- Elisa -

Ya ha pasado un mes desde la fiesta de Steve. Mis sueños no han parado, son todos iguales: yo oyendo la voz de mis padres diciéndome que confíe en mí, que saque todo mi poder, que me descubra a mí misma...

Prefiero no pensar en ellos, son solo sueños.

Ahora estamos todos entrenando fuera. Llevo los entrenamientos mucho mejor que el primer día. Admito que la primera vez que entrené, no se acerca para nada a lo que hacemos hoy, pero me alegro no haber tardado tanto en alcanzarlos. Últimamente solo tomo las pastillas de Bruce tres veces por semana y eso es un gran avance.

- Wilson, atenta - gritó Clint. Estábamos viendo como peleaban Wanda y Tony. Estos dos siempre que pelean entre ellos, se lo toman muy en serio y nuestros entrenadores siempre quieren que aprendamos de sus técnicas.

Aunque parezca increíble, ninguno de mis compañeros sabe quiénes son mis verdaderos padres. Siguen intentando encontrar una cura, pero yo estoy más ilusionada con que Thor me llevará a Asgard cuando todo esto acabe.

Loki sigue sin soltar prenda que le sirva a Furia. Yo sigo opinando que lo que me dijo cuándo me secuestro, es verdad y no tiene ningún plan secreto. Tony, Bruce, Wanda, mi padre y yo consideramos que Loki no supone ninguna amenaza para nosotros, que solo quiere regresar a Asgard. Además si lo devuelven con Odín, estaría encerrado en una celda para que no se hiciese con las gemas del Infinito. Pero Nick no quiere que se lo lleven hasta que este seguro que no causará ningún problema aquí.

Un rayo nos hizo levantar la vista al cielo y al poco oímos un trueno.

- Será mejor que entremos - dijo mi padre con el ceño fruncido mirando al cielo. Recogimos todas nuestras cosas y entramos.

No habíamos entrenado mucho. Siempre lo hacíamos fuera desde que estoy dentro.

- ¿Quién crees que hubiese ganado? - me susurró Rhodes. No había prestado atención en toda la pelea. Miré a Tony y a Wanda y no pude descifrar quién iba ganando.

- Wanda, como siempre.

- ¿Ni estabas mirando, no? - contestó riendo por lo bajo - Wanda hoy estaba distraída y Tony la pilló desprevenida un par de veces.

- Como fuera no podemos entrenar - dijo Steve - pasaremos directamente al entrenamiento mental. Todos. - dijo mirando a Tony. Casi todos los entrenadores habían accedido a que Wanda entrase en sus mentes. Pero Tony no había ido a ninguna clase todavía.

¿Por qué no utilizábamos el gimnasio de dentro? Estaba cubierto, tenía todos las máquinas que había fuera, conservaba un ring bastante mejor que el de fuera, espalderas, potros...

- ¿Y el gimnasio interior? Quiero acabar la pelea - comentó Tony averiguando mis pensamientos.

- Todavía no está acabado. Quedan unos detalles - dijo Nat.

- ¿Están arreglándolo? - pregunté.

- No - contesto Sam - lo están remodelando para nosotros. Van a meter nuevos juguetes - dijo feliz.

- No solo eso, Falcon - apareció Nick por detrás. Odio que haga eso, pero es fan de asustarme - Vamos a incluir una sala de realidad virtual para que entrenéis solo y otra sala dedicada a entrenar con vuestras armas preferidas.

- Estoy deseando verla acabada - dijo Clint con una sonrisa.

- Ahora, id al laboratorio - sentenció Nick.

Llegamos a él y encontré a mi madre fascinada mirando a un microscopio, a Bruce ensimismado en unos papeles y un ordenador con la cara de Erik apuntando cosas en una libreta. Ninguno se había dado cuenta de nuestra presencia. Erik se había ido a su casa hace un par de semanas para investigar en su propio espacio, dice que así es más eficiente.

Tony fingió una leve tos, pero siguieron sin mirar.

- Estamos listos para el control mental - dijo un poco fuerte Nat, asustándolos.

- Que pronto, ¿no? - comentó mi madre apuntado algo en unos papeles.

- Tormenta provocada por tu novio - dijo Tony. Mi madre le fulminó con la mirada a la vez que un rojo le adornaba las mejillas. A estas alturas todos sabíamos que mi madre y Thor estaban juntos y Tony se cebaba con ellos.

- Si la hubiese provocado él, estoy segura que te hubiera lanzado un rayo - contestó. Tony se quedó sin palabras y mi madre sonrió triunfante.

Entramos en la misma sala de todos los días y empezó lo de siempre: Wanda y Visión nos mandaban sentarnos en la silla, entraban en nuestra mente (todavía nadie consiguió salir de su control), lo quitaban y Jane y Bruce nos ponían ejercicios de concentración.

Durante el entrenamiento, me sentí más incómoda de lo normal. Normalmente, no nos hacían ver nada porque si nos hacían ver visiones, nos quedábamos un poco tocados y no lo dábamos todo. Y ya nos habíamos acostumbrado a estar cómodos, pero hoy sentía algo raro en mí, como si no fuese yo.

- Ya os podéis ir - dijo Bruce. Miré el reloj y eran las dos de la tarde. No tenía hambre y decidí salir a entrenar. Ya no llovía con tanta fuerza, sino que caía una lluvia muy fina.

- Espérame Eli - dijo Wanda detrás de mí. Ella y yo habíamos desarrollado un lanzo muy fuerte juntas. Me ayudaba a entrenar y me daba consejos para soportar el dolor.

Salimos fuera y comenzamos a correr. A la media hora estábamos empapadas de la lluvia y nos sentamos debajo de un árbol que estaba seco.

- Hoy me has desconcentrado mucho - me dijo Wanda.

- ¿Qué?

- Sí, has estado distraída todo el tiempo y dejando la mente muy desprotegida. Cuando os enseñamos a cerrar la mente, Visión y yo dejamos de oír vuestros pensamientos, sino nos concretábamos. Por la mañana estabas en tu mundo, Elis. Has estado pensando en un sueño y yo pude verlo.

- ¿Por eso casi te gana Stark? - me puso mala cara ante ese comentario.

- Más o menos. Ese sueño me fascina, hay algo detrás de él y no sé qué es.

- No le des importancia, es solo un sueño.

- Es mucho más que eso. Has estado soñando lo mismo más de un mes seguido. Antes estuve hurgando en tus recuerdos...

- ¡¿Perdón?!

- ¡Lo siento! Pero quería saberlo... Y además, he podido ver el sueño desde otra perspectiva - no quería saber nada más, es solo un sueño. Pero me picó la curiosidad, y Wanda lo sabe.

- Sigue.

- En tu sueño, siempre estás tú sola oyendo las voces de Jane y Thor, a veces la de Steve - bajé la mirada un poco sonrojada - Y muy de vez en cuando las nuestras. Pero nunca aparecemos. Tú no lo ves, pero tus ojos cambian de color a medida que sucede el sueño. Tu azul pasa a un verde intenso al final del sueño, justo cuando te despiertas.

- Es un sueño.

- Es mucho más que eso, lo sé. ¿Puedo... probar una cosa?

- ¿El qué?

- Creo que ese sueño tiene relación contigo y con las gemas del Infinito.

- Me he perdido.

- Cuando tus ojos cambian de color, algo en ti cambia Elisa. Lo noté en tu mente. Tu energía cambia. Y siento que es la misma energía que desprende Visión cuando usa su gema. Están relacionados.

- ¿Y qué se supone que quieres hacer?

- Activar la energía que tienes en tu sueño, para que se despierte en ti, en la realidad.

- Wanda... no. No sabemos lo que es. Igual no es nada. No quiero que te hagas ilusiones con un simple sueño.

- Es más que eso. Además, si estás tan segura que es un sueño, déjame intentarlo. ¿O acaso tienes miedo? - como me conoce. Sabe que mi orgullo y curiosidad puede conmigo y sino, nunca dejaría el tema.

- Esta bien, adelante - dije respirando profundo.

- Perfecto. Deja la mente abierta.

Cerré los ojos y esperé. La sensación de esta mañana volvió a mí. Abrí un ojo y Wanda estaba con los ojos abiertos, pero sin mirar a nada. Tenía la vista vacía, con un sutíl tono rojizo en ellos. La sensación iba volviéndose más fuerte y desagradable.

Justo cuando no podía más, que notaba como ya no tenía intimidad, me volvía vulnerable, expuesta... Todo se volvió negro. Ya no sentía nada. Ni miedo, ni alegría. Simplemente estaba ahí.

"Oh mierda, se ha desmayado. Eso me pasa por andar en la mente de otros. Jane me va a matar, Steve también me va a matar, Nat primero me mata a entrenar y Clint con su arco. Dios, dios, dios. ¿Por qué a mí? Si es que no aprendo. Furia si que me va a matar. Elisa, despierta por dios. Madre mía..."

- Tranquila Wanda, estoy bien - dije aún con los ojos cerrados - La que te va a matar soy yo.

Silencio por parte de Wanda. Abrí los ojos de forma pesada y me encontré a escasos centímetros de la cara de mi compañera. Estaba estudiando con ojos muy abiertos. Pero cuando digo muy abiertos, son muy abiertos.

- Wanda... ¿qué narices haces? - esta reaccioné y se separó un tanto.

- ¿Me... acabas de leer la mente?

- ¿De qué hablas?

- En ningún momento he abierto la boca Elis.

- Pero... yo he oído tu voz. He oído como decías que me había desmayado, que te iban a matar...

- Eso lo he pensado.

Nuestras miradas eran confusión pura.

- Piensa - la ordené. Pero nada.

Me concentré mucho y ella pareció notarlo, porque empezó a mirarme fijamente.

"... no debe estar oyéndome, sino..."

- ¡Oí algo! - grité emocionada.

- ¿El qué? - respondió con un tono ¿preocupado?

- Que pensabas que yo no oía nada.

- Que raro todo.

- Cuéntame que ha pasado desde que entraste.

- Pues, indagué en tu sueño. Me metí en él como si fuera tú, sentí lo que sentiste, recordé lo que recordaste en ese momento... y en el momento en el que sueltas tu energía, abriste del todo tu mente por un segundo y aproveché para entrar en ella. Intenté activar ese poder que hay en ti, pero en cuanto me acerqué, tu fuerza me rechazo de tu pensamiento... Conseguiste echarme de tu mente Elisa, nunca nadie ha conseguido eso.

Asentí a lo que me dijo... No entiendo nada. Estuvimos en silencio un rato más. Al poco vimos a Visión y Bruce hablando bastante cerca de nosotras.

- ¿Desde cuándo llevan ahí? - pregunté.

- No lo sé. Al poco de despertarte creo. No los noté.

Nos levantamos y fuimos con ellos. Al estar al lado de ellos empezó a dolerme la cabeza.

"Hoy no dormiré, malditos cálculos" oí la voz de Bruce. "Algo anda mal" ahora es la voz de Visión. "¿Elisa está más pálida?" la voz de Wanda. "No es posible" Visión. "¿Qué le pasa a Elisa?" la última voz que oí fue la de Bruce antes de volver a desmayarme y lo último que vi fue la gema de Visión brillar con toda su fuerza.