Capítulo 18
- Narrador omnisciente -
Los aplausos inundan la entrada de palacio. Todo el pueblo se reúne para no perderse la coronación de su próximo rey, Thor, hijo de Odín. Su padre está sentado en su trono, viendo como su hijo avanza por el pasillo que le han formado en su honor.
Esta situación ya la han vivido: mismo escenario, mismo pueblo ansioso de un nuevo rey, misma acción pero con muy diferentes sentimientos mezclados. Odín ya siente que su hijo está sobradamente preparado para afrontar la próxima etapa de su vida. Thor siente los nervios que una vez que sintió, pero su corazón muestra más preocupación que alegría en estos momentos: será rey y nadie puede impedirlo, al mismo tiempo que su hija será merced de un pueblo que no la visto nacer ni crecer, sin mencionar que Jane no podrá verle convertirse en su rey. Además la preocupación del rechazo de su hija por parte de su pueblo cada vez se abría paso en su corazón cada vez más y más. El plan que había hecho con Loki no conseguía tranquilizare lo suficiente.
Elisa mira con mucha admiración como la multitud aclama a su padre y se sienta orgullosa de ser quien es; pero el temor de no ser aceptada la acecha en sus pensamientos: sabe que su padre, abuelo y tío la defenderá de todo lo que se venga a por ella.
En las escaleras descansan Elisa, Loki a su lado y los tres guerreros en la parte derecha de estas. Thor cada vez está más cerca, empuñando su martillo y casco para crear espectáculo y fingir delante de su pueblo y seres amados. Llega al centro, se arrodilla y quita el casco, mostrando sus respetos a su rey y padre. Mira a sus compañeros y ellos le sonríen con orgullo y satisfacción de por fin ver a su mejor amiga convertido en lo que merece ser por nacimiento. Mira a su hija y hermano y ellos le sonríen de forma sincera, teniendo en cuenta todo lo vivido y lo que hoy le han llevado a estar aquí. Les devuelve la sonrisa y les guiña un ojo, acordándose de la primera vez que lo hizo a Madre y como hoy, ni ella ni Sif, están a su lado.
Odín golpea su cetro contra el suelo y se levanta, provocando el silencio en toda la sala. Al contrario que la primera vez, avanza unos pasos hasta llegar al borde de las escaleras; se aclara la voz y mira a todo su pueblo.
- Hoy, nos reunimos para nombrar un nuevo rey en todo Asgard. Thor, hijo del Padre de Todos e hijo de mi sangre; todos aquí te hemos visto nacer, crecer tanto física como mentalmente, aprender de tus errores y los míos propios, también te hemos visto caer, pero te has levantado con toda la fuerza propia de un Dios y has conseguido lo imposible.
> No lo digo como tú padre, que también, sino como Padre de Todos: no puedo imaginar alguien mejor para este puesto, este trono... Has conseguido llegar al corazón de tu pueblo poco a poco, eres paciente, sabes lo que es mejor para todos y decides lo apropiado en cuestión de segundos. Sé que cuando no puedas venir a mí a por consejo, lo encontrarás en ti mismo y en las personas que te rodean.
Eres digno del Mjolnir, eso siempre te mantendrá cuerdo y unido a tus raíces, recordándote que es lo mejor. Eres valiente, sabio, piadoso, respetuoso... No sé me ocurren mejores cualidades para un rey, te hemos educado bien hijo mío <
Thor se levanta con una sonrisa y sube por las escaleras, Odín se gira cuando su hijo llega a su altura para verle de frente, haciendo que el pueblo pueda ver lo que está pasando. Vuelve a golpear el suelo con su cetro dos veces, haciendo que una luz dorada aparezca en la cima de él.
Elisa se tensa al momento, recordando cuando su mente estaba vagando por el Infinito, olvidando todo; son el mismo tipo de luz que la llevó a Thanos. Nota la mano de Loki en la suya propia. "Tranquila" le dice en su mente, "Todo está bien". Elisa respira hondo y se intenta relajar.
