace ponerme en guardia, pero solo veo una cosa pequeña de pelo blanco temblando. Me agacho y descubro lo que parece una especie de conejo. No entiendo que hace un animal como este en lugar como este. Me giro al oír como me llaman, pero al volver la mirada al animalito, ha desaparecido.
Al volver donde todos están, Voen me entrega una bolsa. La abro y diviso el orbe donde descansa la gema Poder. Les miro confundida, puesto no sé cómo hacer para guiarnos hasta la gema que hay aquí.
- Solo, déjate llevar - expresa el mago.
Tomo el orbe con las dos manos, cierro los ojos y me concentro. No noto nada nuevo, ni energía moviéndose cerca, ni si quiera una pequeña señal de algo. ¿Cómo voy a encontrar una gema que ni si quiera sé dónde está? Igual ese el problema; que tengo fijación por ir a sitios que conozco, pero ahora necesito ir a saber qué lugar. Sé lo que quiero de ese lugar y lo necesitamos ya, si confió en que las gemas me llevarán a él, ¿puede funcionar no?
No estoy muy segura de mí misma, pero no puedo quedarme sin hacer nada. Llamo a la fuerza de mi gema, quien espera órdenes, y dejo que la gema Espacio y Poder hagan su propia magia. Solo quiero que me lleven a la gema Alma para evitar una guerra.
Abro los ojos al empezar a oír quejidos y murmuros sin sentido. No estoy en el mismo sitio que antes, no tengo a nadie de mi equipo cerca; estoy ante un árbol muy alto y grande con... ¿Cuerpos? Oh dios mío, son cuerpos sí. Creo que voy a vomitar. De la mayoría de las ramas desnudas de los árboles hay colgados cuerpos muertos. Quejidos detrás de mí me hacen girarme.
Cuerpos grises y semitransparentes caminan por toda la llanura emitiendo ruido sin ningún sentido. ¿Qué es todo esto y por qué puedo verlo? Y lo más importante, ¿dónde estoy y cómo voy a volver con mi padre?
"¿Elisa? ¡ELISA!" oigo una voz en la lejanía. Empiezo a temblar y no quiero girarme, no estoy preparada para esto.
"Fuera... Vete" dice otra voz, una de mujer, también detrás de mí. Me giro y una mujer imponente, de tez blanca como la nieve, y atuendos estremecedores está a dos metros de mí.
- ¡No sé quién eres pero no me voy a ir de aquí sin una cosa! - grito a la nada, no sabiendo si quiero oír la respuesta de aquella figura. "No te llevarás la gema Alma. Vete antes de que acabe contigo" contesta sin mover los labios, sin embargo se la oye alto y claro. Me niego a irme de aquí sin lo que he venido a buscar.
- ¡Elisa, contesta! - oigo gritar a mi padre, pero no me sale la voz.
La mujer tampoco está y vuelvo a quedarme sola. "¡Elisa!" repite la voz de antes. Cierro los ojos, tengo miedo, miedo de enfrentarme a lo que viene ahora; creo que no voy a poder con ello. "¡ELISA, POR FAVOR!" suplica. Le miro con lágrimas en los ojos en la lejanía. Clint... yo no quería esto para ti. Las lágrimas caen sin control y ya lo puedo ver con claridad, sigue siendo él, igual que siempre. Los recuerdos de haber crecido con él, siempre estaba conmigo y con mi madre, haciéndome reír, entrenando conmigo y con Nat. Fue mi padre cuando no lo tuve.
No me contengo más y corro a él, pero cuando estamos a un par de metros él uno del otro, un viento que surge de la nada me impide seguir. Me tapo la cara con mis brazos e intento mirar que causo el tifón, pero no veo nada. "No perteneces a este mundo... Fuera, ya" repite la voz de la mujer.
- ¡NO! ¡No conseguirás que me vaya sin lo que vengo a buscar!
Oigo los gritos de los demás acercarse y sigo gritando. Intento acércame a Clint pero ninguno podemos avanzar por el intenso viento.
- ¡Elisa! ¿Qué haces? - gritan Voen al llegar casi a mi posición. Le señalo a Clint pero me mira confundido.
"¡Basta! Fuera de aquí, ahora mismo. ¡Puedo mataros sin ningún esfuerzo!" grita la mujer.
- ¡¿Quién ha hablado?! - pregunta Vosltagg con miedo.
- Hela... - susurra Voen.
Disminuye un poco la intensidad del viento y aprovecho a correr a por Clint. Frandall comienza a gritar pero no puedo mirarle, me desconcentraría. "Sino paras ahora mismo, lo mataré" me amenaza la llamada Hela. La ignoro completamente, no puedo dejar a Clint aquí.
Mi padre brama mi nombre y le oigo correr hacia mí, pero ya es tarde, estoy a milímetros de Clint. Noto unos fuertes brazos abrazarme por la espalda y levantarme del suelo antes de agarrar a Clint.
