El juicio
La luz que se encontraba sobre Eris la cegaba ya que todo a su alrededor estaba a obscuras, la juez del centro se encontraba de pie, ella podía notarlo por la diferencia de tamaño con respecto a sus compañeros y por su cercanía al estrado. Todo estaba en silencio por lo que un pitido resonaba en los oídos de Eris y la angustiaba, una gota de sudor recorrió su espalda cuando ella bajo la mirada al no poder mantenerla fija sobre las personas que tenía al frente.
—Eris, sabemos que has perdido la memoria, pero debes hacer un esfuerzo por contarnos todo lo que sabes, debes entender que fuiste encontrada en una zona prohibida por nosotros en el mundo secular, tu presencia allí nos desconcierta y nos alarma sobremanera, la ciudad donde fuiste encontrada estaba completamente destruida y tú eres la única testigo que nos queda ¿sabes de qué lugar estoy hablando? — Eris solo negó con la cabeza. No recordaba haber estado en ninguna ciudad, sus últimos recuerdos eran del bosque donde la perseguían, ella quería hacérselos saber, pero la voz se le congelaba al momento de abrir la boca.
—Wataru dijo que fue encontrada en el bosque, el único cercano es el que se usa para salir de la ciudad, ¿intentabas huir después de lo que hiciste? — gritó con apremio una de las jueces. A pesar de no ver su rostro Eris sabía que aquella juez estaba molesta por el tono que usaba y porque se había levantado de golpe.
—Fuego cálmate—. Eris podía deducir que esos eran nombres clave entre ellos por el tono que había usado al pronunciarlo. —No podemos adelantarnos a los hechos, hay que darle oportunidad de defenderse, no queremos repetir el incidente ocurrido con Agua — una vez terminó de hablar el silencio se apoderó de nuevo de la sala, ella se giró hacia Eris que sintió la presión sobre ella, esperaban que hablara porque estuvieron en silencio viéndola fijamente.
—Solo recuerdo un bosque y a dos personas persiguiéndome—. Eris fue interrumpida de golpe por una voz más gruesa, uno de los jueces se levantó dejando ver a una persona muy alta, mucho más que sus compañeros.
—Vida solo estamos perdiendo el tiempo, eso ya lo sabemos, deberíamos someterla a una regresión y obtendríamos todas las respuestas que necesitamos.
—Calma Tierra, esa no es la forma en la que hacemos las cosas, ella tiene un cristal, debemos tomar en cuenta todas las posibilidades, no solo que sea un peligro, sino que también pueda ser una víctima.
—Y aun así el cristal no reacciona como debería, parece estar averiado, podría ser robado— el tono de voz de tierra aumenta considerablemente con cada palabra retumbando por toda la habitación, pero se quedó en silencio en cuanto vida se volteó a verlo probablemente reprochándole con la mirada, aunque Eris no podía asegurarlo porque no podía ver sus rostros.
—Si fuese robado, ella no podría tocarlo, al no pertenecer a su alma, este la dañaría, ¿o lo olvidaste tan pronto Tierra? — el sarcasmo usado por otro de los jueces fue percibido por todos los presentes, incluida Eris, Tierra se giró amenazante, pero vida se volteo hacia ellos y ambos se quedaron en silencio.
—Gracias por tu aclaración innecesaria Aire, les pido mantengan la calma y la compostura, ¿Agua tienes algo que agregar? — el último de ellos solo negó con la cabeza en silencio, vida se volteó hacia Eris — Continuemos entonces, Eris, ¿recuerdas algo de las personas que te habían perseguido? ¿alguna característica que nos permita identificarlos?
Eris se quedó en silencio esforzándose por recordar cualquier detalle que pudiese servirle, el dolor de cabeza se le hacía más agudo mientras más se concentraba, el silencio de la habitación la ayudaba a envolverse en sus recuerdos, podía sentir la tierra mojada bajo sus pies y la angustia que había sentido en ese momento, el dolor de la caída volvió a su cuerpo estremeciéndola y luego en su mente vió claramente unos ojos rojos que la observaban, con voz dubitativa contestó.
—Solo recuerdo que uno de ellos llevaba los ojos rojos— todo se quedó en silencio por un momento, Eris no sabía que más decir se sentía atrapada sin poder huir, veía alrededor buscando una salida, pero todo estaba obscuro y lo más probable era que detrás de la puerta por la que había entrado estuviese Wataru. El silencio fue interrumpido por vida, que con voz calmada se dirigió a ella, los demás parecían no querer volver a interrumpirla ya que habían vuelto a sentarse.
—En el informe que Kana nos entregó, menciona que tienes pesadillas con serpientes, ¿recuerdas algo que le dé sentido a esos sueños? — Eris sintió el terror al recordar sus pesadillas, como si de una película se tratara la reprodujo en su cabeza una y otra vez, buscándole algún tipo de sentido.
—Solo recuerdo muchas serpientes en mis sueños, pero no recuerdo haberme conseguido con alguna realmente— de nuevo se hizo silencio en la sala, esos momentos alteraban los nervios de Eris al no saber que estaba ocurriendo, ya que a pesar de estar en silencio ellos parecían tener una conversación, Eris podía notar como vida se relajaba y se tensaba con cada minuto que pasaba, finalmente con voz calmada le volvió a dirigir la palabra.
—¿Recuerdas algo antes del bosque? ¿algo de tu vida? Cualquier información es suficiente, un amigo, un familiar, un lugar, un nombre— Eris negó con la cabeza, el dolor era tan insoportable que quería agacharse en posición fetal y sostener su cabeza con fuerza, sentía que solo estaba perdiendo el tiempo, desde que habían empezado no habían logrado nada diferente.
—Con todo respeto no sé ni de que se me acusa, a duras penas puedo recordar mi nombre, esta mañana casi no pude ser capaz de reconocerme en el espejo, ¿de verdad esto sirve para algo?
Tierra se levantó de inmediato, pero Vida lo detuvo al levantar la mano y se le quedo viendo a Eris, todos se quedaron en silencio por un largo tiempo, era como si estuviesen inmóviles. El silencio angustiaba a Eris, escuchar su propia mente y el pitido de su oído la molestaba, quería correr, irse lo más lejos posible, su cuerpo anhelaba una cama para descansar. Después de un largo tiempo en silencio vida se sentó, el tono de voz que uso preocupó a Eris ya que la amabilidad que había tratado de mantener se había esfumado dejando paso a una voz más hostil.
—Hace algunos días recibimos un mensaje de los daimones guardianes, estaban notificando haber visto y sentido actividades extrañas con energía disonante, enviamos cazadores y rastreadores para averiguar que estaba ocurriendo. Scientia es un lugar prohibido y protegido por nosotros, así que cuando no volvieron los equipos que enviamos, optamos por otra opción, enviamos exterminadores, lo que fuese que estuviese ocurriendo era algo de lo que debíamos deshacernos. — Vida se quedó en silencio, lo que le dio más incomodidad a Eris y le dio temor al escuchar el tono bajo que uso Vida para completar su explicación. —Los exterminadores volvieron, pero en un estado de gravidez tan alto que el único que había vuelto consiente logró contarnos lo que vio antes de fallecer en la enfermería. Scientia, la ciudad de los sabios ahora protagonizaba una escena sangrienta, con cuerpos mutilados y sangre en cada una de sus calles, los cuerpos parecían haber sido atormentados por alguien con una fuerza inmensa ya que sus extremidades habían sido separadas de sus cuerpos sin delicadeza. En cuanto enviamos a los limpiadores, no había rastro de este enemigo, ni de la energía disonante, después de indagar por cada una de sus calles y en todo su terreno solo encontraron algo— Vida hizo una pausa mirando fijamente a Eris.
—A ti, solo te encontraron a ti—. Fuego se había levantado de su asiento y se había acercado hasta Vida, apuntaba con el dedo a Eris que al escuchar esas palabras sintió una presión en la boca del estómago y en su pecho, aunque no podía recordar nada, solo imaginar la escena que le describían le causaba una profunda tristeza, ella cerró lentamente los ojos para contener las ganas de llorar que por alguna razón tenía.
—Fuego ya basta, sé que esto es algo que te afecta, como a todos nosotros, así que mantén la calma y siéntate— dijo Vida levantando la voz. Ambas se quedaron en silencio por unos instantes y fuego volvió a tomar asiento cruzando sus brazos, Eris podía sentir la hostilidad que emanaba todo su ser hacia ella.
—Hay muchas preguntas sin respuestas Eris, tu no deberías haber estado allí, no eres un sabio, así que queremos saber la razón de tu presencia en un lugar que fue destruido de una manera tan cruel, entendemos tu pérdida de memoria, pero permítenos dudar de esa faceta, durante todos nuestros años de vida hemos visto muchas cosas y no vamos a cometer el mismo error de dejar escapar a alguien muy peligroso— Eris sintió una furia crecer dentro de ella, todo lo que le decían le parecía muy injusto.
—Ya les dije que no recuerdo nada, entiendo que quieran dudar de mi palabra, pero me parece que no tienen suficiente evidencia para acusarme más que un odio sin razón que tienen en mi contra— el tono fuerte y hostil que Eris había usado les causo a los jueces una incomodidad enorme, todos se levantaron dispuestos a atacar, ella podía sentirlo en sus auras, el ambiente se había vuelto pesado, Tierra dio un paso adelante dejando muy en evidencia la diferencia de tamaño que tenía con respecto a Vida.
—¿Quién te crees que eres para hablarnos de esa manera? No te das cuenta de la situación en la que estás, se te está dando la oportunidad de darnos una buena razón de haber infringido una de las leyes de nuestro mundo y de darnos una razón para no exterminar tu existencia y lo único que hasta ahora has hecho es huir y faltarnos el respeto—. A Eris le costaba mantenerse de pie, el dolor de cabeza sobrepasaba los límites de lo aguantable y las palabras de Tierra la habían congelado de miedo haciendo que incluso mantenerse de pie fuese complicado.
—Yo opino que resolvamos el problema y la exterminemos de una vez—. Fuego se levantó, mostró en su mano una llama que ilumino un poco su rostro dejando ver una expresión de odio mientras el fuego se reflejaba en sus ojos.
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