Capítulo 23
- Elisa -
- ¡Elis, ven! - gritó Tony desde el fondo del pasillo. Me giré y con él estaban Sif y Bruce. Fui hasta ellos, en estos momentos necesito no pensar en nada. Llegué hasta tu posición y los saludé con demasiada energía.
- Alguien está muy contenta - dijo Bruce - Tienes una sonrisa de oreja a oreja - no me había cuenta de que estaba sonriendo hasta que lo dijeron. Subí los hombros como si no hubiese pasado nada importante en mi vida y miré a Stark.
- Estábamos hablando de que Sif nos podría enseñar técnicas y ataques asgardianos para la misión - dirigí la mirada a la pelinegra y esta me está estudiando detenidamente.
- ¿Nos conocemos? - me preguntó.
- No lo creo - contesté precavida.
- Me recuerdas mucho a Thor - dijo examinándome. Oh, oh. Esto no es bueno.
- ¿Vamos fuera a entrenar? - habló Tony para cambiar de tema. Iba a negarme, por si encontraba a Clint o a Steve o a mi padre... Pero tengo mucha debilidad por todo lo que tenga que ver con Asgard, así que...
- Claro, vamos - contesté feliz.
Salimos fuera y una ráfaga de viento frío se nos estampó en la cara. Era bastante tarde, pero las farolas exteriores nos permitían ver muy bien.
- Bien, atacadme - sentenció Lady Sif.
- Oh no, yo solo estoy de observador - empezó a hablar Bruce - A mí me va más aplastar que seguir una táctica.
- Y yo quiero ver vuestras técnicas para poder estudiarlas.
- Pues quedamos tú y yo... - dijo Sif. Ahora que me daba cuenta, nadie nos había presentado.
- Elisa Wilson - levanté mi mano para estrechársela. Ella imitó mi acción y me estrechó la mano más fuerte de lo que pensaba.
- Hola Elisa, hija de Wil. Yo soy Sif, hija del Padre de Todos - mis compañeros nos miramos entre nosotros con confusión - ¿Empezamos? - asentí.
Ella tiró su espada a la hierba y se puso en guardia. Hice lo mismo y al instante, ya tenía encima de mí a la Diosa, intentando tirarme al suelo. Me deshice de su agarre e intenté que alguno de mis ataques la alcanzase, pero no estaba ni un segundo parada.
La asgardiana nunca estuvo en peligro, en cambio yo recibía cada poco un ataque de esta. A los dos minutos, ya estaba en el suelo, con un pie en la barriga que me impedía levantarme.
- ¿Todos peleáis así? - preguntó a la vez que me tendía una mano para levantarme. La acepté con un poco de recelo. En dos minutos me había pateado el culo.
- Cada uno tiene su propio estilo, de todos modos yo he sido la última incorporación y no tengo el nivel de los demás.
- Para nada, te has sabido defender muy bien para ser tan joven. Si te entrenasen en Asgard, serías de las mejores guerreras que hemos tenido.
- Después de ti, claro está - dijo la voz de mi padre de lejos. Nos giramos y vimos a Clint, mi padre y Steve acercándose a nosotros. Este último me guiñó un ojo, a lo que me puse roja, menos mal que la noche me oculta - Sif es la mejor guerrera de todo Asgard y una amiga y compañera leal.
- ¿Cuándo acabemos con lo de Loki volveréis a Asgard? - habló Bruce.
- En efecto amigo mío. Ahora soy Rey y tengo...
Un ruido nos distrajo de la voz de mi padre y nos hizo mirar detrás de nosotros. Un halo de luz de varios colores descendía del cielo con una inmensa velocidad y fuerza hasta nuestro patio. La luz desapreció y de ella salieron tres hombres y una marca en el suelo que se me hacía familiar.
- ¡Amigos! - gritaron mi padre y Sif mientras iban corriendo hacia los nuevos.
- Creo que yo me voy ya a dormir, mañana será un día duro - dije mientras me iba disimuladamente. Si, Sif, con solo verme un poco de cerca ya me encontraba parecido con mi padre, con todos sus amigos en el mismo lugar sería mucho peor.
- Buenas noches - me desearon todos. Entré en el edificio y me encaminé a mi habitación.
