- Narrador omnisciente -

La figura de Voen aparece detrás de la base de Los Vengadores. Mira sus alrededores un poco desorientado. En ese momento, Thor sale corriendo del edificio, buscando quien activó el Puente Arcoíris.

- ¿Voen? - pregunta el rubio muy confundido - ¿Qué haces aquí? ¿Te ha enviado Heimdall?

- Sí. Me ha dicho que Elisa me necesita.

Thor no hace más preguntas, en estos momentos solo le importa su hija y si Voen puede ayudarla, no le contradecirá. Ambos asgardianos entran en el recinto y van a la sala donde Elisa está en el suelo, casi sin respiración. Voen pide que ambos hermanos entren con él a la sala de Elis.

Al entrar, Voen tiene un escalofrío, pero no ralentiza el paso. Se agacha hasta la figura de Elisa y la nota con la mirada pérdida, casi ida del todo. Le roza la frente y la gema Espacio comienza a brillar por toda la habitación.

- ¡Mierda! La gema nos bloquea el acceso a la mente de Elisa - informa Voen, inspeccionándose la mano, pues la gema le ha atacado, impidiendo que hagan algo - ¿No podemos quitársela del brazo?

- ¡No! - grita Loki - Si se la quitamos, Elisa podría perder todo el poder que la mantiene con nosotros.

- Dudo que puedas quitársela con tanta facilidad - comenta Thor - La gema quiere estar con Elisa - dice mientras recuerda la primera vez que ella despertó del desmayo y la gema fue hacía ella cuando Elisa la llamó con su mente.

Los tres miran a Elisa, pero ella está muy lejos de este mundo. No está en ningún sitio conocido. Solo están ella y la mente de Thanos intentando hacer que ella cumpla la orden de matar a sus compañeros.

"Sé que no tengo la suficiente fuerza" se dice a sí misma. "No eres tan fuerte, tampoco has entrenado lo suficiente... Has estado viajando de reino en reino sin saber que pasaba exactamente. Hazte una pregunta a ti misma, ¿podrás conmigo sin matarte a ti en el proceso?" ataca Thanos, intentando convencerla de rendirse. Él sabe que hay muy pocas personas que pueden hacer que todo el plan de una vida se caiga como un castillo de naipes. "Es verdad que no sé muy bien que pasa a mi alrededor, tampoco me importaba, solo me preocupaba por mis seres queridos... De que estuviesen a salvo y felices..."

Elisa entiende en ese momento que solo quiere que amigos estén a salvo, y para ello necesita acabar con su invasor. Necesita matarlo, por consiguiente, ella debe dejar de existir también. Observa su entorno y se le hace vagamente familiar. Ella ya ha estado aquí antes: es el mismo sitio dónde se perdió al morir.

Todo es negro, sin que pueda sentir nada, solo se deja llevar por la corriente. Se ven unos rescoldos grises aumentando poco a poco. "Ahí está mi destino" piensa ella. Al mismo tiempo, el color empieza a incrementarse a más velocidad: las sombras vaporosas blancas vuelven a hacer presencia, pero esta vez, Elisa es la sombra más rápida.

Pequeños gritos y quejidos hacen presencia en el espacio, lo que hace estremecerse a Elisa, pero sigue decidida a entrar.

La velocidad se reduce y Elisa estudia todas las sombras: la encantaría decir que todas tiene un aspecto viejo, pero las sombras son iguales que niños pequeños, adultos, adolescentes... Algunas tienen algo clavado en el torso, otras sangran por alguna parte de su cuerpo y otras simplemente no tienen nada.

Todas las sombras tienen en común su cara de horror y dolor puro. Muy diferente a la de Elisa, quien no puede sentir nada y mucho menos expresar algo. Debería sentir miedo, dolor, tristeza... Pero todavía no se ha dado cuenta que ella misma se ha dado enviado a una muerte segura, no sabe que se está suicidando. Ha aceptado que ella tiene que morir, pero no es consciente de nada de lo que está pasando a su alrededor.

- ¿Elisa...? - dice una voz adormilada - ¡Elisa! -grita con miedo y desesperación.

Ella se gira y ve a Clint acercándose a ella con una expresión de puro horror en su cara. Ella lo miro con miedo, "No puede ser, está muerto, ¿dónde narices me he metido?"

El agente agarra a la morena con fuerza y un poder atraviesa el cuerpo de ella. Empieza a temblar, sentir miedo, dolor, odio hacia ella misma, pavor de ese sitio en el que se ha metido ella sola.

- ¡¿Qué mierdas haces aquí?! - grita él mientras ambos siguen avanzando y la gran puerta roja se va haciendo cada vez más grande - ¡Para ahora mismo vete!

- ¡No sé cómo! - grita ella temblando al tener al lado a su víctima, que a la vez fue como su padre estos años - ¡Tengo miedo!

Cierra los ojos y se abraza a ella misma a la vez que se pregunta que hace aquí y que va a dejar de vivir, puesto que un dolor en su corazón va quedándose en ella y abarcando más y más territorio.

- ¡Tienes que irte ya! ¡¿Acaso quieres que él te vuelve a controlar?! - sigue bramado Clint, zarandeando a su amiga.

Elisa le mira sorprendida y su mente hace "clic". Ella está por Thanos, tiene que sacarle de su mente y puede hacer si ella muere. Clint con la mirada fija en ella, esperando a que se vaya de este lugar, en el que ahora él está.

- Lo siento... - susurra ella, apartando la mano de él de su brazo.

Ella vuelve a la corriente normal, mientras que él se queda quieto sin poder llegar a ella. La puerta se ve más y más grande, al igual que el dolor de Elisa la invade en todo su cuerpo. Los gritos de antes son mucho más altos y claros que antes, pero los gritos de Barton son los que sobresalen.

Llega a la puerta abierta, en la que solo se ve una luz roja que infunde temor, y acerca su mano temerosamente. Al rozarla, una corriente eléctrica y ardiendo atraviesa la columna vertebral de Elisa y grita de dolor. Intenta sacar la mano, pero no puede mover la mano afectada, mientras el resto de su cuerpo se acerca peligrosamente a la puerta. El portal comienza a absorber el resto de la mano de la morena, provocándola un dolor inaguantable del que no puede escarpar.

Pronto su otra mano entra en el portal y el fuego devora ambas manos, quemándoselas por completo mientras ella llora y grita pidiendo ayuda.

Sus piernas comienzan a atravesar el portal sin que ella pueda hacer nada, sintiendo como arden sin remedio. Su cuerpo ya está casi entero dentro, entre gritos y lágrimas, cuando Thanos decide abandonar la mente de ella. Ya ha conseguido lo que él quería: verla muerta o en su mismo bando.

Su cuello comienza a carbonizarse cuando nota unos gritos de ella de dolor y como unas manos agarran su cintura con fuerza y tiran de su cuerpo. Elisa no aguanta más el dolor y cuando su último grito de dolor, sin poder soportar más el dolor, que su mente desconecta, pero no sin antes escuchar los alaridos de dolor de Clint, intentando salvarla con sus últimas fuerzas.

- Elisa -

Grito desesperada, moviendo mi cuerpo, para tratar de no sentir dolor.

Abro los ojos, con la respiración entre cortada. Estoy sudando, pero estoy viva. Miro todo a mí alrededor. Estoy en una sala gris, con un espejo muy grande que ocupa toda una pared. Veo que detrás de mí hay una cama. Me levanto con cuidado y me siento en ella.

No entiendo nada. Solo me acuerdo del dolor de antes... ¡Clint! ¡Estaba en ese lugar! Me salvó... En cambio yo... Yo le maté y ahora no pude salvarle...

Las lágrimas pronto vienen a mí y caen sobre mis puños cerrados. Lloro en silencio, se suponía que ahora iba a ser fuerte, pero no puedo... Todo es superior a mí...

- ¡Elisa! - grita la voz de Steve, entrando por la puerta. Levanto mi mirada y me encuentro sus ojos azules mirándome con miedo y preocupación - ¿Elisa? - pregunta un poco más tranquilo mientras se sienta conmigo en la cama.

No decimos nada, yo solo lloro en silencio y él no me mira. Cuando parece que me calmo un poco, me apoyo con timidez en su hombro.

- ¿Mejor? - pregunta rompiendo el silencio.

- No - me limito a contestar - Todo está mal, nada mejorará nunca.

- No sé qué ha pasado en tu cabecita mientras estabas así pero... Si te quedas aquí, todo podrá mejorar.

Le miro sorprendida ante su comentario.

- Solo - dice sin mirarme - Solo sé no podía hacer nada mientras te veía luchar tú sola con la cosa que nos dijeron Wanda y Visión que te estaba controlando. No podía ayudarte, me sentía muy impotente y me mataba... Me he dado cuenta que si no te tengo en mi vida, me faltaría lo que tú has metido en mi vida sin que me diera cuenta... Has traído risas, enfados, buenos momentos, preocupaciones... Pero sobretodo, me has dado un motivo más por el que luchar, antes solo me preocupaba lo mejor para todo el mundo, pero desde que has llegado a mi vida, quiero lo mejor para ti, sin importar que quiero yo.

Me mira a los ojos después de su pequeño discurso, con una decisión que solo demuestra cuando estamos a punto de iniciar una misión.

- Sé que somos de épocas muy diferentes, demasiado, pero podemos aprender el uno del otro. Completarnos mutuamente. También sé que hemos tenido nuestros altibajos y que nunca hemos sido nada oficial pero... Para mí un beso significa un mundo, un mundo que no pude disfrutar, pero que me encantaría hacerlo contigo...

- Steve... - tartamudeo sin palabras que decir - No sé si mi padre te ha dicho que vamos a volver a Asgard, ahora soy su princesa, y una guerra se está avecinando, todo esto sería muy raro y difícil para hacerlo funcionar, sin hablar de...

- ¿De qué? - me corta él - Sé que eres asgardiana y eso nunca podré cambiarlo, pero sí que podemos hacerlo funcionar. No te pido un compromiso, sino una oportunidad para los dos. Has cambiado, todos lo hemos notado y visto, eres más madura y realista del mundo. Déjame entrar en tu vida y cambiarla como tú has hecho en la mía. Sino creyese en nosotros dos, no te estaría diciendo todo esto.

Una lágrima se escapa de mi ojo izquierda, Steve la retira con rapidez pero no aparta su mano de mi rostro. Yo le cojo la mano y suspiro.

- Qué demonios - digo en voz baja mientras junto nuestros labios con urgencia.

Sus labios responden con rapidez a los míos, encajando a la perfección entre ellos.

- Thor -

- Nunca me he arrepentido de nada en mi vida hermano, pero de esto sí - digo mientras vemos el beso de mi compañero con mi hija. Hace un rato que llegamos y vimos que estaban hablando, pero nunca pensé que su conversación acabaría así - Por eso no quiero que vuelve a Asgard, aquí es feliz.

- Thor, ella sabe que tiene prioridades, deja de tratarla como una niña pequeña e indefensa.

- Hola Sif - digo divertido - Pero no puedo evitar querer protegerla de todo y buscar su felicidad.

- Deja que ella la encuentre - me contesta - Deberíamos irnos de aquí, no invadamos su privacidad.

Nos vamos de la sala en silencio. Tranquilo porque Elisa por fin ha despertado, triste porque ha debido de ver lo inimaginable y no he podido impedirlo. Me despido de mi hermano y voy a buscar a Jane para contarla las nuevas noticias.

No sé sorprende de lo de Steve, pero quiere ir a verla inmediatamente.

- Espera - digo antes de que se vaya - Ya he visto su reconciliación, no quiero que veamos más cosas de ellos...

_____

Noto unos finos brazos abrazándome por detrás, en medio del pasillo. Me giro y veo a mi hija sonriéndome, nunca me cansaré de ella. La abrazo fuerte y ella me lo devuelve.

- Veo que ya estás fuerte de nuevo - digo.

- Sí, espero que me dure - contesta con la voz un poco perdida. Ha pasado un rato desde que despertó y parece que por fin ha salido de su habitación - ¿Podemos hablar un momento?

- Claro, ¿qué pasa?

- ¿Puedes decirme que ha pasado exactamente desde que llegamos aquí? - pregunta con la voz rota. La abrazo fuerte, intentando consolarla.

- No creo que sea lo mejor en estos momentos. Ahora debemos hablar todos sobre la guerra. Creo que tenemos una estrategia más o menos planeada, pero debemos hablarla contigo.

- Papá, sé lo que he hecho, he matado a dos de mis amigos... Soy una asesina... - llora en mi pecho.

- Escúchame bien, esa no eras tú, no sabías lo que estabas haciendo.

- Pero no pude evitarlo.

- Por lo que yo sé, has conseguido evitar matar a Steve, a Loki y a muchas más personas gracias a que te sobreponías al control de Thanos. No eres ninguna asesina, podemos y vamos a arreglar todo esto.

Ella se quita las lágrimas de los ojos y asiente, con una tímida sonrisa.

- Después de que todo esto pase, volveremos a Asgard, tenemos muchos asuntos pendientes y...

- ¿Quieres volver? - me corta ella, muy sorprendida. Sabe que no quería ni quiero volver.

- Tenemos que volver, es nuestra responsabilidad como asgardianos - afirmo.

Ella sonríe orgullosa, sé lo importante que es para ella que la acepte como una asgardiana. Aunque yo siempre la acepte tal y como es.