- ¡NO! - vocifero. Alargo un poco más el brazo y consigo rozar sus dedos sin llegar a agarrar su mano para llevármelo de aquí.
"Elis" dice su voz en mi mente.
De repente, todo lo veo blanco, una luz ilumina mi campo de visión, pero no me daña la vista; es hasta agradable. "Elis, lo has conseguido" dice la voz de Clint por algún rincón de mi mente. "No he conseguido nada, sigues en donde quiera que estuviésemos" contesto con la voz entrecortada mientras unas cataratas marcan mis mejillas.
"¿Quién ha dicho que has fallado? Has hecho contacto con un alma y eso más que suficiente. Todavía no sé cómo has logrado verme pero ha pasado Elis, me has salvado". Rio con sabor amargo, "Yo te sentencié, que menos que librarte de esta condena" aunque no tengo idea de cómo he podido hacer algo que nadie más vio que él.
"Todavía no hemos acabado. Has sacado mi mente de ese sitio, pero mi cuerpo sigue en la Tierra, enterrado en donde quiera que hicieseis el funeral. Tienes que sacarme de ahí Elis, confío en ti".
Abro los ojos al momento y me incorporo. Estoy en los brazos de mi padre, quien se asusta de mi despertar.
- ¿Qué? ¿Cómo? ¿Dónde...? ¡Yo, Clint! - balbuceo sin sentido. Estamos en medio del puente, de camino a la ciudad. Paramos y me bajo lo más rápido que puedo, pero me mareo ligeramente - ¡Tenemos que volver! ¡Clint me necesita!
Veo como Thor sonríe con pena - Elis... Él está...
- Sé perfectamente que lo maté, ¡pero ya no está muerto! ¡Me habló en sueños!
Salgo corriendo de vuelta, pero papá me agarra el brazo y me para en seco.
- Para, es imposible que haya pasado eso. Solo fue un sueño.
- ¡Te equivocas! Tuvimos una conexión. Lo salvé en Helheim.
- Has debido tener una visión, ¡Clint no puede haber revivido! No es tan fácil Elisa.
Grito y me suelto de su agarre; corro hacia el Bifröst aunque sé que no va a servir de nada, pues Heimdall tampoco me creerá. Cada segundo desperdiciado aquí significa menos posibilidades de que Clint sobreviva dentro de donde quiera que esté. ¡Ni si quiera sé cuánto tiempo ha pasado desde que nos fuimos de ese reino de muerte! Voy a volver a perder a Clint y nunca me lo voy a poder perdonar. Vuelvo a llorar mientras corro. Cierro los ojos y sollozo. La gema Espacio hace acto de presencia en mí... Puedo ir a casa sin necesidad del Bifröst. Sigo corriendo, parece que me da más fuerzas y reúno toda la fuerza que puedo. Nunca he viajado entre reinos de esta forma, puede que ni lo consiga, pero algo me dice que tengo que hacerlo ahora.
Visualizo la casa de Laura y Clint, he estado las suficientes veces para saber su ubicación y decoración detallada. Respiro entrecortadamente y comienzo el viaje. Dejo de notar suelo firme en mis pies; tengo miedo de abrir los ojos. Tengo miedo de quedarme vagando en el espacio y morir, junto con Clint... Morir enterrado, no quiero ni imaginármelo. Tengo que conseguirlo, por Clint, por su familia, por mí, por Nat...
Mi pie derecho toca suelo, pero no puedo mantener el equilibrio y caigo de bruces contra la hierba. Mi nariz vuelve a chorrear sangre, con lo que había costado que me la recolocasen en la enfermería. Me levanto y con una mano impido sangrar más, no vaya a ser que me desmaye ahora.
Miro a mi alrededor... El patio interior de Clint y Laura... Lo he conseguido. Me aguanto las ganas de llorar y voy como puedo a la puerta que da al salón. Pico fuertemente con mi mano libre y grito que soy yo, no paro hasta que Laura abre.
- ¿Elisa? ¡Dios santo! ¿Qué te ha pasado? - pregunta ella, intentando que entre en su casa.
- ¡No hay tiempo para mí! ¿Dónde está enterrado Clint? - rogo con la voz rota.
- ¿Qué?
- ¡Es muy importante Laura! ¡Por favor! Puede que esté vivo.
Sin más, ambas salimos al patio y me indica donde lo enterraron. Laura me da una pala y entra a casa. A los dos minutos estamos ambas cavando con energía y en silencio. La sangre de mi nariz mancha la tierra, pero no me detengo. Tengo que salvar a Clint antes de que sea demasiado tarde.
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Nuevo capítulo ^^ si alguien no se acuerda, el "clic" del que habla Elisa está en el capi 20 del primer libro. Eso es todo.
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