Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 13

- Elisa -

Tony y yo nos quedamos un poco más hablando en el gimnasio. Teníamos bastante en común y se disculpó muchas veces por la escena, pero por lo menos él ya podía confiar en mí.

Ahora estábamos hablando de mis supuestos poderes, Tony estaba entusiasmado con ellos. Aunque son inexistentes.

- En serio Elis, tu padre es un Dios - susurró - es imposible que no tengas alguna aptitud de una Diosa. ¡Tenemos que comprobarlo! - me empecé a reír - ¡No te rías en mi cara! Es verdad.

- ¿Y cómo lo comprobamos si se puede saber?

- Todavía no lo sé, tengo que pensarlo. Investigaré con JARVIS mitología nórdica haber que encontramos.

Oímos como la puerta se abrió y alguien caminaba hacia nosotros.

- Sígueme - susurró muy bajo Tony. Me cogió de la mano y nos movimos hasta detrás de un aparato muy grande que nos permitía ver toda la sala y a la vez nos escondía.

Vimos cómo Steve llegaba, miraba a todos los lados y suspiraba profundamente. Se apoyó en una máquina para reforzar los brazos con cara de fastidio.

- ¡Vamos Stark! Salid ya. No tengo todo el día.

- Escúchame - murmuró muy bajo en mi oído - yo le voy a contestar y mientras que le distraigo, tú le asustas por detrás.

- Que malo eres - sonreí. Salí de mi escondrijo y fui hasta otra máquina.

- Te equivocas Rogers, estoy solo yo.

- Oh dios, ¿qué la has hecho? - Steve sonó verdaderamente preocupado. Se puso recto otra vez y aproveché para salir y acercarme un poco por detrás.

- Tranquilo Capi, si llego a saber que la tienes tanto cariño me hubiese cortado un poco. ¿Pero no es un poco joven para ti?

Tony también salió de la máquina, mirando su móvil como si tal cosa.

- ¡Dime que sigue respirando! - estaba a dos pasos de asustar a Steve, pero este comenzó a ir a por Tony, por lo que tuve que correr.

- ¡Steve! - grité mientras le placaba y caíamos al suelo. El Capitán soltó un grito cuando le toqué y un gruñido cuando tocamos el suelo.

Él había caído boca arriba y yo boca abajo, quedando apoyada en su pecho. Me abrazó al sentir como lo empujaba y no aflojo su agarre cuando ya no nos movíamos.

Podía sentir su respiración, como su pecho subía y bajaba con lentitud y la fuerza que ejercían sus brazos sobre mi cuerpo. Podía percibir su olor y cerré los ojos perdiéndome en él.

- YouTube me a amar por esto - dijo Tony sacándome de mis pensamientos y haciendo que nos levantásemos al instante. Mis mejillas me ardían y esperaba que no lo notasen.

- Sois increíbles, nunca volvías a darme un susto así - nos riño Steve.

- Vaya Elisa, estás roja como un tomate - río Tony. Lo voy a matar.

- Es por correr y el golpe con el suelo - me defendí intentando parecer normal. Miré a Steve y no estaba rojo, eso me desilusiono un poco.

- Furia quiere veros. Nos preocupamos al ver que no volvíais. Jane casi se vuelve loca.

- Pues volvamos. No vaya a ser que a Nick le de algo - dijo Stark.

Salimos los tres por la puerta y nos dirigimos a la sala con todos.

- Me pregunto porque te quedaste sujetándola tanto tiempo - le susurró Tony a Steve creyendo que no le podía a oír.

Entramos y nos sentamos como estábamos antes.

- Bien, ahora que volvemos a estar todos juntos, os diré lo que haremos hasta que sepamos qué hacer con Loki. Entrenareis todos los días por la mañana, más vale prevenir que curar. Por la tarde investigareis con el Doctor Banner y Foster y haréis ejercicios mentales para fortalecer y aumentar vuestro conocimiento. Los antiguos Vengadores os aconsejarán y entrenaran si ellos lo creen necesario.

- Señor, he llamado al Doctor Selvig y vendrá mañana a primera hora para ayudarnos a Bruce y a mí.

- Perfecto.

- Cambiando de tema, en dos días es tu cumpleaños Capi, ¿ya sabes cómo lo vas a celebrar? - dijo Tony ignorando a Furia.

- Ya hablamos de eso Stark, no quiero hacer nada. Es un día más.

- Venga Steve, hace mucho que no voy a una fiesta en este reino, y además de tan grande evento - dijo mi padre muy sonriente.

- Tu también no Thor.

- Pepper quiere verte... - canturreó Stark.

- Un descanso nunca viene mal - contribuyo Sam.

- Parece que ya habéis tomado vosotros la decisión - dijo un resignado Steve.

- ¡Bien! A las nueve en la torre de Los Vengadores. Todos allí, no podéis faltar ni poner ninguna excusa. Y será una fiesta importante.

Después de algunos comentarios, Nick nos dio el día libre.

- ¿Tienes vestido para la fiesta? - me preguntó mi madre.

- No, ¿podemos ir a comprarlo mañana?

- Claro, y así yo también voy.

- Elis, ¿puedes venir un momento? - me preguntó Tony a mi lado. Asentí y fuimos a una esquina de la reunión - Toma - y me dio una tarjeta de color platino, parecía una tarjeta de crédito.

- Oh dios Tony, no, no puedo aceptarla - intenté devolvérsela pero no la cogió.

- Escúchame, estos años han debido de ser fatales para la economía de Jane. Aunque la ayudasen, debió de ser muy duro. Quiero que no os falte de nada.

- Pero Tony... no tienes por qué hacerlo.

- Todo cuidado es poco, a mis amigos no les va a ir mal si yo puedo evitarlo - me giñó un ojo y se fue a hablar con Thor. Me quede mirando la tarjeta y sonreí de la nada, Tony me consideraba su amiga.

Llegué a donde estaba mi madre hablando con Wanda y Clint.

- Espero que no te importe que Clint y Wanda vengan con nosotros de compras. Al parecer ninguno tiene la ropa adecuada - miré a Clint con incredulidad. Ese hombre siempre se encargaba de elegir y comprarme ropa, le encantaba ir de compras.

- Mi ropa en estos años se basa en camisas y pantalones cómodos - dijo encogiéndose de hombros - y también en el uniforme.

- Yo nunca fui de compras - contó Wanda - siempre use la que me daban aquí.

Ya que todavía no habíamos comido, decidimos ir a comer a un centro comercial que está cerca, después de ducharnos y prepararnos.

Salí de la ducha y me miré en el espejo. Por un momento no reconocí a la persona que estaba allí. Solo habían pasado dos días, pero parecía que hubiese sido una eternidad. El cansancio se notaba por toda mi cara, estaba bastante pálida y unas ojeras se veían por debajo de mis ojos. Me solté el pelo mojado y me llegaba un poco por debajo del pecho. Estaba horrible. Me acerqué al espejo, pero no pude verme mejor porque alguien tocó a la puerta. Salí del baño y fui a abrir.

- Hol ¡perdón! - dijo un vergonzoso Capitán apartando la vista - No sabía que estabas en el baño.

- Tranquilo - dije riendo - que estoy en albornoz.

- Espero a que te vistas.

- Salgo ahora - cerré la puerta y me vestí con una camiseta gris con encaje a los lados, unos vaqueros ajustados oscuros y unos playeros blancos.

Abrí la puerta y estaba apoyado en el marco con una sonrisa de lado. Esa sonrisa me derritió un poco.

- Dime - dije después de un rato sin que ninguno dijera nada.

- He oído que vais a ir a comprar ropa.

- ¿Tú tampoco tienes que ponerte? - se rió.

- No es eso. Me hace falta una corbata, pero no puedo ir porque Bruce me necesita en el laboratorio. Entonces - se empezó a rascar la nuca mirando al suelo - nos preguntábamos si no os importaría comprarnos una corbata para la fiesta a cada uno.

- ¿De qué color las queréis?

- Bruce quiere una verde claro si la encontráis y para mí una azul marino, sino roja.

- Ningún problema - le sonreí.

- Me voy ya, suerte encontrando vestidos. Adiós.

- Hasta luego.

Volví a entrar en la habitación. Cogí la ropa del baño y la lancé a la cama. Nunca fuí especialmente ordenada. Tampoco mi madre, solo era ordenada en su laboratorio. La casa estaba hecha un desastre.

Metí en el bolso la cartera, con la tarjeta de Tony, el móvil y un paraguas por si acaso.

Salí de la habitación y fui a picar a mi madre, luego a Clint y busqué la habitación de Wanda. Una vez que estuvimos los tres juntos, salimos fuera del edificio y Clint nos dirigió a un coche.

Wanda y yo fuimos detrás y mi madre de copiloto al lado de Clint.

- ¿Ya sabes cómo quieres que sea tu vestido? - me preguntó Wanda.

- Me encantaría uno largo de tirantes que vi hace poco por internet. ¿Y a ti?

- Uno de color azul claro, era el color favorito de Pietro.

- Encontraremos uno precioso Wanda - contestó Clint.

Llegamos al centro comercial, comimos en un restaurante italiano y fuimos a todas las tiendas que había. Como era un día de diario no estaba lleno del todo, así que pudimos ver ropa tranquilos.

Mi madre se compró un vestido negro de tirantes con la espalda al aire, escote en pico, por encima de las rodillas, suelto y con mucho vuelo. En la misma tienda Clint eligió una camisa blanca con bordes crudos, unos pantalones negros elegantes, con una chaqueta marrón oscuro de cuero entera. Cuando estaban pagando saqué la tarjeta de crédito y se la di al dependiente ante la mirada confusa de mis compañeros.

- Cortesía de Tony Stark - dije con indiferencia.

- Eso significa que ya le caes bien - rió Clint.

Wanda y yo fuimos a otra tienda bastante más cara que la de los adultos, pero que los vestidos eran perfectos para nosotras. Wanda se decidió por un vestido azul celeste con escote corazón, ceñido por arriba y de gasa fina por debajo, con un corte que imitaba los pétalos de rosa y que el color iba degradándose hasta llegar a un blanco. Precioso. Clint se enamoró de ese vestido y se lo compró a Laura en crudo y que al final se degradaba en negro como sorpresa.

Yo me decidí por uno de largo hasta las rodillas, rojo apagado, de escote palabra de honor, con vuelo por debajo la cintura, tirantes cruzados por la espaldas dejándola ver un poco. Simplemente asombroso. Con él aparentaba ser más madura.

Mientras pagábamos, me di cuenta de que tenía que comprar dos corbatas. Cogí a Clint del brazo y le llevé a la sección de hombre.

- Búscame una verde claro para Bruce, por favor - le dije mientras decidía que corbata llevarle a Steve.

- Me gusta la roja - dijo Clint por la espalda asustándome.

- Me dijo Steve que azul marina o roja.

- Steve, ¿eh? - dijo sagaz.

- Cállate. La roja me gusta, pero este azul es igual al de su traje... Sí, me sé los colores de su traje... Le cojo las dos y que elija él.

- Stark paga, como si le coges todas.

Pagamos y volvimos al recinto de Los Vengadores. Eran casi las ocho de la noche cuando miré el móvil en toda la tarde. Dejamos los compras en las habitaciones de cada uno y fuimos a la cafetería a comer algo.

Había llevado las corbatas conmigo para dárselas a sus propietarios. Estaba un poco nerviosa por si les gustaban las que había elegido para ellos.

Llegamos a la cafetería y estaban todos los demás hablando con los platos vacíos. Cogimos la comida y nos sentamos con ellos.

- Aquí está la razón de porque no paraban de llegarme mensajes de "Compra realizada". Ni un día pequeña, ni un día - me dijo Stark.

- Para algo me la has dado, ¿no?

- Touché.

Terminamos de cenar y nos quedamos hablando un rato más, hasta que Bruce, Sam, Visión y María se levantaron y dijeron que se iban a descansar ya.

- Recordad que mañana entrenáis a las 8:30, sed puntuales - nos dijo María a lo que asentimos.

- Bruce espera, toma tu corbata - le dije tendiéndole un pequeño paquete.

- Muchísimas gracias Elisa. Es preciosa - dijo al abrirla a la vez que me abrazaba. Y se fueron todos.

- Ya que estoy, toma las tuyas Steve - dije nerviosa mientras se las daba. Me temblaban un poco las manos.

- ¿Las? -preguntó asombrado. Abrió el pequeño paquete y se quedo mirando las corbatas - Son realmente bonitas Elisa, muchas gracias. No hacía falta que comprases dos - me abrazó y le sonreí.

- Las eligió Eli, el azul es el mismo color que el tu traje Capi - le dijo Clint. Igual le mato cuando se vaya a dormir.

- ¿Si? Que ojo tienes - dijo Rhodes asombrado.

- Se ve que le importas Steve - dijo Nat. ¿Por qué a mí? Miré a Rogers y estaba levemente sonrojado, ¿se podía ser más mono?

- A Elisa siempre le encantaron este tipo de detalles - me defendió mi madre.

- El Capi dormirá con ellas hoy - bromeó Tony.

Al cabo de un rato, nos quedamos en la cafetería Tony, Nat y Thor. Eran cerca de las 11 de la noche, pero no tenía sueño.

- ¿Y qué tal estos dos días aquí Eli? - me preguntó Nat.

- Bastante bien, no me puedo quejar. Pero ha sido un cambio tan grande.

- Se te nota, te veo como más consciente del mundo - me contestó. Por lo menos no era la única que me había notado diferente.

- ¿Cuando acabe todo lo de Loki te quedarás? - preguntó Tony.

- No lo sé. Depende de como este mi enfermedad.

- Sobre eso Elisa, mientras estuviste entrenando noté tu fuerza salir de tí. Es una energía muy similar a la de los asgardianos. ¿Has pensado ir allí alguna vez? - me quedé helada con ese comentario.

- Eeemmm... Bueno, por pensar si que lo pensé, pero no tengo como llegar ni que hacer allí.

- No te preocupes por eso, yo te puedo llevar conmigo - le miré fijamente a los ojos. Después de tanto tiempo... por fin... - No será ningún problema para mí. Quiero ayudarte Elisa.

Y sin más le abracé. Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y a caer por mi cara. Le abracé con muchísima fuerza, él me devolvió el abrazo y noté como sonreía en mi cuello.

Nos separamos y limpié mis lágrimas.

- Te dije que era especial - dijo Tony a Nat - ha aguantado un abrazo del Dios y no se ha quejado en ningún momento.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro