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Intercambio

Todos se mantuvieron escondidos entre las ramas de los árboles sin hacer ruido para que ni los mercenarios ni el devorador los vieran ni los escucharan, ellos veían con atención cada uno de los movimientos que hacían estas personas. Una vez que entraron a la torre ellos esperaron unos minutos para que ejecutarán el intercambio, pasado el tiempo esperado Shima asintió indicando que el intercambio había sido efectuado—la habilidad de escuchar a la distancia era muy útil en esos casos— Kin le hizo señas para avanzar, los tres grupos se acercaron manteniendo la distancia para no alertar al enemigo y poner en riesgo al Itzal, así que se escondieron detrás de uno de los troncos.

—Se están separando—Xotzal susurraba mientras colocaba sus manos en el piso, los mercenarios salieron de la torre con una bolsa en la mano y antes de que pudieran hacer ruido Xotzal abrió un agujero en el piso donde los cinco cayeron, para que no hicieran ruido Yukami les cubrió la cabeza con burbujas de agua, Xotzal cerró el agujero, Mizuni los vio impresionada y asustada, sabía lo que había ocurrido y el destino de aquellos mercenarios, pero le costaba entender que a eso se dedicaba su amiga que veía a otro lado mostrando incomodidad por aquellas acciones, Mizuni le acaricio la espalda para hacerle saber que estaba con ella. Yukami le hizo señas a Eris y Xotzal para que entrarán con él, ella se adelantó dejando a su amiga atrás y alcanzó a sus compañeros que estaban en alerta.

Al entrar a aquella torre de vigilancia vieja y destruida pudieron sentir un olor a humedad que emanaba de todo el lugar, las tablas viejas bajos sus pies crujían con cada paso que daban, dentro todo estaba obscuro y la única iluminación provenía de una ventana cercana por donde se metía sigilosamente la luz de la luna, aquel lugar estaba vacío y no había rastro del Itzal ni del devorador, Yukami les hizo señas a Mizuni, Kin y Shima para que entraran junto con ellos, Eris les señaló una escalera que se camuflaba con la piedra de la pared y por la falta de luz no la habían notado, Yukami les hizo señas de hacer silencio y se fue adelante seguido de todos los demás dejando siempre a los exterminadores delante, mientras más subían los escalones podían escuchar el agua del mar chocar contra el acantilado que estaba a un lado de la torre de vigilancia, al llegar al piso superior vieron al devorador de espalda revisando una bolsa de tela obscura, el Itzal ya no llevaba la capucha en su cabeza, estaba amordazado y atado de manos para que no pudiera moverse; su piel pálida y grisácea contrastaban con la poca luz de luna que entraba por aquellas ventanas enormes que daban una gran visibilidad al mar que en ese momento era una gran masa de color negro con una pequeña figura de luna reflejada en sus aguas.

Los ojos del Itzal eran de color rojo intenso y aun así mostraban el agotamiento que tenía encima, tenía algunas heridas en su rostro señal de que había puesto oposición a ser llevado, Eris al ver los ojos de aquel ser recordó los ojos rojo intenso que la habían perseguido antes de entrar a la academia por lo que dio unos pasos para retroceder, su corazón empezó a acelerarse, sintió que le tomaban la mano y al fijarse vio a Xotzal preocupado por ella, ella respiró profundamente y asintió para que él supiera que ella estaba bien, el contacto con él la calmaba y saber que estaba a su lado la hacía olvidar el miedo.

El piso empezó a llenarse de agua lentamente hasta rodear al Itzal sin que el devorador se diera cuenta, el Itzal se preocupó, pero al ver hacia las escaleras Yukami le hizo señas de silencio y el alivio se dibujó en el rostro de aquel ser, en cuanto lo tuvo rodeado Yukami lo jalo hacia ellos, el ruido del movimiento causo que el devorador se volteara precipitadamente dejando ver unos ojos grisáceos, su rostro tenía algunas cicatrices en su mejilla, al ver que su presa estaba alejándose lanzó un cuchillo contra él, pero fue detenido por un bulto de tierra creado por Xotzal, al verlos el devorador enfureció.