El Padre de Todos tiende su brazo a su hijo y este imita su acción; ambos se agarran el antebrazo que tienen en frente, se miran a los ojos mientras la luz del cetro se va apagando poco a poco. Cuando no queda rastro de luz, la multitud vuelve a romper en aplausos y gritos.
- Yo, Odín, hijo de Bor, te nombro a ti, Thor hijo de Odín, Rey de Asgard y Padre de Todos.
Padre e hijo se separan y esta vez es Odín quien realiza la reverencia hacia su hijo. Thor asiente y su padre se pone al lado de Elisa. El nuevo rey se gira hacia su pueblo y levanta su Mjolnir con orgullo, provocando un estallido en la multitud.
- Hermanos, hermanas - empieza su discurso - Este día Asgard conoce a su nuevo Padre y se despide con orgullo y tristeza de su antiguo Padre, quien siempre estará presente en nuestros corazones y mentes, nadie muere mientras lo tengamos presente en nuestros corazones.
Thor conecta sus ojos con los de su hija, sabiendo que el momento que temía se estaba acercando y no podría evitarlo. Odín se da cuenta de lo que está ocurriendo y agarra la mano de su nieta a la vez que asiente hacia su hijo para darles ánimos a los dos. Todo parece que sigue su curso natural, pero Odín no sospecha lo que su hijo está a punto de hacer y, lo mejor de todo, es que ya no tiene el poder para callarlo como antes poseía.
- Cuando Padre ascendió al trono, ya tenía esposa; cuando mi abuelo Bor ascendió, tenía descendencia que le apoyaba. Soy conocedor de toda la especulación que hubo cuando traje a una midgardiana aquí; no me arrepiento de lo ocurrido y puedo decir sin miedo, que estoy locamente enamorada de ella - la furia de Odín se hace presente, pero Elisa le retiene ya que siguen cogidos de la mano - Jane Foster es el amor de mi vida.
Los murmullos se hacen presentes, pero la mano alzada del Rey les hace callar. Varios miran a Odín, quien está roja de la ira y no se puede creer lo que su hijo está diciendo. Las midgardianas no pueden reinar.
- Sé que muchos no lo entenderán, pero son mis sentimientos - finaliza, diciendo cada palabra que preparó ayer antes de dormir y sintiéndolas con el corazón - No puedo obligaros a que améis como yo hago a alguien que no pertenece a nuestro reino, pero ojala algún día lleguéis a entenderlo. Os digo esto porque de ese amor, nació algo mejor - dice mientras alarga su brazo en dirección a su hija, invitándola a que venga a él.
Elisa le mira sin entender nada, temblando como un flan y sin que sus piernas la respondan. Todos esperan a que pase algo, mirando a Elisa con curiosidad. Loki la empuja suavemente para que reaccione y los guerreros la sonríen. Ella traga saliva y va hacia el lugar que su padre la brinda.
- Ella es Elizabeth Frigga Thorson, mi hija - anuncia Thor.
El silencio se rompe por completo entre murmullos, gritos y movimiento.
- ¿Cómo es posible? - se oye por encima de la multitud.
- ¿Es asgardiana?
- ¡Qué aberración! No es de los nuestros.
- Pero es hija de nuestro Rey, ¡es la princesa!
- No es posible, tiene muchos años.
- ¿Cuántos años lleva ocultándola?
- ¡La madre no puede ser Jane! Las fechas no coinciden.
Cosas sin sentido siguen saliendo. Thor aprieta la mano de su hija y la susurra un "Lo siento", ella le mira con complicidad y da un paso adelanta. Odín vuelve a dar un golpe con su arma para callar al gentío.
- Todo esto tiene una explicación - habla Thor - Mi hija nació con un síndrome del que muy pocos son conscientes y menos conocen a alguien lo padeció.
Thor les explica toda la historia del crecimiento acelerado a todo su pueblo: desde su origen hasta su supuesto final en su bisabuelo Buri y la importancia de la gema en su vida, pero con Elisa la amenaza de una nueva guerra se cierne en todo Asgard y el resto de los reinos. La inmensa mayoría de la gente no encuentra sentido a lo que su nuevo rey les está diciendo, pero con la pasión que lo explica, muchos lo cree con toda su alma. Muchos otros miran a Odín en busca de respuestas, pero el ex rey se niega a decir nada puesto que su hijo lo ha traicionado de cierta manera al hacer público su enamoramiento y la madre de su hija.
- Entiendo perfectamente que no me creáis y os guardéis reservas en mi historia, pero es cierta. Ya han pasado cuatro generaciones desde mi bisabuelo, pero en los libros de historia está escrito y detallado como yo nunca podré explicar.
El silencio vuelve al espacio, nadie se atreve a contradecir al rey, peor varios lo creen encantado por la magia, otros (quienes han escuchado las fábulas del rey Buri) le creen, pero nadie dice nada. Elisa se cansa de ese silencio, ese sentimiento de rechazo, y decide dar un paso al frente, exponiéndose ante la multitud y su juzgamiento.
- Soy Elisa, hija de Thor, hija de vuestro Rey - dice alto y claro, con la esperanza de hacerse oír - Soy hija de un dios y una mortal y sé que parece un cuento, una leyenda, pero todo lo que vuestra majestad os ha contado hoy, es cierto. Nací hace poco más de dos años, como un bebé normal, pero mi crecimiento y desarrollo nunca fue como el de nadie normal. Mi madre me llevó a todos los médicos posibles, pero ninguno sabía que me pasaba ni cómo iba a evolucionar. Me educaron en casa, me entrenaron por mi propia voluntad y yo ya había asimilado mi vida: me moriría en menos de diez años. Pero un día llegó mi padre y todo cambió.
- ¿Cómo podemos saber que todo lo que dices es cierto? - pregunta un joven de pelo y tez morena, en primera fila.
- No podeís, es la palabra de mi padre y mía contra la de un pueblo entero - dice ella sin ningún matiz de amenaza o ego, simplemente habla.
- Y la nuestra - añade Volstagg con el asentimiento de sus dos compañeros - Podemos dar testimonio que todo lo que han contado es cierto, hemos vivido con esta pequeña el tiempo suficiente como para saber que es hija de nuestro rey.
- ¡Pero no es asgardiana! - grita una mujer a lo lejos, pero escuchable en cada rincón.
- Lo sé, no soy asgardiana, tampoco soy midgardiana; solo soy una persona.
- Una persona con dones dignos de un dios - añade Frandall.
El murmullo vuelve y Elisa se retira al lado de su padre, este coloca su mano en el hombro de su hija, atrayéndola hacia él mostrando su orgullo por lo que acaba de hacer.
- ¿Puede levantar el Mjolnir? - gritan. Cada persona deja su frase a medias para ver la reacción del rey y su hija. Thor da un paso al frente, furioso por lo que acaba de oír.
- ¡¿Acaso tú puedes?! - le recrimina - ¡¿Acaso alguien se cree lo suficientemente digno para empuñar el martillo?! Yo he aprendido a ser digno, pero tuve que cambiar por completo, poca gente puede considerarse digna y mucho menos demostrarlo.
Elisa da un paso adelante y mira a todos.
- No, no soy digna de levantar el Mjolnir; no le he intentado pero sé que no podría. He hecho cosas que nunca me perdonaré a mí misma; no necesito el perdón de nadie tampoco, cada cual tiene que vivir con su pasado y saber que nunca nos podremos deshacer de él. También sé que no podréis aceptarme en este momento, pero conseguiré vuestra aceptación como princesa de Asgard.
Con las mismas, Elisa se aleja y entra en palacio, dejando a todo el mundo en shock, nunca nadie había tenido que ganarse al pueblo; siempre tenían que aceptar lo que se le dijese porque confiaban en el Padre de Todos y sabían lo sabio que era. Tanto Thor como Odín se habían ganado el respeto del pueblo por las numerosas acciones que hicieron, pero ninguno le había prometido al pueblo que serían dignos de un título.
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