Me tiré en la cama nada más verla, pero al poco me tuve que levantar porque alguien picó en mi puerta. Al abrirla, un sonriente Steve estaba apoyado en el marco de la puerta.
- ¿Puedo pasar? El halcón me está buscando para interrogarme y mi habitación sería demasiado obvio.
- Si claro - le conteste feliz. Como excusa es pésima, pero me alegro que haya venido. Cerré la puerta y me giré a verlo. Steve miraba divertido mi habitación. Reí por lo bajo; mi habitación es un leonera.
- Supongo que... De tal palo, tal astilla - dijo mirándome a los ojos.
- Sí, sobre eso... ¿podrías no decir nada?
- Por supuesto, no abriré la boca. Pero, ¿podría saber la historia entera? - preguntó con las manos dentro de los bolsillos.
Ese gesto me enterneció, supongo que no pasaba nada si se lo contaba.
- Verás, todo empezó hace casi tres años, con la destrucción de Ultrón. Thor, mi padre, se fue a Asgard para investigar sobre las gemas del Infinito, pero esa misma noche volvió para despedirse de mi madre, Jane. Mi padre se fue sin saber al cien por cien si iba a volver y mi madre se enteró a los pocos meses que estaba embarazada, pero nunca pude decírselo a mi padre, aunque tampoco quería contárselo. En mi decimoctavo cumpleaños, mi padre apareció porque mi madre estuvo llorando toda la noche y por fin aceptó que seguía amando a mi padre y Heimdall pudo volver a verla y comunicárselo a mi padre. Ese mismo día discutí con mi padre, mi madre... Mi tío me secuestró y lo demás ya lo sabemos todos.
> Pero quiero dejar claro que Loki no quería hacerme daño en ningún momento, no sé porque se escapó y menos que quiere hacer, pero él me había dicho muchas veces que no se iba a ir para demostrar a todos que había cambiado. Créeme Steve, él no es como todos pensáis. Si se ha ido es por algo.
- ¿Crees que se ha escapado para protegernos? - preguntó.
- Creo que para protegerme a mí y a mi padre - dije precavida. Dudo que Loki se arriesgue por los Vengadores.
- ¿Tu padre sabe que eres su hija? - me mordí el labio.
- No y no quiero decírselo todavía. Estoy esperando el momento adecuado, pero tiene que ser antes de que me lleve a Asgard.
- ¿Estás segura de irte? - preguntó cabizbajo y con un tono un poco apenado. Sonreí con cierta tristeza, ¿acaso Steve y yo teníamos algo? Definitivamente no éramos solo amigos, pero ¿él realmente siente algo por mí? Solo fue un beso, pero su idea de los besos no es la misma que la mía, para él significan mucho más. Y también estaba mi enfermedad, eso lo dificultaba todo mucho más, o lo hacía todo más simple, dependiendo de cómo lo viese.
- Necesito comprobar si allí pueden curarme, es la cuestión prioritaria ahora mismo.
- Lo sé, pero esperaba que después de... - no pudo acabar su frase porque alguien golpeaba mi puerta con fuerza.
- ¡Elis! ¿Estás ahí? Tenemos que hablar - era la voz de Clint.
- Mierda, escóndete - le susurré a Steve, quien también se había puesto nervioso y miraba su alrededor buscando una salida. Se paró al ver la ventana y sonrió - Estás loco - susurré mientras iba hacia la puerta.
- Mucha gente comparte tu opinión - dijo mientras se deslizaba por la ventana abierta y yo abría la puerta.
Unos Clint y Natasha entraron rápido a mi habitación.
- ¿Dónde está? - inquirió Clint.
- ¿Quién? - disimulé como pude.
- No mientas Elisa, ya me he enterado que tú y el Capi habéis estado muy juntitos - resoplé ante el comentario de Nat.
- Te ha faltado tiempo, ¿eh? - miré mal a Clint, pero su cara me hizo reír. No podía enfadarme con ellos.
- Solo quiero decirte - empezó el arquero - que eres libre de hacer lo que quieras con quien quieras, pero es un compañero y aliado y... que si tengo que patearle el culo porque te ha hecho algo, lo haré encantado.
