Rescatando al heredero
Gracias al plan de Taro Haiyuu y Tesile habían logrado infiltrarse en el castillo, la búsqueda era complicada porque Xotzal ya no tenía energía y eso ponía nerviosa a Tesile. Para suerte de ambos Haiyuu era mejor que ella rastreando personas, lo que les daba una gran ventaja. El lugar era enorme, pero no más que la academia y gracias a sus habilidades habían evitado cualquier encuentro fortuito.
Ambos llegaron hasta una gran puerta de hierro en la que Haiyuu confirmó su objetivo, al no tener como abrirla Tesile colocó ambas manos en una de las paredes, cerró los ojos y se concentró lo más que pudo. Usar la energía de otro daimon era algo complicado, requería esfuerzo y concentración. Poco a poco la pared fue cediendo bajo las manos de Tesile abriendo un agujero por el que pudiesen entrar.
El corazón de Tesile se aceleró, sintió una gran presión en el pecho mientras veía aquella escena frente a sus ojos. Era como si el tiempo se hubiese detenido en el segundo que le tomó entrar a la celda. La quemadura que Xotzal tenía en su espalda significaba para ella más de lo que otra persona podía deducir. Xotzal prácticamente estaba luchando por su vida, la piel alrededor de sus muñecas estaba roja y lastimada por la presión que él hacía cada vez que una oleada de dolor lo atacaba. Su respiración era dificultosa y estaba completamente sudado. Su mirada estaba perdida casi inconsciente. Tesile colocó las manos en el piso para soltar las cadenas del techo haciendo que él cayera con un golpe seco al piso. Sin prestar atención a su propio cansancio corrió a auxiliarlo mientras Haiyuu cuidaba que nadie entrara y veía las celdas cuidadosamente.
Tesile apartó los cabellos sudados de la cara de Xotzal que intentó fijar la mirada en ella. al tratar de pronunciar alguna palabra una oleada de dolor se apodero de él, agarró con fuerza su pecho y Tesile le pareció que trataba de arrancarse en vano el corazón, la expresión de dolor le estrujaba el corazón a Tesile, se sentía incapaz de hacer algo por calmarlo. Ella se quitó el cristal de Xotzal y antes de poder devolvérselo Haiyuu la detuvo.
—Algo debe estar bloqueando su recuperación, aunque no tenga su cristal no debería estar en estos niveles tan bajos de energía. Entregárselo ahora podría ser peligroso, llevémoslo con el maestro mejor. —Tesile asintió y ayudó a Haiyuu a colocar a Xotzal en su espalda para sacarlo de allí. Al tenerlo asegurado Haiyuu sintió que Xotzal intentaba levantarse. Con voz entrecortada y con una respiración dificultosa Xotzal le habló a Haiyuu.
—Sáquenlos, por favor — Haiyuu volteó a ver las celdas y dudó de complacer ese deseo. Le tomó un instante tomar una decisión, vip las celdas y luego la salida. Chasqueo la lengua y se volteó hacia Tesile.
—Abre las celdas. — Tesile quedó estupefacta por la petición —lo pidió él— Tesile dudo un momento. Dando un sonoro pisotón fue a cada celda destruyendo los candados que las mantenían cerradas.
—Están abiertas. Deben tener cuidado al huir. —Tesile regresó con Haiyuu que ya había salido por el agujero de la pared con dificultad.
Haiyuu y Tesile recorrieron el camino de regreso esta vez más lento que la última vez, cada vez que Xotzal tenía una oleada de dolor se aferraba con tanta fuerza a la espalda de Haiyuu que lograba lastimarlo también haciendo que se detuviera, no por el dolor sino por la incomodidad. Tesile se sentía de manos atadas, sabía que Haiyuu no sentía el dolor por la inyección, pero en cuanto pasará el efecto lo sentiría, Xotzal por su parte batallaba para mantenerse despierto.
Ella iba delante, alerta de cualquier cosa que pudiese frustrar su plan. Una energía extraña la hizo detenerse y crear un gran muro de tierra frente a ellos. Al segundo siguiente varias hachas pequeñas se clavaron en el muro. El eco de unos tacones resonaba por todo el pasillo, Tesile y Haiyuu intercambiaron miradas de preocupación, en las condiciones que estaban solo Tesile podría defenderlos.