—¡Daimones! — el devorador agarró la bolsa que tenía en sus manos y de ella sacó una especie de pelotitas rojas que se metió a la boca y luego corto su mano y la presionó para que la sangre empezara a fluir —no dejaré que se lleven a mi presa, esto los mantendrá ocupados— de la sangre que caía en el piso salieron cinco despojos adultos, el tamaño de ellos causó que la torre temblará y destrozaran el techo ya viejo de la misma, ellos se cubrieron al igual que protegieron al Itzal para que los escombros no los lastimaran, al ver aquellos despojos se sorprendieron, Xotzal cubrió a los cazadores a la expectativa de lo que podía pasar.

—¡Sigan el plan! — Kin amarró al devorador con cadenas de agua que se quitó fácilmente, Mizuni y Eris se acercaron al Itzal y usando el cuchillo de Eris rompieron las cuerdas para que pusiese correr con ellas llevándolo a la salida. Uno de los despojos les cerró el camino y les gruño en la cara, Eris apretó los puños para no paralizarse de miedo, quería mostrarle a Xotzal y Mizuni que ella era capaz de protegerlos, pero al verlo frente a ella sus manos empezaron a temblar, al verla congelada Xotzal atrapó al despojo en tierra.

—¡Saquen al Itzal de aquí! —Eris asintió agradecida de haber sido salvada. Ella y Mizuni se llevaron al Itzal dejando a sus compañeros ocuparse de los demás.

—Llévenlo al punto que dijimos, Xotzal y yo retendremos a los despojos— Shima cuidaba las espaldas de ellos asegurándose que los despojos no los estuviesen siguiendo.

Ellas salieron corriendo de la torre mientras Shima les cubría la espalda junto a Xotzal que retenía a los despojos. Uno las siguió a toda velocidad, pero antes de morderlas Shima lo atrajo hacia él usando una fuerte ráfaga de viento que lo hizo dar volteretas por el piso, el despojo dejo de moverse cuando fue empalado por un pico de tierra creada por Xotzal.

—Uno menos quedan cuatro. Shima no bajes la guardia, yo te protegeré, no dejes que las sigan, en este momento el Itzal es nuestra prioridad.

—Entendido Xotzal, trataré de llevarlos a dónde tú estás, tu encárgate de exterminarlos.

Mientras Xotzal y Shima atacaban a los despojos y Eris y Mizuni se llevaban al Itzal a un lugar seguro, Kin y Yukami evitaban que el devorador huyera por la ventana por la que trataba de lanzarse, Kin lo detuvo jalándolo con las cadenas de agua mientras que Yukami creaba una pared de agua en la ventana para que no pudiese atravesarla, uno de los despojos regreso a ayudar al devorador, al verlo en peligro se lanzó a atacarlos, Yukami lo agarró de la mandíbula para que no lo mordiera, mientras lo hacía, el devorador atacó a Kin transformando su brazo en su forma original.

La piel del brazo se le desgarro dejando ver otra más obscura y dura, tenía una cuchilla y un recubrimiento de piel marrón, la cuchilla se veía afilada y este logró lastimarla atravesándole el hombro. Kin se sujetó el brazo y el devorador trató de saltar por la ventana que de nuevo estaba libre ya que Yukami estaba deteniendo al despojo, al ver que este quería huir arrojó al despojo a un lado y sujetó al devorador clavándole una de las dagas en la pierna. Este se volteo para defenderse mientras Yukami intentaba cortar su pierna.

El devorador levantó su brazo con cuchilla para atacar a Yukami, que en un segundo sacó otra de las dagas y le cortó el brazo con un corte limpio y certero, el devorador impresionado y gritando de dolor se apartó, no esperaba que Yukami aplicara semejante fuerza en un objeto tan pequeño. La sangre empezó a ensuciar el piso mientras este se sujetaba el brazo y apretaba la mandíbula buscando una salida para huir de sus atacantes.

—¡Yukami lo necesito vivo! —. Kin le gritó al ver que el devorador perdía mucha sangre por su ataque mientras ella se sostenía el brazo para evitar desangrarse. Yukami alargó el filo de la daga con el agua y atacó al devorador apuntando a sus piernas que esquivaba con dificultad sus ataques. Había cometido el error de subestimar a Yukami y pensar que su piel dura lo iba a proteger, este le había demostrado que no debía hacerlo y porque era un exterminador experimentado.

—Dijiste que lo necesitas vivo y consiente, no dijiste nada de necesitarlo entero—. Kin solo resopló un poco con una sonrisa en su rostro al escucharlo. —Además, sin piernas no puede huir— Yukami acorralo al devorador que veía su huida muy difícil, en cuanto Yukami lo atacó una ola de sangre salió por los aires, Yukami la detuvo evitando que lo ensuciara y frunció el entrecejo al ver al despojo herido cubriendo al devorador que le acaricio la cabeza agradeciendo su ayuda.

Yukami vio de reojo a Kin que se paró a su lado sujetando su hombro, él levanto un brazo en señal de protegerla, pero ella le hizo bajarlo, sacó una de las dagas de un bolsillo de Yukami y al igual que él la cubrió en agua para alargar su filo.

—Si queremos atrapar al devorador debemos exterminar primero al despojo, debes guiarme para ayudarte ¿crees poder?

—Yo no te digo como hacer tu trabajo, no me digas como hacer el mío.

El agua que seguía en el piso sujetó con fuerza al despojo que chillaba intentando librarse del agarre, aunque eso significara lastimarse en el proceso. Yukami volteo a ver a Kin que con una sola mirada entendió la necesidad de su compañero y creo sobre ellos una masa de agua que empezó a caer como lluvia. Las pequeñas gotas se transformaban en agujas que se detenían antes de caer y se movían en dirección al despojo y al devorador. El despojo se colocó sobre el devorador cubriéndolo de todo el ataque y evitando que Yukami le hiciera daño.

—Voy a obtener esa piedra como sea, ustedes no podrán detenerme —. El devorador soltó un rugido tan fuerte que Yukami y Kin debieron cubrir sus oídos para no salir lastimados y aun así podían sentir que se les estaba desgarrando los tímpanos. La torre empezó a temblar y a derrumbarse haciendo que Kin perdiera el equilibrio por las grietas que se hacían en el piso y las paredes. Otro rugido más fuerte, distinto al del devorador se hizo presente. Todo quedo en silencio mientras el devorador dibujaba una sonrisa en su rostro y en un segundo la piedra que componía a la torre empezó a deslizarse. Kin cayó al piso por el movimiento brusco y de repente la piedra se detuvo. El devorador borró la sonrisa de su rostro, Kin volteo a las escaleras y pudo ver a Xotzal colocando las manos en el piso y sosteniendo toda la torre con su energía. Yukami aprovechó la estabilidad y atacó al devorador que se defendió sin problema de sus ataques

—Ustedes son una molestia —dijo el devorador mientras mantenía a Yukami ocupado, levanto su cola y atravesó a Kin por el abdomen. Xotzal intento ayudarla, pero al separar sus manos de la torre esta empezó a derrumbarse de inmediato por lo que debió agacharse para sostenerla, pero era demasiado tarde para evitar el derrumbe. Yukami corrió para defender a Kin, sin embargo, el despojo totalmente cubierto de sangre se interpuso al mismo tiempo que Kin era arrojada por la ventana de lo que quedaba de la torre.

Yukami cortó al despojo a la mitad y tomó la mano de Kin antes de que cayera al vació. El devorador dejo caer sangre al piso de la que salieron dos despojos haciendo que la torre se inestabilizara más, se subió al lomo de uno de ellos y le ordenó al otro atacar a Xotzal.

—Yukami suéltame, tienes que detener al devorador, no puede huir, sabes muy bien que la misión es primero — como si estuviese viendo todo en cámara lenta Yukami volteo a ver al despojo que se acercaba con las fauces abiertas hacia Xotzal que sacaba una de sus dagas para defenderse mientras el devorador escapaba por uno de los muros destrozados. Él sabía que tenía que cumplir con la misión, es lo que le habían enseñado, pero un fuerte dolor en el pecho lo hizo dudar. Su mirada se fijó en Kin que con una sonrisa cargada de tristeza abrió la mano para que Yukami no tuviese más opción que soltarla.

Solo un segundo le tomó voltear hacia Xotzal, la desesperación en la mirada de Yukami solo pudo ser percibida por él, estaba lleno de duda, quería levantarse, pero el peso de Kin que quería que lo soltara no lo dejaba. Xotzal le grito a Yukami para sacarlo del estado mental en el que estaba.

—Yukami, él devorador va a escapar, debes hacer lo correcto.

Eris observaba atenta la torre, rogaba que Xotzal saliera con vida de ese lugar, sabía que estaba en peligro, lo presentía, quería ir a ayudarlo, pero el miedo a ser un estorbo la detenía. Un impulso la motivo a querer ir, tenía un mal presentimiento, pero Mizuni la agarró con fuerza de la manga.

—No podemos dejar al objetivo aquí Eris, ¿Qué sucede? tienes que concentrarte.

—Ellos me necesitan Mizuni, tengo que ir —Mizuni se puso frente a ella con molestia en su mirada, no podía dejar que su amiga actuara sin pensar. Un pitido en sus oídos empezó a molestarla y una sensación de incomodidad la invadió, ella se abrazó un poco acariciando sus propios brazos para pasar la sensación que no se calmaba.

—Debemos llevar al Itzal al punto acordado—. ellas voltearon a ver a Shima que se acercaba hasta donde ellas estaban —Los exterminadores se encargaran junto con Kin, Mizuni debemos cumplir con lo solicitado. —ella asintió y fijó su vista en Eris que no apartaba sus ojos de la torre.

—Ellos van a estar bien, vamos.

No se habían alejado demasiado del lugar en el que estaban cuando un rugido y un fuerte temblor los hizo voltear. La torre derrumbándose fue un punto de inflexión para Eris que sin importar los gritos de Mizuni corrió para intentar ayudarlos, el miedo se apoderó de ella y una voz en su cabeza le repetía sin parar «Merak es ahora, acaba con ella» las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas, pero la desesperación de no saber que le había pasado a Xotzal no la dejaba buscar a la niña a su alrededor.

Mizuni le agarró la mano a tiempo evitando que la golpeara la nube de polvo y escombros que se formó cuando la torre se derrumbó sobre el piso y el acantilado, Mizuni le cubrió la cabeza al mismo tiempo que se cubría ella misma. En cuanto el ruido cesó Eris empujó a Mizuni apartándola, ver todas las rocas en el piso la llenó de desesperación, corrió a las piedras que quedaban buscando el cuerpo de Xotzal. Mizuni le tomó la mano para calmarla.

—No esta. —Mizuni se preocupó al notar la desesperación en las palabras de Eris, su respiración se hizo agitada e irregular.

—Calma Eris, vamos a buscar bien. —Eris seguía en un estado que no lograba escuchar a Mizuni. El movimiento de unas rocas las alertó y al voltearse vieron una cúpula de tierra que al desaparecer dejo ver a Xotzal protegido por la misma, estaba tosiendo por el polvo y bastante desaliñado, el uniforme, su rostro y su cabello estaban sucios, varios mechones se le habían escapado y se habían empapado de sudor y tierra, Xotzal se pasó la mano por la cara apartándolos y en cuanto Eris lo vio soltó a Mizuni y corrió a abrazarlo, él levanto la mano para detenerla, lo que le causo un nudo en la garganta a ella. Después de recuperar un poco el aliento Xotzal levanto la vista hacia Eris.

—¿Hacia dónde se fue el devorador? —Eris no entendía porque le preguntaba esas cosas, ella se agachó a su altura, quería abrazarlo, pero sabía que él no se lo iba a permitir.

—No lo sé.

Xotzal golpeó el piso con rabia varias veces, Eris no podía entenderlo porque él no quería explicarle, Mizuni se acercó a ellos y le puso la mano en el hombro a Eris que giró la vista hacia ella.

—¿Dónde está Kin? —Xotzal se quedó en silencio golpeando el piso con fuerza, Eris volteo alrededor cayendo en cuenta que Yukami tampoco estaba.

—¿Yukami donde esta?

—Yo... — Xotzal levantó la mirada, Eris sintió un nudo en la garganta al notar como contenía las lágrimas —no pude salvarlos. —Eris y Mizuni se quedaron heladas al escucharlo ya que jamás imaginaron que ellos morirían en un lugar así.



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