- Queremos lo mejor para ti, Eli. Pero si me preguntas a mí, te diría que esperases a tener algo con alguien hasta que hayamos solucionado todo esto y tú hayas ido a Asgard - dijo Nat.
- Chicos, realmente no sé lo que quiero. Tampoco sé lo que siento por Steve, ni si quiera sé si lo puedo llamar amor...
- ¿Sabrías explicarnos qué sientes por él?
- No Nat, es algo...
- ¿Complicado? - averiguó Clint - Siempre lo es, así sabes que merece la pena.
- Siempre nos tendrás para lo que necesites.
_____
- Buenos días a todos - empezó a hablar Furia. Estábamos todos en la sala de reuniones, esperando a ser informados sobre la misión que tendría lugar en tres días - Como sabréis, contamos con más refuerzos de los esperados - refiriéndose a los compañeros de mi padre - Ahora, el Capitán y Sif nos explicarán su plan.
- Bien - dijo Steve levantándose de su silla a la vez que Sif - Usaremos el plan que originalmente ideó Sif, con unos pequeños cambios: iremos seis Vengadores, contando conmigo, dentro de la fiesta, como infiltrados. Clint, Visión y Tony estaréis fuera para informarnos de cualquier movimiento que consideréis sospechoso y cubrir la retaguardia. Los demás esperareis fuera por si necesitamos refuerzos. Tanto Thor, Sif y sus compañeros estarán fuera, puesto que Loki no sabe que ellos están aquí y será un buen factor sorpresa.
> La fiesta está ambientada en los años 40, así que tenemos que ir vestidos como en esa época. Los trajes serán entregados a los que vayamos a entrar dentro. Como Maxon me pidió que hablase de Abraham, soy un invitado de honor y debo llevar un acompañante, por lo que tiene que ser alguien que se camufle bien, sepa guardar las formas y no tenga problemas para defenderse; lo natural sería elegir a Natasha, pero al sacar a la luz todo lo relacionado con S.H.I.E.L.D, todo el mundo sabe quién es y necesitamos que nadie conozca a mi acompañante. Mientras, los otros cuatro estarán infiltrados en la fiesta, informándonos de los movimientos dentro de la fiesta.
- Yo opino - habló Sif - que su acompañante debe de ser Elisa. Por lo que he oído, Loki la secuestro pero no consiguió su objetivo. Y si él aparece en la fiesta y la ve, se desconcertará y querrá cumplir su objetivo, olvidándose por un momento de Maxon y nosotros podremos aprovechar ese momento para interceptarlo.
>También he podido comprobar en primera persona sus habilidades en ataque y creo que tendrá bastante ventaja frente a sus enemigos. Además, en estos tres días podremos entrenaros especialmente para la misión.
Nos quedamos en silencio, pensando en lo que nos acaban de decir. Yo no paraba de pensar en lo que Sif dijo "su acompañante debe de ser Elisa" "comprobar en primera persona sus habilidades en ataque y creo que tendrá bastante ventaja frente a sus enemigos". ¿Sería capaz de llevar a cabo una misión así?
- ¿Quiénes entrarían en la fiesta? - preguntó Sam.
- Hemos pensado en Wanda, María Hill, Sam y Bruce. Los demás fuera - dijo el Capi.
- ¿Y quién te va a acompañar? - preguntó Rhodes.
- Elisa me parece una buena elección - dijo mi padre. Me giré a verle, quien me estaba sonriendo. Le devolví la sonrisa muy feliz; mi padre creía que yo era apta para la misión, no veía como un estorbo.
- Lo mismo digo - secundó Stark. Pude ver como María y Clint asentían.
- Decidido - sentenció Sif. Vi como Steve resoplaba, pero me sonreía tímidamente.
- Vamos a entrenar, lo necesitamos con urgencia.
Y todos nos levantamos para ir a nuestro entrenamiento más duro e intenso de toda mi vida.
_____
Me tiré en el césped cuando Furia dijo que por hoy era suficiente. Estaba agotada, como la mayoría de mis compañeros. Todos los asgardianos nos habían entrenado duramente, sobretodo en el combate cuerpo a cuerpo.
- ¿Hemos sido muy duros? - preguntó una voz masculina a mis espaldas. No me levanté para ver a mi padre, pero le gruñí como respuesta. Este rio roncamente - Cuando vayas a Asgard puedes entrenar con nuestros mejores guerreros, de forma más individual - noté como se sentaba a mi lado.
- Creo que no duraría más de un asalto con ellos.
- Yo no lo veo así. Sif me ha hablado de vuestro pequeño combate y hoy te he estado observando mientras peleabas, eres realmente buena. Tus movimientos se asemejan mucho a los asgardianos, encajarías muy bien allí - sonreí a sus comentarios. Mi padre puede ser muy listo, el Rey de Asgard y todo lo que quieras, pero que no se haya dado cuenta de que soy su hija todavía...
- Muchas gracias, estoy deseando ir. ¿Crees que tendréis una cura para mí?
- Tenemos muy buenos sanadores y recursos suficientes para tratar cualquier tipo de enfermedad o herida. Lo que me recuerda... En la biblioteca vi un libro sobre mi bisabuelo Buri, el título describía algo de su crecimiento creo, cuando lleguemos lo leeremos juntos - me incorporé y me senté al lado de mi padre, quien me miraba fijamente a los ojos.
- Ojala podías curarme - susurré. Mi padre me estaba estudiando.
- Tu rostro se me hace muy familiar, sobre todos tus ojos... - habló más para sí que para mí. ¿Y si le decía quién era realmente? No perdía nada y seguro que es mejor que se entere por mí, que por los sanadores de Asgard. Pero si se lo decía ahora, no me dejaría participar en la misión, ¿o sí? Mi padre es un guerrero también, sabe lo importante que es cumplirlas sobre todo si ya las has aceptado, además de que acompaño a Steve dentro del recinto... No tengo ni idea de que voy a hacer.
- ¿Qué estáis planeando? - nos sorprendió la voz de mi madre. Menos mal que apareció, necesito hablar con ella.
- De momento nada, solo hablamos de Asgard - contestó mi padre poniéndose en pie para abrazar y besar a mi madre. Sonreí ante su afecto, siempre quise ver a mi madre así de feliz, se lo merece.
- Furia te busca - le dijo. Este asintió, beso a mi madre en la mejilla, me guiñó un ojo y se fue. Mi madre se sentó a mi lado.
- ¿Crees que sabe algo? - pregunté por si Thor la había preguntado algo sobre mí.
- No, me pregunta por ti, pero nada sospechoso. Se preocupa mucho por ti, ¿sabes?
- Algo imaginaba, me dijo que había visto un libro que igual me ayudaba.
- Estuvo leyendo muchos libros, pero no encontró nada relacionado contigo. Quería leer uno sobre su bisabuelo y el crecimiento de este, pero no pudo.
- Vaya... No sabía que le importaba tanto. Estuve pensando en decírselo.
- ¿Y lo has pensado bien?
- No, pero creo que merece saberlo.
- Te entiendo, además te va a llevar a Asgard y es digno de tu confianza. Sabes que puedes decírselo cuando quieras.
- Lo sé, pero creo que debes contárselo tú...
- Se lo contamos las dos, ¿vale cariño? - asentí y nos abrazamos aún sentadas. Miré de reojo a Steve y estaba hablando con Sam, bastante serio. Me concentré en sus sensaciones y noté esperanza, junto con rabia y adrenalina. Cambió su posición y me pilló mirándolo, me dedicó una mirada curiosa y le saqué la lengua.
Me separé de mi madre y esta tenía una expresión de duda pintada en su rostro. Miró atrás y se rio de forma muy poca disimulada.
- ¿Qué te traes con Steve? Y no me digas que nada porque estás roja y él sonriendo, mirándote de reojo.
- Nada, tranquila. Solo fue un beso... - en serio, tenía que haber grabado la cara de mi madre en estos momentos, me haría millonaria en YouTube.
- ¡¿Cómo que un beso?! - gritó.
- Baja la voz, que casi no lo sabe nadie - dije riendo.
- Elizabeth Frigga Foster, explícamelo todo ahora mismo.
Fue bastante rápido contárselo, tampoco hay mucho que decir. Un simple beso que no sé si significa algo... Para mí si significo mucho, es mi primer beso y siempre lo será.
- Todos los presentes - dijo la voz de Nick por el altavoz - vayan al gimnasio para entrenar con sus armas.
Nos dirigimos allí y al entrar, cada cual fue a su espacio de armas. Clint con su arco, Nat y María con pistolas, Visión, Wanda, Sam, Rhodes y Tony están en una parte apartada exterior para entrenar en el aire, mi padre en uno de los espacios con solo bultos y Steve y Bruce entrenando en la sala de realidad virtual. Yo me dirigí a la zona de los cuchillos, dejando a mi madre en el laboratorio.
Había acertado todos mis blancos y solo me quedaba un cuchillo por lanzar, lo cogí sin mirarlo, fijé la vista en el pecho del dibujo, lo lancé con fuerza y al instante ya estaba clavado donde estaría el corazón de mi víctima. Yo nunca apuntaba al pecho, pero me gustaba saber que podría derribar a mi enemigo si estaba en peligro.
- Veo que no tendré que preocuparme mucho por ti en la misión - dijo en un susurro la voz ronca de Steve en mi oído. Sonreí.
- Tranquilo, no serás mi niñera - contesté sin girarme. Fingí estar ofendida.
- No me refiero que seas una carga o algo así... Quiero decir, eres fuerte, pero seguro que estaré pendiente de ti por si acaso pero a la vez... - Steve está poniéndose muy nervioso y no le salían muy bien las palabras. Me giré riéndome por su reacción.
- Tranquilo, te entendí.
- ¡Vaya, Elisa! Menuda habilidad tienes lanzando cuchillos - gritó un amigo de mi padre, creo que es Volstagg - Serás una excelente incorporación en Asgard.
- ¿Has probado la espada? - preguntó Frandal.
- En realidad no - contesté girándome completamente a ellos. Al momento llegó Nat, seguido de mi padre.
- Yo te enseñaré - se ofreció Frandal con una sonrisa.
- Ni se te ocurra - le advirtió mi padre - Elisa va a ir a Asgard a curarse y si quiere entrenar en el proceso de curación puede, pero nada más Frandal - todos reímos ante su comentario.
- Pareces su padre, uno muy sobreprotector - comentó Volstagg. Reí nerviosa y miré de reojo a Nat, quien me miraba graciosa.
- Aunque es verdad que serías una excelente guerrera - me susurró a la vez que me giñaba un ojo.
_____
Hoy es el día de la misión y Furia nos has dado el día libre, para que nos preparemos mentalmente. Yo estaba desayunando con María y Rhodes; los demás seguían durmiendo para estar frescos en la misión.
Estos días han sido agotadores: solo entrenábamos, comíamos y practicábamos con las armas. No teníamos casi tiempo libre, por lo que no pude hablar con mi padre sobre ser su hija y tampoco ver a Steve.
- ¿Nerviosa? - me preguntó Rhodes.
- Y aterrada, es mi segunda misión y es bastante importante.
- Tranquila, estaremos apoyándoos desde dentro y fuera, nada saldrá mal. Hay demasiadas personas. Solo espero que no sea como Nueva York.
- Debió de ser algo terrible, todos habláis de ella y de Ultrón.
- Lo fue, Ultrón por lo menos, yo no estuve cuando pasó lo de Loki - me dijo Rhodes.
Seguimos hablando de misiones hasta que me levanté, quería dar un paseo para tranquilizarme un poco. Estuve dando vueltas por toda la base hasta la hora de comer; llegué al comedor y estaba sola, así que en cuanto acabé de comer, fui a mi habitación a prepararme. Furia nos quería a todos preparados, con todo lo necesario a las cinco de la tarde, puesto que el homenaje empieza a las seis y como estamos divididos en varios grupos, es más difícil coordinarnos.
Llegué a mi habitación, me duché y saqué la ropa que me habían preparado para la misión; de ella se cayó una nota.
"Aquí te dejamos el uniforme. Péinate y maquíllate como en esa época. Luego ve a ver a Steve y que te diga su opinión"
Me coloqué las fundas de los cuchillos más finos que tengo; una en cada gemelo y muslo para no se marcasen con la falda. Saqué el uniforme: era una falda larga y chaqueta estilo militar de color verde camuflaje y una camisa blanca que no creo que se vea; y también había una funda para una pistola que se coloca en el costado, agarrándose en el hombro.