El muro cedió ante los golpes y dejo caer varias hachas pequeñas al piso dejando ver a su atacante. Bianca era una mujer alta y delgada, que además era una de las seguidoras de Armay por lo que tenía los ojos rojos al igual que los demás. Ella los observaba con una sonrisa maliciosa. Su largo cabello verde caía hasta su cintura donde tenía un cinturón de cuero en donde tenía dos hachas más. Ella las sacó y le pasó la lengua a una de ellas antes de arrojarlas y que Tesile la detuviera con la tierra.
—¿A dónde llevan a su majestad?
Tesile se puso en posición de defensa, no podía atacar, el control de la energía de Xotzal era complicado, Haiyuu no podía atacar por lo que solo les quedaba huir. Un momento de tensión se apodero del lugar, Tesile vió de reojo a Haiyuu. «en cuanto de la señal, corremos» ella confiaba que Haiyuu tuviese la suficiente energía para escuchar su mensaje. En cuanto Bianca arrojó el hacha que tenía en la mano Tesile cubrió todo el pasillo con un gran muro de tierra y ambos corrieron lo más rápido que pudieron atravesando los corredores.
—Esto es malo Tes, no podemos enfrentarla y Xotzal está peor, puedo sentir como su temperatura empieza a subir, tenemos poco tiempo. —Tesile cubrió de nuevo el pasillo para que no los siguieran y se quedó sin aliento al ver que la pared estaba agrietada.
—Es peor de lo que pensábamos Haiyuu, incluso su energía está sintiendo los efectos.
Preocupados por el estado de salud de Xotzal buscaron una salida que no implicara luchar contra la mujer que los seguía. En mitad de su huida Haiyuu se percató que Xotzal había perdido la consciencia ya que no reaccionaba ante las oleadas de dolor. Al llegar al último muro que los separaba de la libertad vieron las pequeñas hachas pasar a un lado de sus cabezas esquivándolas por poco.
Exhausta Tesile los cubrió a ambos, no iba a permitir que le hicieran más daño a ninguno de los dos, tomó aire para calmarse y se puso en posición de ataque. No estaba entrenada para mantener una batalla, pero la distraería lo suficiente para que ellos pudiesen escapar.
—Eres muy molesta jovencita. No sé porque Spica no acabo contigo cuando tuvo la oportunidad.
Bianca arrojó las hachas con fuerza, Tesile no podía depender solo de la energía del cristal de Xotzal para defenderlos por lo que usó lo que sabia contra los despojos. La pelea estaba en desventaja, Tesile se agotaba con rapidez y Bianca parecía disfrutar de su pequeño encuentro. Mientras peleaban una llamarada de fuego paso a un lado de Tesile y golpeo a su enemiga en el rostro haciéndola retroceder. Tesile se giró de inmediato.
—No puedo dejarte sola en esto. —Haiyuu parecía cansado y había dejado a Xotzal recostado del suelo para ayudar a su amiga. —Acabemos con ella pronto.
Molesta, Bianca optó por la pelea cuerpo a cuerpo, una que Haiyuu decidió enfrentar. Al igual que Tesile no tenía entrenamiento en combate, pero Yukami le había enseñado un poco de defensa personal. Él siempre se había quejado cuando su amigo lo intentaba entrenar, pero en ese momento maldecía por no haber prestado la suficiente atención. De no haber sido por la inyección de inhibición de dolor hace mucho que Bianca lo hubiese derribado.
Tesile aprovechó el momento que le dio Haiyuu para revisar los signos vitales de Xotzal, su pulso era débil al igual que su respiración que además se hacía más lenta cada vez. Si se quedaban allí mucho tiempo no habría nada que pudiese hacer. Tesile golpeo el piso, volteo a ver a Haiyuu y se incorporó a la pelea.
Bianca retrocedió molesta por lo insistente que eran. Buscó entre su ropa una piedra roja y sonrió ampliamente, se la tragó y ellos vieron como los músculos de Bianca aumentaban de tamaño. Las venas se le empezaban a marcar y su energía se sentía más agresiva. Tesile y Haiyuu no podían creer lo que estaban viendo. Las cosas se ponían más peligrosas cada vez.
Bianca tomó un hacha y antes de poder lanzarla una hoja metálica atravesó su pecho, ella se volteó estupefacta y empalideció al ver a su atacante. La hoja se giró haciendo más grande su herida y recorrió en línea horizontal su pecho desde el centro hasta el lado derecho de su cuerpo, cortando su corazón en el proceso. El charco de sangre se hizo enorme en un instante. En cuanto el cuerpo de Bianca cayó al piso Haiyuu y Tesile se relajaron al ver que habían llegado a salvarlos.
—Gracias por venir. —Tesile sonrió un poco agradecida por la ayuda.
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