Me vestí y al ponerme la chaqueta, vi que tenía espacio para unos cuatro cuchillos de hoja fina más en cada lado. Desde luego estaría preparada para todo. A la hora ya me había rizado el pelo al estilo de los 40 y estaba maquillando. Solo me puse rímel negro y me estoy poniendo un rojo apagado, como el del uniforme de Steve, en los labios.
Me puse unos tacones blancos y salí de mi habitación, para comprobar si tengo el aprobado de Steve y piqué en su puerta. A los cinco minutos, un Steve vestido con parte de su uniforme de gala me abrió la puerta.
- Vaya... - solo pude decir. Steve estaba realmente guapo así vestido. Su uniforme era del mismo color que el mío, aunque ahora solo llevaba una camisa y pantalones verdes. Tenía colgada su chaqueta, junto con una gorra verde también.
- Tú también estás muy bien - dijo mientras se apartaba de la puerta para dejarme pasar - Te queda bien este look.
- Entonces, ¿estoy bien? - me estudió de arriba abajo y se paró en mi cara. Sonrió pícaramente - Sin mucho maquillaje... bien. Creo que es demasiado pintalabios, espera.
Se fue acercando poco a poco a mí y juntó nuestros labios, formando un suave beso. Me rodeó la cintura con sus brazos y yo me colgué de su cuello a la vez que hacíamos el beso más profundo.
Oímos una puerta cerrarse y nos separamos un poco alterados; habíamos dejado la puerta de la habitación de Steve abierta y cualquier podía habernos pillado, pero para nuestra suerte, parecía que nadie había pasado por allí.
- Tengo que ir a por las armas al gimnasio - dije recordando que no tenía ni los cuchillos ni la pistola.
- Muy bien, nos vemos en la entrada - contestó.
Salí rápido de su habitación y me dirigí al lugar donde estuvimos entrando intensamente estos días. Entré y vi a Wanda allí, vestida con un traje como el mío, pero en blanco, cogiendo un par de pistola y guardándoselas dentro de la chaqueta.
- Hola - la salude. Se giró y empezó a reírse en mi cara.
- ¿Qué has estado haciendo? - decía entre risas.
- ¿Por? - pregunté nerviosa.
- Mírate en el espejo anda - fui hasta los grandes ventanales que nos dejaban ver el exterior del jardín y comprobé que mi pintalabios estaba repartido por encima de mis labios. Me sonrojé al momento y me lo arreglé - Así que... Steve, ¿eh? - dijo Wanda, quitándose una lágrima que se le había escapado de la risa.
- Eres increíble - la reñí por meterse en mi cabeza.
- No es culpa mía que pienses tan alto cuando se trata del Cap.
La ignoré y empecé a tomar mis cuchillos y una pistola. Los metí en sus respectivas fundas y salí de la sala con Wanda para ir hacía la entrada, quedaban veinte minutos para las cinco, pero ya no había nada que hacer, salvo esperar.
A los diez minutos, estábamos prácticamente todos en la entrada: Thor, Sif, los guerreros de Asgard, Clint, Tony, Nat, Visión y Rhodes con sus uniformes y Steve vestido ya con su chaqueta y gorra. Sam y Bruce tenían un traje parecido al de Steve, pero en gris y Wnada y María tenían el mismo traje. Al poco llegó mi madre con Darcy.
- Mucha suerte cariño - me decía mi madre, mientras me abrazaba - Yo estaré fuera con los demás, por si nos necesitan a Darcy y a mí. Confiamos en ti.
- Gracias, mamá - susurré en su oído. Nos separamos y vi que Furia ya había llegado.
- Los que van a la fiesta, está una furgoneta esperándoos fuera. Los demás, el Helicarrier está en el patio.
Todos asentimos y salimos fuera del recinto. Steve agarró por un instante mi mano para darme fuerzas. Estaba preparada para esta misión.
----------
Hola, otro capitulo jiji, quedan tres más el epilogo. La imagen es como van vestidos Eli y el Capi asdfgghjlñas. María y Wanda es el mismo traje, pero en blanco y los chicos igual.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro